Profesora graduada en Educación
para la Enseñanza Primaria,
Cláudia Maria A. Teixeira Werdine (foto) es natural
de Río de Janeiro-RJ y actualmente reside en uno
de los países del Golfo Pérsico. Vinculada al
Grupo de Estudios Espíritas virtual A Camino de
la Luz, donde coordina el área de educación,
nuestra entrevistada nos habla de su vasta
experiencia internacional especialmente enfocada
en el área de la educación.
¿Cómo y cuándo se volvió
espírita?
Desde niña tuve contacto con el
Espiritismo, porque mi abuela era trabajadora
espírita. Me gustaba mucho ir con ella al centro
y observar los fenómenos físicos que sucedían y
la dedicación de todos para acoger a los
afligidos, los enfermos, etc. Con su
desencarnación, ya no tuve más contacto con el
Espiritismo. Cuando yo tenía unos 20 años, el
Espiritismo volvió a mi vida de nuevo, porque mi
hermano se volvió Espírita y yo comencé a
frecuentar el centro para asistir a
conferencias, pero desafortunadamente no
desperté en ese momento y no participé en
estudios ni actividades. Cuando cumplí 26 años,
la Espiritualidad amiga decidió darme una nueva
oportunidad y, en un momento inesperado, mi
camino se cruzó con mi "príncipe encantado" que,
para que sea completo, era espírita, ¡lógico! A
partir de entonces comencé una nueva vida,
abracé el Espiritismo con todo mi amor,
compromiso y gratitud.
¿Qué destaca del conocimiento
espírita en su experiencia de vida?
Poco a poco, a través de
estudios continuos y trabajo, el conocimiento
espírita me fue abriendo un nuevo horizonte –
lógico, racional, amoroso, consolador– que hizo
que mi visión de la vida, del futuro, el mío y
el de los demás, ganara un nuevo sentido, valor
e importancia. Puedo decir que, para mí, siento
que tuve dos encarnaciones en la misma vida: una
antes de abrazar el Espiritismo y otra después.
Pero me parece oportuno enfatizar que el
conocimiento espírita sólo adquiere verdadero
valor cuando lo instalas en tu interior y lo
vives cada vez más. El conocimiento por sí solo
no te transforma. Es necesario comprender,
sentir para actuar, sirviendo con alegría.
La experiencia internacional
de vivir en diferentes países, ¿qué tipo de
visión del mundo le dio, considerando el
conocimiento espírita?
Sin el Espiritismo en mi vida,
creo que sería muy difícil, casi imposible,
vencer los desafíos que tuve que enfrentar
cuando nos fuimos a vivir a Viena, Austria. En
ese momento, estaba trabajando activamente en la
Fundación Dr. Bezerra de Menezes, en el sur
fluminense, Río de Janeiro, y teníamos 4 hijos
pequeños. Fue un gran impacto, pero sentí que
Dios tenía nuevos planes para nosotros y que
estaríamos amparados por Jesús y los Amigos
Espirituales. La adaptación en Viena fue muy
dolorosa, pero valió cada momento y hoy
comprendo mejor este Plan de Dios. La
experiencia internacional me hizo descubrir y
sentir que, como espíritas, tenemos mucho
trabajo por hacer para que realmente podamos
cumplir con nuestro rol: agentes de
transformación en la construcción del Mundo de
la Regeneración. Los que estamos en el exterior,
realizando el trabajo manual y los compañeros de
Brasil dando el apoyo y el soporte para que
podamos vencer los desafíos.
¿Cómo ve los esfuerzos para
expandir el pensamiento espírita en otros
idiomas y países?
Como dije anteriormente,
queda mucho por hacer. El proceso es lento,
requiere una planificación
adecuada y acciones efectivas. Ya no podemos
mantenernos en el "campo de las ideas",
elaborando una planificación que no se
corresponde con la realidad, la cultura y el
idioma de los diversos países. No podemos crear
un modelo estándar y querer implantarlo en los
distintos países. Cada país tiene su cultura,
sus valores, su historia y necesitamos saber
cómo llegar a ellos y conquistarlos. Es una
conquista, amorosamente hablando, pero esta conquista solo
será efectiva si presentamos la vivencia de
aquello que estamos ofreciendo y no solo las
palabras. Sabemos que el tiempo urge, que Jesús
tiene prisa y que
necesitamos avanzar. Entonces, amigos, ¡manos a
la obra!
Háblenos sobre la
planificación del área de educación, ya en
marcha en diferentes países e idiomas para
divulgar el Espiritismo.
