WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Editorial Português   Inglês    
Año 10 - N° 504 - 19 de Febrero de 2017
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

Somos todos peregrinos
sobre la Tierra


“Nosotros, los espíritas, tenemos que cuestionarnos mucho como están nuestros sentimientos de solidaridad, comprensión y tolerancia; ¿qué pensamientos lanzamos al espacio cuando el asunto nos alcanza el alma? ¿Son de prejuicio, ese hijo directo del egoísmo y del orgullo?” (Humberto Wedine, autor del artículo Refugiados: la fuerza y la esperanza por un hilo, uno de los relieves de esta edición.)

Necesitamos de indulgencia para el acogimiento de aquellos que buscan, desesperadamente, el confort, el amparo, el socorro y la comprensión. A pesar de las diferencias culturales, incluyéndose las religiosas, debemos, antes de todo, respetar los derechos del hombre y dar tratamiento humanitario a los refugiados.

Nunca, como hoy, se persiguieron tanto los musulmanes, mismo los que ya detienen derechos de ciudadanía. Ésos y, en especial, los clandestinos, por la propia tez y origen, tienen sido clasificados como posibles terroristas y punto de lamentables demonstraciones de xenofobia.

“En esta encrucijada, debemos acordarnos de las palabras de Jesús que abren este artículo: ‘porque tuve hambre y me diste de comer; tuve sed, y me diste de beber; yo era extranjero y me acogiste’. Y, mismo en el Antiguo Testamento, la Torá, el libro sagrado de los judíos que Jesús enseñó y pregonó, hay varios pasajes sobre el tratamiento a los extranjeros. En Génesis 25.9 es dicho ‘no oprimirás al extranjero, pues vosotros conocéis el corazón del extranjero, pues fuisteis extranjeros en la tierra del Egipto’. Otro pasaje importante es en Jo 31:32: ‘El extranjero no pasaba la noche fuera; mis puertas yo las abrías para el viajero’. (Humberto Werdine, en el artículo citado.)  

Las palabras de Jesús son de un simplicidad profunda. No hay en ellas teoría, pero indicaciones objetivas pertinentes a la práctica del bien. Acoger el refugiado, mismo que sea un enemigo, es actitud eminentemente cristiana. Es obvio que se debe actuar con prudencia, para que la paja y el grano sean debidamente identificados para que no se cometan injusticias.

“Nosotros los espíritas, que sabemos de estas verdades, debemos orar para que nuestros políticos y gobernantes puedan, mientras duermen, ser inspirados en sus sueños por la Espiritualidad Superior para que estén conscientes de la gran responsabilidad que está en sus manos, para que puedan actuar rápidamente con caridad y compasión para acabar con esta crisis humanitaria de manera definitiva.” (Humberto Werdinee, en el artículo citado.)

La Xenofobia no está solamente en el círculo de aquellos que están en el poder. Ella está en la base de la población y, en algunos casos, llega a un nivel próximo de la histeria. Ignoran esas personas que muchos de los ex refugiados que lograron derechos de ciudadanía y aquellos que intentan obtenerla son aquellos que, en pasado no muy remoto, fueron explorados por los países a los cuales hoy suplican una oportunidad para vivir.

La emigración siempre causa temores por parte de aquellos que reciben los refugiados. La provincia de São Paulo, como los brasileños saben, recibió a lo largo de su historia y continúa a recibir emigrantes (¿por qué no decir refugiados?) de regiones pobres del Nordeste de Brasil, incapaces de ofrecer las condiciones necesarias para que sus hijos permanezcan en las localidades donde nacieron, especialmente en las ocasiones en que la sequía torna inviable la vida en estos sitios. Pero tal como ocurre en innúmeros países europeos, si pudiesen, los ciudadanos que discriminan expulsarían también esos emigrantes.

“En resumida cuentas, mientras los políticos trabajan para combatir las causas de estas guerras que causan estas crisis de refugiados, debemos armarnos con fe, amor, caridad, tolerancia y comprensión, y ayudar como podamos a estos hermanos infelices, que fueron forzados a huir de sus países en guerra para salvar y dar una vida mejor y más digna a sus hijos”. (Humberto Werdine, en el artículo citado.)

El espírita va a las comunidades carentes para llevar instrucción. Pero va también para llevarles consuelo y facilitar la inclusión social.

Hablamos de las comunidades carentes porque es la experiencia más próxima de la realidad brasileña, aunque ya tengamos por aquí los refugiados haitianos y otros inmigrantes expulsados por causa de la violencia o de la miseria que reina en su país de origen.

Nadie ignora que sufren ellos prejuicio y discriminación, especialmente en las provincias del Sur. En su mayoría, los haitianos reciben los sueldos más bajos y los puestos de trabajo más humildes, en cuanto el deseo de las personas que discriminan es, en verdad, repatriarlos, olvidándose de que todos nosotros somos peregrinos sobre la Tierra y en ella nos encontramos igualmente de pasaje. (¹)   
 

(¹) A los que dudan de que somos peregrinos sobre la Tierra, sugerimos que lean o relean el mensaje constante del cap. III, ítem 14, d’ El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec. 



 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita