Nacido
en Serrinha y residente en Salvador, ambos
municipios del estado de Bahía, André Luiz
Peixinho (foto) es
graduado en Medicina, Filosofía y Psicología,
con especialización en Medicina Clínica,
Psicología Clínica y Terapia Regresiva a
Vivencias Pasadas. Máster en Medicina Interna y
Doctor en Educación es actualmente Profesor
Titular en Salud de la Familia, Profesor Adjunto
IV de la Facultad de Medicina de Bahía y también
trabaja en el Instituto Hólon de Salud y
Educación como psicólogo. En las lides espíritas
participa desde hace muchos años en la
Federación Espírita del Estado de Bahía, de la
que actualmente es director presidente de la
Junta Ejecutiva.
¿Cuándo y cómo se convirtió
en espírita?
Nací en un hogar espírita y mi
nombre se debe a la lectura del libro Nosso
Lar que mi padre Aristóteles realizaba
en esa época. Empecé a asistir a la
evangelización infantojuvenil a la edad de cinco
años en el Centro Espírita Dios, Cristo y
Caridad, en Serrinha. A los 15 años me mudé para
estudiar en Salvador y empecé a participar en la
Juventud Espírita Nina Arueira (JENA) del Centro
Espírita Caminho da Redenção (Mansión del
Camino) y en actividades de la Unión Espírita de
Bahía, hoy Federación Espírita del Estado de
Bahía (FEEB). Permanecí activo en la JENA y en
otras actividades de estudios, conferencias y
programas sociales de esta institución durante
26 años, hasta cuando sus actividades se
cerraron en el barrio de Calçada donde
participaba. Desde entonces quedé trabajando
exclusivamente en el movimiento federativo de
Bahía por la FEEB y en la Sociedade Hólon, una
institución que opera en el ambiente
universitario con el propósito de introducir el
pensamiento espiritual en la práctica
profesional.
¿Qué aspecto le llama la
atención en el contenido del Espiritismo?
Después de muchas reflexiones y
lecturas entiendo que el Espiritismo, a
semejanza del materialismo, es un paradigma o
cosmovisión que ha llegado para incluir y
trascender este último, siendo así su principal
crítico. Como una cosmovisión centrada en el
espíritu, contribuye a la evolución de todas las
esferas culturales - Ciencia, Filosofía,
Religión y Arte - además de orientar hacia el
desarrollo de una sabiduría existencial
singular. En este sentido entiendo que tiene la
misión de proponer la reconexión del
conocimiento de las esferas culturales
construyendo una gran síntesis del conocimiento,
como afirma Léon Denis, basada en la evolución
de la manifestación del espíritu y sus
movimientos interexistenciales y palingenésicos.
Su visión evolucionista me orienta en la
contextualización holoárquica de las diversas
manifestaciones del conocimiento y la praxis
humanos y me permite vislumbrar un futuro de
renovación de las concepciones que estructuran
las instituciones sociales, hoy dirigidas por el
paradigma materialista.
Háblenos sobre su experiencia
en el movimiento federativo espírita bahiano,
inclusive en el ejercicio de su cargo como
director presidente de la FEEB.
Se trata de una experiencia de
continuidad del legado de José Petitinga,
fundador de la Unión Espirita de Bahía en 1915,
que trabajaba como un aglutinante afectuoso de
personas e instituciones y cuyo ideario encontró
resonancia en figuras admirables como Jaime
Batista dos Santos, Ildefonso do Espírito Santo
y Francisco Bispo dos Anjos, ya desencarnados,
con quienes conviví cuando eran dirigentes de la
institución. Actualmente veo que nuestros
propósitos organizativos caminan en la dirección
de un sistema de trabajo en red, lo que permite
trabajar con una noción de pensamiento
colectivo. Como ejemplo están las Caravanas
Bahianas de la Fraternidad, los Encuentros
Espíritas Macro regionales y los Congresos
Estatales, todos ellos bien estructurados y
consolidados a lo largo de siete décadas. Vale
la pena resaltar que en las gestiones de los
últimos 20 años todos los miembros de los
comités directivos permanecieron activos incluso
sin cargos.
En estos momentos nuestra
inversión más reciente y significativa es la
ampliación de nuestra Red Espírita Federal
Estatal, virtual, con posibilidades de
interconectar a cerca de 7.000 líderes
existentes en los centros espíritas de Bahía, en
una vía bidireccional de enseñanza y aprendizaje
espírita entre el federación estatal y los
centros, teniendo como referencia un modelo
idealizado de centro espírita con las funciones
del hospital, escuela, templo y espacio de
convivencia.
En el movimiento espírita
considerado a nivel nacional, ¿cuál es su
experiencia?
Contribuyo con el movimiento
espírita nacional desde hace muchas décadas, ya
sea participando en sus grande eventos o
invitando a activistas espíritas a nuestros
cónclaves. Esta participación se ha ampliado
considerablemente con la era de la comunicación
virtual. De otro lado, como miembro del Consejo
Federativo Nacional de la Federación Espírita
Brasileña y de su Comisión Regional del Noreste,
desde hace 12 años, he compartido muchas
experiencias enriquecedoras con compañeros del
ideal de otros estados. Caracterizo la actividad
espírita como un movimiento y, por lo tanto, en
la multiplicidad de formas de acción y
diversidad de enfoques, evoluciona de acuerdo
con el rendimiento y el momento evolutivo de sus
participantes. Valoro mucho el pasado de los
pioneros que abrieron los caminos que caminamos
con relativa más facilidad. Y tengo aspiraciones
de unión de los espíritas en un proyecto de
renovación de la sociedad valorando la
originalidad del Espiritismo, que produce
conocimiento interexistencial, jerarquiza el
conocimiento y el actuar desde parámetros
evolutivos y propone la vida plena para todos
basada en amarse a sí mismo, servir al otro e
integrarse en Dios, reviviendo el ideario
evangélico.
De su convivencia con la
Hermana Dulce, ¿cuáles son sus recuerdos?
Conviví con la Hermana Dulce
durante los últimos trece años de su vida
trabajando como médico en el pabellón de Clínica
Médica, donde implanté el Internado y la
Residencia Médica del Hospital Santo Antônio.
Nuestros encuentros gradualmente se fueron
trasladando de la esfera administrativa a la
convivencia espiritual y fueron innumerables las
lecciones y ejemplos que percibimos de su
vivencia católica. Me llamó la atención
principalmente su fe en Dios y en su fiel
escudero San Antonio para resolver los problemas
cotidianos de una institución muy grande y sin
ingresos permanentes, porque ella no aceptó
convenios con las esferas públicas hasta cerca
de su desenlace. Vivió intensamente conectada a
la experiencia de sintonizar con "el reino de
los cielos" y su justicia para resolver las
demandas materiales. Intrigado por su dedicación
a los pobres de todos los matices, me preguntaba
sobre la fuente de inspiración para su vida y un
día ella me reveló que su mayor alegría era ver
a Dios, un fenómeno que ocurría a través de
todas las atenciones y que este era el origen de
su desempeño permanente, en el que pesaban las
limitaciones de la enfermedad pulmonar que
incapacitaría a cualquier ser humano normal.
De sus vivencias en el
movimiento espírita, ¿qué le marcó más?
Me atrae la dedicación de
aquellos que persisten en el ideal espírita
durante décadas. Reúno una lista de trabajadores
que nos precedieron que tomo como referencia en
algún aspecto o cualidad en su vida cotidiana.
Son incontables los que influyeron en mí con su
forma de ser, y, por una cuestión afectiva y
recordando su centenario, cito a Aristóteles
Peixinho como ejemplo de una generación
sumamente dedicada al Espiritismo que se
reinventaba en cada década en las acciones
espíritas.
Por otro lado, también me marcó
descubrir que el Espiritismo era mucho más de lo
que normalmente se presenta en los campos
espíritas. Comprenderlo como una síntesis
cultural centrada en el evolucionismo del
espíritu en sus manifestaciones me permitió
lidiar con ambientes académicos sin dejarme
influenciar por sus limitaciones materialistas,
hasta el punto de crear disciplinas y prácticas
profesionales que hablen del ser espíritu en los
cursos de salud. Considero a la Doctrina
Espírita como el tesoro que aún no hemos
explorado adecuadamente.
¿Considera que estamos
viviendo un nuevo tiempo de divulgación con las
redes virtuales?
En términos de ampliar el acceso
a la información espírita, es innegable que
estamos experimentando un nuevo tiempo y con él
descubrimos muchos nombres poco conocidos con
excelente bagaje espírita. Para nosotros en
Bahía, incluso antes de la red, ya estábamos
tratando de encontrar esos talentos a través de
las invitaciones que hacíamos a personas casi
desconocidas para el movimiento espírita y que
sorprendían por su conocimiento. Esta época
también es de más responsabilidad y creo que es
necesario encontrar una manera de construir un
consenso espírita sobre los temas actuales para
ir más allá de las interpretaciones personales
del conocimiento espírita.
¿Algo que añadir?
Sí. Agradecer la oportunidad de
expresar algunas ideas y vivencias creyendo en
contribuir al bien espiritual colectivo y desear
a todos los compañeros que acceden a este órgano
de comunicación sueños espirituales que los
transporten a la dimensión de lo divino cuando
se realicen.
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