Concluimos en esta edición el estudio de la Revista Espírita de 1858, publicación mensual de divulgación espírita fundada y dirigida por Allan Kardec. Este estudio está basado en la traducción al idioma portugués realizada por Júlio Abreu Filho y publicada por EDICEL. Las respuestas a las preguntas propuestas se encuentran al final del texto para la lectura.
Preguntas para el debate
A. ¿A qué propiedades se refiere Kardec, en la Revue, al hablar sobre el periespíritu?
B. ¿Existe relación entre los sufrimientos que el Espíritu padece y sus actitudes de cuando estaba encarnado?
C. ¿Cómo explicar los sueños?
D. ¿Qué palabras dedicó a Kardec, en la Revue de 1858, a las mujeres?
Texto para la lectura
209. La Revue transcribe un cuento de Frédéric Soulié, "Una Noche Olvidada", psicografiado por Caroline Baudin, médium del género absolutamente pasivo, que no tenía la menor conciencia de lo que escribía. Primero, ella se valió de una cesta de pico; después se sirvió de la psicografía directa. (P. 329)
210. Kardec dice que la Gazette de Cologne publicó la historia de la aparición del General Marceau, a quien muchas personas afirman haber visto por la noche, montado en un caballo, con su manto blanco de los cazadores franceses. (P. 333)
211. Hablando sobre apariciones, Kardec hace recordar que el Espíritu está unido al cuerpo por una sustancia semimaterial, llamada periespíritu. Los encarnados tienen, por lo tanto, dos envolturas: el cuerpo destructible y el cuerpo etéreo, vaporoso e indestructible – o periespíritu. (P. 335)
212. El periespíritu es invisible, pero puede volverse visible. Otra de sus propiedades es la penetrabilidad. Ninguna materia le ofrece obstáculo: él las atraviesa a todas, como la luz atraviesa los cuerpos transparentes. (P. 336)
213. Kardec dice que conoce a una joven señora que muchas veces veía en su casa y en su cuarto a hombres, en realidad Espíritus, que entraba allí y salían, aunque las puertas estuviesen cerradas. (P. 337)
214. Kardec habla sobre el Sr. Adrien, destacando que de todas sus facultades como médium, la más notable es la videncia. (P. 339)
215. Colocamos al Sr. Adrien – dice el codificador – entre los más notables médiums y en la primera fila de aquellos que nos han ofrecido los más preciosos elementos para el conocimiento del mundo espírita. (P. 340)
216. Con el Sr. Adrien, Kardec estuvo en teatros, bailes, hospitales, cementerios e iglesias, y asistió a entierros, casamientos, bautizos y sermones, por todas partes observando a los Espíritus que allí se encontraban. (P. 340)
217. Kardec relata el caso de la muerte de un amigo del Sr. Adrien, víctima de un ataque de apoplejía. Horas después de la muerte, el vidente vio al Espíritu del difunto con la misma apariencia que antes, caminar de un lado a otro, sin comprender lo que sucedía. (P. 341)
218. Al día siguiente, el médium vio al Espíritu rondando el ataúd, pero ahora estaba envuelto en una especie de túnica. El Sr. Adrien conversó con él y se dio cuenta que él ignoraba su muerte. (P. 341)
219. En seguida, el médium lo vio acercarse a su hijo que lloraba. Se inclinó ante él, se quedó unos momentos en esa posición y después partió rápidamente. El médium notó, entonces, que lo que él decía llegaba al corazón de su hijo. (P. 342)
220. La Revue trata el tema bicorporeidad y cita los casos de San Alfonso de Ligorio, canonizado antes del tiempo requerido por haberse mostrado simultáneamente en dos lugares, y de San Antonio de Padua, que predicaba en España cuando fue visto en Padua. (P. 344)
221. Evocado, Alfonso de Ligorio confirma el hecho que le fue atribuido y explica su mecanismo. (P. 344)
222. Kardec hace un estudio sobre las sensaciones de los Espíritus, procurando explicar cómo es el dolor que sienten los Espíritus. (PP. 347 y 348)
223. La conclusión parece ser clara: los sufrimientos que el Espíritu padece son siempre la consecuencia de la manera con la que vivió en la Tierra. (P. 351)
224. Un Espíritu enseña que el sueño libera completamente al alma del cuerpo: cuando dormimos quedamos momentáneamente en el estado en que, de manera definitiva, nos encontraremos después de la muerte. (P. 353)
225. El sueño – dice – es el recuerdo de aquello que el Espíritu vio mientras el cuerpo dormía; pero observad que no soñáis siempre, porque no siempre os acordáis lo que visteis o todo cuanto habéis visto. (P. 354)
226. Kardec escribe sobre la mujer y le hace un elogio inusitado: “La mujer es delineada más finamente que el hombre, lo que indica, naturalmente, un alma más delicada. Es así que en medios semejantes, en todos los mundos, la madre será más bella que el padre, por ser a quien el niño ve primero”. (P. 357)
227. “¡Mujeres! No temáis deslumbrar a los hombres con vuestra belleza, con vuestras gracias, con vuestra superioridad – dice Kardec -. Pero que los hombres sepan que, para ser dignos de vosotras, deben ser tan grandes como vosotras sois bellas, tan sabios como sois buenas, tan instruidos como sois originales y sencillas.” (P. 357)
228. Kardec evoca a una viuda de Malabar, una de esas mujeres de la India, sujetas a la costumbre de quemarse sobre el cadáver de su marido. Evidentemente, ella dice que hubiera preferido haberse casado con otro hombre en vez de ser quemada. (P. 361)
229. Evocada, Luisa Charly, llamada Labé y apodada “La Bella Cordelera”, explica que aunque haya sido feliz en la Tierra, la felicidad del Cielo es algo muy diferente. Por Cielo, ella dice que se refiere a otros mundos. (P. 363)
230. Luisa confirma que Júpiter es un mundo feliz, pero advierte que éste no es el único favorecido por Dios. Los mundos felices son tan numerosos como los grados de arena del océano. (P. 363)
231. El Sr. Ch. Renard, suscriptor de la Revue, residente en Rambouillet, cuenta en una carta escrita a Kardec sobre sus experiencias con los fenómenos espíritas, mucho antes del advenimiento de las mesas giratorias, y habla sobre las experiencias de la familia Fox y de los trabajos de Davis, considerados por Conan Doyle como los principales precursores del Espiritismo. (P. 366)
232. Cerrando el año 1858, Kardec dice, feliz, que en adelante la existencia de la Revue estaba asegurada por un número de suscriptores que aumentaba día a día, y afirma que el Espiritismo marcha a pasos agigantados en el mundo entero. (PP. 367 y 368)
233. Kardec refiere que entonces los Espíritus le dijeron: “Este es el primer período; en breve pasará, para dar lugar a ideas más elevadas. Nuevos hechos van a ser revelados, marcando un nuevo período – el filosófico – y la doctrina crecerá en poco tiempo, como el niño que deja su cuna”. (P. 368)
Respuestas a las preguntas propuestas
A. ¿A qué propiedades se refiere Kardec, en la Revue, al hablar sobre el periespíritu?
Inicialmente, dice que los encarnados tienen dos envolturas: el cuerpo destructible y el cuerpo etéreo, vaporoso e indestructible – o periespíritu. El periespíritu es invisible, pero puede volverse visible. Otra de sus propiedades es la penetrabilidad. Ninguna materia le ofrece obstáculo: él las atraviesa a todas, como la luz atraviesa los cuerpos transparentes. Y para corroborar esta información, dice que conoce a una joven señora que muchas veces veía en su casa y en su cuarto a hombres, en realidad Espíritus, que entraba allí y salían, aunque las puertas estuviesen cerradas. (Revue Spirite de 1858, pp. 335 a 337.)
B. ¿Existe relación entre los sufrimientos que el Espíritu padece y sus actitudes de cuando estaba encarnado?
Sí. En la Revue presenta un estudio sobre las sensaciones de los Espíritus, en el que procura explicar cómo es el dolor que sienten los Espíritus. Su conclusión es esta: los sufrimientos que el Espíritu padece son siempre la consecuencia de la manera con la que vivió en la Tierra. (Obra citada, pp. 347 a 351.)
C. ¿Cómo explicar los sueños?
Según un instructor espiritual, el sueño libera completamente al alma del cuerpo. Cuando dormimos quedamos momentáneamente en el estado en que, de manera definitiva, nos encontraremos después de la muerte. Los sueños serían el recuerdo de aquello que vimos mientras el cuerpo dormía. (Obra citada, pp. 353 y 354.)
D. ¿Qué palabras dedicó a Kardec, en la Revue de 1858, a las mujeres?
El Codificador hizo a las mujeres un elogio inusitado: “La mujer es delineada más finamente que el hombre, lo que indica, naturalmente, un alma más delicada. Es así que en medios semejantes, en todos los mundos, la madre será más bella que el padre, por ser a quien el niño ve primero”. Y agregó: “¡Mujeres! No temáis deslumbrar a los hombres con vuestra belleza, con vuestras gracias, con vuestra superioridad. Pero que los hombres sepan que, para ser dignos de vosotras, deben ser tan grandes como vosotras sois bellas, tan sabios como sois buenas, tan instruidos como sois originales y sencillas.” (Obra citada, pág. 357.)
Fin