Fue en 1939, en
la ciudad
fluminense de
Tres Ríos, que
surgieron las
Semanas
Espíritas. Según
testimonio de
una testigo
ocular de ese
hecho, el
compañero
Antenor de
Souza, la
inspiración del
evento vino por
medio de algunos
compañeros, como
Asís Haría,
Cerqueira y
otros, que
decidieron hacer
un ciclo de
conferencias, de
domingo a
domingo.
Bien diferentes
del modelo
actual, las
Semanas
Espíritas de
aquella época
eran mucho más
fraternas. Cada
actividad era
precedida del
himno "Alegría
Cristiana". Por
sugerencia y
obra de Leopoldo
Hacha, piezas de
teatro eran
escenificadas y,
en lo que
constituyó
realmente una
idea original,
cada ciudad
asumió el
compromiso de
realizar una
Semana Espírita
por año. Así es
que los
compañeros de
Crucero (SP),
Nueva Iguazú (RJ),
Macaé (RJ), Juez
de Fuera (MG),
Tres Ríos (RJ) y
más tarde
Astolfo Dutra
(MG) comenzaron
a promoverlas,
aunque no
tuvieran el
apoyo de la
llamada
Casa-Máter del
Espiritismo, la
Federación
Espírita
Brasileña.
(La entrevista
en que Antenor
de Souza habla
de las semanas
espíritas puede
ser vista en
esta dirección:
http://www.oconsolador.con.br/11/entrevista.html.)
Se conmemora,
así, en este año
una fecha
importante en el
calendario
espírita
brasileño.
Los espíritas
que ya
participaron de
alguna Semana
Espírita saben
de lo que
hablamos, porque
no son pocos los
compañeros que
se iniciaron en
el Espiritismo
exactamente a
causa de las
Semanas
Espíritas.
Podríamos, pues,
decir con entera
razón que una
Semana Espírita
constituye para
todos nosotros
que trabajamos
en los centros
espíritas, un
periodo fértil
de reciclaje y
aún de
aprendizaje, sin
contar el
estímulo a la
confraternización,
ya que es
durante la
Semana Espírita
que podemos
encontrar amigos
de otras casas
espíritas que
raramente vemos,
debido a los
compromisos que
todos tenemos en
el Movimiento
Espírita.
Una conferencia
espírita, por
más sencilla que
sea, siempre
trae algo nuevo
o diferente que
se suma a los
estudios que
normalmente
hacemos. Si no
fuera
relacionado con
el contenido,
puede ser
relacionado con
la técnica, el
medio, el modo
como el
expositor
presenta su
trabajo.
En Londrina,
donde se
concluyó el
domingo pasado
una Semana
Espírita más,
pudimos
nuevamente
averiguar esa
realidad, aunque
muchos
compañeros del
propio centro
espírita que
acoge el evento
no comprendan
que ese periodo
de tiempo es una
oportunidad más
para adquirir
conocimiento y
no un simple
periodo
vacacional.
Que las Semanas
Espíritas
continúen
realizándose y
que eventos
semejantes sean
creados, he ahí
lo que podemos
desear, en un
homenaje a los
pioneros que
hace 70 años
dieron inicio a
esa feliz idea.
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