Entrevista

por Orson Peter Carrara

La importancia del conocimiento espírita en la actividad del psicólogo

Nacida en Uberlândia (MG) y residente en Brasilia (DF), Beatriz Paulino Losi Ferreira (foto) es psicóloga y, en las lides espíritas, participa en el Centro Espírita Paulo de Tarso, en Lago Norte, en Brasilia, donde trabaja como dirigente de la Reunión de Tratamiento Físico Espiritual Dr. Bezerra de Menezes, que se realiza los miércoles por la noche.

En esta entrevista nos cuenta su vivencia espírita y relata un caso clínico notable que merece la amplia atención de todos nosotros:


¿Cómo llegó a ser espírita?

Crecí participando en las actividades de la iglesia católica. Cantaba en las misas dominicales, hacía las lecturas, participaba en grupos juveniles y actividades con los menos favorecidos. Pero dentro de mí muchas preguntas no fueron respondidas satisfactoriamente, por ejemplo, por qué un niño se enferma o por qué hay tantas disparidades en el mundo. Cuando entré en la edad adulta, una tía materna me introdujo a las novelas espíritas. Leí ávidamente interesándome en las enseñanzas doctrinarias contenidas en los diálogos de las historias. Luego comencé a asistir a conferencias públicas y más tarde a participar en las actividades que se ofrecían en el centro. Estudiando El Libro de los Espíritus mis preguntas encontraron respuestas y todo, entonces, tuvo sentido para mí.

¿Cómo surgió su interés por la Psicología?

Desde adolescente me gustaban las columnas sobre psicología que existían en revistas dirigidas al público femenino de la época. Me parecía interesante ejercer una profesión que ayudara a las personas a construir su felicidad. Fue mi primera y única opción para el examen de ingreso. Comencé el curso creyendo que el conocimiento y fortalecimiento de sí mismo son las bases para una vida más plena. Y hasta el día de hoy lo sigo creyendo.

¿Cuál es el punto exacto de conexión entre la Psicología y el Espiritismo?

Creo que son innumerables los puntos. Entre ellos: autoconocimiento, reforma íntima, auto amor.

¿Considera que el trabajo de un psicólogo espírita se presenta más fácil? ¿Y cómo utilizar el conocimiento espírita en él, si no todos los pacientes son espíritas?

Ser espírita siempre me ha ayudado mucho, principalmente porque ha ampliado mi visión del mundo y mi empatía. Creo que no hay "casualidad" en los pacientes que llegan, sino los veo como oportunidades de crecimiento para mí también. No "utilizamos" en el proceso de psicoterapia la doctrina espírita como parte de la técnica. Pero nuestro bagaje interno, que incluye nuestras experiencias de vida, nuestro conocimiento profesional y doctrinario siempre nos ayuda a ampliar nuestra mirada sobre el otro.

En la atención clínica de un espírita, ¿nota que la conversación es mejor? ¿O la dificultad es mayor?

En el proceso psicoterapéutico no hay diferencia ante la religión del paciente. Las mayores dificultades se refieren al deseo del paciente de participar verdaderamente en el proceso terapéutico, pacientes que no cuentan con el apoyo familiar necesario y trabajar para minimizar el mal pronóstico de algunos casos. Hay pacientes que traen temas relacionados con su propia mediumnidad, muchas veces ostensiva, y relatan experiencias con tratamientos médicos y psicológicos donde no se sintieron cómodos hablando de estos temas por temor a no ser comprendidos. De allí que busquen profesionales espíritas a través de conferencias en los canales de internet o asistiendo a las propias Casas Espíritas.

¿Cuáles son los trastornos emocionales más comunes en la actualidad? ¿Cómo pueden surgir?

Los trastornos emocionales más comunes hoy en día son: ansiedad, depresión, estrés, síndrome de pánico y fobia social. Pueden ocurrir en cualquier momento de la vida y pueden afectar a cualquier persona. Muchos de ellos se originan en la infancia y otros a lo largo de la vida como respuestas a numerosos factores, como una sociedad con altos índices de violencia, demandas familiares y sociales, estrés de todo tipo y algunas disfunciones orgánicas del individuo.

¿Cómo afectan a la vida cotidiana, inclusive la de una familia?

