Es necesario
repensar los
centros
espíritas
Antonio Cesar
Perri de
Carvalho, ex
presidente de la
FEB, hace una
reflexión sobre
el Centro
Espírita en el
artículo
Repensar los
centros
espíritas.De
Paulo a la
actualidad,
materia especial
de esta edición,
cuyos apuntes
merecen ser
meditados.
“La enseñanza
moral contenida
en las Epístolas
y la simplicidad
de los
primitivos
cristianos
pueden colaborar
para las
necesarias
reflexiones que
deben ser hechas
en los centros y
en el movimiento
espírita.”
(Perri de
Carvalho)
Emmanuel siempre
nos acuerda que
el Espiritismo
revive la
primitiva
experiencia del
Cristianismo, en
toda su
simplicidad y
sin ninguna
pretensión, por
eso es llamado
Cristianismo
Revivido.
“Así, no
proponemos
estructuras
organizacionales
y actividades
que podrían ser
caracterizadas
como típicas de
una organización
administrativa y
doctrinaria más
compleja.
Tenemos pleno
conocimiento de
que buena parte
de los centros
no disponen de
los llamados
‘departamentos’
y ni tienen
condiciones de
recursos humanos
para montarlos.”
(Perri de
Carvalho)
La formalización
de los trabajos
en la casa
espírita, y su
consecuente
burocracia,
contribuye para
el estancamiento
de los
servicios.
“No extingáis el
Espíritu”
(Tesalonicenses,
5:19). Es, pues,
en los ambientes
sencillos,
libres de
cualquier
sofisticación,
que existe más
espontaneidades
de
comunicaciones
de los Espíritus
mensajeros.
“Los centros
espíritas,
siendo menos
formales y más
vueltos a la
solidaridad
fraterna, deben
tener
preocupaciones
empezando por el
ambiente dentro
del equipo de
trabajo y la
recepción a los
iniciantes e
interesados.”
(Perri de
Carvalho)
La armonía entre
los miembros del
centro espírita
es fundamental
para recibir la
asistencia de
los Buenos
Espíritus, que
pasan a proteger
y orientar los
trabajos de la
casa. Por eso,
la solidaridad
entre los
trabajadores del
centro y la
acogida
fraternal de
todos los
asistidos forman
un grupo unido
en el amor
mutuo.
“El
imprescindible
es que se abran
espacios para
‘entrenamientos
en servicio’ y
para acciones de
integración de
los
colaboradores,
contándose con
una visión de
conjunto del
propio Centro
Espírita.”
(Perri de
Carvalho)
Como ocurre en
gran parte de
los centros
espíritas, la
acogida de
voluntarios
podría ser hecha
a partir del
servicio común,
integrando
nuevos
colaboradores en
la práctica de
la asistencia
espiritual y
material a los
asistidos en la
casa espírita.
Infelizmente,
algunas casas
exigen la
formalización
burocrática,
como, por
ejemplo, que los
nuevos adeptos
cursen varios
años de estudios
antes que puedan
prestar algún
servicio en el
centro espírita,
mismo que sea la
simple
distribución de
agua
magnetizada.
“La bandera que
soltamos al
viento muy alto
es la del
Espiritismo
Cristiano y
humanitario,
alrededor de la
cual ya tenemos
la ventura de
ver, en todas
las partes del
globo,
congregados
tantos hombres,
por comprender
que ahí es que
está la ancla de
salvación, la
salvaguardia del
orden público,
la señal de una
era nueva para
la humanidad.”
(Allan Kardec,
El Libro de
los Médium,
ítem 350,
mencionado por
Perri de
Carvalho)
Kardec es bien
claro: los
centros
espíritas
cumplen el papel
de células de
luz para la
divulgación de
la verdad y
también para
reunir hombres
de buena
voluntad para
acoger, como
ancla de
salvación, todos
aquellos que
sufren y, por
ese motivo, los
buscan.
El Espiritismo
tiene por
necesidad la
renovación del
hombre para que
los hombres
renueven la
sociedad.
La insignia de
esos nuevos
combatientes del
Señor es el
Espiritismo
cristiano y
humanitario,
y su divisa es
fuera de la
caridad no hay
salvación,
un precepto
esencial en la
edificación de
una nueva era
para la
Humanidad que
habita el orbe
donde vivimos.
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