Homo
hominis lupus
(El
hombre es el lobo del
hombre)
Con once semanas, el ser
en crecimiento, en el
líquido materno,
ya puede esbozar sus
primeros movimientos y
reflejos. El
asesinato intrauterino
es un delito horrendo,
una carnicería humana,
transitoriamente
amparada por la
ignorancia
del conocimiento
espiritual auténtico
Infelizmente, el mundo
científico reciente, no
obstante el gran avance
tecnológico constatado
en nuestros días, casi
nada sabe sobre el
porqué de la presencia
del hombre en la Tierra
y de su porvenir dentro
de la Eternidad. Aun por
encima,
desgraciadamente, muchos
“Australopithecus”
actuales, aun traen en
las manos los mismos
trazos agresivos de
nuestros antepasados de
cuatro millones de años.
Thomas Hobbes,
refiriéndose a la
ferocidad manifestada de
un individuo para otro,
dijo que – “el hombre es
el lobo del propio
hombre”. Aunque el
pensamiento haya
provenido de un filósofo
inglés, en el siglo XVII,
es trágicamente
verdadero lo que dijo,
actualizadísimo para
nuestros días.
Las modernas técnicas de
la Medicina,
principalmente en el
área del diagnostico
prenatal, permiten a
algunas criaturas
manifestar la ignorancia
milenaria de
que aun
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son portadoras,
en relación al
enigmático
proceso de la
formación de un
ser humano.
Presos a las
imposiciones
materialistas,
donde el acaso
necesita
presidir todas
las cosas, los
hombres aun
sabedores de la
“verdad que
libera”,
aprovechándose
del presente
avance
científico,
vislumbran un
mundo nuevo a su
alcance – en la
intimidad
uterina en fase
de trascendental
elaboración
orgánica -, y
proceden como
lobos del propio
hombre, abogando
el derecho de
interrumpir una
gestación. |
Desafortunadamente, esos
científicos,
comportándose como
espartanos actuales,
desconocen que, por
encima de todo, en el
crisol materno, esta
presente el espíritu
inmortal, hijo de Dios,
necesitando pasar por
una prueba o expiación
necesaria a su
evolución.
Contrario al aborto
criminal, enfatizamos
que muchos estudiosos
prueban que el ser en
formación no esta
destituido de la
capacidad de la
percepción.
Investigaciones
recientes en el campo de
la Psicología comprueban
que el feto mantiene un
intenso contacto con el
mundo exterior,
reaccionando
considerablemente a las
impresiones externas.
Podemos, igualmente,
resaltar la técnica de
la Terapia Regresiva a
Vivencias Pasadas, donde
el paciente vive
recuerdos del periodo
prenatal, fértiles de
intensos contenidos
emocionales, revelando
que las fases
embrionarias y fetales
no son inertes,
participando de la vida
el ser en toda su
exhuberancia y
grandiosidad.
A través de la imágenes
ultrasonoras, fue
verificada la
sensibilidad del nene en
miniatura a la sonda
abortiva, reaccionando
activamente y
manifestando pánico y
dolor.
Es importante
considerar, igualmente,
que el feto, como
ciudadano en potencia,
recibe de la Medicina
intrauterina una
considerable atención y
ayuda, siendo por tanto,
considerado hoy en día
un paciente.
Cientificos conceptuados
comprobaron la
existencia
del Espiritu
La recogida de sangre
fetal (cordocentesis),
en la intimidad uterina,
ya es realizada, con
éxito como también en
los casos de
obstrucciones congénitas
de las vías urinarias,
cuando aun está en
crecimiento y ligado a
la madre, es sometido a
una intervención
quirúrgica, una
derivación funcional de
los riñones del feto. En
relación al retraso del
crecimiento prenatal,
debido a una función
nutricional y
oxigenadora deficiente
de la placenta, se
consiguen buenos
resultados con una súper
oxigenación de la madre.
Los cuidados de la
Medicina intrauterina
también son
satisfactorios en casos
de transfusiones
fetales, en el
tratamiento de la iso
inmunización por el
factor Rh. Pueden,
igualmente, los fetos
recibir un amplio
tratamiento contra
dolencias infecciosas
prenatales,
suministrando drogas
especificas por la
madre.
Habiendo sido promovido,
por tanto, a la
condición de paciente
por la medicina, siendo
respetado por la
ciencia, ¿ por qué
asesinan al ser en
formación, a través del
aborto sin piedad?
Tenemos la seguridad de
que el proceso de la
unión del espermatozoide
con el óvulo formando
un huevo o zigoto,
constituido de sólo una
célula, no puede dar
oportunidad, por el
acaso, a la producción
de un organismo
somático, conteniendo
mas de 100 trillones de
células. Esta claro que
existe la presencia del
Espíritu, actuando como
molde o planta de
construcción del cuerpo
físico que esta siendo
edificado en el crisol
materno. Como todo
efecto inteligente tiene
siempre una causa
también inteligente, el
embrión en desarrollo no
esta subordinado a
factores casuales, aun
más que sabemos que
ocurre una armonía y
completa diferenciación
celular, dando formación
a diferentes y complejos
órganos y sistemas.
