Nacida en São Sepé (RS) y
residente desde hace 15 años en São José, en la
gran Florianópolis (SC), Simone de Oliveira
Ferreira (foto) es licenciada en
Psicología, con un MBA en Gestión de Personas y
una Maestría en Educación, es Psicóloga clínica
desde 2001, y también es terapeuta de grupo y
escritora. Está vinculada a la Sociedad Espírita
Tereza de Jesús (afiliada a la FEC), en la misma
ciudad, y también al Centro Espírita Sin
Fronteras (totalmente virtual y afiliado a la
FEDDF. En el movimiento espírita, participa como
asistente fraterna, facilitadora de grupos de
estudio y como conferencista en eventos
virtuales y presenciales. También participa en
la 14ª. URE
como expositora en los centros espíritas de la
gran Florianópolis-SC, colaborando con el
programa de radio Momento Espírita de la
Asociación Espírita Jesus Nazareno de São Sepé (RS).
Colabora asimismo con el programa del Club de
Lectura de la FEBtv y el programa Evangelio y
Espiritismo de la USE-Jales-SP. Simone ha
publicado un libro reciente sobre el que nos
habla en la siguiente entrevista:
¿Cómo conoció el Espiritismo?
Nací en cuna católica y en la adolescencia las
preguntas aumentaron y al no obtener en el
catolicismo ciertas respuestas, me fui en busca
de otras posibilidades de comprensión sobre los
problemas humanos y mis inquietudes. Alrededor
de 1996, mi hermana mayor, que vivía en Porto
Alegre, nos presentó a mí y a mi madre El
Evangelio según el Espiritismo. También
tomé contacto con El Libro de los Espíritus y todo
tenía mucho sentido. El culto al Evangelio en el
Hogar fue mi primera práctica dentro del
Espiritismo, luego vinieron los grupos de
estudio y me fui involucrando cada vez más en el
movimiento espírita.
¿Cómo despertó su interés por la Psicología?
Siempre he estado ligada a actividades
voluntarias y mi primer encanto con esta ciencia
fue por la psicología social, donde trabajé con
grupos terapéuticos en escuelas, asociaciones
comunitarias y prisiones. En este último
contexto, en el que también transité por la
psicología jurídica, maduré mucho. Trabajé con
informes periciales y con entrenamientos de
servidores enfocados en salud mental, un tema
que hasta la actualidad atiendo en el
consultorio. Ver a las personas más allá de las
etiquetas, más allá de sus dolores, traumas y
animarlos a percibirse poderosos me motiva a
seguir en esta hermosa profesión.
Ahora bien, con ambos conocimientos, ¿cómo
considera esta fusión en la acción espírita y
también en el ámbito profesional?
Ingreso con más cuidado al "terreno sagrado" que
es el otro. En ambos campos del conocimiento, el
libre albedrío se presenta como un elemento
importante y me ayuda a comprender mejor las
elecciones y acciones humanas, me da límite y un
mayor respeto por la individualidad. Entonces,
dos lentes de comprensión del ser humano (el
Espiritismo y la Psicología) me animan a tener
más tacto, compasión y
alteridad.
Cuéntanos sobre su libro recién publicado.
Se trata de la autoestima, el
empoderamiento personal y el protagonismo. Su
objetivo es despertar a las mujeres a sus
potencialidades, porque en una sociedad machista
y racista, muchas veces, estas fuerzas quedan
dormidas o son extirpadas. Traigo experiencias
personales y 26 años de psicología, ensambladas
con teoría y ejercicios que desarrollé o adapté
para su uso en el consultorio, grupos
terapéuticos y talleres. Hay reflexiones sobre
el autoconocimiento, el autoperfeccionamiento,
el autocuidado, el autosabotaje, los estándares
estéticos de belleza, la representatividad de la
mujer negra. Escribí sobre profesión,
maternidad, crisis existencial, sueños y
propósito de vida. El libro Era un cisne y no
lo sabía también hace referencia a la fábula
del Patito Feo y aborda cuestiones sobre el
rechazo, el complejo de inferioridad, la
autoaceptación y la singularidad. Es una obra
que nos invita a reconocer el cisne que vive en
nosotros.
