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Año 10 - N° 500 - 22 de Enero de 2017
ORSON PETER CARRARA
orsonpeter92@gmail.com
Matão, SP (Brasil)
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Orson Peter Carrara

Campo magnético


El lector naturalmente ya oyó hablar de determinados puntos comerciales de nuestras ciudades donde nada sale bien. Tampoco es novedad para nadie el famoso “pisar en brasas sin quemar los pies” durante la temporada de las conocidas fiestas juninas esparcidas por el país. O aún de accidentes donde muere mucha gente y donde siempre hay un superviviente que ningún rasguño sufrió… O aún de lugares que parecen atraer accidentes, tragedias. Y hasta de determinadas fechas o coincidencias en que el folclore popular atribuye poderes de donde se originan leyendas y tradiciones populares, culminando muchas veces con el nombramiento de lugares dichos “fantásticos”. Y también hay la cuestión de las cirugías espirituales sin anestesia, sin dolor o sangre y muchas veces con cicatrización inmediata.

 

Hay también el tema de los “conjuros”, “lecturas” de las líneas de las manos, etc., etc. Asuntos interesantes estos. ¿Pero, qué dice la Doctrina de estos hechos?

 

La fe en la acción magnética

 

Busquemos algunas definiciones y transcripciones de las obras de la Codificación:

 

“(…) Todos los fenómenos espíritas tienen por principio la existencia del alma, su supervivencia al cuerpo y sus manifestaciones. Siendo tales fenómenos basados en una ley de la naturaleza, nada tienen de maravilloso ni de sobrenatural, en el sentido vulgar de estos vocáblos. Muchos hechos sólo son considerados sobrenaturales porque se les desconoce las causas; señadándole una causa, el Espiritismo los hace entrar en el dominio de los fenómenos naturales. Entre los hechos calificados como sobrenaturales, hay muchos cuya imposibilidad es demostrada por el Espiritismo, que los coloca entre las creencias supersticiosas. Aunque el Espiritismo reconozca en muchas creencias populares un fondo de verdad, de modo alguno acepta la solidaridad de todas las historias fantásticas, creadas por la imaginación. (…) 1

 

“(…) El poder de la fe recibe una aplicación directa y especial en la acción magnética; por ella el hombre actúa sobre el fluido, agente universal, le modifica las cualidades y le da un impulso, por así decir, irresistible. Por eso aquel que, a un gran poder fluídico normal junta una fe ardiente, puede, sólo por la voluntad dirigida para el bien, operar esos fenómenos extraños de cura y otros que, antiguamente, pasarían por prodígios y que no son, sin embargo, sino las consecuencias de una ley natural. (…) Pero Cristo (…) mostró (…) lo que puede el hombre cuando tiene fe, quiere decir, la voluntad de querer (…) Ahora, ¿qué eran esos milagros sino efectos naturales cuya causa era desconocida de los hombres de entonces, pero que se explica en gran medida hoy, y que se comprenderá completamente por el estudio del Espiritismo y del Magnetismo? (…) 2

 

“(…) El Espiritismo y el Magnetismo nos dan la llave de una infinidad de fenómenos sobre los cuales la ignorancia tejió muchas fábulas, en que los hechos son exagerados por la imaginación. El conocimiento esclarecido de esas dos ciencias, que se resumen en una sola, mostrando la realidad de las cosas y su verdadera causa, es el mejor preservativo contra las ideas supersticiosas, porque revela lo que es imposible, lo que está en las leyes de la Naturaleza y lo que no pasa de creencia ridícula. (…)” 3

 

Magnetismo: como conceptuarlo

 

¿Y cuál es la definición de Magnetismo?

 

Magnetismo: designación común a las propiedades características de los campos de influencia magnética de las personas, de los animales y de las cosas. Se considera magnetismo la influencia ejercida por un individuo o grupo de individuos en la voluntad o en la organización de otros. Llamamos también magnetismo al fenómeno oficialmente aceptado y utilizado por la Ciencia, que pertenece a la Física y se define como siendo la propiedad esencial del imán. (*)

 

Sin adentrar en el dominio de las leyes materiales del magnetismo – que dejamos al estudio de la Física – pensemos en la cuestión espiritual, basándonos en las transcripciones de arriba.

 

El principio es el mismo: hay una atracción, una concentración de fuerzas. En curas y cirugías sin anestesia, curas o salvamentos inesperados en situaciones de extremo peligro o en los incontables casos relatados o no en el inicio del artículo, existe la formación del que podemos designar como campo magnético. Se trata de la concentración de fuerzas para determinado fin, alcanzado de manera consciente o no, inducido o asesorado por Espíritus o por la propia capacidad humana individual o colectiva.

 

Así es que, por fuerza magnética, los médiums curan; lugares frecuentados por Espíritus en situación de apego crean las llamadas “casas fantásticas”; puntos comerciales o lugares impregnados por fluidos emanados de mentes equivocadas establecen un ambientes donde nada sale bien…; cirujanos espirituales utilizan médiums en curas sin anestesia; hombres “pisan” en las brasas sin quemarse – aislando la planta de los pies; personas son aisladas en este campo y nada sufren en pavorosos accidentes; determinados lugares “parecen” atraer accidentes; “leedores” de las líneas de las manos describen situaciones – cuando están basados en la honestidad – y “conjuradores” alcanzan curas que la Medicina no consiguió resolver… Y en estos dos últimos ejemplos hay que considerar que no son las líneas de las manos (**) o el conocido “galhinho de arruda” que determinan los efectos. Estos son sólo utensilios dispensables, verdaderas muletas. En verdad es el alma que percibe, que cura, que tiene “voluntad de querer”, como citó Kardec.

 

Cómo obran los Espíritus protectores

 

A esta altura queda oportuno releer el ítem a) arriba. Los fenómenos de origen mediúmnico o anímico se prenden a las cualidades del alma, esté encarnada o desencarnada. La potencialidad en la producción de fenómenos conscientes o inconscientes está en el espíritu, que alcanzó este estadio a través de su esfuerzo en las sucesivas reencarnaciones. No hay, por lo tanto, nada de sobrenatural en hechos aparentemente inexplicables. Quedamos sólo en la pendencia de conocer para juzgar mejor. Y en este caso considérese que muchos hechos y fenómenos aún escapan a la comprensión humana.

 

El hecho final, sin embargo, es que los pensamientos, la potencialidad del alma alcanzada por el esfuerzo y experiencia determinan el ambiente propio en que el ser se mueve. Su propia voluntad persistente, sus conquistas anteriores le posibilitan realizar acciones o provocar fenómenos – y aquí es importante repetir, consciente o inconscientemente – no siempre comprendidos, pero perfectamente encuadrados en las Leyes Naturales.

 

Es por la aplicación de esta fabulosa posibilidad que actúan los Espíritus protectores – en la manipulación fluídica en favor del hombre – utilizando los propios hombres en la producción de fenómenos inesperados o dirigiendo incontables hechos que despierten al hombre de esa somnolencia espiritual en que muchos aún nos vinculamos. Es por esta ley que los afines se atraen, que un ambiente donde se reúnan personas amigas y simpáticas entre sí provoca gran bien estar o lo opuesto; es por él que los sueños se concretan – se crea un campo magnético que es alimentado por el esfuerzo diario y continuado para alcanzar ese sueño; es también, infelizmente, donde se engendran grandes tragedias – justamente por la fuerza dirigida. Pero es también por él, finalmente, entre tantas otras situaciones, que hay permanente solidaridad entre los seres y los mundos, pues estamos todos conectados entre sí –sin embargo las distancias incomensurables – pues que somos hijos del mismo Bondadoso Padre de Amor, caminamos para la felicidad y el progreso.

 

Unión entre Magnetismo y Espiritismo

 

Los escritores Eliseu F. da Mota Junior, en un artículo publicado en esta Revista en febrero de 1997 – Magnetismo y Espiritismo – (año LXXI – nº 1), y Gil Restani de Andrade con un artículo del mismo nombre, en la edición de agosto de 1999 (año LXXIV – nº 7), profundizan el asunto.
 

De ambos os trabalhos citados, transcrevemos parcialmente: inclusive con aspectos históricos y ricos en informaciones. Eliseu destaca el uso en la cura de las enfermedades y Gil discurre más bajo el aspecto histórico. Ambos, sin embargo, se valen de la profunda vinculación entre el Magnetismo y el Espiritismo, inclusive citando uma afirmación de Allan Kardec en la Revista Espírita 4: “El Magnetismo preparó el camino del Espiritismo, y los rápidos progresos de esta última Doctrina son debidos, incontestablemente, a la normalización de los conocimientos sobre el primero. De los fenómenos del sonambulismo y del éxtasis a las manifestaciones espíritas no hay más que un paso; su conexión es tal que es, por así decir, imposible hablar de uno sin hablar del outro.”

 

“(…) Mesmer, al doctorarse, en Viena, en 1765, defendió la tesis “De Planetarium Influxu”, basado, principalmente, en las investigaciones de Paracelso. En 1779, ya en París, publica “La Memoria sobre el descubrimiento del Magnetismo Animal”, cuyos principales proposiciones son: a) La influencia de los astros, unos sobre los otros ysobre los cuerpos animados; b) El Fluido Universal es el gran agente de esa influencia; c) Esa acción recíproca está sometida a leyes mecánicas; d) Los cuerpos gozan de propiedades análogas a las del íman; y) Esas propiedades pueden ser transmitidas a otros cuerpos animados e inanimados; f) La molestia es sólo la resultante de la falta o del desequilibrio em la distribución del magnetismo por el cuerpo. (...)” 5

Observe el lector los ítems c) y e) de la transcripciones arriba. En las dos proposiciones está la causa de los fenómenos que estamos comentando.

 

“(…) El Magnetismo y el Espiritismo son, en efecto, dos ciencias gemelas, que se completan y explican una por la otra, y de las dos, la que no quiere inmobilizarse no puede llegar a su complemento sin apoyarse en su congénere; aisladas una de la otra, se detienen en un callejón sin salida; son recíprocamente como la Física y la Química, la Anatomia y la Fisiologia. (...)” 6

 

La fe divina y la fe humana

 

Todo esto es porque estamos inmersos en un permanente campo de fuerzas que se concentran, atraen o se dispersan por influencia del pensamiento, pero también regido por las leyes físicas del Universo, determinantes del equilibrio de este en todas las áreas y conocimientos. Basta al hombre profundizar ese conocimiento. El lector podrá encontrar muchas referencias del Codificador en tan apasionante asunto. En todas las obras de la Codificación, así como en la Revista Espírita, hay estudios y citas. Es un asunto para vasta investigación que no se resume sólo en las leyes físicas, pero tiene alcance moral por el uso que permite. Son fuerzas del alma que concentradas o atraídas permiten la formación de un campo magnético que envuelve lugares o personas, con poder de acción en las diversas situaciones de la vida humana.

 

Finalmente, hasta para dejar al lector una referencia extraordinaria, sugerimos lectura y estudio del capítulo XIX del Evangelio según el Espiritismo, específicamente en el subtítulo La Fe Divina y la Fe Humana, donde vamos a encontrar esa perla de aclaración traída por un espíritu que firmó Un Espíritu Protector, en el último párrafo del texto citado: “(...) la fe es humana y divina; si todos los encarnados estuvieran bien persuadidos de la fuerza que tienen en sí si quisieran colocar su voluntad a servicio de esa fuerza, serían capaces de realizar lo que, hasta el presente, se llamó como prodígios, y que no es sino un desarrollo de las facultades humanas.”

 

Infelizmente, aún, sin embargo, usamos esa fuerza que traemos en nosotros en las manipulaciones de bastidores, en el deseo de control sobre los otros, en la tola ilusión de la permanencia en cargos o posesiones – como se fuéramos dueños de algo –, en la desesperación centrada o en las arrogancias de la vanidad, realizando los prodigios contrarios que la fraternidad y la Ley de Progreso propone com tanta claridad...

 

Aún tenemos mucho que aprender, ¿no es así, lector?

 


———————————————————————–
* Do livro Léxico Kardequiano, de L. Palhano Jr., editora CELD; grifos nossos.

** Sugerimos lectura en Obras Póstumas (pág. 277 – 1ª edición IDE – traducción Salvador Gentile, capítulo Mi primera iniciación en el Espiritismo, segunda parte), donde el Codificador hace interesantes aportes sobre la lectura de manos en el subtítulo La tiara espiritual, en comunicación del 6 de mayo de 1857.



 

Referências:

 

1.Revista Espírita, de setembro de 1860 (vol. 9, ano III), Edit. Edicel, tradução de Júlio Abreu Filho. O mesmo artigo foi transcrito pelo Codificador para composição do capítulo II de O Livro dos Médiuns.

2. O Evangelho segundo o Espiritismo, capítulo XIX, itens 5 e 12 (páginas 245 e 250 da 107ª edição IDE-Araras-SP, tradução Salvador Gentile.

3. O Livro dos Espíritos, comentário de Kardec à questão 555, 3ª edição FEESP, tradução J. Herculano Pires.

4. Revista Espírita, de março de 1858 (ano I, vol. 3), Editora Edicel, tradução de Júlio Abreu Filho.

5. Gil Restani de Andrade, Revista Internacional de Espiritismo, agosto de 1999 (ano LXXIV, nº 7).

6. Eliseu F. da Mota Junior, Revista Internacional de Espiritismo, fevereiro de 1997 (ano LXXI, nº 1).


 


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