Continuamos en esta edición el estudio del libro Obras Póstumas, publicado después de la desencarnación de Allan Kardec, pero compuesto con textos de su autoría. El presente estudio se basa en la traducción hecha por el Dr. Guillon Ribeiro, publicada por la editorial de la Federación Espírita Brasileña.
Preguntas para debatir
147. Los buenos Espíritus, ¿protegen a los que luchan con coraje y perseverancia?
148. ¿Podemos llamar desertores del Espiritismo a los que se retiran porque nuestro punto de vista nos les satisface?
149. ¿Qué mensaje respecto a este tema nos transmitió Kardec-Espíritu después de su desencarnación?
150. ¿Cómo encarar las críticas que se hacen al Espiritismo?
151. ¿Cuál es el objeto del Espiritismo?
Respuestas a las preguntas propuestas
147. Los buenos Espíritus, ¿protegen a los que luchan con coraje y perseverancia?
Sí. Ellos amparan ostensivamente a los que trabajan con perseverancia y cuya dedicación es sincera y sin segundas intenciones; nos ayudan a triunfar sobre los obstáculos y aligeran las pruebas que no pueden evitarles, mientras que abandonan, no menos ostensivamente, a los que los abandonan y sacrifican la causa de la verdad a su ambición personal. (Obras Póstumas – Los desertores)
148. ¿Podemos llamar desertores del Espiritismo a los que se retiran porque nuestro punto de vista nos les satisface?
Sí y no. No, por cierto, si la sinceridad y el deseo de propagar la verdad son sus verdaderos guías. Sí, si sus esfuerzos tienden únicamente a ponerse en evidencia y captar la atención pública para satisfacer su amor propio y sus intereses personales. (Obras Póstumas – Los desertores)
149. ¿Qué mensaje respecto a este tema nos transmitió Kardec-Espíritu después de su desencarnación?
En noviembre de 1869, en reunión realizada en París, el Espíritu del Codificador habló sobre el tema de la deserción. En la parte final de su mensaje, afirma:
“¡Si es justo censurar a aquellos que intentaron explotar el Espiritismo, o desnaturalizarlo en sus escritos, sin hacer de él un estudio preliminar, cuánto más culpables son aquellos que, después de asimilar todos sus principios, no contentos con retirarse, han volcado sus esfuerzos contra él! Sobre todo para los desertores de esa categoría debemos implorar la misericordia divina, porque han extinguido voluntariamente la llama que les esclarecía, con la ayuda de la cual podían esclarecer a los otros. No tardarán en perder la protección de los buenos Espíritus, y viviendo la triste experiencia, se ven luego caídos, ¡de caída en caída, en las más críticas situaciones!”
Después de mi retorno al mundo de los Espíritus, ¡volví a ver a cierto número de esos infelices! Ahora se arrepienten; lamentan su inacción y su mala voluntad, ¡pero no pueden reparar el tiempo perdido!... Pronto retornarán a la Tierra, con la firme decisión de contribuir activamente al progreso, y estarán aún en lucha contra sus antiguas tendencias, hasta que hayan triunfado definitivamente.
Se podría creer que los espíritas de hoy, esclarecidos por esos ejemplos, evitarán caer en los mismos errores. Esto no es así. Por mucho tiempo aún, habrá falsos hermanos y amigos incompetentes; pero al igual que los más antiguos, no triunfarán en hacer que el Espiritismo salga de su camino. Si causan algunas perturbaciones momentáneas y puramente locales, no por eso la Doctrina correrá peligro; pronto, al contrario, los espíritas descarriados reconocerán sus errores; vendrán a colaborar, con un nuevo ardor, a la obra que por un instante menospreciaron y, actuando de acuerdo con los Espíritus superiores que dirigen las transformaciones humanas, avanzarán a pasos acelerados para los tiempos felices prometidos a la Humanidad regenerada.” (Obras Póstumas – Los desertores)
150. ¿Cómo encarar las críticas que se hacen al Espiritismo?
El derecho de examen y de crítica es un derecho imprescriptible, al cual el Espiritismo no tiene la pretensión de sustraerse, como tampoco tiene la de satisfacer a todo el mundo. Cada uno, pues, es libre de aprobarlo o rechazarlo; pero sería necesario discutirlo con conocimiento de causa. Ahora bien, la crítica ha probado con frecuencia, que ignora sus principios más elementales, haciéndole decir precisamente lo contrario de lo que él dice, atribuyéndole lo que niega, confundiéndolo con las imitaciones groseras y burlescas del charlatanismo, dando, en fin, como regla para todos, las excentricidades de algunos individuos.
Pero el Espiritismo no es más solidario con aquellos que se complacen en llamarse espíritas como la medicina no lo es con los charlatanes que la explotan, ni la sana religión con los abusos o incluso con los crímenes cometidos en su nombre. Sólo reconoce como sus adeptos a los que ponen en práctica sus enseñanzas, es decir, a los que trabajan para su propio adelantamiento moral, esforzándose por vencer sus malas inclinaciones, para ser menos egoístas y menos orgullosos, más dóciles, más humildes, más pacientes, más benévolos, más caritativos para con el prójimo, más moderados en todas las cosas, porque son estas las señales características del verdadero espírita. (Obras Póstumas – Corta respuesta a los detractores del Espiritismo.)
151. ¿Cuál es el objeto del Espiritismo?
El elemento espiritual y el elemento material son los dos principios, las dos fuerzas vivas de la Naturaleza que se complementan una con la otra y reaccionan sin cesar una sobre otra, ambas indispensables para el funcionamiento del mecanismo del Universo. De la acción recíproca de esos dos principios nacen fenómenos que aisladamente es difícil explicar. La ciencia propiamente dicha tiene como misión especial el estudio de las leyes de la materia. El Espiritismo tiene por objeto el estudio del elemento espiritual en sus relaciones con el elemento material, y encuentra en la unión de esos dos principios la razón de una gran cantidad de hechos hasta entonces inexplicados.
El Espiritismo camina, pues, de acuerdo con la ciencia en el terreno de la materia: admite todas las verdades que ella admite; pero donde se detienen las investigaciones de ésta él prosigue las suyas en el terreno de la espiritualidad.
Siendo el elemento espiritual un estado activo de la Naturaleza, los fenómenos que se relacionan con él están sometidos a leyes y, por eso mismo, son tan naturales como los que tienen su origen en la materia neutra. (Obras Póstumas – Corta respuesta a los detractores del Espiritismo.)