Hay algunos planes importantes
que están desarrollando las Instituciones
Internacionales, pero hay uno muy especial para
mí, llamado Sembradores de Luz. Sembradores de
Luz es un Grupo Internacional de Apoyo a los
Educadores Espíritas. Tiene su nombre en
español, pero todo el trabajo se realiza en
cuatro idiomas: español, inglés, francés y
portugués, y nuestra meta es añadir un nuevo
idioma cada 2 o 3 años. Todos los materiales
ofrecidos por Sembradores son creados y/o
adaptados a las diversas realidades y culturas.
La idea de crear Sembradores de
Luz surgió hace unos 4 años, conversando con
amigas con gran experiencia como educadores
espíritas en diferentes países. Decidimos
entonces que necesitábamos hacer algo concreto,
basado en nuestra preocupación por ayudar,
conociendo los numerosos desafíos que los
educadores espíritas en los diversos países
enfrentan en su tarea. El proyecto comenzó muy
lento, porque nuestro mayor obstáculo fue
conseguir voluntarios en los diversos países
para que pudiéramos desarrollar el trabajo con
una visión internacional. Poco a poco, con mucha
garra, unión y orientación de la Espiritualidad,
fuimos venciendo uno a uno los desafíos que
presentaron. Actualmente, Sembradores de Luz es
una Asociación legalmente registrada, cuenta con
ocho áreas de actividad y abarca a 40
trabajadores de diversos países. Este trabajo ha
sido un verdadero regalo en nuestras vidas.
Sabemos que tenemos mucho que mejorar y
construir, pero estamos felices de ofrecer una
parte de nosotros a los educadores espíritas.
¿Cómo ve la contribución
brasileña en este proceso?
¡Toda contribución es importante
y valiosa! Necesitamos unir esfuerzos, estrechar
nuestros lazos y servir al Espiritismo, donde
sea necesaria nuestra participación. Los
trabajadores que tienen más recursos y
herramientas apoyan y ayudan a los más
necesitados. Ya no puede existir más mi
material, mi trabajo, mi institución. El proceso
educativo de una nación, de una institución o un
movimiento es realmente efectivo cuando
cambiamos el pronombre "mío" por "nuestro".
Nuestro material, nuestro trabajo, nuestro
movimiento, etc. ¡Esta es la línea conductora de
los trabajos en Sembradores de Luz!
Y la virtualidad, ¿considera
que también ha contribuido a la expansión del
pensamiento espírita en otras patrias?
Sin duda es una poderosa palanca
que, sabiendo utilizarla, será fundamental para
la creciente expansión del pensamiento espírita.
Necesitamos estar atentos a nuestros objetivos
con respecto a su uso. ¿Lo estamos usando para
promover el pensamiento espírita o para
promovernos a nosotros? Si no estuviéramos
comprometidos con nuestro proceso educativo, el
recurso tendrá efectos inoportunos y confusos.
De sus recuerdos de las
acciones emprendidas a nivel internacional, ¿qué
le gustaría destacar?
De estos 17 años trabajando para
el Consejo Espírita Internacional, en el área de
la infancia, juventud y la familia, tengo
innumerables recuerdos maravillosos, ya sea en
relación con el hermoso equipo de trabajo, a las
acciones emprendidas, es decir, en relación con
la amorosa acogida que henos tenido en los
diversos países. Creo que los eventos pioneros
nos han marcado profundamente. La realización de
los Encuentros de la Familia Espírita en Suiza,
Holanda, Reino Unido, etc., los Encuentros de
Educadores Europeos que se realizaron en 7
países diferentes y, recientemente, el 1er
Encuentro Espírita Sudamericano de la Infancia y
Juventud desarrollado en 2019, en Santa Cruz de
la Sierra, Bolivia, con la participación de
niños de jóvenes de diferentes países de América
Latina. Sin duda un evento significativo, que
nos trajo grandes desafíos en la elaboración,
pero con resultados maravillosos.
¿Algo más que quisiera
añadir?
Sólo me gustaría dejar para
nuestra reflexión una frase de la Madre Teresa
de Calcuta: "Lo que hago es una gota en medio de
un océano. Pero sin ella, el océano será más
pequeño".
Sus palabras finales.
Mis primeras palabras son de
total gratitud. A Dios por las oportunidades
que me fueron ofrecidas, a Jesús por su
importante presencia en mi vida, a los Amigos
Espirituales por el amparo y la confianza
depositados en mi trabajo, a mi esposo Humberto,
"mi ángel de la guarda", y a mis hijos por
comprender y apoyar las innumerables horas de
trabajo, a los compañeros de viaje por tantos
momentos felices, a la familia Sembradores de
Luz, a usted y a la dirección de O Consolador por
la amorosa invitación y a todos los lectores. Me
gustaría terminar con una frase pronunciada por
un pastor evangélico que me impactó
profundamente: "Dios nunca
dijo que el viaje sería fácil, pero dijo que la
llegada valdría la pena".
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