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Año 2 - N° 85 - 7 de Diciembre del 2008

JORGE HESSEN    
jorgehessen@gmail.com  
Brasília, Distrito Federal (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org


Una visión cristiana de la homosexualidad

Al ser identificados las inclinaciones homosexuales de las personas en esa dimensión de experiencia, es imperioso se les ofrezca
el amparo educativo pertinente, en las mismas condiciones
con que se suministra instrucción a la mayoría
heterosexual de la sociedad

 
Las múltiples experiencias humanas por la reencarnación y los repetidos contactos con ambos sexos que proporcionan al Espíritu las tendencias sexuales en la feminidad o masculinidad y este reencarna con ambas polaridad y se junta, a veces, contrariado, a los impositivos de la anatomía genital y a la educación sexual que acoge en su ambiente cultural. Conforme esas experiencias, tendrá para cualquier de las dos opciones y lo hará no siempre de acuerdo con su aspiración interior, que podrá ser inversa a lo que determina el medio sociocultural.

Emmanuel enseña en la obra “Vida y Sexo” que el “Espíritu pasa por la fila inmensa de reencarnaciones, ahora en la posición de feminidad, ahora en condiciones de masculinidad, lo que sedimenta el fenómeno de la bisexualidad, mas o menos pronunciado, en casi todas las criaturas”. (1) Tal vez ocurran factores educacionales que puedan contribuir para despertar en el individuo las tendencias sepultadas en las profundidades de su inconsciente espiritual. Y, aunque desempeñe papeles de acuerdo  con  su  anatomía  genital,  y que su psiquismo se

constituya de acuerdo con su opción sexual, podrá ocurrir que despierte con deseos de tener experiencias con personas del mismo sexo.

Sobre esa perspectiva hay también estudiosos que demuestran la no interferencia educacional para cualquiera de las homosexualidades (2), de acuerdo con el consenso de los estudios psicológicos actuales, porque el cerco alrededor de todo proceso educacional es hetero, sustentan.

Se afirma, aun que los homosexuales, cuando desempeña un papel heterosexual es siempre en función de conflictos provocados por el medio social, en lo que no alcanza la realización y habitualmente recurre a fantasías homosexuales para alcanzar efectos heterosexuales. Cuando hay una relación tanto homo como hetero, entonces ahí estaremos delante de la bisexualidad manifiesta.

Aunque pese el informe de la Psicología para la positividad de la identidad bisexual, puede ocurrir, no necesariamente, que en la realidad la persona sea un homosexual intentando una vivencia doble en función de algún factor de conflicto. Tal hecho podrá agitarle la conciencia caracterizando, por aquel motivo, un trastorno psíquico-emocional, aunque los trastornos nunca sean en función de la homosexualidad en sí, pero de la acción de los preconceptos sufridos por el individuo.

Estudiosos sinceros explican que la expresión opción sexual esta abandonada por la Psicología

La convivencia del Espíritu con el sexo opuesto a lo que adopto en cada encarnación, así como aquellas en que ejerció su opción sexual, irán a plasmar en su psiquismo las tendencias típicas de cada polaridad. Sabemos también que existen estudiosos sinceros explicando que la expresión opción sexual esta abandonada por la Psicología, desde que la experiencia sea siempre de tendencia manifiesta; de esa forma, el medio alrededor en nada colabora para la existencia de una opción. Se afirma, aun, que admitir opción para la homosexualidad seria también admitir un enorme masoquismo, delante de toda la adversidad que cerca al individuo en relación a la homosexualidad.

Explica Emmanuel: “La homosexualidad, también hoy llamada transexualidad, en algunos círculos de la ciencia, definiéndose en el conjunto de sus características, por tendencia de la criatura para la comunión afectiva con otra criatura del mismo sexo, no encuentra explicación fundamental en los estudios psicológicos que tratan del asunto en bases materialistas, pero es perfectamente comprensible, a la luz de la reencarnación”. 93)

En la cuestión 202 de El Libro de los Espíritus, Allan Kardec indago a los Espíritus: ¿“Cuando esta errante, que prefiere el Espíritu: encarnar en el cuerpo de un hombre, o en el de una mujer?” “Eso poco le importa”, respondieron los Benefactores; “lo que le guía en la elección son las pruebas por las que haya que pasar.” (4)

La genética ha intentado encontrar genes que explicarían la homosexualidad como siendo un desvió de comportamiento sexual. Algunos sexólogos explican que es una preferencia sexual (recordando aquí que oficialmente la expresión opción fue abolida). Pero la sede real del sexo no se encuentra en el vehiculo físico, sin embargo en la estructura compleja del espíritu. Es por ese prisma que debemos encarar las cuestiones relacionadas al sexo. “La colectividad humana aprenderá, gradualmente, a comprender que los conceptos de normalidad y de anormalidad dejan que desear en cuanto se trate simplemente de señales morfológicos.” (5)  

Con la liberación sexual en la sociedad contemporánea, la tolerancia a la homosexualidad aumento 

No podemos confundir homosexualidad con desvío de carácter, porque los deslices sexuales de cualquier tendencia tiene procedencias diversas. Sus raíces genésicas pueden venir de profundidades íntimas insondables. “La propia filogénesis (6) del sexo, que comienza aparentemente en el reino mineral, pasando por el vegetal y el animal, para después llegar al hombre, presenta una enorme variación de formas, incluso la autogénesis [generación espontánea] de los virus y de las células y la bisexualidad de los hermafroditas” (7), lo que para algunos investigadores justificaría la aparición de lo que serian los desvíos sexuales congénitos. Los especialistas dicen también que actualmente el concepto de desvío cambio mucho, y un homosexual que se fuerce a la heterosexualidad seria reñido como un esdesvío.

Con la liberación sexual y la ascensión del femenino en la sociedad contemporánea, la tolerancia a la homosexualidad aumento, permitiendo que una gran cantidad de personas que vivían en el anonimato se expresase naturalmente, gracias a la lucha de los homosexuales por sus derechos en todo el mundo, forzando hasta incluso el cambio de legislaciones. Chico Xavier explica, de forma clara, lo siguiente: “No veo personalmente ningún motivo para criticas destructivas y sarcasmos incompresibles para con nuestros hermanos y hermanas portadores de tendencias homosexuales, a nuestro ver, claramente iguales a las tendencias heterosexuales que señalan a la mayoría de las criaturas humanas. En mis nociones de dignidad del espíritu, no consigo entender por que razón ese o aquel preconcepto social impediría cierto numero de personas de trabajar y de ser útiles a la vida comunitaria, únicamente por el hecho de haber traído del nacimiento características psicológicas y fisiológicas diferentes de la mayoría. (...) Nunca vi a madres y padres, conscientes de la elevada misión que la Divina Providencia les delega, despreciar a un hijo porque haya nacido ciego o mutilado. ¿Seria humana y justa nuestra conducta en patrones de menosprecio y desconsideración, delante de nuestros hermanos que nacen con dificultades psicológicas?” (8) Creo que es importante recordar aquí que las dificultades psicológicas son en derivaciones de conflictos por el preconcepto. Vencido el preconcepto, por el propio individuo, cesa el conflicto psicológico. Esta claro que seria pedir demasiado que Chico fuese a eso en sus declaraciones, incluso porque por la época de la entrevista, de la forma como el dijo ya fue efectivamente una actitud de mucha autenticidad y coraje delante de la verdad. 

La Doctrina Espírita no condena la homosexualidad; al contrario, la respeta 

La Doctrina Espírita es liberadora por excelencia. Ella no tiene el carácter tacaño de imponer sus postulados a las criaturas, volviéndolas infelices y deprimidas. La energía sexual pide equilibrio en el uso y no abuso o represión. La Doctrina Espirita no condena la homosexualidad; al contrario, nos recomienda el respeto y fraternal comprensión para con los que tienen preferencias homoafectivas. Muchas veces, puede hasta ser alguien alcanzado por el apelo permisivo que explota de las aguas toxicas del exacerbado erotismo, sumando a los diversos incentivadores pseudo científicos de la depravación, que pueden estar desestructurando su sincero proyecto de edificación moral, a través de una conducta sexual equilibrada. (9) Por eso mismo, no puede ser discriminado, ni rechazado, pues el mensaje de Jesús es el de “amar al prójimo como a sí mismo”.

Como ya vimos con Emmanuel en el inicio de esta exposición, no hay masculinidad plena, ni plena feminidad en la Tierra. Tanto la mujer tiene algo de viril como el hombre de femenino. Antiguamente, la educación muy rígida y represiva contribuía para encuadrar al individuo homosexual de acuerdo con la expectativa social a su alrededor, contrariando sus tendencias espontáneas.

Asumir la homosexualidad no significa sumergirse en un universo de actitudes extremas y desafiadoras delante de su grupo de relaciones familiares o profesionales, “pero hacer un profundo ejercicio de auto-aceptación, se serenan por dentro, a fin de poder reconocer delante de sí mismo y todo su circulo de amigos y parientes que viven una situación de desafío. El verdadero desafío es la construcción interna para orientar saludable y equilibradamente los deseos. Y no estamos aquí refiriéndonos exclusivamente al deseo sexual y sí a toda la especie de deseos que dirigen la vida de las criaturas”. (11)

Emmanuel enfatiza: “El mundo ve, en la actualidad, en todos los países, extensas comunidades de hermanos en experiencia de esta especie [homosexual], sumando millones de hombres y mujeres, solicitando atención y respeto, en pie de igualdad debido a las criaturas heterosexuales”. (12) La homosexualidad no debe pues, ser clasificada como una psicopatía o comportamiento merecedor de discriminación o medidas represivas. El homosexual, especialmente, o el transexual, merece toda nuestra comprensión y ayuda, para que el pueda vencer su lucha de adaptación a la identidad de ahora o al nuevo sexo adquirido con el renacimiento. 

Tanto el homosexual como el heterosexual deben buscar su reforma interior 

Otra cuestión extremadamente controvertida, para muchos cristianos, es la posibilidad de la unión estable [casamiento] entre dos personas del mismo sexo. Ante la miopía preconceptuosa del falso purismo religioso de la aflictiva mayoría de cristianos supuestamente “puros”, eso es una blasfemia. Eso vuelve el tema bastante complejo, y no osaríamos opinar con la palabra definitiva. Estamos, por tanto, abiertos a las discusiones. Sin embargo, después de reflexionar bastante sobre el asunto y, sobre todo, teniendo como base las opiniones de Chico Xavier, entendemos que la unión estable [casamiento] entre homosexuales puede ser legitima, porque cada uno debe saber de sí lo que mejor guía su propia felicidad. Solo conseguiremos entender mejor la cuestión homosexual después que estuviéramos libres de los (PRE) conceptos que nos acompañan hace muchos milenios. Nos arriesgaríamos afirmar que la legalización del casamiento entre dos personas del mismo sexo es un avance de la sociedad, que estará solo regulando lo que de hecho ya existe.

Tanto el homosexual como el heterosexual deben buscar su reforma interior, no cediendo a los impulsos provocados por los impulsos instintivos y sensuales. Recordemos: lo que es licito al hetero, también lo es al homosexual. Ambos necesitan “distinguir en el sexo la sede de energías superiores que el Creador concede a la criatura para equilibrarle las actividades, sintiéndose en el deber de resguardarlas contra los desvíos susceptibles de corromperlas. El sexo es una fuente de bendiciones renovadoras del cuerpo y del alma”. (13)

Es menester, por tanto, reconocer que al ser identificados las inclinaciones homosexuales de las personas en esa dimensión de experiencia es imperioso se les ofrezca el amparo educativo pertinente, en las mismas condiciones con que se administra instrucción a la mayoría heterosexual de la sociedad.

Creemos, por fin, que estas ideas podrán llevar, a cuantos las lean, a meditar, en definitiva, sobre el asunto, recordando que la homosexualidad transciende en si misma la simple cuestión de el intercambio sexual. 


F
ontes:

(1) Xavier, Francisco Cândido. Vida e Sexo, Ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 2001.

(2) A Ciência já encontrou a homossexualidade nas diversas espécies pesquisadas em seus habitats, excluindo as hipóteses de cativeiro ou interferências outras. Até nos insetos há homossexualidade. Isso mostra que a homossexualidade é uma manifestação como qualquer outra da Natureza, ou mais propriamente falando: faz parte da obra de Deus.

(3) Xavier, Francisco Cândido. Vida e Sexo, Ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 2001.

(4) Kardec, Allan. O Livro dos Espíritos, Rio de Janeiro: Ed. Feb, 2000, perg. 202

(5) Xavier, Francisco Cândido. Vida e Sexo, Ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 2001.

(6) Filogenia (história evolucionária das espécies) opõe-se à ontogenia (desenvolvimento do indivíduo desde a fecundação até a maturidade para a reprodução).

(7) Disponível em acessado em 21/04/06

(8) Publicada no Jornal Folha Espírita do mês de Março de 1984

(9) A recomendação do Espiritismo para o respeito e a compreensão para com os irmãos que transitam em condições sexuais inversivas (homossexualismo) ocorre em função do sentimento de fraternidade ou caridade que deve presidir o relacionamento humano, mas igualmente pelo fato de que nenhum de nós tem autoridade suficiente para condenar quem quer que seja, pois todos temos dificuldades morais e/ou materiais graves que precisam de educação.

(10) João, cap. VIII, vv. 3 a 11

(11) Disponível em acessado em 21/04/2006

(12) Xavier, Francisco Cândido. Vida e Sexo, Ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 2001.

(13) Xavier, Francisco Cândido. Conduta Espírita, Ditado pelo Espírito André Luiz, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 2001.

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita