Diferentes
órdenes y progreso de los
Espíritus
Presentamos en esta edición
el tema
nº
67
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones para debate
1. ¿En qué situación y
momento
podrán los Espíritus
disfrutar la verdadera
felicidad?
2. ¿De qué
forma progresan los
Espíritus, adquieren
conocimientos y desarrollan
sus sentimientos?
3.
Si Dios no creó el
mal, ¿quién
lo creó?
4. ¿Las influencias
negativas
ejercidas sobre los Espíritus sólo ocurren en nuestras primeras
encarnaciones?
5. ¿Depende de quién
apresure o retrase el
progreso a
que estamos
destinados?
Texto para la lectura
Todos los Espíritus un día
llegaran a la perfección
1.
Todos los Espíritus
que
pueblan el
Universo
fueron creados por Dios simples
e
ignorantes,
esto
es, sin ningún conocimiento,
pero destinados de
igual
forma a la perfección. Además, es en el estado de perfección que
ellos podrán disfrutar la
verdadera felicidad,
derivada del pleno conocimiento de las leyes
que
rigen la
vida y de su plena vivencia.
2. La enseñanza
espírita es
taxativa:
todos los Espíritus pueden llegar un día
a la perfección, pero
entre esos extremos – la creación y la perfección – existe un
camino
que cabe a
todos
los Espíritus trillar y
que
representa la
conquista
gradual
del conocimiento de las
leyes
que
gobiernan la
vida y la obra de la creación.
3. Dios propicia a
todos sus
hijos los medios necesarios
para esa
conquista,
creando
hasta
incluso
necesidades en los Espíritus
que, con el
objetivo de atenderlas, necesitan obrar.
4. Es así,
por medio de
su acción, que los Espíritus progresan, conquistan los
conocimientos, desarrollan y
educan los sentimientos,
adquiriendo gradualmente las virtudes
que les propiciaran llegar al estado de perfección.
Fue el hombre
que
creo el
mal al
apartarse de Dios
5. Es
fácil
entender
que la ascensión del Espíritu, del estado de ignorancia para
el
estado de
sabiduría, depende tan solamente de su trabajo y de sus esfuerzos. Ese es un
hecho
que es
preciso
enfatizar, ya que
el trabajo es la
parte que le cabe, para
intransferible,
una
vez
que los recursos
necesarios son propiciados
por Dios a todos, en igualdad de condiciones.
6. Dios – enseña el
Espiritismo –
no favorece mejor a
unos que a los otros, por
cuanto es
justo y,
siendo padre de todos,
no tiene predilecciones. El
Creador
solamente
les dice: “He ahí la ley
que debe constituir vuestra norma
de conducta; ella sólo puede
llevarnos al fin;
todo
lo
que le fuera
conforme
es el bien,
todo lo
que
fuera contrario es el
mal. Tenéis
entera libertad de
observar o
infringir
esta ley, y así seréis los
árbitros de
vuestra propia suerte”.
7. De la enseñanza
que
nos
viene de los Espíritus
Superiores,
aprendemos
que Dios no
creó el mal y que todas
sus leyes son volcadas
para el bien. Fue
el hombre quien creó el
mal al
apartarse de Dios y de la
observación de sus leyes.
Si ellos las
observasen
escrupulosamente,
jamás se desviaría del buen
camino.
8. Se observa también
que es la ley
de libertad
que rige el
progreso de los Espíritus,
porque es a
través de su trabajo y con
el
uso de su
libre albedrío
que ellos
van, de
forma voluntaria y
consciente,
conquistando las
virtudes que no poseen y deshaciéndose de sus imperfecciones.
Depende
apenas
de los propios Espíritus
llegar a la perfección
9. Disertando
sobre la
elección que la criatura
hace de
seguir ese o aquel
camino, esclarecen los
Espíritus
superiores:
“El libre albedrío se
desarrolla a la
medida que el Espíritu adquiere la conciencia de sí mismo. Ya
no habría libertad,
desde que la elección fuese
determinada
por una
causa independiente de la voluntad del Espíritu. La causa no está en el, está fuera de el, en las influencias a que cede en virtud de su libre voluntad. Es lo que se contiene en la gran
figura
emblemática de la caída
del hombre y del
pecado original: unos
cederán a la tentación,
otros resistirán” (El
Libro de los Espíritus,
cuestión 122).
10. En la secuencia, cuando
Kardec pregunta
si
la influencia ejercida
por los
Espíritus
inferiores sólo ocurre sobre el individuo en su origen, los inmortales
explican: “Acompañándolo en
su
vida de
Espíritu,
hasta
que
haya conseguido
tanto imperio sobre sí mismo, que
los malos desistan de
obsesarlo” (Obra
y pregunta citadas).
11. Se concluye de
todo
eso
que la
plena
y
eterna
felicidad esta esperándonos
y que podremos disfrutarla cuando lleguemos a la
condición de Espíritus
Puros. Medios para alcanzarla, Dios nos
lo ofrece. Depende
apenas de
nosotros, por medio del trabajo y del adecuado uso del libre albedrío, abreviar
esa llegada.
Respuestas a las cuestiones
propuestas
1. ¿En
que situación
y
momento
podrán los Espíritus
disfrutar la verdadera
felicidad?
R.: Creados
por Dios
simples
e
ignorantes,
esto
es, sin ningún conocimiento,
pero destinados de
igual
forma a la perfección, es
solamente
cuando alcanzan el
estado de
perfección que los Espíritus pueden disfrutar la verdadera
felicidad, derivan del
pleno
conocimiento de las leyes
que rigen la vida y de su plena
vivencia.
2. ¿De qué
forma los Espíritus
progresan, adquieren
conocimientos y desarrollan
sus sentimientos?
R.: Según el
Espiritismo, todos los Espíritus pueden llegar un día a la
perfección, pero
entre esos
dos extremas – la creación y
la perfección – existe un
camino
que
cabe a
todos los
Espíritus trillar. Es, pues,
por medio de
su acción que los Espíritus progresan, conquistan los
conocimientos, desarrollan y
educan los sentimientos,
adquiriendo gradualmente las virtudes
que les propiciarán llegar al estado de perfección.
3.
Si Dios no creo el
mal, ¿quién
lo creo?
R.: Las enseñanzas
espíritas
nos dicen que
todas las leyes de Dios son
volcadas
para el bien y que fue el hombre que
creó el
mal
apartándose de ellas. Si el las observase
escrupulosamente,
jamás se desviaría del buen
camino.
4. ¿Las influencias
negativas
ejercidas sobre los Espíritus sólo ocurren en sus primeras
encarnaciones?
R.: No. Ellas los acompañan
en su vida de Espíritu, hasta
que hayan conseguido tanto imperio sobre
sí mismos,
que los malos
desistan de obsesarlos.
5. ¿Depende de quien se
apresura o retrasa el
progreso a
que estamos
destinados?
R.: Los medios
para alcanzar el
progreso, Dios nos lo ofrece
y depende
apenas de
nosotros,
por medio del
trabajo y del adecuado
uso del libre
albedrío, abreviar esa llegada.
Bibliografia:
El Libro de
los Espíritus,
de Allan Kardec, items 114 a
127.
El Cielo y el
Infierno,
de Allan Kardec, 1a
P., cap. 8,
items 12 a
15.