Entrevista

por Orson Peter Carrara

Emmanuel es un divisor de aguas en la Doctrina Espírita

La frase citada arriba es de nuestro entrevistado, Flávio Antonio Catalano (foto), de Ibitinga (SP), donde nació y reside. Conferencista y voluntario en el Centro Espírita Francisco de Asís Amor y Caridad, de su ciudad, es periodista y profesor. Con maestría en Literatura Italiana, trabaja profesionalmente en el área de la enseñanza y se destaca, en el medio espírita, por ser un estudioso de la obra de Emmanuel, sobre la cual nos habla en esta entrevista:


¿Cómo llegó a ser espírita? ¿Qué es lo que más le llama la atención del Espiritismo?

La Doctrina Espírita siempre ha estado en el seno de mi familia paterna y materna, por lo que no recuerdo haber sido presentado formalmente a ella. Pero, después de la madurez, innegablemente el Espiritismo fue un pilar de apoyo para mis proyectos familiares y profesionales, trayéndome un sentido de responsabilidad y, principalmente, discernimiento ante los desafíos de los tortuosos caminos de la vida. Pero fue la práctica de la reunión mediúmnica lo que constituyó para mí uno de los momentos más sublimes, en el contacto con los espíritus deudores y sufrientes, ejemplos con los que comprendí mi jornada y me di cuenta de la necesidad de mi esfuerzo por corregir mis propias rutas de vida. Cada reunión mediúmnica en la que participo como dialogador, quincenalmente, en el Centro Espírita Francisco de Asís Amor y Caridad, aprendo más sobre mi psiquis, mi comportamiento y mis errores. Llego a comprender que la reunión mediúmnica tiene esencialmente un carácter educativo para los encarnados, ayudándonos tanto como ayuda a los espíritus necesitados. Aconsejo a todos los trabajadores, principiantes o no, que se esfuercen por la educación y el trabajo en las reuniones mediúmnicas. Sabemos, como nos recuerda el Espíritu André Luiz en su obra Conducta Espírita, que la reunión mediúmnica no es el fin último de la Doctrina Espírita, siendo éste el progreso moral, pero tal encuentro de trabajo espiritual es, sin duda alguna, ennoblecer y educador el alma.

¿Cómo fue su interés en los contenidos traídos por el conocido espíritu Emmanuel? Después de haber dado varias conferencias sobre este autor, ¿qué es lo que más destaca de él en su análisis?

Entiendo que el Emmanuel es un divisor de aguas en la Doctrina Espírita. Su papel va mucho más allá de un intérprete del Evangelio a la luz del Espiritismo, como lo conocemos comúnmente. Es necesario comprenderlo, simbólicamente, como una herramienta más sofisticada, implantada por la Espiritualidad. Por ello, entiendo que él es colocado, por la Espiritualidad Mayor, como un corrector de rutas al servicio de la Doctrina misma. Me explico: sabemos que el Espiritismo decodificado por Kardec pasó por numerosas pruebas de consolidación a lo largo de la divulgación de las obras básicas, principalmente porque en Francia los espíritas, y no el Espiritismo, no pudieron salir del papel de practicantes de experimentos científicos con la mediumnidad, porque dejaron el fenómeno en un primer plano. Y es muy probable que, sin el cambio de ruta establecido para el Espiritismo hacia Brasil, el proyecto de la Doctrina Espírita hubiera sido olvidado en el tiempo, como tantas otras doctrinas.

Entonces, fue verdaderamente el proyecto espiritual puesto bajo la responsabilidad de Emmanuel, manifestado por el médium Chico Xavier, quien consolidó la Doctrina Espírita como un trípode, verdaderamente fundamentado no sólo en la Ciencia y la Filosofía, sino fundamentalmente en la Religión. Esta necesidad surgió, en mi opinión, principalmente porque nosotros, los espíritas, tenemos defectos y necesitamos herramientas más perfeccionadas, más didácticas para comprender el Espiritismo, una de las doctrinas más singulares del planeta. De este modo, correspondía a Emmanuel dirigir un grupo de espíritus que construyeran en Brasil una relación del Espiritismo con este último aspecto del trípode, la Religión, de una manera mucho más profunda, condición esencial para que la Doctrina Espírita fuera mejor comprendida por nosotros, practicantes, en sus tres funciones fundamentales: las funciones mediúmnica, consoladora y moralizante, impulsando a los espíritas brasileños a no perderse en experimentos científicos sin un propósito universal, como, lamentablemente, ocurrió en Francia en la época de Kardec. Es con Emmanuel que nosotros, los espíritas, tenemos hoy un norte de conducta tanto para los caminos de la Ciencia, con André Luiz, como con la Filosofía y la Religión, capitaneadas por el propio benefactor.

Incluso en las obras de ciencia este aspecto se presenta altivo. Es importante que no olvidemos que en todas las obras de André Luiz, la personificación del pilar científico de la Doctrina en Brasil está la presencia significativa de Emmanuel, presentando las obras y orientando cómo leer cada libro, frente a sus consideraciones iniciales en cada publicación. Comprendo, por lo tanto, que Emmanuel se establece como un antídoto eficaz de la Doctrina Espírita contra los caminos sin retorno del experimentalismo científico puro y simple. Si tenemos la Doctrina Espírita en Brasil, de manera consolidada, respetada y practicada, se la debemos a Emmanuel y a su esfuerzo por cumplir su papel con los designios de la Espiritualidad. Si hay un espíritu que fue verdaderamente fiel a la Doctrina Espírita tanto como el mismo codificador, ese espíritu fue y es Emmanuel.

¿Qué opina del poder de síntesis de este autor?