Los interesados en adquirir el libro ¿cómo deben
proceder?
La versión impresa se puede adquirir en la web
de la editorial Viseu, Amazon, Livraria Cultura,
Magazine Luiza, Americanas o Submarino. Y el
e-book en Amazon, Apple, Kobo, Livraria Cultura
o Wook.
De sus recuerdos en la vivencia espírita, ¿qué
le gustaría destacar?
El amparo divino que recibo diariamente en las
tareas que realizo y en los desafíos personales.
Destaco los (re)encuentros con corazones
queridos que nos sostienen en el camino y los (re)encuentros
sanadores con corazones que aún no están
completamente conectados con el nuestro, pero
que nos ayudan a ser mejores y a entrenar la
compasión. Otro punto destacado que siempre me
ha llamado la atención es la ausencia (o poca
representatividad) de personas negras en los
centros espíritas y el silencio del movimiento
espírita en torno a esta ausencia y en torno a
agendas como el racismo estructural y la
supremacía racial. Recordemos la pregunta 799
de El Libro de los Espíritus: ¿Cómo puede
el Espiritismo contribuir al progreso? [...] Destruyendo
los prejuicios de sectas, de castas y de color,
enseña a los hombres la gran solidaridad que
debe unirlos como hermanos. Cabe reforzar que
no hacer el mal y actuar tímidamente no hace
nada para contribuir al progreso individual y
colectivo. Véanse las preguntas 642 y 932 de
esta misma obra. De esta manera, hay mucho por
hacer, especialmente cuando vemos los alarmantes
datos de opresión, desigualdad, exclusión y
violencia.
De las actividades de divulgación espírita a las
que se dedica, ¿qué es lo que más le emociona? ¿Por qué?
Me gusta hablar y escuchar, intercambiar y
aprender; entonces, participar en grupos de
estudio, conversatorios y seminarios me dan un
gran placer. Por esa misma razón mis
conferencias son bastante interactivas. También
tengo un cariño especial por la tarea de la
atención fraterna. Acoger al otro en un momento
de fragilidad y vulnerabilidad es importante y
necesario.
Dadas las enormes carencias humanas,
especialmente las psicológicas, ¿considera que
las instituciones espíritas han podido mitigar
todo este proceso?
Hasta cierto punto sí, pues ayuda a esclarecer
nuestro propósito aquí en la tierra, a tener
resignación, resiliencia y fe en la vida futura.
Nos invita a que pensemos como seres inmortales.
Pero debido a que somos complejos y vivimos en
una sociedad compleja y las aflicciones son el
resultado de muchas variables, nuestras
instituciones no siempre son capaces de
mitigarlas. Sin embargo, creo que podemos
trabajar un poco más en la inclusión, las
conexiones, el afecto y la acogida genuina. Las
personas están sedientas de consideración,
receptividad genuina. El centro espírita es la
Casa del Camino de Simón Pedro y los primeros
trabajadores de Cristo, por lo que sus miembros
deben construir y sostener su atmósfera de
afecto (amor), cuidado (caridad) e instrucción
(conocimiento) para continuar la obra de Cristo
Jesús.
¿Algo más que quisiera añadir?
Agradezco la oportunidad de dar testimonio de
cuánto me ha transformado y sostenido el
Evangelio de Jesús a la luz de la Doctrina
Espírita. Deseo que O
Consolador continúe
firme en la divulgación de la Buena Nueva y del
Evangelio redivivo.
Sus palabras finales.
Quiero que se haga eco en nosotros lo que dice
el Maestro Jesús en Juan 13:35: "En esto todos
sabrán que sois mis discípulos, si os amáis los
unos a los otros". De
esta manera caerán por tierra todas las
ilusiones de separación que aún dividen a la
gran familia humana. Y deseo que el centro
espírita sea un lugar donde veamos la belleza de
la diversidad humana representada en los
frecuentadores y voluntarios con más frecuencia.
Con mi abrazo, invito al lector a visitar mi
Instagram de voluntariado: @simoneseareira
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