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Año 10 - N° 501 - 29 de Enero de 2017
VICTOR PASSOS
caminheirodapaz@gmail.com
Viana do Castelo, Portugal
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Victor Passos

Compromisos de    la Asistencia Hospitalaria Espírita


La asistencia espiritual en el internamiento hospitalario es un derecho individual, luego se atribuye también el deber para el Hospital e Institución Doctrinaria, sea cuál sea su filosofía.

Al abordar el trabajo asistencial, no podemos alejarnos de la relación salud y su definición. La Organización Mundial de Salud (OMS) define salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social.

El Espiritismo, sin embargo, eleva esa amplitud y enseña que salud es el estado de completo bienestar biopsicosocioespiritual, pues tiene en consideración los factores biológicos, psicológicos, sociales y espirituales que influyen al ser humano en su camino por la vivencia terrena; con eso hace el concepto más humanizado.

En vez de la Medicina del físico, que aún se ejerce en los días de hoy, el Espiritismo propone un nuevo proceso, el de la Medicina del alma.

La salud pasó, entonces, a ser más un valor de la sociedad que del individuo. Es un derecho fundamental del ser humano, que debe ser asegurado sin distinción de raza, religión, ideología política o condición socioeconómica.

La salud es, por lo tanto, un valor colectivo, un bien de todos, debiendo cada uno gozarla individualmente, sin perjuicio de otros y, solidariamente, con todos.

La Asistencia Hospitalaria Espírita en Portugal es efecto de ese cambio.

El Decreto-ley nº 253/09 vino a abrir las puertas al “derecho a la asistencia religiosa y a la práctica de los actos de culto”, obligándose el Estado a crear “las condiciones adecuadas al ejercicio de la asistencia religiosa en las instituciones públicas”.

Además de eso, es relevada a “especial importancia” del acceso a la asistencia espiritual y religiosa en las instituciones del Servicio Nacional de Salud y “reconocida como una necesidad esencial, con efectos relevantes en la relación con el sufrimiento y la enfermedad”, “contribuyendo para la calidad de los cuidados prestados”.

Nosotros sabemos que la enfermedad siempre tiene origen espiritual

Sabemos que aún existe mucho por hacer, pero todo tiene un tiempo, como los Amigos Espirituales nos dicen; entonces poco a poco iremos con la adquisición de experiencia y ayuda del estudio y conseguiremos que los médicos se abran más de la desconfianza de la presencia de los espíritas en los Hospitales, especialmente de las áreas psicológicas y psiquiátricas. Nosotros no estamos para desunir, sino para aproximar.

Todo asistente espírita es un eslabón de la salud y debe demostrar que no somos médicos, sino un refuerzo y apoyo de sus terapias.

La asistencia espiritual es un servicio público que nace en el corazón de la comunidad de fe.

La búsqueda de sentido se hace aún más intensa en situación de fragilidad. Sabiendo que el Servicio de Asistencia Espiritual y Religiosa (SAER) se hace por la comunión de varias opciones de fe, aún aplicando sus principios dispersos, ella se hace por demás importante, pues más que nunca con esto estamos mostrando que, unidos, más capacidades de acción tenemos, porque el desafío mayor en ese campo es llevar confort al enfermo y a la vez respetar la fe de cada persona al traspasar las barreras del proselitismo religioso y la falta de respeto a la visión religiosa del otro – el enfermo y su familia.

Nosotros espíritas sabemos que la enfermedad siempre tiene origen espiritual, siendo que la causa podrá haberse dado en la existencia actual o en uma encarnación anterior. Jesús decía existir relación espíritu-cuerpo en las enfermedades cuando, al curar a alguien, le decía: "Tus pecados están perdonados". Ahora estos "pecados" entendamos "desequilibrios espirituales”, cuyo efectos Jesús suprimia.

Estas relaciones intereclesiales nos aproximan al verdadero cristiano, y son una demostración de la evolución del hombre rumbo a la visión integral.

La ayuda al enfermo no puede ser una persecución a los adeptos

Es de resaltar en este trabajo, en el internamiento hospitalario, un ambiente que suscita cuidados aún mayores en relación a la cuestión religiosa y espiritual.

Además del derecho a la libertad de profesión de fe, garantizado para los ciudadanos, es preciso garantizar una relación recíproca de respeto delante de la fe del otro y la asistencia espiritual.  El enfermo está siempre primero en cualquier circunstancia, el desafío está en el acogimiento, ya que los ingresados tienen opción de elección de la Filosofía que que quieren recibir.

Es comprendido que experiencia y el recurso de la fe transcienden el sillón científico, en cuanto a los procesos de salud, sin embargo el bueno sentido y uso de una fe razonada transfieren una dimensión donde el diálogo e interacción entre ambas es posible, o sea, entre los diferentes estratos de la concepción de salud: profesionales, internados y familiares.

No se trata de ofrecer asistencia espiritual según grupos religiosos, sino en consonancia con la opción personal del enfermo y su familia.

Finalmente, es un paso más, al cual los espíritas tienen que percibir su grandeza, sea por la responsabilidad, sea por la disciplina a ser empleada en el trabajo hospitalario. Y cuando hablamos de responsabilidad, es preciso que los grupos conectados a los Centros Espíritas busquen dar ejemplo de la práctica de la Codificación Espírita, en una Comunidad donde la preparación de los Equipos de Asistentes debe ser bien estructurada y con conocimiento del proceso de apoyo al enfermo, como también de la higienización espiritual y física.

Es importante percibir que no hablamos sólo de la visita al enfermo, de la asistencia en la consulta médica, sino también de la atención a los familiares y aún al ingresado y, también, a los profesionales de salud que nos buscan, para pedir ayuda.

Todos esos voluntarios saben que “Dar de gracia lo que de gracia recibimos” requiere entrega, asiduidad, saludo de los preceptos de las orientaciones de la gestión hospitalaria, pues existen normas, deberes y derechos que tienen que ser escrupulosamente atendidos, y la ayuda al enfermo no puede ser una carrera a los adeptos, sino a la proliferación del amor por el prójimo, sea cual sea el credo por el profesado.

La terapia comienza luego por la forma como nos relacionamos

Importante es, también, esclarecer que no estamos en los Hospitales para curar, ni para hacer desobsesiones, pero sí para consolar, orientar, esclarecer y levantar el ánimo del enfermo. El trabajo de índole espiritual debe realizarse en los lugares correctos, claro que después de las indicaciones que debemos tomar acerca del ingresado, para poder ofrecer el apoyo de la terapia espiritual. La terapia comienza inmediatamente por la forma como nos relacionamos y ayudamos el blanco de nuestro trabajo, ya que sabemos que, antes de comenzar ese trabajo, debemos hacer nuestra preparación y, con certeza, los Amigos espirituales estarán presentes en nuestro apoyo.

Entonces se exige que los Asistentes Espíritas tengan reuniones constantes, intercambiando sugerencias, mostrando sus preocupaciones, a fin de cada vez más se preste un servicio de apoyo al enfermo, a sus familiares y a los profesionales de salud, más sólido y adecuado con las enseñanzas del Maestro.

Concluyendo, cuando estemos hablando a un enfermo, tendremos que verificar la concepción sobre la persona y tener conciencia de que ella posee una dimensión corporal, psíquica y espiritual, las cuales, a pesar de exteriormente independientes, interiormente se absorben en un organismo que se ordena y domina por una naturaleza propia. Por lo tanto, el alma humana es el centro del ser que tiene una naturaleza tridimensional: espiritual, psíquica y física.

Ese es el punto esencial – y es a partir de ese espacio que se muestran las otras partes del individuo, pues el alma tiene sólo un núcleo. Se puede, por lo tanto, decir que toda la trilogia de la persona (espiritual, psíquica y física) está preparada para ese proceso de desarrollo, pues la persona solamente puede hacerse algo de aquello que le incumbe em su ser personal y por su merecimiento. 

 

Bibliografia

O Evangelho segundo Espiritismo, de Allan Kardec.

Pai da Bioética - Fritz Jahr (1895-1953), art. “Controvérsias internas das igrejas cristãs, relações intereclesiais“.

A Assistência Espiritual e Religiosa nas Unidades da ULSAM - Decreto-Lei nº 253/2009 / Portugal.


Victor Manuel Pereira de Passos, escritor e palestrante, é membro da Associação Espirita Paz e Amor, em Viana do Castelo, Portugal. 



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita