Nacida en Río de Janeiro (RJ) y residente en
Angra dos Reis, en el mismo estado, Márcia
Ferraz de Carvalho Caravieri (foto) es
licenciada en Derecho y funcionaria pública,
actualmente jubilada como abogada. En las lides
espíritas, participa en los trabajos del Grupo
Espírita Meimei, con sede en la ciudad donde
reside, en el que actúa como miembro de la
Directiva Colegiada y Directora del Departamento
Doctrinario.
¿Cómo conoció el Espiritismo?
Cuando tenía aproximadamente 18
años, estaba en búsqueda de algo más. Las
explicaciones contenidas en la religión que
hasta entonces profesaba, "católica no
practicante", no respondían a mis numerosas
preguntas. Decidí conocer otras religiones,
recorrí algunas de ellas sin identificarme con
ninguna. Fue entonces que un amigo me invitó a
asistir a una conferencia en la Casa Espírita a
la que asistía. Me recibieron con mucho cariño.
Los conceptos expuestos allí me parecían
familiares y consoladores. Ese día me invitaron
a participar en el ESDE, y desde entonces nunca
me alejé.
¿Cree que le ayudó en la
comprensión de su propia vida?
No tengo ninguna duda. El
Espiritismo me desveló una nueva visión y
comprensión de la vida, tanto desde el punto de
vista material como espiritual. Me trajo
respuestas que hacía mucho tiempo buscaba en
otras religiones, con bases científicas,
filosóficas y religiosas. Los principios básicos
en los que se basa fueron capaces de hacerme
comprender mi necesidad de crecimiento como
espíritu inmortal.
¿Qué aspectos doctrinarios le
llaman la atención?
La justicia de la reencarnación.
Partiendo del principio de que todos fuimos
creados simples e ignorantes y destinado a la
perfección, Dios nos proporciona los medios para
alcanzarla a través de sucesivas
reencarnaciones. Tal es su Justicia, que nos
permite realizar, en nuevas existencias, lo que
no logramos en una primera prueba. Esto
realmente solo puede provenir de un ser
soberanamente justo y bueno.
De los aspectos doctrinarios
presentados por el Espiritismo, reviviendo el
Evangelio, ¿cuál considera más desafiante?
Para mí, la enseñanza más
desafiante es la contenida en la bienaventuranza
"Bienaventurados los mansos y pacíficos". Ser
manso y ser pacífico para mí son grandes
desafíos, porque todavía lucho con esta "mujer
vieja" que traigo secularmente y que insiste en
ser osada, impaciente con los semejantes e
intolerante con las imperfecciones ajenas.
¿Cómo entiende el momento
vivido por los espíritas?
Un momento que nos impulsa a la
vivencia del Evangelio de Jesús basado en la
Doctrina Espírita. Estamos viviendo la gran
oportunidad de poner en práctica todo lo que
estamos estudiando desde hace unos años. Es el
momento de extraer la carta del Evangelio y
vivenciar las enseñanzas del Maestro Jesús a
través de nuestras actitudes ante nuestro
prójimo.
De sus experiencias en el
movimiento espírita, ¿qué le gustaría destacar?
La visita que tuve la
oportunidad de hacer a la Mansión del Camino en
Salvador. La grandeza de la obra conducida por
Divaldo Franco toca nuestros corazones. Cuántas
personas involucradas, cuántas personas se
benefician, cuántos voluntarios, en fin... Un
trabajo enorme. Además de la obra asistencial,
tuve el honor de asistir a una conferencia de
Divaldo en el Centro Espírita Caminho da Redenção.
Además de la preciosa explicación, su actitud me
impactó mucho. Él llegó al local 45 minutos
antes del inicio de la reunión y atendió a las
diversas personas que estaban previamente
inscritas para la atención, todo esto de pie.
Después de las atenciones, se dirigió a las
filas de bancos, saludó a todas las personas del
salón. Resalto que en esa época tenía 90 años.
Eso me impresionó. Cuánta dedicación, cuánto
amor nos dedicó a todos.
Sus palabras finales.
Mi gratitud por el trabajo de la
revista. Y por la oportunidad de esta
entrevista.
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