Como una conciencia elevada, Emmanuel obedece a una ley fundamental de la Espiritualidad: la Ley de la Economía. Caracterizada como una firma de su condición elevada, entiendo, es su poder de síntesis, que nos moraliza ante nuestros objetivos y nos impulsa a ser siempre justos y eficientes en todo lo que hacemos. Su síntesis es el arquetipo que nos conecta con los espíritus más elevados que también siguen tales condiciones. Como una forma de comprender este movimiento de espiritualidad, recuerdo el capítulo 3 de la obra Obreros de la Vida Eterna, en el que nos presentan al benefactor Asclepios y su poder de síntesis, una lección inolvidable para mí. Así como Emmanuel, cada frase, cada pensamiento, cada elección de repertorio de este benefactor lleva una alta firma: su síntesis y precisión. Por esto, estudiar a Emmanuel requiere un proyecto para la vida, porque su obra atomiza enseñanzas milenarias.

¿Cuáles son los temas más relevantes de Emmanuel en su opinión?

Lo que considero el tema central de toda la obra de Emmanuel es su esfuerzo por ponernos siempre ante el propósito y el objetivo específico de nuestra vida: la elevación moral. Su propósito fundamental es ayudar al espíritu encarnado, que pasa por innumerables momentos de desequilibrio y puede desviarse del camino con extrema facilidad. Esta condición de imprecisión ante el camino reencarnatorio es un momento crucial de la vida, uno de los temas más sensibles estudiados en el Espiritismo. Por lo tanto, toda la esencia de la obra de Emmanuel es una voz que nos alerta a todos: ¡No nos desviemos del propósito! ¡Volvamos a nuestro camino! ¡Volvamos a nuestro objetivo! Toda la literatura de Emmanuel, todo mensaje de este benefactor psicografiado por Chico Xavier, publicado o no, sigue este propósito sintético, como una nota divina que forma la esencia de toda su enseñanza espiritual.

De sus libros, ¿cuál o cuáles recomendaría al adepto estudioso?

Comprendo que tres libros del autor son fundamentales para que los utilicemos como caminos de conducta dentro del trípode de aplicabilidad de la Doctrina Espírita y que, de manera precisa, representan su obra. Estos son: "Pablo y Esteban", "El Consolador" y "Pensamiento y Vida", publicaciones que sintetizan todo el esfuerzo de la Espiritualidad en consolidar la Doctrina de los Espíritus como el futuro de las religiones, a través del Emmanuel. También añadiría todos los prefacios de Emmanuel en los libros de la serie Nuestro Hogar, coordinada por el espíritu André Luiz. Finalmente, como una literatura de consulta y reflexión constante, la colección Fuente Viva, formada por los libros "Camino, Verdad y Vida", "Pan Nuestro", "Viña de Luz", "Fuente Viva" y “Siega de Luz".

¿Y para los principiantes en el conocimiento?

En términos de caminata inicial en la obra de Emmanuel, como del propio Espiritismo, oriento la obra "El Consolador", un libro fundamental para comprender la profundidad de la ingeniería espiritual que fue la presencia de Emmanuel construyendo los pilares de la Doctrina en Brasil. Esta obra me trajo un respeto básico al trabajo de Emmanuel: nos alerta sobre el deber espiritual a cumplir con el estudio y el conocimiento, herramientas esenciales para la práctica de la mediumnidad, pero también la obligación espiritual de consuelo a prójimo, así como la necesidad de cultivar en nosotros el incansable sentido de autocorrección, notas precisas de la musicalidad religiosa que conlleva el Espiritismo. Es Emmanuel quien establece, de manera singular, la simbología de este libro con la Doctrina Espírita: "un triángulo de fuerzas espirituales", es decir, ciencia, filosofía y religión. Entiendo que la obra "El Consolador" debe ser una fuente de estudios necesaria y obligatoria en toda casa espírita.

De sus vivencias en el movimiento, ¿qué le gustaría aportar a los lectores?

De una manera sencilla y humilde, creo que sigo siendo un trabajador sin muchos ejemplos que puedan servir de ayuda. Pero mis errores pueden ser realmente ejemplos de alerta para todos. Ya me he embarcado en caminos de arrogancia y orgullo, imaginándome mejor que muchos en vivencias de la Doctrina: durante mucho tiempo vi la obra de Emmanuel como incierta y distante de los movimientos fenoménicos de la ciencia espiritual, que creía que eran los únicos movimientos reales del Espiritismo. Hoy, después de cometer muchos errores y volverme más maduro, puedo comprender a Emmanuel en su sutileza, su síntesis de conocimiento, su gran fuerza que reconduce caminos. Ahora, siempre trato de reflejarme en sus enseñanzas para que mis errores sean recuerdos educativos y ya no fuentes de deseos irreparables. Hoy comprendo que el Emmanuel fue un movimiento fundamental para la consolidación de la Doctrina Espírita entre nosotros. Es en él y en Kardec que vamos a orientarnos siempre que tengamos que dar un paso decisivo en la vida. Por ello, entiendo que ambos, Kardec y Emmanuel, son pilares fundamentales de la Doctrina, sin dilemas de poner a uno por delante del otro. Sus presencias están en completa sintonía. Frente a ellos, sólo el Cristo.

Sus palabras finales.

Dejo como mensaje final el agradecimiento por la oportunidad de relatar mi estudio sobre el Emmanuel, con la certeza de que todos podemos crecer con las enseñanzas de la Doctrina Espírita. Espero que los espíritus superiores nos iluminen a todos, y que estemos a la altura del don concedido en esta encarnación de tener contacto con el Espiritismo.
 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita