La obsesión y sus
características
Presentamos en esta edición
el tema
nº
122
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿Cómo conceptúa el
Espiritismo la obsesión?
2. En el inicio de un
proceso obsesivo, ¿cómo se
manifiesta la acción de los
obsesores?
3. ¿Qué factores favorecen
la obsesión?
4. ¿Existe alguna relación
entre obsesión y ciertos
vicios como el alcoholismo y
la glotonería?
5. ¿Qué consecuencias pueden
derivar de la negligencia en
el trato con las influencias
espirituales negativas?
Texto para la
lectura
En la obsesión, los
obsesores obran inicialmente
de manera sutil
1. Como consecuencia de la
inferioridad moral de la
población de nuestro
planeta, son muy numerosos
los Espíritus inferiores que
habitan el plano de los
desencarnados. La acción de
esos Espíritus, capaz de
influenciar nuestros
pensamientos y nuestros
actos, constituye parte
integrante de las
dificultades enfrentadas por
la Humanidad.
2. Uno de los resultados de
esa acción negativa es la
obsesión, que puede ser
definida como el dominio que
algunos Espíritus logran
adquirir sobre ciertas
personas. En el libro “La
Génesis”, Kardec conceptúa
la obsesión como la acción
persistente que un Espíritu
malo ejerce sobre un
individuo.
3. Esa acción – explica el
Codificador del Espiritismo
– puede variar desde una
simple influencia moral
hasta la perturbación
completa del organismo,
inclusive de orden mental.
Las facultades mediúmnicas,
es fácil entender, se hacen
bastante perjudicadas por la
obsesión. La razón es
simple: los Espíritus
obsesores son siempre de
naturaleza inferior, visto
que los buenos Espíritus no
se preocupan en obligar o
dominar personas.
4. En el proceso obsesivo
los Espíritus obsesores
actúan, inicialmente, de
manera sutil, interfiriendo
gradualmente y
progresivamente en la mente
del encarnado, pudiendo
alcanzar, en cierto tiempo,
situaciones extremas de
completo dominio.
Como factores de la obsesión
se alinean las
imperfecciones morales y los
vicios
5. La acción del Espíritu
obsesor puede ser
reconocida, en el inicio,
como una fuerza psíquica
interfiriendo en los
procesos mentales, una
voluntad dominada por otra
voluntad, o una inquietud
creciente sin motivo
aparente.
6. De la misma forma que las
enfermedades orgánicas se
instalan donde existe
carencia en los mecanismos
de defensa, la obsesión se
manifiesta en las mentes
cuyas imperfecciones morales
y actitudes del pasado y del
presente dejaron marcas
profundas en el Espíritu.
7. Algunas adicciones, sin
embargo, deben ser alineadas
entre los factores que
favorecen la obsesión, por
constituirse en daño para el
cuerpo y para la mente: el
alcoholismo, el uso de
drogas, la sexualidad
desequilibrada, tanto como
la glotonería, la
maledicencia, la ira, los
celos, la envidia, la
avaricia y el egoísmo.
8. El alcoholismo, por las
consecuencias orgánicas,
morales y sociales que
acarrea, es vehículo de
obsesiones crueles que
permite a los alcohólicos
desencarnados el vampirismo,
con serias lesiones en la
organización fisio-psíquica.
Las imperfecciones morales
son caminos de acceso a la
influencia negativa
9. Las drogas, al actúan en
el sistema nervioso,
permiten el resurgimiento de
impresiones del pasado, las
cuales, mezcladas a la
frustraciones del presente,
desequilibran la emotividad,
ofreciendo un vasto campo de
actuación para los
desencarnados en
desesperación emocional.
10. La sexualidad
desequilibrada permite la
sintonía con conciencias
desencarnadas que viven en
indescriptible aflicción y
que se hospedan en las
mentes encarnadas,
absorbiendo energías vitales
y generando obsesiones
degradantes.
11. La glotonería, la
maledicencia, la ira, los
celos, la envidia, la
avaricia y el egoísmo son
igualmente – como todas las
imperfecciones morales –
caminos de acceso para
Espíritus de naturaleza
inferior que, en un proceso
de sintonía, se complacen
con nuestras imperfecciones,
influenciando nuestros
pensamientos y nuestras
acciones.
12. No siendo combatida o
neutralizada, esa influencia
se hace cada vez más
persistente, constituyéndose
en un proceso obsesivo que
puede asumir formas más o
menos graves y llevar a la
persona incluso a la locura.
Respuestas a las cuestiones propuestas
1. ¿Cómo conceptúa el
Espiritismo la obsesión?
R.: La obsesión puede ser
definida como el dominio que
algunos Espíritus logran
adquirir sobre ciertas
personas. En el libro “La
Génesis”, Kardec la
conceptúa como la acción
persistente que un Espíritu
malo ejerce sobre un
individuo.
2. En el inicio de un
proceso obsesivo, ¿cómo se
manifiesta la acción de los
obsesores?
R.: Los Espíritus obsesores
actúan, inicialmente, de
manera sutil, interfiriendo
gradualmente y
progresivamente en la mente
del encarnado. Esa acción
puede ser reconocida,
entonces, como una fuerza
psíquica interfiriendo en
los procesos mentales, una
voluntad dominada por otra
voluntad, o una inquietud
creciente sin motivo
aparente.
3. ¿Qué factores favorecen
la obsesión?
R.: Las imperfecciones
morales del individuo y
determinadas adicciones son
los factores que favorecen
la obsesión, por
constituirse en daño para el
cuerpo y para la mente: el
alcoholismo, el uso de
drogas, la sexualidad
desequilibrada, tanto como
la glotonería, la
maledicencia, la ira, los
celos, la envidia, la
avaricia y el egoísmo.
4. ¿Existe alguna relación
entre obsesión y ciertos
vicios como el alcoholismo y
la glotonería?
R.: Sí. El alcoholismo, la
glotonería, la maledicencia,
la ira, los celos, la
envidia, la avaricia y el
egoísmo son igualmente –
como todas las
imperfecciones morales –
caminos de acceso para
Espíritus de naturaleza
inferior que, en un proceso
de sintonía, se complacen
con nuestras imperfecciones,
influenciando nuestros
pensamientos y nuestras
acciones.
5. ¿Qué consecuencias pueden
derivar de la negligencia en
el trato con las influencias
espirituales negativas?
R.: Esa negligencia podrá
acarrear una influencia cada
vez más persistente y
constituirse en un proceso
obsesivo que puede asumir
formas más o menos graves y
llevar a la persona incluso
a la locura.
Bibliografia:
A Gênese,
de Allan Kardec, cap. XIV,
itens 45 a 49.
O Livro dos Médiuns,
de Allan Kardec, itens 237 a
254.
Nos Bastidores da Obsessão,
de Manoel Philomeno de
Miranda, psicografado por
Divaldo P. Franco, pp. 28 e
29.
Dramas da Obsessão,
de Bezerra de Menezes,
psicografado por Yvonne A.
Pereira.
Obsessão/Desobsessão,
de Suely Caldas Schubert.