“No
difunda
rumores,
ni
levante
falso
testimonio
contra
la vida
de su
prójimo.”
(Lv 19,
16)
“Nunca
repita
um
rumor, y
usted no
perderá
nada.”
(Eclo
19,7)
“Sea,
sin
embargo,
vuestro
hablar:
Sí, si;
no, no;
pues lo
que pasa
de ahí,
viene
del
Maligno.”
(Mt
5,37)
Introducción
Siempre
estamos
oyendo
compañeros
espíritas,
preocupados
en
demostrar
la
existencia
de la
reencarnação,
que la
Iglesia,
en
tiempos
remotos,
la
aprobaba,
como si
eso
fuera a
validar
tal ley
divina.
Esas
personas
también
presentan
la
información
de que
la
emperatriz
Teodora,
del
Imperio
Bizantino,
una
ex-cortesana,
habría
mandado
matar a
500
prostitutas.
Como se
generalizó
la
suposición
de que
ella
tendría
que
reencarnar
esa
cantidad
de veces
para
cumplir
su carma,
ella
pasó a
tener
odio de
la
reencarnación
y todo
hizo
hasta
que, vía
su
marido,
Justiniano,
acabó
por
proscribir
esa
creencia
del seno
de la
Iglesia,
cuando
el
Concílio
de
Constantinopla
(553).
En
consulta
al
Houaiss,
leemos:
cortesana:
s.f. (sXV)
1
ant.
dama de
la
corte,
favorita
del rey
y ger.
mantenida
por él;
2
ant.
mujer de
costumbres
libertinas,
disolutas
y de
vida ger.
Lujosa;
3
prostituta
que
atiende
personas
de las
altas
capas
sociales;
ETIM
it.
cortigiana
'dama de
la
corte',
'prostituta';
SIN/VAR
dama;
ver tb.
sinónimo
de
mereriz
(Diccionario
Electrónico
Houaiss.
Versión
3.0, jun/2009).
Colocamos
la
definición
para que
quede
claro el
sentido
del
término
“prostitutas”,
que
usamos
en este
texto.
Lo que
“vários”
autores
hablan
de eso
Tenemos,
actualmente,
en
nuestra
biblioteca
particular
setenta
y nueve
libros
sobre el
asunto
reencarnación;
vamos a
ver lo
que, de
ese
asunto,
encontramos
en ellos.
Reencarnación
Según la
Biblia y
la
ciencia,
autor
José
Reis
Chaves
(1935-),
escritor
y
graduado
em
Comunicación
y
Expresión:
[...] la
emperatriz
Teodora,
fue uma
cortesana
y se
imiscuía
em los
asuntos
del
gobierno
de su
marido,
y hasta
em los
de
teologia.
Cuentan
algunos
autores
que, por
haber
sido
ella una
prostituta,
eso era
motivo
de mucho
orgullo
por
parte de
sus
ex-compañeras.
Ella
sentía,
por su
parte,
una gran
rebeldía
contra
el hecho
de que
sus
ex-compañeras
quedaran
decantando
tal
honra,
que,
para
Teodora,
se
constituía
en
deshonra.
Para
acabar
com esta
historia,
mandó
eliminar
a todas
las
prostitutas
de la
región
de
Constantinopla
– cerca
de
quinientas.
Como el
pueblo
en
aquella
época
era
reencarnacionista,
a pesar
de ser
en su
mayoría
cristiano,
pasó a
llamarla
asesina,
y a
decir
que
debería
ser
asesinada,
en vidas
futuras,
quinientas
veces;
que era
su carma
por
haber
mandado
asesinar
a sus
ex-compañeras
prostitutas.
Lo
cierto
es que
Teodora
pasó a
odiar la
doctrina
de la
reencarnación.
Como
mandaba
y
desmandaba
en medio
mundo a
través
de su
marido,
decidió
partir
para una
persecución,
sin
treguas
contra
esa
doctrina
y contra
su mayor
defensor
entre
los
cristianos,
Orígenes,
cuya
fama de
sabio
era
motivo
de
orgullo
de los
seguidores
del
cristianismo,
a pesar
de él
haber
vivido
casi
tres
siglos
antes.
(CHAVES,
2002, p.
185-186)
(Negrita
nuestra.)
El autor
no cita
su
fuente,
y várias
veces ya
intentamos,
personalmente,
obtenerla
con él y
no
obtuvimos
ningún
resultado
positivo.
El hecho
es que,
en su
bibliografia,
él no
cita a
Holger
Kersten.
Y, ya de
início,
queremos
dejar
bien
claro
que no
queremos
de forma
alguna
contestar
la
opinión
de
cualquiera
que sea
y mucho
menos la
de
nuestro
amigo
Chaves,
cuyo
trabajo
de
divulgación
del
Espiritismo,
es digno
de nota;
lo que
nos
mueve es
simplemente
descubrir
la
verdad
de los
hechos.
Em
Jesús
vivió em
la India,
el autor
Holger
Kersten
(1951-
),
teólogo
alemán,
es la
única
fuente
fuera de
la de
Chaves,
que
vamos a
encontrar
esa
historia:
Hasta
ahora,
casi
todos
los
historiadores
de la
Iglesia
creyeron
que la
doctrina
de la
reencarnación
fue
declarada
herética
durante
el
Concílio
de
Constantinopla
en 553.
Sin
embargo,
la
condena
de la
doctrina
se debe
a una
ferrea
oposición
personal
del
emperador
Justiniano,
que
nunca
estuvo
conectado
a los
protocolos
del
Concílio.
Según
Procópio,
la
ambiciosa
esposa
de
Justiniano,
que, en
realidad,
era
quién
manejaba
el poder,
era hija
de un
guardador
de osos
del
anfiteatro
de
Bizancio.
Ella
inició
su
rápido
ascenso
al poder
como
cortesana.
Para
liberarse
de un
pasado
que la
avergonzaba,
ordenó,
más
tarde,
la
muerte
de
quinientas
antiguas
“colegas”
y, para
no
sufrir
las
consecuencias
de esa
orden
cruel en
otra
vida
como
preconizaba
la ley
del
Carma,
se
empeñó
en
abolir
toda la
magnífica
doctrina
de la
reencarnación.
¡Estaba
confiada
en el
éxito de
esa
anulación,
decretada
por
“orden
divina”!
(KERSTEN,
1988, p.
240)
(negrita
nuestra)
En
Analizando
las
traducciones
Bíblicas,
el autor
Severino
Celestino
da Silva
(1949-
),
también
menciona
el caso
de la
muerte
de las
quinientas
prostitutas
(p.
158),
sin
embargo,
como él
cita
José
Reyes
Chaves,
no lo
podemos
considerar
como
fuente
primaria.
Qué
encontramos
de hecho
El
historiador
Procópio,
citado
por
algunos
de los
autores,
hizo
referencia
a algo
sobre
las
quinientas
prostitutas,
conforme
eso que
encontramos
em la
WEB:
Teodora
también
dedico
considerable
atención
al
castigo
de las
mujeres
encontradas
en
pecado
carnal.
Ella
cogió
más de
quinientas
prostitutas
en el
Fórum,
que
vivían
una vida
miserable
vendiéndose
por tres
óbolos,
y las
envió
para el
margen
opuesto,
donde
fueron
encerradas
en un
monastério
llamado
Arrepentimiento
para
forzarlas
a
reformar
su
manera
de vivir.
Algunas
de ellas,
sin
embargo,
se
tiraron
de las
murallas
a la
noche
para
librarse
así de
una
salvación
indeseada.
(Fonte:
http://procopius.net/procopiuschapter17.html)
(negrita
nuestra).
Observar
que fue
dicho
que
Teodora
“dedicó
considerable
atención
al
castigo
de las
mujeres”,
y no que
haya
mandado
matarlas.
El hecho
de que
“fueron
encerradas”
(¿presas?),
y
Procópio
no da
más
notícias
de lo
que les
ocurrió
a ellas,
podemos
suponer
cualquier
cosa;
sin
embargo,
quedará
en el
campo de
la
hipótesis.
Investigando
la
información
arriba
em la
obra
Historia
Secreta,
de
Procópio,
encontramos
lo
siguiente:
Teodora,
sin
embargo,
gustaba
también
de
imaginar
castigos
para los
delitos
contra
las
costumbres.
Reunió
más de
quinientas
prostitutas,
que
ejercían
su
comercio
en plena
plaza
pública
por tres
óbolos –lo
necesario
para
sobrevivir
– y las
expulsó
para el
margen
opuesto
a fin de
encerrarlas
en el
mosnateiro
llamado
Metanoia
(Arrepentimiento),
forzándolas
a
cambiar
de vida.
