Entrevista

por Orson Peter Carrara

Una visión diferente sobre el binomio negocios y espiritualidad

Nacida en Fortaleza (CE), donde reside, Simone Ivo de Sousa (foto) es licenciada en Filosofía (UECE), licenciada en Gestión Empresarial, con especialización en Gestión Estratégica de Personas y Gerencia de Procesos de Negocios (FBUni). Trabaja como gerente administrativa y brinda servicios de consultoría organizacional y mentoría de negocios. Vinculada a la Federación Espírita del Estado de Ceará y a la Sociedad de Estudios Espíritas Casa de Francisco, trabaja en ambas como coordinadora del Área de Comunicación Social y Eventos Institucionales.

A continuación, la entrevista que amablemente nos concedió.

¿Cómo se convirtió en espírita?

Soy espírita de cuna. Mi madre es médium y, desde muy joven, conocemos la doctrina acompañándola a las reuniones mediúmnicas públicas a las que ella asistía en el Centro Espírita Fe, Esperanza y Caridad, en el Parque São José. En ese momento, entendía poco qué eran esas manifestaciones. Sólo en la adolescencia me interesé en estudiar los fenómenos y todo lo concerniente al Espiritismo. En él encontré respuestas a mis inquietudes filosóficas.

¿Qué es lo que más le llama la atención en el Espiritismo?

Con certeza su carácter instructivo consolador, que nos hace comprender que nuestras personalidades, idiosincrasias y tendencias forman parte de lo que nos hemos ido construyendo en el transcurso de las existencias y que, aunque seamos espíritus aún progresando, podemos llegar a ser mejores. Y un punto hermoso: ¡no hay adiós!

¿Cómo surgió su interés en reflexionar sobre la espiritualidad en los negocios?

El interés proviene de las interacciones profesionales y humanas. Así como el Espiritismo contempla la filosofía y la ciencia, no hay razón para no aplicar los principios espirituales a las relaciones laborales humanas. Los espíritus nos esclarecen en la pregunta 674 de El Libro de los Espíritus que el trabajo de cualquier tipo, particularmente el que permite el desarrollo ético-moral del ser humano, es una ley cósmica, es una ley natural. Nuestra producción laboral es una fuente de progreso, no un castigo. En su desarrollo podemos educar nuestros sentimientos manteniéndonos activos. A través del trabajo contribuimos a los avances personales y colectivos, contribuyendo en favor del progreso social y moral de todos. Antes de ser profesionales, somos espíritus y como tales podemos vivenciar las experiencias profesionales de una manera espiritualizada.

¿Podemos incluir a la espiritualidad en los negocios que, en la mayoría de los casos, están vinculados exclusivamente a aspectos materiales y a menudo burdos o banales?

Cuando nos referimos a los negocios, siempre lo ligamos al lucro, el dinero y el éxito. Obviamente, las organizaciones empresariales en las sociedades capitalistas se basan en estos preceptos para su sostenibilidad y continuidad. Sin embargo, en el camino para lograr esos objetivos, surgen oportunidades para el crecimiento personal y espiritual. Cuando nos referimos a la espiritualidad en los negocios, no estamos proponiendo una religión o religiosidad, sino el ejercicio de vivenciar la relación laboral de una manera virtuosa y con responsabilidad social, comprendiendo nuestro papel como ciudadano en el mundo. La vivencia de esta espiritualidad tiende a retornar a su emisor, cuando este se encuentra investido de ética, compasión y comprensión en el uso de los recursos y en los contactos interpersonales en el trabajo. El filósofo contemporáneo Mário Sérgio Cortella afirma algo muy pertinente a nuestra reflexión: "¡Haz lo mejor que puedas, en la condición que tienes, mientras no tengas mejores condiciones, para hacerlo aún mejor!". Si utilizo los recursos personales y los recursos disponibles para producir algo de la mejor manera posible, ciertamente estoy haciendo estos usos en conformidad con esa espiritualidad.

Considerando que los llamados negocios, en general, buscan ganancias y estrategias que no siempre son éticas, ¿estamos preparados para incluir la espiritualidad en ellos?

Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo, ya nos alertaba Mahatma Gandhi. Convertirse en protagonista de este cambio es una elección individual. El trabajo necesita dar sentido a mi vida, no solo por la remuneración que proviene de él. Poner en nuestras acciones corporativas los sentimientos de unidad, respeto, humildad, confiabilidad, dignidad y justicia contribuye a este cambio de paradigmas. Tratar a todos por igual, otorgando las mismas oportunidades, liderar y ser guiado escuchando, sirviendo y trabajando en equipo.

El escritor y consultor Sérgio Buaiz nos esclarece que "la Espiritualidad en los negocios tiene que ver con la visión humanitaria y responsable que debe acompañar las expectativas de ganancias de los gestores de las empresas". Y esta visión debe abarcar no solo el compromiso con la responsabilidad social junto con su público objetivo, sino también a sus empleados. Necesitamos abrirnos a una mayor comprensión de lo que significa obtener ganancias. El término lucrar, ¿está vinculado únicamente a los bienes materiales? ¿O no hay ganancia cuando dañamos menos el ecosistema en el que estamos inmersos? ¿No hay lucro cuando tenemos empleados felices y comprometidos, entendiendo el propósito de lo que hacen, producen, en relación a un bien mayor y colectivo? 

¿Cómo siente los despliegues de estos estudios, incluida la repercusión con el público que escucha?

Todavía no he propuesto el tema en las explicaciones y conferencias que hago en las instituciones espíritas, pero profesionalmente, cuando es posible, trato este asunto con la alta dirección de las empresas donde presto servicios de consultoría y mentoría.

¿Qué paralelo podemos hacer de la máxima “No se puede servir a Dios y a Mamon” y el binomio Negocios x Espiritualidad?

Mamon, en griego es "mammonas". Significa tesoro, riqueza. Hay innumerables personas que personifican la riqueza y la adoran como un dios. Eso es innegable. Reiteramos una vez más que los negocios y la espiritualidad se coadyuvan, ya que la espiritualidad que tratamos aquí no se refiere a la religión, sino a la aplicación y vivencia de actitudes éticas y responsables. En la incorporación real de objetivos más nobles a las acciones empresariales y no solo con el objetivo de asociar su imagen corporativa con una acción políticamente correcta, para ganar titulares periodísticos. Vemos varias empresas que ya incluyen en su estructura organizativa el área de responsabilidad social empresarial. Empresas que establecen y monitorean sus códigos de ética. Empresas que son evaluadas permanentemente como organizaciones con participación activa en todas las dimensiones de la vida de las comunidades en las que se insertan y que fomentan el trabajo voluntario.

De sus recuerdos sobre el tema, ¿qué es lo que más destaca?

Como sugerencia para quienes piensan en iniciar reflexiones y acciones en torno a esta propuesta, la lectura del libro "Espiritualidad en el trabajo y en los negocios", escrito por Kathleen Hawkins – Editorial Madras, y también "Dios en los negocios", de los autores Henry Blackaby y Richard Blackaby.

Sus palabras finales.

Gratitud por la oportunidad de estas reflexiones. 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita