Modificación de los fluidos
y magnetismo
Presentamos en esta edición
el tema
nº
88
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿Es posible sanear un
ambiente corrompido por
fluidos viciados?
2. ¿La acción continuada y
enérgica de los malos
efluvios puede producir
dolencias?
3. ¿Qué diferencia existe
entre el magnetismo humano y
el magnetismo espiritual?
4. ¿Cómo define André Luiz
el fluido magnético?
5. ¿Cómo obra el fluido
magnético para producir en
la persona enferma el
equilibrio deseado?
Texto para la
lectura
El periespíritu no se queda
encerrado en el cuerpo
físico, sino que se irradia
1. Cualquier lugar puede
tener sus fluidos ambientes
viciados por las personas
que allí se encuentren,
estén o no encarnadas. El
pensamiento del individuo
encarnado obra, como el de
los desencarnados, sobre los
fluidos espirituales. Si el
pensamiento fuera bueno,
tendremos fluidos
saludables; si son malos,
tendremos fluidos viciados.
2. La capacidad de actuación
de los encarnados sobre los
elementos del mundo
espiritual deriva del factor
de que la encarnación no los
priva de su naturaleza
espiritual. Con la
encarnación el Espíritu
conserva su periespíritu,
que permanece con todas sus
cualidades propias y, como
sabemos, no queda encerrado
en el cuerpo físico, sino
que se irradia a su
alrededor, envolviéndolo
como una especie de
atmósfera fluídica.
3. Los fluidos corrompidos
por los malos efluvios de
los Espíritus inferiores
pueden ser saneados por el
alejamiento de estos, y eso
se consigue eliminando lo
que constituía para ellos
focos de atracción. El
cultivo de los buenos
pensamientos y de los buenos
sentimientos transforma los
fluidos ambientes en buenos
fluidos, que tienen el poder
de repeler los malos
fluidos. Cada individuo,
encarnado o no, dispone en
su periespíritu de una
fuente fluídica permanente
que puede movilizar para
operar esa renovación.
4. En lo tocante a la
viciación fluídica producida
por los encarnados, el
ambiente se modifica del
mismo modo, observándose el
procedimiento arriba
referido, una vez que el
cultivo de buenos
pensamientos y sentimientos
tienen la facultad de
repeler los fluidos nocivos
irradiados por los malos
Espíritus, encarnados o no.
La acción continuada de los
malos efluvios puede
producir dolencias
5. Siendo el periespíritu de
los encarnados de naturaleza
idéntica a la de los fluidos
espirituales, el los asimila
con facilidad, como una
esponja se embebe de
líquido. Esos fluidos
ejercen sobre el
periespíritu una acción
tanto más directa como, por
su expansión, el
periespíritu con ellos se
confunde. Íntimamente ligado
al cuerpo físico, molécula a
molécula, al sufrir la
influencia de esos fluidos,
el periespíritu reacciona
sobre el cuerpo material
transmitiéndole una
impresión saludable o
penosa, conforme los
efluvios recibidos sean
buenos o malos.
6. La acción continuada y
enérgica de los malos
efluvios puede tener
repercusiones serias y hasta
incluso provocar el
surgimiento de dolencias.
Los ambientes donde pululan
los malos Espíritus son
fuertemente impregnados de
fluidos deletéreos que
afectan, de forma bastante
perjudicial la salud de los
encarnados que los absorben
a través de los poros
periespiríticos.
7. Como ya fue visto, el
fluido universal sufre
numerosas transformaciones
que forman así, una inmensa
variedad de fluidos con
propiedades especiales.
Actuando sobre el
periespíritu, uno de esos
fluidos posee recursos que
posibilitan la recuperación
del cuerpo físico. Para que
ese efecto reparador se
realice, se hace preciso
inocular tales fluidos en el
organismo debilitado. La
cura se opera entonces por
el removimiento de las
células enfermas, que son
sustituidas por células
sanas. Se resalta en esa
acción la importancia de la
voluntad del inoculador, el
cual, cuanto más enérgica,
más abundante vuelve la
emisión fluídica y mayor
poder de penetración en el
cuerpo enfermo le confiere.
8. La acción de ese elemento
fluídico, llamado también
como fluido vital o
magnético, presenta efectos
muy variados sobre los
enfermos, efectos esos que
son, a veces lentos,
exigiendo un tratamiento
demorado y, otras veces,
rápidos, habiendo personas
que producen curas
instantáneas por la simple
imposición de las manos o
tan sólo por el uso de la
voluntad.
