Causas de la
anorexia
nerviosa
Trastorno de alimentación
caracterizado por una
profunda distorsión de
la imagen corporal con
una búsqueda
incansable
de la esbeltez y de la
delgadez, la anorexia
nerviosa frecuentemente
lleva a la persona a la
inanición
La palabra anorexia,
aisladamente, significa
literalmente falta de
voluntad de comer, de
apetito o de hambre.
Esta entidad está
asociada a diversas
patologías encontradas
en la medicina, como en
las neoplasias malignas.
La anorexia nerviosa, a
su vez, es un trastorno
de alimentación
caracterizado por una
profunda distorsión de
la imagen corporal con
una búsqueda incansable
de la esbeltez y de la
delgadez, asociada así a
un control riguroso y
absoluto sobre el cuerpo,
frecuentemente llegando
al punto de la inanición.
Interesante notar es
que, incluso estando en
el
|
 |
extremo de la
delgadez, los individuos
se sienten gordos o
desproporcionado,
negando constantemente,
sus deformidades. Y,
hasta cuando ven sus
fotos, no consiguen
notarse esqueléticos. |
En lo que dice respecto
a su etiología, la causa
primordial es aun
desconocida por la
medicina. Genéticamente,
por ejemplo, hay algunas
evidencias que apuntan
una mayor concordancia
en gemelos monocigóticos
(que vienen de
diferentes fecundaciones).
No obstante, hasta el
presente momento, ningún
gen específico fue
identificado. Ya del
punto de vista
biológico, se sugiere
que el neurotransmisor
noradrenalina tiene una
actividad disminuida en
las pacientes
anoréxicas. Además de
eso, se ve una acción de
opiáceos endógenos, un
aumento sanguíneo de
cortisol, una
disminución de la
actividad tiroidea y una
caída de niveles de
hormonas que están
ligadas a la
menstruación normal.
Como sea, estas
alteraciones (hormonal y
del metabolismo) no
parecen ser causas
reales, sino
consecuencias y
agravantes del estado de
inanición observada en
la patología. En
contrapartida, la
tomografía por emisión
de positrones (TEP) fue
capaz de percibir un
metabolismo elevado del
núcleo de los ganglios
basales (una masa
voluminosa de sustancia
cenicienta, localizada
en los hemisferios
telencefálicos, que
mantienen relación, en
toda su extensión, con
los ventrículos
laterales; es uno de los
núcleos de base; forma,
juntamente con el núcleo
lentiliforme, el cuerpo
estriado que tiene una
función esencial
motora). Mientras, tales
encuentros eran
revertidos con la
realimentación y/o con
ganar peso.
Tres aspectos
espirituales pueden ser
enumerados en la
aclaración etiológica y
fisiopatológica de esta
afección
Al lado de estos
encuentros, con todo,
existen importantes
factores psicosociales.
Los insistentes apelos,
por ejemplo, por parte
de la cultura nercicista
en general, dados en
favor de la delgadez, de
los ejercicios
exorbitantes y de la
elegancia como sinónimo
de salud, indudablemente,
hacen que las pacientes
portadoras de este
disturbio encuentren
apoyo para sus acciones
y para sus pensamientos.
Típicamente también, las
pacientes poseen una
relación problemática
con sus padres. Algunas
veces, la dolencia es
una forma de intentar
distraer la atención de
las relaciones
conyugales tensas
existentes en sus
hogares. Otras, las
jóvenes sustituyen sus
preocupaciones
adolescentes normales
por una única
relacionada con la
alimentación y ganar
peso. Conforme
anotaciones
psicoanalíticas aun, de
manera general, la madre
es dominadora y
controladora y el padre
bastante distanciado.
Iso hace que,
frecuentemente, las
pacientes tengan tan
poca noción de autonomía
y de individualidad al
punto de vivir sus
cuerpos como estando
controlados por sus
padres. Tal fenómeno
hace que las jóvenes se
muestren incapaces de
separarse
psicológicamente de sus
madres, especialmente de
estas. Así, los defectos
estructurales del ego,
cuales sean los
disturbios perceptivos
que envuelven la
distorsión de la propia
imagen corporal, parecen
estar relacionados a
este fracaso inicial en
las tareas de separación
y de individualización.
De este modo, la actitud
de inanición
autoinducida por parte
del paciente sería un
esfuerzo de obtener
independencia y
autonomía, buscando
destruir la parte de su
madre de su cuerpo; e,
igualmente, valida como
una persona única y
especial.
Al lado de todo eso, no
obstante, teniéndose en
consideración el
Espiritismo inmortal, se
verifica que, en la
perspectiva de la
anorexia nerviosa, de
igual manera, es en el
Espiritismo que se puede
encontrar el manantial
de mayores aclaraciones
de esta problemática.
Así, tres aspectos
espirituales, si así se
puede expresar, pueden
ser enumerados en la
aclaración etiológica y
fisiopatológica de esta
afección: los complejos
adquiridos en vidas
pasadas, y no sólo en la
infancia; las densas
energías almacenadas en
el periespíritu,
envoltorio energético
del alma que la une a la
estructura corpórea, que
la desestructuran; y las
influencias espirituales
obsesivas, tanto de
carácter “fortuito”,
como de carácter
pretérito.
