Nacida en Belo Horizonte (MG), Patrícia Jaza de
Freitas (foto) reside en Bridgeport,
Connecticut (Estados Unidos). Licenciada en
Turismo, participa, en las lides espiritas, en
la Sociedade Espirita Renascer (SER), donde
coordina los estudios realizados por la
institución. En la siguiente entrevista, nos
cuenta sobre su experiencia en el movimiento
espírita en la tierra del Tío Sam, donde vive
hace más de veinte años.
¿Cómo y cuándo se volvió
espírita?
Me convertí en frecuentadora de
la SER en el primer semestre de 2003. Desde la
primera visita que hice a la Sociedad Espírita
Renacer nunca dejé de asistir a los estudios
semanales y, posteriormente,
a los trabajos que ofrece la Casa. Siempre he
disfrutado las buenas lecturas. En 1988 una
amiga me presentó El Libro de los Espíritus. Fue
una hermosa edición con cubierta de cuero y
cremallera. A pesar de tener una total
identificación con las historias que contaba de
los Espíritus y otros hechos, la primera
pregunta del libro "¿Qué es Dios?" me dejó
confusa. Ojeé el libro, me gustó, pero lo dejé
de lado. Pero aumenté mi cuota de lectura de los
libros psicografiados y cuanto más leía, más me
identificaba con la bondad y justicia de Dios
que mostraban sus historias. Quince años
después, por curiosidad, busqué un centro
espírita y encontré la SER. Era solo un grupo de
pocas personas que se reunían semanalmente para
estudiar las obras básicas. Fue entonces cuando
empecé a darme cuenta de la profundidad, belleza
y superioridad moral que cimentaba la Doctrina
Espirita. Yo estaba en el inicio de mi primer
embarazo y sentí en mi corazón que el don de la
maternidad me conducía a un (re)encuentro con
los valores más sublimes de los dos lados de la
vida. El Espiritismo vino con la maternidad para
mí. Dos regalos preciosos y divinos que
cambiaron mi camino para mejor.
¿Qué es lo que más le llama
la atención en la Doctrina Espírita?
La lógica amorosa. Creo que la
Doctrina Espírita es "el futuro de las
religiones" precisamente por la lógica inundada
de amor en todas sus enseñanzas. La justicia
divina deja de ser un temor y se convierte en
una brújula amiga para reajustarnos en el buen
camino de la evolución espiritual. La tristeza,
el miedo y el resentimiento son invitados a las
virtudes de la gratitud, la fe, la resignación,
el coraje. Para mí, la Doctrina Espírita es la
repetición de la invitación que Jesús le hizo a
Publio Lentulus hace casi dos mil años. Es el
mapa de la pacificación interior entre el hombre
viejo y el hombre nuevo que cada uno trae, así
como la pacificación exterior entre la ciencia y
la religiosidad.
¿Y cómo se dio su cambió de
país?
Siempre sentí que un día viviría
en el extranjero. No conocía a nadie en el
extranjero más que a una compañera de la
facultad. Confieso que en 1998 mi desilusión con
la política brasileña era un factor de disgusto.
También por eso tomé la decisión de "pasear" por
los Estados Unidos. Me organicé y vine sin
ningún plan o proyecto. Si me gustaba, me
quedaría. Conseguí mi visa en tres días por
correo y la compañía aérea me vendió el boleto
de ida y vuelta por $300. Una semana después de
llegar aquí, ya estaba trabajando con un
excelente salario. Cuando miro hacia atrás tengo
la sensación de que fui "deportada" de Brasil.
¡Todo ocurrió tan rápido y tan fácil! Creo que
me tomó un tiempo escuchar el plan que Dios
tenía para mí. Yo era feliz en Brasil, a pesar
de los desafíos, pero también estoy feliz aquí.
De hecho, los desafíos cambian, pero he
aprendido que la felicidad no puede estar
condicionada a la ausencia de ellos.
Estando en los Estados
Unidos, ¿cómo fue la integración con el grupo
espírita?
SER estaba en sus primeros meses
de vida. Como todo inicio, fuimos trillando más
con coraje que con experiencia. Nuestra
fundadora, Cida Nazareth, nos cedía el sótano de
su casa para las reuniones semanales. Solo
estudiábamos. Después de algún tiempo, con la
ayuda de colaboradores de aquí y de Brasil,
tomamos el curso de pases y empezamos a
ofrecerlo después de nuestras reuniones públicas
de los viernes. Nos dimos cuenta de la necesidad
de recaudar fondos para adquirir un local más
adecuado y creamos el GAP - Grupo de Acción y
Prosperidad con el objetivo de lavar ventanas y
limpiar casas durante el verano recaudando
fondos para la Casa. Debido al intenso
movimiento de automóviles, el Centro tuvo que
buscar otra dirección. Nos convertimos en
nómadas, pero después de un tiempo compramos un
cobertizo y lo renovamos. Funcionamos allí por
muchos años. Hoy estamos en un nuevo local, más
adecuado. Muchos de los integrantes del grupo
inicial ya han regresado a Brasil, pero
felizmente, somos un grupo unido y tenemos
eterna gratitud por todos los que han pasado por
aquí.
Mirando atrás en el tiempo y
las experiencias vividas, ¿qué tiene que decir
con referencia al conocimiento adquirido?
El conocimiento espírita no
tiene precio. Después de mucho tiempo estudiando
la teoría, comenzamos a darnos cuenta de la
invitación liberadora que los Espíritus trajeron
a través de la obra de Allan Kardec. Hoy es más
claro para nosotros ver que la única manera de
amar a Dios es tratar de practicar Sus leyes y
que, en el esfuerzo por practicar estas leyes,
en consecuencia, desarrollaremos virtudes. Es un
trabajo interior constante. En ciertas épocas
cosechamos frutos sencillos que alegran nuestros
corazones, en otros sólo regamos la tierra. La
Doctrina nos recuerda repetidamente que somos
aprendices y procuramos recordar esto cuando
todavía no encontramos frutos en ciertos árboles
de nuestro huerto. Sigue el trabajo.
¿Y acerca del grupo en el que
participa?
Hemos vivido muchas experiencias
gratificantes juntos desde 2003. Observo que el
simple hecho de trabajar en grupo ya es una
experiencia enriquecedora. Cada persona trae sus
ideas y es necesario centrarse para lograr el
objetivo, pero también la flexibilidad, como en
todo el trabajo voluntario.
Recuerdo claramente el primer día que ofrecimos
los pases y tuvimos allí, como ya dije, más
coraje y compromiso que experiencia y seguridad. Creemos
que la implantación de la tarea de desobsesión
fue un hito para los trabajadores más antiguos
de la Casa. A lo largo de los años, nuestra
relación con amigos y colaboradores espirituales
se ha vuelto más sólida. Cito el trabajo de
esclarecimiento porque tenemos en él lecciones
vivas de corazones que se vuelven valientemente
a la opción del suave yugo de Jesús y nunca se
cansan de alimentarnos con este banquete de
enseñanzas vivas.
¿Cómo es la integración de la
SER con el movimiento espírita de Brasil?
Durante muchos años hubo una
agenda anual llena de colaboradores que venían
de Brasil y pasaban por nuestra región de Nueva
Inglaterra. Incluso llegamos a traer
directamente a otros conferencistas para eventos
especiales que promovemos con la sociedad
brasileña. En los últimos años hemos realizado
trabajos con colaboradores locales y/o de
estados cercanos. Cuando hay algún evento grande
en ciudades cercanas o en Nueva York, vamos
hasta allá. Normalmente nos juntamos en unos
cuantos autos y compartimos todo el camino en
animada conversación. Gracias a las
posibilidades de Internet, durante esta
pandemia, hemos promovido en nuestros viernes
las conferencias públicas virtuales y de esta
manera hemos invitado a conferencistas de fuera
del estado y del país con más frecuencia que en
los tiempos de normalidad.
¿Hay algo significativo que
le gustaría traer a los lectores, de sus
recuerdos en la vivencia espírita?
No es fácil elegir un hecho
significativo. La Doctrina Espirita es un
manantial de luz que tiene el poder de
esclarecer la ignorancia y aclarar todos los
temores y dudas de nuestra alma. Ser espírita es
un proceso de esfuerzo constante. "Se reconoce
al verdadero espírita por su transformación
moral y por los esfuerzos que hace para dominar
sus malas inclinaciones." Creemos que tan
importante como comprender esta frase también es
saber perdonase en las caídas y volver a ponerse
de pie tantas veces como sea necesario. Sin
culpa ni disculpa, sólo el deseo honesto de
desarrollar virtudes. Hay una pléyade de
Espíritus amigos que nos ayudan en el camino del
bien.
¿Algo más que quisiera
añadir?
A usted que está leyendo este
artículo y no tienen una noción muy clara de lo
que es el Espiritismo, me gustaría llamar su
atención para decirle que si están tratando de
entender el amor de nuestro Padre, tan cariñoso,
acogedor, consolador, que nunca se cansó ni se
cansará de levantarnos en las caídas y
continuará amándonos eternamente, entonces
estudien y sienta el conocimiento espírita en su
corazón. Yo esperé treinta y cinco años. El
momento adecuado es usted quien lo determina.
Jesús hace lo esencial, pero tenemos que
ofrecerle algo de nosotros.
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