La
mediumnidad
continua
siendo
uno de
los
asuntos
que más
interés
despierta
en los
conclaves
espiritas,
al lado
de la
reencarnación
y de los
temas
relacionados
con la
salud.
No es
difícil
explicar
tal
hecho,
por
cuanto –
a pesar
de la
antigüedad
del
fenómeno
espirita
en el
mundo en
que
vivimos
– es el
aun poco
comprendido
y atrae,
justamente
por eso,
la
atención
de las
personas.
El
Antiguo
Testamento
es
prodigo
en
hechos
que
atestiguan
el valor
de la
mediumnidad,
de que
el
profetismo
fue en
Israel,
sobretodo
a partir
de
Moisés,
ejemplo
notable.
Como se
sabe el
origen
del
profetismo
fue
señalado
por
imponente
manifestación
relatada
en las
Escrituras,
cuando
Jehová,
unos de
los
protectores
espirituales
del
pueblo
hebreo,
reveló
su
presencia,
delante
del
hombre
escogido
para
conducir
a lo
israelitas.
Moisés
era,
como
nadie
ignora,
médium
vidente
y
audiente,
y fue
gracias
a tales
facultades
que el
podía
ver y
oír a
Jehová
en la
zarza
del
Horeb y
en el
monte
sinai.
Los
fenómenos
mediumnicos
en su
vida
fueron
numerosos
y
expresivos.
El
conductor
de los
hebreos
oía
voces
cuando
se
inclinaba
delante
del
propiciatorio
del arca
de la
alianza.
Recibió
en
Sinai,
escritas
en una
lapida,
las
tablas
de la
ley.
Magnetizador
poderoso,
fulminó
con una
descarga
fluidica
a los
hebreos
insubordinados
en el
desierto.
Médium
inspirado,
entonó
un
maravilloso
cántico
luego
después
de la
derrota
del
faraón y
presentó,
aun, un
genero
especial
de
mediumnidad
– la
transfiguración
luminosa-
cuando
al
descender
del
monte
Sinai,
traía en
la
frente
una
aureola
de luz.
Samuel,
otro
profeta
judío,
fue
muchas
veces,
cuando
dormía
en el
templo,
despertado
por
voces
que lo
llamaban,
le
hablaban
en el
silencio
de la
noche y
le
anunciaban
las
cosas
futuras.
Esdras
reconstituyo
integralmente
la
Biblia
que se
había
perdido,
con el
auxilio
de un
espíritu.
Todo el
libro de
Jo está
repleto
de
elucidaciones
e
inspiraciones
mediumnicas
y su
propia
vida,
atormentada
por
espíritus
infelices,
es un
asunto
que
merece
cuidadosos
estudios.
La
historia
de la
mediumnidad
en suelo
israelita
llegó a
su
culminación
con la
venida
de Jesús,
cuyo
pasaje
por la
Tierra
revela,
a cada
hora, su
intercambio
constante
con el
Plano
Superior,
sea en
coloquio
con los
emisarios
de alta
estirpe,
sea
dirigiéndose
a los
afligidos
desencarnados,
en el
socorro
a los
obsesados
del
camino,
como
también
en el
equipo
de
Compañeros,
a los
cuales
se
presentó
en
persona
después
de de
su
crucificación.
Más
tare,
los
propios
discípulos
convivieron
con el
fenómeno
mediúmnico,
especialmente
a partir
de los
extraordinarios
acontecimientos
registrados
en el
día de
Pentecostés
que se
conmemoró
cincuenta
días
después
de la
Pascua
de la
resurrección.
Afirma
Emmanuel
que en
aquel
día,
como
informa
el libro
de Actos
– Cáp.,
2,
versículos
del 1 al
13- los
Apóstoles
que se
mantuvieron
leales
al señor
se
convirtieron
en
mediúms
notables,
ocasión
en que,
asociados
a sus
fuerzas,
los
emisarios
espirituales
de Jesús
,
producirian,
por
medio de
ellos,
fenómenos
fisicos
en gran
cantidad,
como
eñales
luminosas
y voces
directas,
más allá
de los
fenómenos
de
psicofonia
y
xenoglofia,
por los
cuales
las
enseñanzas
del
Evangelio
fueron
dictados
en
varias
lenguas,
simultáneamente,
para los
israelitas
de
diversas
procedencias.
Poco más
de 18
siglos
después
la
crucificación
del
Maestro,
el 18 de
abril de
1857,
como
advenimiento
de el
Libro de
los
Espíritus
de
Allan
Kardec,
la
mediumnidad
fue,
nuevamente,
el
instrumento
con que
lo Alto
se
manifestó
a los
hombres
para
advertirlos
de que
la
existencia
terrestre
es un
periodo
transitorio
y viene
corto en
la vida
de la
criatura
humana,
la cual
prosigue,
vibrante
y
magnifica,
más allá
de los
umbrales
de la
muerte.
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