La acción del fluido
magnético alcanza la
intimidad de las células
9. Conforme sea el agente
responsable por la emisión
magnética, tendremos
entonces la siguiente
clasificación:
·
Magnetismo humano, o
magnetismo dicho, cuya
acción producida por los
fluidos del encarnado
(magnetizador), depende de
la fuerza y principalmente
de la cualidad del fluido
transmitido.
·
Magnetismo espiritual,
producido por los
desencarnados, cuya
actuación se hace
directamente y sin
intermediario sobre la
persona enferma, y su
cualidad está ligada a las
cualidades del Espíritu que
la ejerce.
·
Magnetismo mixto, semi-espiritual
o humano-espiritual, en el
que ocurre la asociación de
los recursos fluídicos del
encarnado con el de los
Espíritus, que irradian
sobre el magnetizador
encarnado la sustancia
fluídica que le es propia y
el encarnado las transmite
al enfermo juntamente con
sus recursos magnéticos.
10. Tratando del asunto en
su libro Evolución en Dos
Mundos, André Luiz afirma
que el fluido magnético
constituye por sí una
emanación controlada de
fuerza mental bajo la
alabanza de la voluntad. Y
añade que, reconocida la
capacidad del fluido
magnético para que las
criaturas se influencien
recíprocamente, fácil es
percibir que con mucha más
amplitud y eficiencia
actuará el sobre las
entidades celulares que
forman el Estado Orgánico
(formado por el cuerpo y
cuerpo periespiritual),
particularmente las células
sanguíneas y las
histiocitarias, determinando
el nivel satisfactorio, la
migración o la extrema
movilidad, la fabricación de
anticuerpos o, aun, la
improvisación de otros
recursos combativos e
inmunológicos, en la defensa
contra las invasiones
bacterianas y en la
reducción o extinción de los
procesos patogénicos.
11. Toda caída moral en los
seres responsables – explica
André Luiz – opera cierta
lesión en el hemisferio
psicosomático o periespíritu,
reflejándose en desarmonía
en el hemisferio somático o
vehículo carnal, provocando
determinada causa de
sufrimiento. El dolor es,
por tanto, siempre una
situación de alarma o
emergencia, más o menos
durable en el imperio
orgánico, requiriendo el
socorro externo de la
medicina del cuerpo o del
alma, en la ejecución del
alivio o de la cura.
12. Por el pase magnético,
notadamente en aquel que se
basa en el divino manantial
de la oración, la voluntad
fortalecida en el bien puede
elevar la voluntad
debilitada de otros, para
que esa voluntad nuevamente
ajustada a la confianza
magnetice naturalmente los
millones de agentes
microscópicos a su servicio,
a fin de que el Estado
Orgánico se recomponga para
el equilibrio indispensable.
Respuestas a
las cuestiones propuestas
1. ¿Es posible sanear un
ambiente corrompido por
fluidos viciados?
R.: Sí. El cultivo de los
buenos pensamientos y de los
buenos sentimientos
transforma los fluidos
ambientes en buenos fluidos,
que tienen el poder de
repeler los malos fluidos.
Cada individuo, encarnado o
no, dispone en su
periespíritu de una fuente
fluídica permanente que
puede movilizar para operar
esa renovación.
2. ¿La acción continuada y
enérgica de los malos
efluvios puede producir
dolencias?
R.: Evidentemente. La acción
continuada y enérgica de los
malos efluvios puede tener
repercusiones serias y una
de esas consecuencias es el
surgimiento de dolencias.
3. ¿Qué diferencia existe
entre el magnetismo humano y
el magnetismo espiritual?
R.: La diferencia está en
que el magnetismo humano
deriva de la acción
producida por los fluidos de
un ser encarnado, al paso
que el magnetismo espiritual
resulta de la acción
producida por los
desencarnados, directamente
y sin intermediario.
4. ¿Cómo define André Luiz
el fluido magnético?
R.: Dice André Luiz que el
fluido magnético es una
emanación controlada de
fuerza mental bajo la
alabanza de la voluntad,
actuando sobre las células
que forman el Estado
Orgánico.
5. ¿Cómo obra el fluido
magnético para producir en
la persona enferma el
equilibrio deseado?
R.: El fluido magnético obra
en la intimidad de las
células con el objetivo de
levantar la voluntad
debilitada del paciente, de
modo que esa voluntad,
nuevamente ajustada a la
confianza, magnetice los
millones de células y el
Estado Orgánico se
recomponga para el
equilibrio indispensable.
Bibliografia:
A Gênese,
de Allan Kardec, cap. 14,
itens 18 a 34, pp. 285 a
296.
Evolução em
dois mundos,
de André Luiz, 2a.
parte, cap. XV, pp. 201 a
204.