Entrevista

por Orson Peter Carrara

Es sólo a partir de los cambios en nosotros que cambiaremos el mundo

Maurício Cordeiro Mancini (foto), nacido en Río de Janeiro y actualmente residente en Seropédica, ambas en el estado de Río de Janeiro, es graduado, magíster y doctor en Ingeniería Química, y profesor titular del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro. Espírita desde 1976, es conferencista y autor de varios libros espíritas, participando en el Centro Espírita Paulo de Tarso, en su ciudad, en el que coordina el Departamento de Asuntos Doctrinarios y el Departamento de Orientación Mediúmnica. En esta entrevista nos habla de sus obras y, en particular, del tema Educación del Espíritu:


¿Cuándo y cómo se convirtió en espírita?

Como la mayoría de nosotros, los trabajadores espíritas, la Doctrina entró en nuestras vidas a través de los caminos del dolor. Mi madre, María de Lourdes, presentó dificultades con su mediumnidad, lo que llevó a toda la familia a hacer el primer contacto con una casa espírita y con la Doctrina Espírita en 1976, en el Centro Espírita Lázaro, Amor e Caridade, en el barrio de Méier, ciudad de Río de Janeiro. Con el reequilibrio y la transformación de mi madre en trabajadora, mi relación con la Doctrina fue absolutamente natural. Sólo en el Espiritismo encontré las respuestas a las preguntas de la vida y a los fenómenos mediúmnicos que presencié y vivencié, desde mi más tierna infancia. Desde el primer contacto hasta el inicio de los estudios y tareas mediúmnicas, a partir de 1986, no hubo mayores sobresaltos que los naturales para un joven que encuentra un camino seguro para superar los desafíos de la vida y de la madurez.

¿Cómo se interesó por los libros que lanzó con un perfil de mensajes compactos?

Entre los libros más queridos para mi corazón, puedo destacar la serie Fonte Viva de Emmanuel; con especial cariño por el libro Fonte Viva, y Jesús en el Hogar, de Neio Lúcio. Hasta el día de hoy, estoy encantado con la capacidad del primer autor para generar pensamientos largos a partir de frases cortas y del segundo para contar momentos de la interacción de Jesús con cada uno de nosotros, encarnados, de una manera tan simple. Fueron mi primera inspiración.

Posteriormente, al trabajar con los jóvenes del Movimiento Espírita y con mis estudiantes en la Universidad, me di cuenta de que podía usar la facilidad de escribir y hablar para tocar corazones y ofrecer contrapuntos a lo que venía comenzado a circular en las redes sociales (Orkut en esa época), que todavía no tenían la relevancia para la comunicación que tienen hoy. Empecé a enviar mensajes e historietas diarias a algunos grupos de jóvenes, hasta que uno de ellos, querido hijo del alma y estudiante de letras, sugirió transformar los  mensajes dispersos en libros. Y así nacieron mis primeros libros.

¿Cuántos libros tiene publicados? Por favor, cítelos.

Hasta ahora son seis libros de mi autoría y un libro para el que he escrito un capítulo, en asociación con mi amigo Orson.

1) Parábolas de buenas noches

2) Mensajes de buenas noches

3) De padre a hijo

4) Consuelo en los dolores del alma

5) Lecciones de amor en dos épocas

6) Canción de cuna para Piero (Poesía producida desde 1989)

7) ¿Hambre de qué?  (Organizado por Marcelo Teixeira, para el cual escribí el capítulo Hambre de disciplina)

La dedicación a las conferencias ¿qué experiencia y visión importante le aporta en el contacto con el público?

El conferenciante espírita (1989) llegó antes que el profesor universitario (1991). Creo que la tarea de divulgación doctrinaria es un compromiso inmensamente enriquecedor, ya que, para hablar, para exponer a Jesús y Kardec, no basta con que leamos, necesitamos enfrentar el desafío de experimentar. La interacción con personas tan diferentes, con necesidades, dolores, curiosidades y anhelos tan diferentes, me anima, siempre y cada vez más, a buscar ser mejor y vivenciar lo que divulgo. La ganancia personal es enorme y llega incluso al campo profesional, porque todo o el aprendizaje de técnicas y valores positivos en la Doctrina, trato de aplicarlo con mis queridos alumnos y queridas alumnas, no siempre con éxito, pero siempre con entusiasmo.

En un enfoque sobre La Educación del Espíritu, ¿qué le viene a la mente para transmitir a los lectores?

Hay mucho que decir. Pero, resumiendo, me gustaría que todos nos animáramos a Educarnos a Nosotros Mismos. Porque sólo hay un Espíritu sobre el cual tenemos plena capacidad para educar, corregir, reeducar. Que busquemos buenos ejemplos, buenas ideas, buenos consejos de personas encarnadas y desencarnadas más elevadas que nosotros que tengamos la felicidad de encontrar, pero que no les traslademos un trabajo que debe ser 100% nuestro. Del mismo modo, no nos dejemos llevar por el deseo, por la ansiedad de cambiar a los demás, de educar a los demás a través de discursos e, incluso con la justificación de amar demasiado, cercenarles el libre albedrío. Muchas veces el deseo de cambiar a los demás, de educar a los otros, de guiar a los otros, nos desvía de la tarea principal. La educación del Espíritu tiene que comenzar por la educación del Espíritu que nosotros somos.

¿Consideras que estamos siendo capaces de educarnos espiritualmente frente a las acomodaciones y seducciones a las que nos entregamos?

