El lector
naturalmente ya
oyó hablar de
determinados
puntos
comerciales de
nuestras
ciudades donde
nada sale bien.
Tampoco es
novedad para
nadie el famoso
“pisar en brasas
sin quemar los
pies” durante la
temporada de las
conocidas
fiestas juninas
esparcidas por
el país. O aún
de accidentes
donde muere
mucha gente y
donde siempre
hay un
superviviente
que ningún
rasguño sufrió…
O aún de lugares
que parecen
atraer
accidentes,
tragedias. Y
hasta de
determinadas
fechas o
coincidencias en
que el folclore
popular atribuye
poderes de donde
se originan
leyendas y
tradiciones
populares,
culminando
muchas veces con
el nombramiento
de lugares
dichos
“fantásticos”. Y
también hay la
cuestión de las
cirugías
espirituales sin
anestesia, sin
dolor o sangre y
muchas veces con
cicatrización
inmediata.
Hay también el
tema de los
“conjuros”,
“lecturas” de
las líneas de
las manos, etc.,
etc. Asuntos
interesantes
estos. ¿Pero,
qué dice la
Doctrina de
estos hechos?
La fe en la
acción magnética
Busquemos
algunas
definiciones y
transcripciones
de las obras de
la Codificación:
“(…) Todos los
fenómenos
espíritas tienen
por principio la
existencia del
alma, su
supervivencia al
cuerpo y sus
manifestaciones.
Siendo tales
fenómenos
basados en una
ley de la
naturaleza, nada
tienen de
maravilloso ni
de sobrenatural,
en el sentido
vulgar de estos
vocáblos. Muchos
hechos sólo son
considerados
sobrenaturales
porque se les
desconoce las
causas;
señadándole una
causa, el
Espiritismo los
hace entrar en
el dominio de
los fenómenos
naturales. Entre
los hechos
calificados como
sobrenaturales,
hay muchos cuya
imposibilidad es
demostrada por
el Espiritismo,
que los coloca
entre las
creencias
supersticiosas.
Aunque el
Espiritismo
reconozca en
muchas creencias
populares un
fondo de verdad,
de modo alguno
acepta la
solidaridad de
todas las
historias
fantásticas,
creadas por la
imaginación. (…) 1
“(…) El poder de
la fe recibe una
aplicación
directa y
especial en la
acción
magnética; por
ella el hombre
actúa sobre el
fluido, agente
universal, le
modifica las
cualidades y le
da un impulso,
por así decir,
irresistible.
Por eso aquel
que, a un gran
poder fluídico
normal junta una
fe ardiente,
puede, sólo por
la voluntad
dirigida para el
bien, operar
esos fenómenos
extraños de cura
y otros que,
antiguamente,
pasarían por
prodígios y que
no son, sin
embargo, sino
las
consecuencias de
una ley natural.
(…) Pero Cristo
(…) mostró (…)
lo que puede el
hombre cuando
tiene fe, quiere
decir, la
voluntad de
querer (…)
Ahora, ¿qué eran
esos milagros
sino efectos
naturales cuya
causa era
desconocida de
los hombres de
entonces, pero
que se explica
en gran medida
hoy, y que se
comprenderá
completamente
por el estudio
del Espiritismo
y del
Magnetismo? (…) 2
“(…) El
Espiritismo y el
Magnetismo nos
dan la llave de
una infinidad de
fenómenos sobre
los cuales la
ignorancia tejió
muchas fábulas,
en que los
hechos son
exagerados por
la imaginación.
El conocimiento
esclarecido de
esas dos
ciencias, que se
resumen en una sola,
mostrando la
realidad de las
cosas y su
verdadera causa,
es el mejor
preservativo
contra las ideas
supersticiosas,
porque revela lo
que es
imposible, lo
que está en las
leyes de la
Naturaleza y lo
que no pasa de
creencia
ridícula. (…)” 3
Magnetismo: como
conceptuarlo
¿Y cuál es la
definición de
Magnetismo?
Magnetismo:
designación
común a las
propiedades
características
de los campos de
influencia
magnética de las
personas, de los
animales y de
las cosas. Se
considera
magnetismo la
influencia
ejercida por un
individuo o
grupo de
individuos en la
voluntad o en la
organización de
otros. Llamamos
también
magnetismo al
fenómeno
oficialmente
aceptado y
utilizado por la
Ciencia, que
pertenece a la
Física y se
define como
siendo la
propiedad
esencial del
imán. (*)
Sin adentrar en
el dominio de
las leyes
materiales del
magnetismo – que
dejamos al
estudio de la
Física –
pensemos en la
cuestión
espiritual,
basándonos en
las
transcripciones
de arriba.
El principio es
el mismo: hay
una atracción,
una
concentración de
fuerzas. En
curas y cirugías
sin anestesia,
curas o
salvamentos
inesperados en
situaciones de
extremo peligro
o en los
incontables
casos relatados
o no en el
inicio del
artículo, existe
la formación del
que podemos designar
como campo
magnético. Se
trata de la
concentración de
fuerzas para
determinado fin,
alcanzado de
manera
consciente o no,
inducido o
asesorado por
Espíritus o por
la propia
capacidad humana
individual o
colectiva.
Así es que, por
fuerza
magnética, los
médiums curan;
lugares
frecuentados por
Espíritus en
situación de
apego crean las
llamadas “casas
fantásticas”;
puntos
comerciales o
lugares
impregnados por
fluidos emanados
de mentes
equivocadas
establecen un
ambientes donde
nada sale bien…;
cirujanos
espirituales
utilizan médiums
en curas sin
anestesia;
hombres “pisan”
en las brasas
sin quemarse –
aislando la
planta de los
pies; personas
son aisladas en
este campo y
nada sufren en
pavorosos
accidentes;
determinados
lugares
“parecen” atraer
accidentes;
“leedores” de
las líneas de
las manos
describen
situaciones –
cuando están
basados en la
honestidad – y
“conjuradores”
alcanzan curas
que la Medicina
no consiguió
resolver… Y en
estos dos
últimos ejemplos
hay que
considerar que
no son las
líneas de las
manos (**) o el
conocido
“galhinho de
arruda” que
determinan los
efectos. Estos
son sólo
utensilios
dispensables,
verdaderas
muletas. En
verdad es el
alma que
percibe, que
cura, que tiene
“voluntad de
querer”, como
citó Kardec.
Cómo obran los
Espíritus
protectores
A esta altura
queda oportuno
releer el ítem
a) arriba. Los
fenómenos de
origen
mediúmnico o
anímico se
prenden a las
cualidades del
alma, esté
encarnada o
desencarnada. La
potencialidad en
la producción de
fenómenos
conscientes o
inconscientes
está en el
espíritu, que
alcanzó este
estadio a través
de su esfuerzo
en las sucesivas
reencarnaciones.
No hay, por lo
tanto, nada de
sobrenatural en
hechos
aparentemente
inexplicables.
Quedamos sólo en
la pendencia de
conocer para
juzgar mejor. Y
en este caso
considérese que
muchos hechos y
fenómenos aún
escapan a la
comprensión
humana.
El hecho final,
sin embargo, es
que los
pensamientos, la
potencialidad
del alma
alcanzada por el
esfuerzo y
experiencia
determinan el
ambiente propio
en que el ser se
mueve. Su propia
voluntad
persistente, sus
conquistas
anteriores le
posibilitan
realizar
acciones o
provocar
fenómenos – y
aquí es
importante
repetir,
consciente o
inconscientemente
– no siempre
comprendidos,
pero
perfectamente
encuadrados en
las Leyes
Naturales.
Es por la
aplicación de
esta fabulosa
posibilidad que
actúan los
Espíritus
protectores – en
la manipulación
fluídica en
favor del hombre
– utilizando los
propios hombres
en la producción
de fenómenos
inesperados o
dirigiendo
incontables
hechos que
despierten al
hombre de esa
somnolencia
espiritual en
que muchos aún
nos vinculamos.
Es por esta ley
que los afines
se atraen, que
un ambiente
donde se reúnan
personas amigas
y simpáticas
entre sí provoca
gran bien estar
o lo opuesto; es
por él que los
sueños se
concretan – se
crea un campo
magnético que es
alimentado por
el esfuerzo
diario y
continuado para
alcanzar ese
sueño; es
también,
infelizmente,
donde se
engendran
grandes
tragedias –
justamente por
la fuerza
dirigida. Pero
es también por
él, finalmente,
entre tantas
otras
situaciones, que
hay permanente
solidaridad
entre los seres
y los mundos,
pues estamos
todos conectados
entre sí –sin
embargo las
distancias
incomensurables
– pues que somos
hijos del mismo
Bondadoso Padre
de Amor,
caminamos para
la felicidad y
el progreso.
Unión entre
Magnetismo y
Espiritismo
Los escritores
Eliseu F. da
Mota Junior, en
un artículo
publicado en
esta Revista en
febrero de 1997
– Magnetismo y
Espiritismo –
(año LXXI – nº
1), y Gil
Restani de
Andrade con un
artículo del
mismo nombre, en
la edición de
agosto de 1999
(año LXXIV – nº
7), profundizan
el asunto.
De ambos os
trabalhos
citados,
transcrevemos
parcialmente:
inclusive con
aspectos
históricos y
ricos en
informaciones.
Eliseu destaca
el uso en la
cura de las
enfermedades y
Gil discurre más
bajo el aspecto
histórico.
Ambos, sin
embargo, se
valen de la
profunda
vinculación
entre el
Magnetismo y el
Espiritismo,
inclusive
citando uma
afirmación de
Allan Kardec en
la Revista
Espírita 4: “El
Magnetismo
preparó el
camino del
Espiritismo, y
los rápidos
progresos de
esta última
Doctrina son
debidos,
incontestablemente,
a la
normalización de
los
conocimientos
sobre el primero.
De los fenómenos
del sonambulismo
y del éxtasis a
las
manifestaciones
espíritas no hay
más que un paso;
su conexión es
tal que es, por
así decir,
imposible hablar
de uno sin
hablar del
outro.”
“(…) Mesmer, al
doctorarse, en
Viena, en 1765,
defendió la
tesis “De
Planetarium
Influxu”,
basado,
principalmente,
en las
investigaciones
de Paracelso. En
1779, ya en
París, publica
“La Memoria
sobre el
descubrimiento
del Magnetismo
Animal”, cuyos
principales
proposiciones
son: a) La
influencia de
los astros, unos
sobre los otros
ysobre los
cuerpos
animados; b) El
Fluido Universal
es el gran
agente de esa
influencia; c)
Esa acción
recíproca está
sometida a leyes
mecánicas; d)
Los cuerpos
gozan de
propiedades
análogas a las
del íman; y)
Esas propiedades
pueden ser
transmitidas a
otros cuerpos
animados e
inanimados; f)
La molestia es
sólo la
resultante de la
falta o del
desequilibrio em
la distribución
del magnetismo
por el cuerpo.
(...)” 5
Observe el
lector los ítems
c) y e) de la
transcripciones
arriba. En las
dos
proposiciones
está la causa de
los fenómenos
que estamos
comentando.
“(…) El
Magnetismo y el
Espiritismo son,
en efecto, dos
ciencias
gemelas, que se
completan y
explican una por
la otra, y de
las dos, la que
no quiere
inmobilizarse no
puede llegar a
su complemento
sin apoyarse en
su congénere;
aisladas una de
la otra, se
detienen en un
callejón sin
salida; son
recíprocamente
como la Física y
la Química, la
Anatomia y la
Fisiologia.
(...)” 6
La fe divina y
la fe humana
Todo esto es
porque estamos
inmersos en un
permanente campo
de fuerzas que
se concentran,
atraen o se
dispersan por
influencia del
pensamiento,
pero también
regido por las
leyes físicas
del Universo,
determinantes
del equilibrio
de este en todas
las áreas y
conocimientos.
Basta al hombre
profundizar ese
conocimiento. El
lector podrá
encontrar muchas
referencias del
Codificador en
tan apasionante
asunto. En todas
las obras de la
Codificación,
así como en la
Revista
Espírita, hay
estudios y
citas. Es un
asunto para
vasta
investigación
que no se resume
sólo en las
leyes físicas,
pero tiene
alcance moral
por el uso que
permite. Son
fuerzas del alma
que concentradas
o atraídas
permiten la
formación de un
campo magnético
que envuelve
lugares o
personas, con
poder de acción
en las diversas
situaciones de
la vida humana.
Finalmente,
hasta para dejar
al lector una
referencia
extraordinaria,
sugerimos
lectura y
estudio del
capítulo XIX del
Evangelio según
el Espiritismo,
específicamente
en el subtítulo
La Fe Divina y
la Fe Humana,
donde vamos a
encontrar esa
perla de
aclaración
traída por un
espíritu que
firmó Un
Espíritu
Protector, en el
último párrafo
del texto
citado: “(...)
la fe es humana
y divina; si
todos los
encarnados
estuvieran bien
persuadidos de
la fuerza que
tienen en sí si
quisieran
colocar su
voluntad a
servicio de esa
fuerza, serían
capaces de
realizar lo que,
hasta el
presente, se
llamó como
prodígios, y que
no es sino un
desarrollo de
las facultades
humanas.”
Infelizmente,
aún, sin
embargo, usamos
esa fuerza que
traemos en
nosotros en las
manipulaciones
de bastidores,
en el deseo de
control sobre
los otros, en la
tola ilusión de
la permanencia
en cargos o
posesiones –
como se fuéramos
dueños de algo
–, en la
desesperación
centrada o en
las arrogancias
de la vanidad,
realizando los
prodigios
contrarios que
la fraternidad y
la Ley de
Progreso propone
com tanta
claridad...
Aún tenemos
mucho que
aprender, ¿no es
así, lector?
———————————————————————–
* Do livro Léxico
Kardequiano,
de L. Palhano
Jr., editora
CELD; grifos
nossos.
** Sugerimos
lectura en Obras
Póstumas (pág.
277 – 1ª edición
IDE – traducción
Salvador
Gentile,
capítulo Mi
primera
iniciación en el
Espiritismo,
segunda parte),
donde el
Codificador hace
interesantes
aportes sobre la
lectura de manos
en el subtítulo
La tiara
espiritual, en
comunicación del
6 de mayo de
1857.
Referências:
1.Revista
Espírita, de
setembro de 1860
(vol. 9, ano
III), Edit.
Edicel, tradução
de Júlio Abreu
Filho. O mesmo
artigo foi
transcrito pelo
Codificador para
composição do
capítulo II de O
Livro dos
Médiuns.
2. O
Evangelho
segundo o
Espiritismo,
capítulo XIX,
itens 5 e 12
(páginas 245 e
250 da 107ª
edição
IDE-Araras-SP,
tradução
Salvador Gentile.
3. O
Livro dos
Espíritos,
comentário de
Kardec à questão
555, 3ª edição
FEESP, tradução
J. Herculano
Pires.
4. Revista
Espírita, de
março de 1858
(ano I, vol. 3),
Editora Edicel,
tradução de
Júlio Abreu
Filho.
5. Gil Restani
de Andrade,
Revista
Internacional de
Espiritismo,
agosto de 1999
(ano LXXIV, nº
7).
6. Eliseu F. da
Mota Junior,
Revista
Internacional de
Espiritismo,
fevereiro de
1997 (ano LXXI,
nº 1).
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