Nacido en Fortaleza (CE), donde también reside,
Francisco Erionilton Ivo de Sousa, más conocido
como Nilton (foto), es profesor, escritor y
consultor. Está vinculado a la Sociedad de
Estudios Espíritas Casa de Francisco, en su
ciudad, en la que desempeña las funciones de
coordinador general de las actividades de la
institución. Se ha hecho muy conocido con la
expansión de la virtualidad, debido al intenso
trabajo virtual que viene realizando.
Lo entrevistamos para recoger su
experiencia con la vivencia espírita:
¿Cómo define usted, interiormente, el
conocimiento espírita?
El desarrollo de una cultura
intimista del despertar espiritual, en la medida
de la autoconciencia de la propia transitoriedad
en el mundo, a partir de la naturaleza inmortal
del ser, mediante el descubrimiento del sentido
de no pertenencia a este mundo, identificando a
través del autoconocimiento su sentido de tarea
a desarrollar en cuanto a uno mismo y a la
humanidad.
¿Cómo ha sentido los
beneficios del conocimiento, en usted y en los
demás amigos del movimiento espírita, con
quienes convive en el trabajo espírita?
Con relación a qué es el impacto
es variable de persona a persona, puesto que
cada ser aprehende y asimila de una manera
diferente... Frente a la muerte de familiares,
principalmente, hemos sido testigos de grandes
transformaciones, sin embargo, notamos que
todavía algo falta en el aspecto metodológico,
pedagógico y de profundidad, para un desarrollo
espiritual más amplio, especialmente en lo que
respecta a la liberación de hábitos y vicios. La
reproducción de un sistema religioso también
dificulta el cultivo de la humildad, debido a la
ilusión de cargos y posiciones jerárquicas.
La experiencia virtual, muy
intensa con la pandemia, ¿qué tipo de horizonte
le abrió para la experiencia espírita?
La percepción ya existente de
que el templo es el propio ser, percibiendo en
los centros un lugar de experiencia social, de
refuerzo de las acciones en conjunto; la
necesidad de diversificación metodológica de la
enseñanza y el estudio, insertando la actividad
espírita en el ambiente virtual.
¿Cómo considera las
dificultades humanas de la actualidad?
Desafiantes y profundas con
relación a los desafíos tecnológicos y lo
superficial del conocimiento, especialmente
frente a una doctrina que exige profundidad...
percibimos demasiada ansiedad, dificultad para
conectar el conocimiento espírita con la
realidad; la depresión ostensiva en número y
complejidad, desafiando a los centros a una
interlocución más centrada en los problemas
reales de esa criatura humana específica.
Reflexionando sobre el mínimo
de personas conectadas con el pensamiento
espírita genuino, en términos de humanidad,
¿habrá una manera más práctica de ampliar esos
beneficios?
Es necesario elaborar ejes de
grupos de pensamiento y dialécticos sobre
métodos de enseñanza, pedagogía y plataformas
capaces de difundir la percepción de la doctrina
con una aplicación más práctica y concreta.
De sus recuerdos de la
vivencia espírita, ¿qué es lo que más le llama
la atención?
De personas que llegaban al
grupo espírita en una situación completamente
inerte, obsesas y, después de la sesión
mediúmnica, salían mucho mejor, ya interactuando
y, más tarde, con el transcurrir del
tratamiento, habiendo retomado su equilibrio.
¿Qué es lo que más le
emociona de la vivencia espírita?
El trabajo que desarrollamos en
la psicografía de cartas consoladoras en
comunión con los estudios que surgen de los
temas de las obras espíritas, especialmente
cuando percibimos el consuelo asociado al
esclarecimiento clarificación espiritual de las
conferencias.
¿Qué le gustaría decir sobre
el desempeño actual de las instituciones
espíritas en el país después de la pandemia?
¡Que necesitamos diversificar
los temas, partiendo de la realidad del mundo en
convergencia con lo que esclarece la doctrina,
teniendo en cuenta que sólo así no se perderá el
sentido fundamental de la doctrina, en cuanto a
los objetivos fundamentales de Kardec, que
dialogaba con el mundo de su tiempo! Ya tenemos
nuevas exigencias que requieren nuevas
reflexiones y la búsqueda de nuevos debates que
den una secuencia de sentido atemporal a la
enseñanza espírita.
¿Algo
más que quisiera añadir?
La condición espiritual del
Consolador es la esencia primordial del
Espiritismo, al revelarle su carácter
universal... Retirar la doctrina de la idea
errónea de colocarla entre las religiones,
restaurando su posición de ciencia y filosofía
con consecuencias espiritualizadoras, sin estar
atada a sistemas.
Sus palabras finales.
Tenemos un tesoro que se define
como una revolución del conocimiento espiritual
sobre la faz de la Tierra... Comprenderlo
significa integrarse a esta revolución
transformadora, de hecho, ¡a partir de nosotros
mismos!
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