Nacida en Juiz de Fora (MG), donde también
reside, Gisele dos Santos Marques (foto) es
pedagoga y está vinculada al Centro Espírita
Amor ao Próximo, en su ciudad, donde participa
en el área mediúmnica, en el sector de la
divulgación y también en la evangelización
infantojuvenil. En esta entrevista nos cuenta su
rica experiencia en las lides espíritas:
¿Cómo se convirtió en espírita?
Soy espírita desde que mi
infancia, de una familia no espírita. "¿Cómo se
explica esto?" es lo que muchos me preguntan. Es
más fácil entender este hecho cuando se une a
esa infancia el factor de mediumnidad.
Observaba, incluso sin una comprensión real de
lo que estaba sucediendo, que tenía
percepciones, visiones y audiciones, que ninguno
de los otros niños de mi alrededor tenían. Por
lo tanto, incluso a una edad temprana, ya
comprendía la existencia de seres que no eran
vistos por todos.
¿Qué es lo que más le llama
la atención en la Doctrina Espírita?
La libertad de la búsqueda del
conocimiento, unida a todos los campos del
desarrollo humano, es lo que más me llama la
atención. En tiempos en los que asistimos a la
represión del pensamiento, de la acción, del
cuestionamiento, tener acceso a una doctrina no
dogmática, que nos permite acceder al
conocimiento, invitándonos a la transformación,
no por imposición, sino por una conciencia
despierta, me hace querer estar en ella.
De esa larga convivencia,
desde la infancia, con el movimiento espírita e
incluso con la realidad del Centro Espírita,
¿qué le señala su sentimiento hoy?
Pasamos por muchos momentos en
la historia del desarrollo de la mentalidad
espírita, necesarios para llegar al trabajo
desarrollado en estos espacios de trabajo del
espírita. Acompañando el desarrollo
intelecto-moral-científico del hombre mismo, las
actividades desarrolladas tanto en el movimiento
como en el centro espírita nos invitan a esta
progresión continua, cada vez más profunda de
las relaciones humanas y de la comprensión
doctrinaria. Cuanto más nos dediquemos al
conocimiento de todas las ciencias, sin
apartarnos del objetivo primordial del trabajo
espírita (el perfeccionamiento moral del
hombre), tendremos espacios en el movimiento y
en los centros espíritas más armonizados con la
propuesta de la doctrina.
Desde su experiencia
mediúmnica, ¿qué se le viene a la mente para
compartir con los lectores?
Como he relatado, la mediumnidad
fue parte de mi infancia, adolescencia y ahora
en la edad adulta, como una oportunidad para el
aprendizaje y el crecimiento espiritual. Este
amplio espacio de contacto con el mundo
espiritual, en sus más variadas formas, me
invita al estudio constante, al trabajo en el
bien, a través de la caridad desinteresada, a la
vigilancia continua de mis propósitos
reencarnatorios, así como la responsabilidad de
la transformación constante de los vicios que
traigo en mí mismo, en virtudes futuras que me
gustaría adquirir.
En términos de educación
espírita -cuyo contenido expresivo grabamos en
videoconferencia- ¿qué le gustaría decir?
El Espiritismo, por su carácter
educativo natural, moldea los caracteres morales
del hombre. Hablamos mucho, en los videos
mencionados, sobre la importancia de la
educación espírita en todas las edades, como una
forma de proporcionar a todos las herramientas
de transformación del ser, de la sociedad y de
la mirada sobre todo lo que compone nuestra vida
espiritual y corporal. El ser moralmente educado
es aquel que se hace consciente, justo y
caritativo frente a los dolores del mundo,
buscando aliviarlos, situándose, a través de
ejemplos correctos, como productor de mejores
propuestas para la evolución de lo espiritual de
la humanidad. (*)
¿Cuáles considera que son
nuestros mayores desafíos en términos de
individualidad y de movimiento espírita?
El hombre, a pesar de tener en
la socialización el ancla para encontrarse a sí
mismo como ser humano, también anhela su
individualidad y el reconocimiento de sus
logros, como forma de presentar su crecimiento
en el área de actividad a la que se dedica. En
las acciones espíritas no es diferente, porque
está formada por seres que siguen creciendo y
aprendiendo, dedicados, pero imperfectos.
Anhelando hacerse notar en sus esfuerzos
transformadores, busca destacar su desempeño en
medio de una propuesta de trabajo colectivo, el
trabajo espírita. Así, a menudo percibimos
personalidades que quieren superponerse al
trabajo, o imprimir en él personalismos que no
tienen nada que ver con la bases doctrinarias.
Sobre la evangelización
infantojuvenil, ¿qué le gustaría decir a los
padres?
Nunca hemos notado un vacío
existencial tan desolador como los que estos
tiempos nos han presentado. La evangelización,
siendo la herramienta para fortalecer la
caminata reencarnatoria del espíritu, combate el
materialismo, cuando le recuerda su naturaleza
espiritual, sus potencialidades y señala
propósitos más humanitarios. Hermanos nuestros,
enviados por el Padre a nuestra tutela, a través
de la reencarnación, vienen a la tierra
sedientos de nuevas directrices morales que les
ayuden en la búsqueda de mejores niveles en las
existencias futuras. Nos corresponde, como nos
recuerda El Evangelio según el Espiritismo,
a cada uno de nosotros la tarea de encaminar ese
espíritu por el camino del bien, acercándolo a
Dios, siendo los padres, los primeros
responsables frente a este trabajo de amor.
¿Algo notable en su
experiencia espírita que le gustaría relatar?
Las invitaciones a los trabajos
espírita surgen por todos lados y por muchos
momentos no nos sentimos capacitados para
aceptarlas o hacerlas bien; conmigo no fue
diferente. Sin embargo, si puedo dejar algo de
esta experiencia, que siempre me sostiene en lo
que necesito realizar, es la confianza de que
Aquel que nos invita nunca se equivoca y dirige
por merecimiento o por aprendizaje la invitación
correcta, a la persona adecuada, en el momento
exacto. Aceptar el trabajo espírita, más
relevante o no, de manera responsable, es
aceptar trabajarse mientras se trabaja por la
mejora del mundo en todos sus aspectos. Si
queremos un mundo mejor en el futuro, comencemos
hoy.
¿Algo más que quisiera
añadir?
El trabajo y la doctrina
espírita requieren cuidado, templanza,
dedicación y mucha responsabilidad de cada uno
de nosotros, para que podamos dar continuidad
fidedigna a las enseñanzas que nos fueron
confiadas por la espiritualidad mayor. Como nos
alerta León Denis, en "En Lo Invisible": "El
Espiritismo será lo que los hombres hagan de
él". No descuidemos estas semillas, que dirigen
al cielo sus frágiles brotes, en un esfuerzo
hercúleo por romper las primeras barreras de la
Tierra, que tengamos cuidado para que produzcan
buenos frutos.
Sus palabras finales.
Solo tengo que agradecerles la
oportunidad de poner estas palabras en un texto
escrito, esperando que, al leer estos relatos,
corazones dudosos, pero capaces de
realizaciones, como todos nosotros, se sientan
tocados y se entreguen al conocimiento espírita
con buen ánimo, sabiendo que es la fuerza
propulsora para la humanidad.
(*) Para
acceder a la videoconferencia mencionada en esta
entrevista, sobre el tema propuesta educativa
espírita para todas las edades, haga clic en los
siguientes enlaces:
Parte 1 - LINK-1
Parte 2 - LINK-2
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