Nacido en São José dos Campos y
residente en Jacareí, ambos municipios del
interior de São Paulo, Carlos Seth Bastos (foto) es
Ingeniero electrónico, está jubilado y preside
el Centro Espirita Amor a Jesus, en su ciudad.
Lo entrevistamos sobre las investigaciones
históricas especialmente relacionadas con la
polémica sobre las adulteraciones de las obras
de Kardec.
¿Cómo se convirtió en
espírita?
Buscando ayuda para un problema
familiar.
¿Qué es lo que más llama su
atención en el pensamiento espírita?
La lógica filosófica.
¿De dónde vino su interés por
la investigación histórica?
A lo largo de estos más de 30
años como espírita, después de mucho estudiar a
Allan Kardec y André Luiz, decidí hacer un
análisis crítico de los estudios científicos
dedicados a temas espíritas, por ejemplo, las
experiencias cercanas a la muerte, las
experiencias fuera del cuerpo, la precisión
mediúmnica, las marcas de nacimiento como
evidencias de reencarnación, etc., pero
desafortunadamente la cantidad de estudios y los
resultados encontrados no fueron muy
relevantes, demostrando que todavía llevará
mucho tiempo para que confluyan para probar los
fundamentos espíritas. En este proceso de
análisis terminé incorporando el método
hipotético-deductivo, es decir, el método
científico, a muchas de las futuras
investigaciones históricas. Como se sabía muy
poco sobre los médiums utilizados por Kardec,
decidí concentrar esfuerzos para enriquecer la
historiografía espírita. Estas investigaciones
terminaron desdoblándose al período pre-Kardec,
y para el período post-Kardec, cubriendo un poco
más de 100 años, de 1804 a 1905.
De su investigación sobre las
llamadas adulteraciones de las obras básicas,
¿podemos afirmar que el propio Kardec hizo
cambios que luego fueron confundidas con
adulteraciones?
¡Exactamente! La confusión
surgió por una suposición formulada en función
de la falta de disponibilidad de una edición
específica de Génesis, que tendría que ser
analizada para completar la investigación. Lo
explicaré mejor. Cuando la autora de "El legado
de Allan Kardec", Simoni Privato, investigó el
tema, se encontró con un documento relevante: la
Declaración de Impresión de febrero de 1869. Por
ella supimos que, casi un mes antes de que
Kardec muriera, la imprenta registró, en su
nombre, una advertencia al gobierno francés de
que imprimiría dos mil ejemplares de La
Génesis. Privato también demostró que la 4ª
edición de la obra fue publicada en 1868 y la 5ª
recién en 1872. Entonces, ¿qué edición salió en
1869, cumpliendo con la última solicitud
autorizada por Kardec? Ella no lo informó en el
libro, ya que no encontró ninguna edición de ese
año. Y sin tener acceso a esta edición
desaparecida, su investigación permanecía
inconclusa.
Una publicación póstuma se
convierte en adulteración solo si se demuestra
que la actualización no fue realizada por el
autor. Este fue el caso que Privato trató de
demostrar que había ocurrido. Ante la
imposibilidad de hojear la edición de 1869 y
comprobar su contenido, desarrolló una
interpretación jurídica. Observando que no había
un registro previsto por la ley - el Depósito
Legal -, ella supuso que este debía hacerse solo
si el contenido de la obra hubiese sufrido una
alteración. Decimos "supuso" porque el Decreto
Imperial de diciembre de 1810 (legislación
presentada en su libro) cita la necesidad del
registro, pero no indica la restricción a casos
específicos, y Privato tampoco informó en cuál
artículo y en cuál otra ley francesa consta lo
que ella afirmó (sabemos que esta regla es la
definida para el Depósito Legal en Brasil, de
conformidad con la ley vigente en la
actualidad).
Fue esta suposición, sumada a
los documentos que ella encontró, la que llevó a
Privato a la conclusión de la adulteración. Para
ella, la falta de ese registro indicaría que los
ejemplares de la edición desconocida de 1869
tendrían necesariamente el mismo contenido que
la cuarta y, por lo tanto, Kardec no habría
publicado ni autorizado la publicación del
contenido actualizado. Estando basada en una
suposición, la investigación de Privato nunca
llegó a ser realmente concluyente, aunque
algunos la hayan adoptado como una verdad
indiscutible.
¿Qué nuevos elementos ha
aportado usted para dilucidar la cuestión?
La edición de La Génesis, publicada
en 1869, la pieza que faltaba para completar
esta historia fue encontrada en febrero de 2020
en una biblioteca en Suiza. En posesión de este
ejemplar, pudimos conocer y analizar la última
edición autorizada por Kardec, de la misma
manera que Privato analizó las demás. Se trata
de la 1ª impresión de la 5ª edición. La
constatación de que su contenido es idéntico al
de la 5ª edición de 1872 es la primera
demostración que contradice la suposición de
Privato y, por lo tanto, la tesis concluida a
partir de ella.
Aun así, la confusión entre
alteración y adulteración persistió, debido a
que algunos investigadores asumieron que la
Declaración de Impresión de febrero de 1869
sería la solicitud de la 4ª edición y, en
consecuencia, esta edición sería de 1869. Este
es el mismo argumento utilizado para
descalificar la 5ª edición de 1869 y
considerarla clandestina, ya que esta ni
siquiera tendría una Declaración de Impresión.
La propuesta de esta línea de investigación
discrepa de lo demostrado por Privato, de que la
4ª edición de La Génesis es de
1868 y de la ausencia de información de la
edición correspondiente a la última solicitud de
impresión, sin demostrar por qué ellos tendrían
razón y ella equivocada, cayendo, por tanto, en
el campo de la suposición.
No rehuimos el análisis jurídico
para verificar si la suposición de Privato sobre
el Depósito Legal tenía fundamento o no.
Consultamos todas las alteraciones al Decreto
Imperial de 1810 y encontramos, en el artículo
14 de la Ley del 21 de octubre de 1814, que el
registro del Depósito Legal de la edición era
obligatorio para todas las Declaraciones de
Impresión, incluso si su contenido fuera el
mismo que el depositado anteriormente (y fue lo
que observamos en los registros de varias
ediciones idénticas de otras obras de Kardec).
De esta manera, la suposición de Privato resultó
infundada. Lo que ella realmente descubrió fue
que la imprenta no cumplió la ley. El debate en
torno a si la edición de 1869 podía ser
comercializada o no, según la legislación de la
época, no influye en la identificación del autor
de las alteraciones, que es el objetivo de
nuestra investigación.
Aliadas a estas demostraciones,
varias fuentes directas, basadas en documentos
históricos, no dejan lugar a dudas sobre la
autoría de Kardec. Por ejemplo, en una carta de
septiembre de 1868 él dejó claro que ya había
hecho las alteraciones en la 5ª edición del La
Génesis y que el 50% de la obra ya estaba
impresa a fin de pasar por una revisión [1].
Como refuerzo, faltaba encontrar otros elementos
que corroborasen esta declaración del propio
Kardec. Fue lo que hicimos, encontrando más de
20 pruebas, algunas circunstanciales, otras
bastante robustas.
Lo mismo ocurrió con la tesis de
la adulteración de la 4ª edición de El Cielo
y el Infierno, que identificamos que no
tenía fundamento, ya que esta edición se
imprimió en febrero de 1869, con Kardec en vida,
y publicada cerca de cuatro meses después.
¿Cómo se localizaron estos
documentos?
Localizamos varias fuentes,
entre manuscritos e impresiones, de diferentes
orígenes. Describiremos aquí cómo encontramos
las más relevantes. La primera, como ya hemos
dicho, es la propia edición de 1869 de la 5ª
edición de La Génesis, que fue ubicada en
la biblioteca de la Universidad de Neuchâtel, en
Suiza, gracias a una búsqueda en WorldCat,
considerado el catálogo digital más grande del
mundo. Una vez localizada la obra, nos pusimos
en contacto con el bibliotecario y finalmente
obtuvimos una copia digitalizada de la misma. La
segunda fuente es la Declaración de Impresión de
febrero de 1869, que es un documento presentado
por la imprenta al gobierno, que muestra la
intención de comenzar la impresión en serie de
determinada obra, encontrada por Simoni Privato
en los Archivos Nacionales de Francia. Una
tercera prueba es un inventario de la Librería
Espírita de 1873, encontrado en la Librería
Leymarie y adquirido por el Museo AKOL. En él
vemos descrito que las ediciones 5ª y 6ª de La
Génesis son de 1869 y la 4ª edición de El
Cielo y el Infierno se imprimió en
febrero de 1869, por lo tanto, con Kardec aún
vivo. Este inventario se menciona en el acta de
la Asamblea General Ordinaria de 1873 de la
Sociedad Anónima, firmadas por Amélie Boudet,
por el Consejo Fiscal, y por Leymarie, por la
administración. Los originales, disponibles en
los Archivos Municipales de París, fueron
encontrados por el colega Charles Kempf. La
carta de septiembre de 1868, escrita a mano por
Kardec, pertenece al acervo de Canuto Abreu,
propiedad de la FEAL. Las actualizaciones de la
legislación de impresión de Francia en el siglo
XIX fueron identificadas por Google Books. Los
manuscritos de los diálogos entre Kardec y los
espíritus sobre La Génesis pertenecen
al Museo AKOL.
Para los interesados en
conocer esos documentos históricos, ¿dónde
pueden buscar?
Para quien quiera
tocar los documentos originales, deberá viajar a
Neuchâtel y París, y también ponerse en contacto
con el Museo AKOL y la FEAL. Para los que están
satisfechos con las copias digitalizadas, todas
ellas están disponibles, junto con nuestra
investigación, en varios medios, por ejemplo:
I) En las redes sociales: link-1 (buscar
en la lupa por #AG y #OCEOI) o
youtube.com (buscar "Investigación: El caso
La Génesis", "¿Las obras de Kardec fueron
adulteradas?", "La Génesis y los nuevos
descubrimientos", etc.);
II) En el Museo AKOL:
allankardec.online (buscar "Por respeto a
Kardec, La Génesis investigada");
III) En el Jornal de Estudios
Espíritas: para acceder, haga clic en link-2.
¿Qué fue lo más significativo
para la investigación en su búsqueda? Y ahora,
con los documentos catalogados, ¿qué es más
destacable?
Hasta el día de hoy, casi dos
años después de iniciar la investigación, la
mayoría de los que tomaron conocimiento de la
tesis de la adulteración la desconoce
totalmente, dejándose llevar por suposiciones
carentes de fundamentos. También observamos que
una parte del movimiento espírita no sabe que La
Génesis fue actualizada, ni la sospecha de
la adulteración. Con esto, las personas pueden
haber adquirido, sin saberlo, la traducción de
la 1ª edición de La Génesis, publicada
por algunas editoriales en Brasil y, en caso no
lean la presentación de los editores, no sabrán
que tomaron la decisión de ignorar la
actualización de la obra. Incluso, pueden
sorprenderse al descubrir, en un grupo de
estudio, que su ejemplar es diferente de las
demás, que fue lo que le sucedió a Carlos de
Brito Imbassahy a principios del siglo 21, hecho
que lo llevó a acusar erróneamente a Guillon
Ribeiro de haber adulterado la traducción
brasileña de la obra.
De sus recuerdos en todo este
trabajo, ¿cuál es el más emocionante?
Evidentemente fue el correo
electrónico recibido del bibliotecario con las
copias de las páginas que había solicitado, y
que eran la referencia para que tengamos la
certeza de que el libro encontrado en Neuchâtel
correspondía a la 5ª edición de La Génesis, aunque
fechada en 1869, cuando en ese momento, en
febrero de 2020, todos todavía creían que tal
edición sería de 1872.
¿Algo más que quisiera
añadir?
Tenemos que reconocer que hoy
todos podemos tener opiniones, pero la historia
se hace con hechos y documentos, que es lo que
llamamos fuentes directas o fuentes primarias.
No estamos vinculados a ninguna federación, por
lo tanto, nuestra independencia nos permite
investigar sin ningún sesgo a favor o en contra
de una determinada hipótesis. Simplemente
investigamos y publicamos la información que
surge de ella. Llegamos a calcular la
probabilidad de una adulteración hipotética en
menos del 1,6%, porque un improbable adulterador
tendría que haber obtenido una copia del texto
actualizado por Kardec (para ser adulterado por
él), tener tiempo para escribir sus cambios,
convencer a la imprenta para que altere los
caracteres en movimiento de la nueva edición,
reimprimir lo que ya estaba impreso, convencer
al profesional de estereotipia para que rehaga
las matrices (que ya habían sido hechas y
pagadas por Kardec), tener dinero para cubrir
todos estos costos y actuar sin ser descubierto
por Amélie y los demás espiritas cercanos a
Kardec, ni ser delatado por los profesionales
involucrados, es decir, practicar un crimen
perfecto.
Sus últimas palabras.
Si ya no nos consideramos
necesitados o enfermos, como muchos que al
principio buscamos la ayuda del Espiritismo,
sería bueno tratar de entender la evolución del
pensamiento de Kardec a través de la revisión,
corrección y ampliación de sus obras, hechas por
él mismo. El conocimiento de la Historia del
Espiritismo es una ayuda importante en este
entendimiento, porque entendemos mejor las
motivaciones, el contexto y los personajes
involucrados, pero todo basado en la ciencia y
no en evidencias temporales recortadas para
adecuarlas a las hipótesis de cada uno.
[1] Carta
de Kardec sobre La Génesis: un análisis
de la fuente primaria, por Adair Ribeiro,
Carlos Seth Bastos y Luciana Farias: para
acceder, haga clic en el link-3
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