Como educador de jóvenes, tengo la plena convicción de que este objetico, la de la educación o reeducación de los seres espirituales que somos, es una meta que puede demorar, pero que con certeza se alcanzará. Tomo la respuesta que los Benefactores Espirituales le dieron a Allan Kardec en la pregunta 784 de El Libro de los Espíritus. Es necesario mirar al conjunto y en un período de tiempo más largo que el momento presente, principalmente frente a las noticias de errores clamorosos que asolan y avergüenzan a la humanidad. La suposición de que retrocedemos moralmente fue refutada por los Espíritus de la Codificación en la pregunta 784. Puedo observar, a lo largo de estos 36 años de tareas con jóvenes espíritas y 32 años de tareas con mis alumnos que las generaciones son muy diferentes, que las desviaciones y tentaciones también lo son, pero, con cada generación, observo mejoras sensibles. Sugiero a los pesimistas, que piensan "¡Esta generación está perdida!”  que recuerden que le dijeron eso a nuestras generaciones, y aquí estamos, en nuestros esfuerzos permanentes para hacer lo mejor que podamos, para cambiarnos a nosotros mismos y a nuestro mundo. Sí, puede demorar, pero seguramente todos seremos Espíritus Educados.

La falta de disciplina en la conducción de la propia vida es uno de los grandes factores que dificultan nuestra propia educación.  ¿Habrá un consejo para que conquistemos disciplina de manera efectiva en los diversos segmentos de la vida humana?

La misma sugerencia que se hace a los hermanos que se esfuerzan por superar las dependencias de diversos tipos: ¡OTRO DÍA! ¡SOLO UN DÍA MÁS! Y renovar esta propuesta cada día. No imaginen que la Educación del Espíritu y la Disciplina para llevar a cabo esta tarea son actos mágicos, no, ¡definitivamente no! Son conquistas del trabajo diario para avanzar, aunque sea unos milímetros, hacia un estado de mayor perfeccionamiento. Si la falta de disciplina en la conducción de la propia vida es una dificultad más, comencemos por disciplinar los actos más simples, para que podamos hacer lo mismo con los grandes. El simple gesto de lavar el vaso que usamos para beber agua y no dejar acumular los platos en el fregadero, llevar la ropa usada a la canasta y no dejarla esparcida en el suelo, ya representarán logros que nos harán darnos cuenta de que podemos ir más lejos. De ahí, la disciplina para los estudios, para la práctica del bien, será un recorrido menos exhaustivo. Sin embargo, muchos dicen: "¡quiero!", pero no hacen nada en este sentido. Se necesita tener coraje para comenzar y perseverancia para continuar.

De sus recuerdos con los libros, las conferencias, los temas, ¿qué le surge rápidamente? Algo notable que gustaría compartir...

En el capítulo 35 de mis Parábolas de Buenas Noches hay un personaje real, Valentina, que me enseñó mucho sobre la superación y el crecimiento. Era una interna de la Colonia de Hansenianos de Curupaiti en Río de Janeiro. La vida le había quitado todo menos la alegría de vivir. Una vez, llevamos una caravana de jóvenes a Colonia, uno de ellos muy triste e inseguro con los desafíos de la adolescencia y los exámenes de ingreso a la Universidad. Llegamos a la habitación de Valentina, ella, muy anciana y físicamente débil, se volvió hacia él y le preguntó: "¿Estás bien, hijo mío?". Él respondió con un largo y melancólico: "Sí...". Esa mujer frágil y marcada por los dolores de la vida se sentó en la cama y nos enseñó, a través de lo que le dijo: "¡No digas eso, hijo mío! ¡La vida es hermosa! ¡Tan hermosa que deberíamos ponernos de pie, aplaudirla y pedir Bis (repetición)!" Lecciones de vida como esta nos mueven hasta hoy y nos moverán hasta el momento de la partida de la Tierra para trabajar en la otra dimensión de la vida.

¿Algo más que quisiera añadir?

Me gustaría sugerir a los lectores que perseveren en la Educación del Ser Espiritual que son. Es sólo a partir de los cambios en nosotros que cambiaremos el mundo que nos rodea. Recordemos la sabiduría contenida en la historia del hombre que llegó agitado a casa, lleno de trabajos importantes aún por terminar. El hijo pequeño quería su atención. Para liberarse del pequeño, el padre tomó una imagen del planeta Tierra en una revista, la cortó en pedazos y le pidió a su hijo que armara el rompecabezas, porque nuestro mundo estaba en pedazos. En menos de 5 minutos el niño terminó la tarea. Cuando le preguntó cómo había logrado armar el mundo tan rápido, el niño respondió: "Papá, no sé cómo arreglar el mundo, pero vi que en la parte posterior de la hoja que cortaste, estaba la figura de un hombre. Giré todas las piezas, armé al hombre y me di cuenta de que había arreglado el mundo". Hagámoslo así.

Sus palabras finales.

Queridos hermanos y queridas hermanas. En las despedidas, de hecho, en este hasta pronto me gustaría solo resaltar que todos los esfuerzos para la Educación del Ser Espiritual que somos son válidos. Nunca nos rindamos. Jesús cuenta con nosotros. Especialmente para que seamos libros vivos, en los que las personas puedan encontrar Su Evangelio de Luz y la claridad que la Doctrina Espírita nos permite alcanzar. Vivir, venciendo un poco del viejo yo cada día es el único camino que nos hará renovados y felices. Mucha paz. Como diría el poverello de Asís: Paz y bien para todos. Inmensa gratitud por su atención.

 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita