Nacida en Santo Aleixo, distrito de Magé y
actualmente residente en Petrópolis, ambos
municipios del estado de Río de Janeiro, Izaura
de Azevedo Hart (foto) es Pedagoga de
formación, se desempeñó como profesora,
directora de colegios y se jubiló como Directora
del Departamento de Educación del municipio de
Petrópolis (RJ). Espírita desde la infancia,
está vinculada a la Unión Municipal Espírita de
Petrópolis, en la que dirige el Departamento de
Asuntos doctrinarios. En sus respuestas
brindadas a esta entrevista, nos ofrece una
visión general de su mirada a la Doctrina y al
movimiento espírita.
Siendo espírita desde la infancia, ¿qué es lo
que más conquista su corazón en términos del
conocimiento adquiridos y las experiencias
vividas en todos estos años con la práctica
espírita?
Hay
muchos factores que "alivian" mi corazón y la
práctica espírita me ofrece, pero la certeza en
la inmortalidad del alma es, de manera
inequívoca, algo muy fuerte que me hace tratar a
la llamada "muerte" de una manera mucho más
natural y tranquila, y la fe razonada que
nuestra Doctrina nos transmite de manera tan
fuerte. En cuanto a las experiencias vividas,
los hechos son innumerables, considerando que
soy de una época en la que la Doctrina Espírita
y sus seguidores fueron muy discriminados y
llegué a pasar situaciones muy difíciles, ¡pero
eso sólo sirvió para aumentar en mí el gran amor
por la Doctrina Espírita que tengo hasta hoy!
En la
institución espírita a la que está vinculada,
¿qué es lo que más le llama la atención?
La
preocupación por los estudios de la Doctrina
Espírita, hasta el punto en que llegamos a tener
cerca de 250 personas estudiando efectivamente
en diferentes horarios durante por lo menos 5
días de la semana, además de la organización de
los diferentes departamentos que trabajan en
armonía y de una manera muy disciplinada.
¿Y con
relación al movimiento espírita en su ciudad?
La
unión y el esfuerzo de quienes ocupan cargos
administrativos en nuestro 3er CEU (Consejo
Espírita de Unificación) de Ceerj (nuestra
federación estatal) en mantener reuniones
mensuales y actividades conjuntas durante el año
para que todas las instituciones afiliadas
trabajen al unísono y de manera cohesionada,
fortaleciendo los lazos de amistad y del ideal.
Viviendo en el estado donde trabajaron Yvonne
Pereira, Bezerra de Menezes, el Dr. March, entre
muchas otras figuras prominentes, ¿qué le viene
a la mente para decirle a los lectores?
Que
nuestra responsabilidad es inmensa, porque
además de estos queridos hermanos tuvimos a
Leopoldo Machado, Lins de Vasconcellos, Deolindo
Amorim, Ramiro Gama, Paiva Melo, Gerson Simões Monteiro.
A muchos de ellos los conocí en mi infancia y no
estoy nombrando a muchos otros que fueron muy
conocidos, pero hay varios que fueron
trabajadores ejemplares de nuestro movimiento y
que son de cierta manera anónimos, pero que no
por eso dejan de tener un gran valor. Son
criaturas (porque siguen siendo) que, sin
tecnología que les asesore y sin disponer de
movilidad propia, iban a los recintos más
alejados en la tarea de divulgación el
Espiritismo. Trabajos muy importantes eran
realizados muchas veces con el sacrificio de la
vida personal y familiar de estas criaturas por
el bien de nuestro ideal.
¿Considera eficientes los mecanismos que estamos
utilizando actualmente para divulgar el
pensamiento espírita?
Sí, lo
considero, porque se está aprovechando la
oportunidad para difundir el bien y lo bello con
los recursos que el mundo moderno pone a nuestro
favor. Antes, una carta para programar una
"conferencia" (como se llamaba) con un orador
podría tomar hasta quince días para recibir una
respuesta. Cuando se pudo grabar las
conferencias en cinta fue algo maravilloso y
ahora todo es rápido, práctico y fácil, basta
tener interés y buena voluntad para hacer llegar
nuestro trabajo al otro lado del mundo.
Siendo naturalmente entusiasta del
libro espírita, ¿hay algo destacado que le
gustaría comentar sobre la literatura espírita
disponible?
Destaco
que nuestra literatura verdaderamente respetable
aborda hechos de la actualidad a la luz de las
enseñanzas del Espiritismo, sin olvidar los
maravillosos pasajes de Cristo y sin preocuparse
por las "novedades" que no añaden nada, por el
contrario, confunden y oscurecen la luz de la
Tercera Revelación.
De los dramas humanos -incluyendo a la obsesión-
que surgen de varios factores, ¿qué es lo que
más la sensibiliza?
Cuando
la criatura está sufriendo profundamente, ya sea
por la pérdida de un ser querido, o por una
obsesión tenaz y persistente y no logra tener fe
en la vida futura, en Dios y tampoco en la
justicia divina,
lo considero un gran sufrimiento.
De sus recuerdos en la vivencia espírita, ¿cuál
es el caso más conmovedor que ha vivido?
No es
un hecho espírita en sí, sino algo relacionado
con una tarea que un grupo de espíritas realizó
hace muchos años en un orfanato agrícola que
llegó a tener una toda directiva de espíritas,
de la que yo era la presidente. Una vez una
señora fue para dejar allí a dos hijitos
pequeños como internos, uno de 5 y otro de 3
años. Ver a los dos corriendo detrás de esa
señora llorando hasta que ella desapareció fue
un dolor tan grande para mí, que regresa cada
vez que recuerdo el hecho. Acompañar la
"resignación" de los dos en el transcurso de los
días que siguieron también fue muy doloroso,
porque el dolor se instaló porque no podía ser
de otra manera. Simplemente ellos ahogaron el
dolor que quedaba allí.
¿Algo más que le gustaría añadir?
Muchos
momentos de profunda alegría experimenté junto
con otros hermanos al final de las reuniones,
durante las cuales trabajábamos mucho y
sentíamos los abrazos de espiritualidad amiga
celebrando con nosotros. Es al final de los
estudios con los diferentes grupos variados
donde se siente el gran cambio de las personas,
la forma diferente de ver la vida,
proporcionando una gran alegría íntima en todos
los participantes. ¡En esos momentos de profunda
comunión de los trabajadores con el mundo
invisible se puede percibir la atmósfera
diferenciada que nos envuelve! ¡Cuántas
bendiciones nos ofrece esta Doctrina!
Sus palabras finales.
Doy
gracias inmensamente a Dios por haber contado
con la bendición de la Doctrina Espírita en mi
vida desde la infancia, y por tener en ella mi
puerto seguro, mi esperanza de un futuro mejor
para toda la humanidad, la fuerza para soportar
los momentos difíciles que muchas veces parecen
insuperables y fe en la justicia divina. ¡Ruego
a Dios que bendiga a todos los lectores de esta
revista y que tengamos la certeza de que vendrán
días mejores!
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