La mayoría de las veces, las rutinas familiares y las actividades grupales o en la escuela o el trabajo se ven afectadas por los síntomas de los trastornos emocionales. Ejemplos: El individuo puede no ser capaz de salir de la casa o de su propia habitación durante un largo período, las personas con depresión severa necesitan ser acompañadas a tiempo completo cuando existe un riesgo de suicidio, algunos pueden tener crisis de agresividad durante los brotes del ataque. Sobre todo, es importante recordar que, independientemente del diagnóstico, el sentimiento de impotencia de los padres, cónyuges y otros miembros de la familia también conlleva un sufrimiento muy grande. El paciente sufre mucho y la familia también. Cuando hay un diagnóstico, un tratamiento multidisciplinario con psiquiatra, psicólogo, terapeuta ocupacional, logopeda, etc. es de gran valor para cuidar al paciente y a los miembros de la familia a través de la orientación, el apoyo y las terapias necesarias para la salud individual y familiar. La familia necesita cambiar su dinámica para ayudar al miembro de la familia en el proceso de curación.

¿Qué consecuencias más graves pueden venir si no son tratados?

Dependiendo del diagnóstico, el individuo puede no ser capaz de realizar las actividades cotidianas, como trabajar, estudiar, mantener relaciones afectivas; puede tener crisis de agresividad o atentar contra su propia vida. Recordemos que bajo un tratamiento farmacológico y psicoterapéutico adecuado se pueden evitar estas consecuencias más graves.

De sus recuerdos, ¿qué es lo que más le marcó en la actividad espírita?

Mi trabajo en las reuniones de tratamiento físico-espiritual. Comenzando con la acogida amorosa y empática a los asistidos, siempre frágiles emocionalmente, muchos con miedo, sintiéndose impotentes, que recibían nuestro abrazo fraterno como un bálsamo, llevándolos a creer que en su difícil caminata pueden contar con nosotros y esto hace la diferencia. Personas con diagnósticos complicados y pronósticos muy malos que se han ido fortaleciendo espiritual y emocionalmente, afrontando mejor todo el proceso, muchas veces doloroso. Ver a personas que a lo largo del tratamiento crecieron mucho y maduraron, teniendo una desencarnación mucho más tranquila, porque había llegado el momento. Ver a personas que se han fortalecido y evolucionado en el tratamiento físico y han superado la enfermedad física, teniendo el alta médica después de complicados procesos de tratamiento quirúrgico y farmacológico. En fin, no hay un recuerdo, sino un conjunto de ellos a lo largo de la jornada.

¿Y en las atenciones clínicas?

Hubo una atención diferente que hice hace años. Una familia estaba de paso por mi ciudad durante un fin de semana. Me llamaron para pedirme una sesión de psicoterapia para su hija que estaba muy deprimida y ya había intentado una vez el auto exterminio. Le expliqué que el proceso no era mágico y que una sesión no lo resolvería. Pero los padres insistieron en que lo sabían. La hija era muy resistente, porque ya había pasado por tratamientos anteriores y había aceptado estar conmigo. Oré pidiendo inspiración y fui a atender a la paciente. Hice una sesión de dos horas. Al final ella me agradeció mucho y dijo que reflexionaría sobre lo que puntualizamos. No tuve noticias de ella durante meses. Un día recibí un correo electrónico con una descripción detallada de cómo estaba ella. En resumen, ella comenzó un proceso de reforma íntima y había logrado varios avances. Estaba en tratamiento con un psiquiatra, estaba recibiendo psicoterapia, había aprobado el examen de ingreso y, entre otros detalles, me dijo que el desencadenante que la hizo capaz de seguir adelante fue una conversación mía en la que le dije que ella necesitaba perdonarse a sí misma por intentar suicidarse. Acogí en esa sesión el intenso sufrimiento movido por la culpa que ella tenía y una frase escrita en ese correo me marcó: "comprendí que al intentar suicidarme no quería acabar con mi vida, sino acabar con mi dolor". Aprendí que siempre podemos ser instrumentos de lo Alto y que poco o casi nada puede ser el primer paso de una gran caminata evolutiva.

¿Algo más que quisiera añadir?

Cuidémonos a nosotros mismos para estar fortalecidos para validar las maravillosas oportunidades de abrazar los momentos felices y lidiar con las vicisitudes que nos visitan. Nuestra salud integral, nuestro equilibrio y fortalecimiento se basan en el cuidado del cuerpo, la mente y el espíritu.

Sus palabras finales. 

Les agradezco de corazón la oportunidad de esta entrevista, la confianza depositada en mí. Recordemos siempre que nunca estamos solos y que, incluso sin darnos cuenta, podemos ser el Sol en la vida del otro a través de una palabra, un abrazo o una oración.

 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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