La presencia del “Campo
Organizador de la
Forma”, la Esencia
Espiritual, explica la
capacidad de registro de
las percepciones vividas
por el ser en el
ambiente intrauterino,
así como su
exteriorización, a
través de la regresión
espontánea o provocada
de la memoria.
A titulo de
profundización de la
presencia del factor
espiritual obrado como
artífice mayor de la
vida, recordamos que
numerosos científicos,
famosos y conceptuados,
tuvieron la oportunidad
de comprobar la
existencia del Espíritu.
Citamos, como
ilustración, los sabios
William Crookes, Richet,
Rhine y Jung.
En cuanto al primero, el
mayor erudito de
Inglaterra al final del
siglo 19 y en el inicio
del siglo 20, inventor
de los tubos catódicos
para la producción de
Rayos-X y Premio Nóbel
de Química, en 1907,
investigó la mediumnidad
de ectoplasma de la
joven Florence Cook, a
través de la
materialización de la
Entidad Katie King.
Durante tres años,
Crookes sometió a
Florence a numerosas
investigaciones y
experiencias, realizadas
en la propia casa del
científico, demostrando
la realidad de la
presencia del Espíritu
inmortal, el mismo que
preexiste a la vida
física y permanece
integro después de la
muerte. En una carta
dirigida al Prof. Angelo
Brofferio, en 1894,
afirmo así: “Seres
invisibles e
inteligentes existen,
los cuales dicen ser
Espíritus de personas
muertas”. En 1898, dando
un discurso en la
presidencia de la
British Association, en
Bristol, declaro: “Tomé
parte, hace algunos
años, en ciertas
investigaciones
psíquicas. Además del
conocimiento científico
que poseemos, existen
fuerzas ejercidas por
inteligencias diferentes
de la inteligencia común
de los mortales”. En
1917, en una entrevista
publicada en el “The
International Psychic
Gazette”, relato: “Es
una verdad indudable que
una conexión fue
establecida entre este
mundo y el otro”.
El aborto es semejante a
cualquier forma de
infanticidio
Charles Richet, Premio
Nobel de Física y
Medicina, en 1913, creo
la Metapsíquica con el
fin de investigar la
para-normalidad y probó
la presencia causal
espiritual. Joseph Banks
Rhine, en los años
treinta, a través de la
recién creada
Parapsicología, observó
los fenómenos “psiteta”,
exactamente explicados
por él, como de
procedimiento
espiritual.
Finalmente, el gran
psicoanalista Carl
Gustav Jung, diciendo
que “la plenitud de la
vida exige algo mas que
un ser; necesita de un
Espíritu, esto es, un
complejo independiente y
superior, único capaz de
llamar a la vida las
posibilidades psíquicas
que la Conciencia-Ego no
podrá alcanzar por sí”.
Actualmente, muchos
hombres de ciencia están
probando la realidad de
que los muertos viven,
comprobando la
existencia del Espíritu
a través de su
comunicación por medio
de aparatos
electrónicos.
Las investigaciones del
fenómeno de la
casi-muerte afectando a
personas que volvieron a
la vida después de una
parada
cardiorrespiratoria, así
como también los
trabajos relacionados a
los casos de niños que
espontáneamente
recuerdan experiencias
vividas en una
existencia anterior y
comprobadas por los
científicos, proclaman
la seguridad de la
presencia del Espíritu
inmortal. No podríamos,
igualmente, dejar de
citar las experiencias
en el campo de la
Hipnosis de Regresión de
la Memoria, probando
científicamente la
Doctrina de la
Reencarnación y,
concomitantemente,
revelando la
Individualidad
Espiritual naciendo de
nuevo.
Por todo eso, es muy
triste que tomemos
conocimiento de que
algunos sectores
científicos actuales,
utilizando técnicas
modernas como la
amniocentesis (punción
del liquido amniótico) y
la biopsia de
vellosidades coronarias,
llevando al diagnóstico
de dolencias congénitas
o genéticas, sugieren
como solución el aborto
eugénetico. Esos
profesionales del área
de la Medicina
Reproductiva y Genética
desconocen enteramente
que el aborto es un
delito horrendo,
semejante a cualquier
forma de infanticidio.
Una carnicería humana,
transitoriamente
amparada por la
ignorancia del
conocimiento espiritual
auténtico.
La ciencia materialista,
ignorando la realidad
del Espíritu, cree en el
acaso, gobernando la
vida, y siendo
responsable por los
procesos teratológicos,
las malformaciones que
pueden estar presentes
en el ser en formación.