En la anorexia nerviosa,
la paciente,
influenciada por los
patrones estéticos
arbitrarios, se ve
diferente de lo que es
Al respecto del primer
mecanismo, la noble
Joanna de Ângelis
esclarece que la fuerza
del amor es alimento
para la vida, una vez
que actúa en el ser
armonizándolo y
equilibrando su cuerpo
periespirítico. De este
modo, toda vez,
esclarece ella, que “el
individuo se identifica
sin amor hace,
inconscientemente un
cuadro regresivo y
descubre que no fue
necesariamente nutrido (alimentado
por el amor),
pasando a experimentar
un sentimiento de
reacción a través de la
norexia nerviosa o
inapetencia”. Según ella,
sin embargo, este cuadro
de falta de amor puede
venir tanto de la
presente experiencia
encarnatoria, como de
otras reencarnaciones,
como además, ocurre con
cierta frecuencia. Como
se ve, por tanto, esta
explicación, en vez de
contradecir las
explicaciones
psicoanalíticas, la
corrobora. Con todo,
considera también,
experiencias anteriores
al nacimiento. Acerca de
las causas
periespirituales, se
hace menester entender
que una de las
propiedades del
periespíritu es su
plasticidad, conforme la
clasificación didáctica
del respetable Prof.
Zalmiro Zimmermann. Este
tiene que ver con la
capacidad de el
periespíritu recibir las
impresiones del
pensamiento del ser,
moldeándose
energeticamente de
acuerdo con los tenores
de sus efluvios. El
profesor aclara que “el
periespíritu, extensión
del alma, es el eterno
espejo de la mente,
moldeándose de acuerdo
con su comando
plástico”. Ahora, estas
modificaciones, que
también pueden ser
consecuencias de
procesos mórbidos de
vidas pasadas, con mayor
frecuencia en el caso de
la referida patología, o
incluso de esta actual,
pueden ser las
responsables por el
surgimiento de las
distorsiones del ego
acerca de su imagen
corporal.
El individuo, sintiendo
las vibraciones de su
envoltorio espiritual, e
incluso viendo sus
deformaciones en el
sueño, genera en sí, o
más agrava una baja
autoestima y un
disturbio perceptivo de
la propia imagen
corpórea, que a pesar de
muchas veces ser
perfectas, encubre
complejas
plastificaciones del
cuerpo espiritual. Esta
puede ser la génesis de
otros disturbios
psiquiátricos que cursan
con la alteración de la
propia imagen (trastorno
dismórficos corporales).
En el caso de la
anorexia nerviosa, la
paciente, influenciada
por los patrones
estéticos arbitrarios,
se ve diferente de los
que es, y, a pesar suyo,
intenta modificar
aquella estructura
invisible, pero
perceptible,
transformando el cuerpo,
a través de la
restricción dietética.
Es por el consentimiento,
consciente o
inconsciente del
paciente, que las
obsesiones se instalan y
se perpetuan
En lo tocante a las
obsesiones, ellas pueden
ser causas o agravantes
del cuadro enfermo y,
además, tener su origen
en desavenencias del
pasado o en simbiosis
que llamaremos
“fortuitas” con
Espíritus interesados en
el mal. Explica Manoel
Philomeno de Miranda que
“de la misma forma que
las enfermedades
orgánicas se manifiestan
donde hay carencia, el
campo obsesivo se
disloca de la mente para
el departamento somático
donde las imperfecciones
morales del pasado
dejaron marcas profundas
en el periespíritu”. De
ese modo, en el caso de
la enfermedad en pauta y
de los disturbios
alimenticios como un
todo, en el área del
tracto digestivo, de los
centros nerviosos
responsables por el
hambre y de los
mecanismos metabólicos
que se unen a la
nutrición. Como se
observa, sin embargo, es
por el consentimiento
consciente o
inconsciente del
paciente que las
obsesiones se instalan y
se perpetuan.
Ciertamente, en casos
complejos de anorexia
nerviosa, elementos de
todos estos puntos
oreados, hasta aquí, en
la etiología deben estar
envueltos, integrándose
de alguna forma. Y, por
eso mismo, en su
terapéutica, se debe
tener en mente un
abordaje amplio,
teniéndose en cuenta, no
solamente las
contribuciones de la
Doctrina codificada por
Allan Kardec, sino del
mismo modo con la
psiquiatría y de las
psicoterapias.
Referências:
1.
Kaplan, Harold I. Sadock,
Benjamin J. Grebb, Jack
A. trad. Dayse Batista.
Compêndio de
Psiquiatria: ciências do
comportamento e
psiquiatria clínica.
7.ed. 6ª reimpressão.
Porto Alegre: Artmed,
1997, cap.22.1,
p.648-653.
2.
Harrison Medicina
Interna. Editores
Dennis L. Kasper... [et
al.]. 16.ed. Rio de
Janeiro: McGraw-Hill
Interamericana do Brasil
Ltda., 2006, cap.65,
p.449-452.
Moore,
Burness E. Fine, Bernard
D. Termos e conceitos
psicanalíticos.
3.ed. Porto Alegre:
Artes Médicas, 1992,
p.16-17.
3.
Machado, A.
Neuroanatomia funcional.
2.ed. São Paulo:
Editora Atheneu, 2005,
cap.8, 26, p.72, 249,
252.
4.
Franco, Divaldo P.
Autodescobrimento – uma
busca interior. Pelo
Espírito Joanna de
Ângelis. 11.ed. Bahia :
Editora LEAL, 1995,
cap.2, p.33-38.
5.
Franco, Divaldo P.
Aspectos psiquiátricos e
espirituais nos
transtornos emocionais.
Organizado por
Washington Luiz Nogueira
Fernandes. 3.ed. Bahia :
Editora LEAL, 2006,
cap.30, p.182-183.
6.
Zimmermann, Z.
Perispírito. 2.ed.
São Paulo : Editora
CEAK, 2002, cap.2, p.32.
|