Continuamos en esta edición el estudio de la Revista Espírita de 1859, publicación mensual de divulgación espírita fundada y dirigida por Allan Kardec. Este estudio está basado en la traducción al idioma portugués realizada por Júlio Abreu Filho y publicada por EDICEL. Las respuestas a las preguntas propuestas se encuentran al final del texto para la lectura.
Preguntas para el debate
A. ¿Con qué fin existe la mediumnidad?
B. ¿De qué depende el poder magnético del magnetizador?
C. Los Espíritus, ¿pueden ver en la oscuridad?
D. Murió, descansó. Esta idea, ¿se corresponde con la realidad?
Texto para la lectura
26. Todos, dice Kardec, son más o menos médiums, pero se ha convenido en dar ese nombre a los que presentan manifestaciones patentes y, por así decirlo, facultativas. (P. 61)
27. De todos los géneros de mediumnidad, el más común y el más fácil de adquirir mediante el ejercicio es la psicografía. (P. 61)
28. El papel del médium intuitivo es el mismo de un intérprete entre nosotros y el Espíritu, y la dificultad está en distinguir los pensamientos del médium de aquellos que le son sugeridos. (P. 62)
29. Está lejos de nosotros, asegura San Luis, despreciar a los médiums de efectos físicos. Ellos tienen su razón de ser y prestan indiscutibles servicios a la Ciencia Espírita; pero cuando un médium posee una facultad que lo pone en contacto con seres superiores, no comprendemos que de ella abdique o que desee otras, a no ser que sea por ignorancia. (P. 64)
30. La mediumnidad es una facultad dada para el bien. Los buenos Espíritus se alejan de quien pretenda transformarla en una escalera para otros fines que no correspondan a los designios de la Providencia. (P. 65)
31. En Saint-Etienne una muchacha lograba tomar los rasgos, la voz y los gestos de parientes muertos que nunca llegó a conocer. Evocado, San Luis explica que en la transfiguración el cuerpo nunca cambia, pero experimenta diversas apariencias y sufre una especie de oclusión, encubierto por el periespíritu. (P. 68)
32. El hombre, dice Kardec, se envilece por la envidia, por el odio, por los celos y por todas las pasiones mezquinas, pero se eleva por el olvido de las ofensas; ahí está la moral espírita. (P. 72)
33. El Espíritu de Paul Gaimard, ex-médico de la Marina, habla de la importancia de los esfuerzos morales que el hombre hace en su vida. (P. 73)
34. Él dice que en la erraticidad el Espíritu es más dueño de sí mismo, tiene más consciencia de su fuerza; la carne pesa, obnubila y obstaculiza. (P. 74)
35. Todos los Espíritus, recuerda Kardec, dicen que en el estado de erraticidad investigan, estudian y observan, a fin de hacer la elección de sus pruebas. (P. 75)
36. El Espíritu de la Sra. Reynaud, quien fuera una notable sonámbula lúcida, dice que su lucidez no tenía la prontitud ni la precisión que posee ahora en la condición de desencarnado. (P. 77)
37. La cadena de las existencias, dice ella, está formada por eslabones seguidos y continuos, y ninguna interrupción detiene su curso: la vida terrestre es la continuación de la vida celestial precedente y el preludio de la próxima. (P. 77)
38. La Sra. Reynaud dice incluso que es posible ser un buen sonámbulo sin tener un Espíritu de orden elevado. (P. 78)
39. Al decir que es el Espíritu el que ve, la Sra. Reynaud informa que ahora ve mejor que cuando estaba en estado sonambúlico, pues puede ver al hombre por dentro, inclusive en la oscuridad. (P. 79)
40. El fluido magnético, dice el mismo Espíritu, emana del sistema nervioso, pero el sistema nervioso lo extrae de la atmósfera, su fuente principal. El poder magnético del magnetizador depende no solo de su constitución física sino mucho más de su carácter. (P. 80)
41. Por eso, las cualidades más esenciales para el magnetizador son el corazón, las buenas intenciones siempre firmes y el desinterés. (P. 80)
42. La Revue transcribe el famoso caso del espectro de Atenas, que se apareció al filósofo Atenodoro, narrado por Plinio el Joven. (P. 87)
43. Evocado por Kardec, Plinio dice que el desinterés en el mundo en que vivimos es algo raro: “En cada doscientos hombres encontrareis apenas uno o dos realmente desinteresados”. Kardec estuvo de acuerdo. (P. 90)
44. Se acostumbra decir que ninguno de los que murieron han vuelto para darnos informaciones. Kardec dice que eso es un error, y la misión del Espiritismo es precisamente esclarecernos sobre ese futuro, haciéndonos tocarlo y verlo, ya no por el razonamiento sino a través de los hechos. (P. 92)
45. El Espíritu ve sin la ayuda de nuestra luz y oye sin necesidad de las vibraciones del aire; he ahí por qué para él no hay oscuridad. (P. 93)
46. Las sensaciones permanentes e indefinidas, por más agradables que sean, se volverían fatigantes con el tiempo, si no le fuera posible sustraerse a ellas; por eso él tiene la facultad de suspenderlas. (P. 94)
47. El Espíritu puede, pues, dejar de ver, de oír, de sentir tales o cuales cosas, según su voluntad, pero en razón de su superioridad, porque hay cosas que los Espíritus inferiores no pueden evitar. (P. 94)
48. Como los Espíritus no necesitan de vibraciones sonoras para impresionar sus oídos, se comprenden a través de la simple transmisión del pensamiento, así como a veces nos entendemos con una simple mirada. (PP. 94 y 95)
49. Al entrar en su nueva vida el Espíritu necesita de algún tiempo para reconocerse, porque todo allí le parece extraño y desconocido. (P. 95)
50. Es un error pensar que la vida espírita es una vida ociosa; por el contrario, es esencialmente activa y todos tienen ocupaciones allí. (P. 97)
51. Algo notable es que, incluso entre los Espíritus más comunes, de un modo general los sentimientos son más puros como Espíritus que como hombres. La vida espírita los esclarece sobre sus defectos y, salvo pocas excepciones, lamentan amargamente el mal que hicieron. (P. 99)
52. Pero hay lo que se puede llamar la escoria del mundo espírita, constituida por los Espíritus impuros, cuya única preocupación es el mal. (P. 100)
53. Para prevenir el fraude en las reuniones espíritas es necesario observar atentamente las circunstancias y, sobre todo, tomar en consideración el carácter y la condición de las personas, sus objetivos e intereses. (P. 102)
Respuestas a las preguntas propuestas
A. ¿Con qué fin existe la mediumnidad?
La mediumnidad es una facultad dada para el bien y los buenos Espíritus se alejan de quien pretenda transformarla en una escalera para otros fines que no correspondan a los designios de la Providencia. (Revue Spirite, p. 65.)
B. ¿De qué depende el poder magnético del magnetizador?
Depende de su constitución física y mucho de su carácter. Es por eso que las cualidades más esenciales para el magnetizador son el corazón, las buenas intenciones siempre firmes y el desinterés. (Obra citada, p. 80.)
C. Los Espíritus, ¿pueden ver en la oscuridad?
Sí. Ellos ven sin la ayuda de nuestra luz y oyen sin necesidad de las vibraciones del aire; he ahí por qué para ellos no hay oscuridad. Además, tienen la facultad de suspender las percepciones y sensaciones que desean, pudiendo dejar de ver, de oír, de sentir tales o cuales cosas, según su voluntad, pero en razón de su superioridad, porque hay cosas que los Espíritus inferiores no pueden evitar. (Obra citada, pp. 93 y 94.)
D. Murió, descansó. Esta idea, ¿se corresponde con la realidad?
No. Es un error pensar que la vida espírita es una vida ociosa; por el contrario, es esencialmente activa y todos tienen ocupaciones allí. (Obra citada, p. 97.)