Algunas
de ellas
se
lanzaron,
a la
noche,
de lo
alto del
mosteiro
y
escaparon
así a un
cambio
que no
deseaban.
(PROCÓPIO,
s/d, p.
47)
(negrita
nuestra).
Relato
bien
parecido
al
anterior,
lo que
descubrimos
en
internet.
Continuando
la
investigación,
encontramos
algo en
el
escritor
y
periodista
italiano
Carlo
Maria
Franzero
(1892-1986),
en
referencia
a ese
episódio:
Era sólo
natural
que la
Basilisa
ejerciera
su
influencia
en favor
de las
antiguas
compañeras
y, así,
quinientas
prostitutas
por
modestísimo
precio
ejercían
abiertamente
su
profesión
en el
Fórum,
fueron
invitadas
coercitivamente
a entrar
en el
nuevo
convento
del
Arrepentimento,
en el
otro
margen
del
Bósforo
– retiro
magnífico
para
quién
quisiera
meditar.
Al
parecer,
sin
embargo,
muchas
de estas
doncellas
no se
sintieron
bien con
el
régimen
y
prefirieron
tirarse
al mar,
durante
la noche,
con
nítida
desventaja
para las
posibilidades
de
salvación
de sus
almas. (FRANZERO,
1963, p.
87)
(negrita
nuestra).
El
francés
Francis
Févre
(1951-),
historiador
especialista
em
sociedades
antiguas
del
Oriente
Medio,
especialmente
em
Egipto y
Bizancio,
nos
añade
más
cosas a
esa
história:
[…] Para
evitar
la
acusación
de
impiedad,
Teodora
no las
devuelve
a la
deambulación
en las
calles
sombrías,
en las
discretas
placitas.
Tal vez
con el
objetivo
de
encarnar
con
convicción
su nuevo
papel de
emperatriz,
hace
encerrar
las
prostitutas
en un
convento
fundado
para ese
fin.
Difícil
sería
decir si
la
antigua
cortesana,
maldecida
por todo
el clero
de la
capital,
actuó
por
piedad o
por
diplomacia.
Pero,
las
pecadoras
rescatadas
a peso
de oro
habrían
dispensado
una vida
monástica.
El nuevo
convento
destinado
a
acogerlas
en la
capital
muestra
claramente
sus
objetivos:
todos
los
habitantes
lo
conocen
por el
nombre
de
convento
del
Arrepentimiento.
Los
muros
son
bastante
altos,
una fuga
podría
dejar
lisiadas
a las
pecadoras
que se
arriesgaron.
Esas
mujeres
deben
pasar el
resto de
sus
vidas a
la
sombra
de los
muros y
de las
edificaciones
del
convento,
mantenidas
por una
cuantia
significativa
donada
por su
benefactora,
para
gloria
de
Teodora,
destinada
al cielo
por su
piadosa
colaboración
para
salvar
almas en
peligro.
(FÈVRE,
1991, p.
173)
(negrita
nuestra).
Bueno;
no
tenemos
cómo
efectivamente
saber
cual es
la razón
de
Teodora
haber
mandado
encerrar
a las
quinientas
prostitutas.
Lo que
podemos
deducir,
de ese
episódio,
es que
algo
grave
estaria
ocurriendo
a ellas,
por el
motivo
de
algunas
de ellas
se
tirasen
de lo
alto del
mosteiro,
buscando
la
muerte,
para no
quedar
encerradas.
(Continua.)
Referências
bibliográficas:
CHAVES,
J. R.
A
Reencarnação
segundo
a Bíblia
e a
Ciência.
São
Paulo:
Martin
Claret,
2002.
FÈVRE,
F.
Teodora,
a
imperatriz
de
Bizâncio.
Rio de
Janeiro:
Nova
Fronteira,
1991.
FRANZERO,
C. M.
Teodora.
Lisboa:
ENP,
1963.
GIORDANI,
M. C.
História
do
Império
Bizantino.
Petrópolis,
RJ:
Vozes,
1968.
KERSTEN,
H.
Jesus
viveu na
Índia.
São
Paulo:
Best
Seller,
1988.
PROCÓPIO.
História
Secreta.
Belo
Horizonte:
CEDIC,
s/d.
SILVA,
S. C.
Analisando
as
traduções
bíblicas.
João
Pessoa:
2001.
WELLMAN,
P. I.
Teodora,
de
cortesã
a
imperatriz.
Rio de
Janeiro:
Vecchi,
1961.
|