Con todo, tanto el
microcosmo, como el
macrocosmo, son
expresiones de la
voluntad de Dios y
existen leyes soberanas
rigiendo el Universo y
toda la creación.
El Espíritu, teniendo el
derecho del uso de su
libre albedrío, tiene
igualmente, la
responsabilidad por los
actos que practicase. La
ley divina, denominada
como “Causa y Efecto”,
tiene su corroboración
científica en el “Tercer
Principio de la
Mecánica”” de Isaac
Newton: “A toda acción
corresponde una reacción
igual y directamente
opuesta”. Todo el bien y
el mal practicados por
el hombre repercuten en
la intimidad espiritual
(peri espíritu), siendo
registrada en inmediato
la acción. En caso de un
acto dañino a otros, el
Espíritu almacena la
distonía por él mismo
creada, habiendo
entonces, la necesidad
de expurgarla, a través
de otra oportunidad
encarnatoria.
Todo aquel que comete
error es esclavo del
error
El apóstol de los
gentiles, Pablo, en un
momento grande de
inspiración, dijo: “Lo
que el hombre siembra,
eso también recogerá.
Porque lo que siembra en
su carne, de la carne
recogerá la corrupción”
(Gálatas 6:7-8). Enseñó
Jesús: “Porque con el
juicio con que juzgáis,
seréis juzgados, y con
la medida con que
hubieseis medido os han
de medir a vosotros”
(Mateo 7:2). En el
Apocalipsis: “Si alguien
tiene oídos, oiga. Si
alguien lleva a
cautiverio, para el
cautiverio irá, si
alguien matara con la
espada, necesario es que
sea muerto por la
espada” (Cap. 13:10).
“Todo el que comete
error, es esclavo del
error” (Juan 8:34).
“Mira que ya estas
curado; no erres mas,
para que no te suceda
algo peor” (Juan 5:14).
El Maestro reprendió a
Pedro: “Envaina tu
espada; pues todos los
que echaran mano de la
espada, a espada
perecerán” (Mateo
26:52). Es imperioso
resaltar que esas
enseñanzas tan sublimes
serian ininteligibles
sin el conocimiento
amplio de la doctrina de
la reencarnación.
El Espíritu,
presentándose herido,
sufriendo el rigor del
remordimiento a remover
su conciencia debido a
sus faltas practicadas,
siendo inmortal y
ciudadano de la
eternidad, es imperioso
por la misericordia
divina a una existencia
rectificadora. Bajo las
bendiciones del “nacer
de nuevo”, la
Individualidad Extra
física recibe la cura
espiritual tan ansiada,
desde que exteriorice y
venza en la vestimenta
organizada, la
desarmonía imperante en
otro lugar, en el cuerpo
espiritual.
Relata el Maestro Jesús
que el sufrimiento
vivido por el Espíritu,
es transitorio y existen
medios de expurgarlo
–“rescatando el último
centil” (Mateo 5:25-26).
El Nuevo Testamento
enfatiza, también, que
“el Cristo visitó y
predicó a los que
estaban en la prisión”
(Pedro 3:19),
revelándonos la
posibilidad de saldar
las deudas asumidas,
reencarnando en un nuevo
cuerpo, ya que el acto
de predicar nos indica
la oportunidad de la
rectificación. Enfatizó,
igualmente Jesús, que
deberíamos nacer mancos,
tullidos o ciegos para
alcanzar nuestra
redención (Mateo 18:7).
Por tanto, la ciencia
aun ignorante de la
verdad que libera, no
tiene el derecho de
intentar impedir al
Espíritu de depurarse,
reencarnándose en un
cuerpo compatible con su
vibración y de acuerdo
con las lesiones
marcadas en su
envoltorio extra físico,
derivadas del mal uso
del libre albedrío en
una existencia pasada.
Las malformaciones, la
esterilidad (agenesia),
las dolencias
degenerativas,
verificadas ya en fase
embrionaria o fetal,
indican una necesidad
apremiante de que la
Entidad reencarnante
conquiste la reparación
curadora, pues Dios es
Amor (I Juan 4:8) y
ninguna oveja se perderá
(Lucas 15:3-6). Delante
del Universo, en alguna
morada en la casa del
Padre, la Individualidad
inmortal tendrá la
oportunidad de volverse
un “Hijo Pródigo”.
Cuando el desarrollo
científico fuera
compartido por la
seguridad de la
presencia del Espíritu,
ciudadano de lo infinito
e hijo de Dios,
incontestablemente el
aborto será abolido de
nuestro mundo. Depende,
ahora, de todos los
esclarecidos de la
verdad palingenética los
mayores obstinados
esfuerzos, para que lo
mas rápido posible,
podamos vislumbrar los
primeros fulgores de esa
reveladora luz, dejando
definitivamente “al
hombre de ser lobo del
hombre” (Homo hominis
lupus”).