Moisés y la primera
revelación
Presentamos en esta edición
el tema
nº
131
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. Además de conducir al
pueblo hebreo hasta la
Tierra de Promisión, ¿qué
otra tarea delegó el Señor
en Moisés?
2. ¿Cuántas partes hay en la
ley mosaica, y en qué
consiste?
3. ¿En qué términos están
escritos los Diez
Mandamientos?
4. Según Césare Cantu, los
israelitas dividen sus
libros en tres grupos.
¿Cuáles son ellos?
5. ¿Por qué Jesús optó por
el árbol de David para
llevar a efecto sus divinas
lecciones a la Humanidad?
Texto para la
lectura
La vida y la misión de
Moisés, lejos de ser
fáciles, estuvieron llenas
de dificultades
1. Dice Emmanuel que la ley
mosaica fue la precursora
directa del Evangelio de
Jesús. El protegido de
Termútis, tras beneficiarse
con la cultura que Egipto le
podía prodigar, fue
inspirado a reunir todos los
elementos útiles para su
grandiosa misión,
vulgarizando el monoteísmo y
estableciendo el Decálogo,
bajo la inspiración divina,
cuyas determinaciones son
hasta hoy la edificación
básica de la Religión y del
Derecho, si bien las
doctrinas antiguas ya
hubieron arraigado la
creencia de Dios único.
2. La legislación de Moisés
está impregnada de leyendas
y de crueldades compatibles
con su época; sino,
preservada de todos los
comentarios fabulosos a su
respeto, su figura es, de
hecho, la de un hombre
extraordinario, revestido de
los más elevados poderes
espirituales,
porque fue él el primer
hombre que hizo accesibles a
la masas populares las
enseñanzas conquistadas a
costa de larga y penosa
iniciación, en que se
vislumbra la síntesis
luminosa de grandes
verdades.
3. La vida y la misión de
Moisés, lejos de ser
fáciles, estuvieron, al
contrario, llenas de
atribulaciones, traiciones y
desconfianzas. Por muchas y
muchas veces, el pueblo
israelita demostró no tener
confianza en el poder
salvador del Señor Supremo,
desobedeciendo muchas
veces los mandamientos y
llegando a rechazar al
propio Moisés, que enfrentó
problemas hasta en su
familia, como muestra la
flaqueza de Aarón, su
hermano, en el episodio del
becerro de oro.
4. Líder auténtico y lúcido
profeta, Moisés se
constituyó en modelo de
todos los verdaderos
profetas que le sucedieron,
hasta la venida de aquel de
quien fue el precursor. Él
fue llamado
por Dios no sólo para
conducir al pueblo de Israel
hasta la Tierra Prometida,
sino igualmente para hacer
conocida la voluntad de
nuestro Padre, lo que Moisés
hizo al otorgarnos los Diez
Mandamientos.
Hay en la ley mosaica dos
partes distintas: la ley de
Dios y la ley civil o
disciplinaria
5. En su calidad de
mensajero del Divino
Maestro, Moisés buscó
concentrar a su pueblo para
la gran jornada en busca de
la Tierra de Promisión.
Médium extraordinario,
realizó entonces grandes
hechos ante sus hermanos y
compañeros maravillados. Fue
cuando, entonces,
recibió de los emisarios de
Cristo, en el monte Sinai,
el Decálogo, que hasta hoy
representa la base de toda
la justicia del mundo. Y
antes de abandonar las
luchas terrenas, en la
extática visión de la Tierra
Prometida, legó a la
posteridad sus tradiciones
en el Pentateuco, iniciando
– en el decir de Emmanuel –
la construcción de la más
elevada ciencia religiosa de
todos los tiempos.
6. Como enseña Allan Kardec,
hay en la ley mosaica dos
partes distinguidas: la ley
de Dios, promulgada en el
monte Sinai, y la ley civil
o disciplinaria, decretada
por Moisés. Una – la ley de
Dios – es invariable. La
otra, apropiada a las
costumbres y al carácter del
pueblo, se modifica
con el tiempo. Por eso es
por lo que se hace
impensable, en nuestros
días, apedrear hasta la
muerte a una mujer cogida en
adulterio. La circuncisión
es otra práctica que ni aún
los más fanáticos defensores
de la Biblia adoptan.
7. La ley de Dios está
formulada en los diez
mandamientos siguientes
(Ex., 20:1-17.):
1º.
Yo soy el Señor tu Dios, que
te quité de la tierra de
Egipto, de la casa de la
servidumbre. No tendrás
dioses extranjeros delante
de mí. No harás para ti
imagen de escultura, ni
figura alguna de todo lo que
hay encima en el cielo, y de
lo que hay debajo en la
tierra, ni de cosa alguna
que haya en las aguas bajo
la tierra. No las adorarás,
ni les darás culto: porque
yo soy el Señor tu Dios, el
Dios fuerte y celoso, que
venga la iniquidad de los
padres en los hijos hasta la
tercera y cuarta
generación de aquellos que
me aborrecen. Y que usa de
misericordia hasta mil
generaciones con aquellos
que me aman y que guardan
mis preceptos.
2º.
No tomarás el nombre del
Señor tu Dios vanamente,
porque el Señor no tendrá
por inocente aquel que tomar
vanamente el nombre del
Señor su Dios.
3º.
Recuerda santificar el día
de sábado. Trabajarás seis
días, y harás en ellos todo
lo que tienes para hacer. El
séptimo día sin embargo es
el sábado del Señor tu Dios.
No harás ese día obra alguna.
4º.
Honrarás a tu padre y tu
madre, para tener una
dilatada vida sobre la
tierra que el Señor tu Dios
te ha de dar.
5º.
No matarás.
6º.
No fornicarás.
7º.
No hurtarás.
8º.
No dirás falso testimonio
contra tú prójimo.
9º.
No desearás a la mujer de tú
prójimo.
10º.
No codiciarás la casa de tu
prójimo, ni su siervo, ni su
sierva, ni su buey, ni su
jumento, ni cosa alguna que
le pertenezca.
Hay en la religión judaica,
según Césare Cantu, tres
periodos o edades
8. Aún hoy, según Césare
Cantu, los israelitas
dividen sus libros en Torá
[Del hebr. torah: La ley
mosaica; el libro que la
concluye; el Pentateuco]
constituida de los cinco
primeros libros de la
Biblia; en Nebum, que son
los profetas, y en Quetubim,
o escritos en general, o
sea, cualquier otro libro.
El Talmud llama di brê
caballah, es decir,
palabras de la tradición,
todo lo que no es Torá. Los
rabinos dicen que sólo la
Torah es LA que constituyó
una verdadera novedad en
Israel, porque los otros
libros son sólo desarrollos
parciales del hieroglífico
primitivo, encubierto bajo
aquel nombre.
9. En síntesis, podemos
decir que, según Césare
Cantu, hay en la religión
judaica tres periodos o
edades que marcaron la
formación religiosa de los
israelitas: la “edad de
oro”, o la de el puro
hebraísmo bíblico, que
comprendía los libros
santos, antes de la
trasladación para
Babilonia; la “edad de
plata”, o la de el hebraísmo
bíblico tardío, que
comprendía los libros
escritos posteriormente a la
emigración, y a la “edad de
bronce”, o la de el
hebraísmo tardío no bíblico.
10. Concluyendo, nos resta
preguntar el porqué de la
preferencia de Jesús por el
árbol de David, para llevar
a efecto sus divinas
lecciones a la Humanidad, un
tema que Emmanuel examina en
el cap. VII de su libro “A
Camino de la Luz”. Es que,
asevera Emmanuel, de todos
los pueblos de entonces,
aunque Israel fuera el más
creyente, “era también el
más necesitado, dada su
vanidad exclusivista y
pretensiosa”. “Mucho se
pedirá de quién mucho haya
recibido, y los israelitas
habían conquistado mucho, de
lo Alto, en cuestión de fe,
siendo justo que se les
exigiera un grado
correspondiente de
comprensión, en cuestión de
humildad y de amor.”
Respuestas a las cuestiones propuestas
1. Además de conducir el
pueblo hebreo hasta la
Tierra de la Promisión, ¿qué
otra tarea el Señor delegó a
Moisés?
Su segunda tarea fue hacer
conocida la voluntad de
nuestro Padre, lo que Moisés
hizo al otorgarnos los Diez
Mandamientos.
2. ¿Cuántas partes hay en la
ley mosaica, y en qué
consisten?
Hay en la ley mosaica dos
partes distinguidas: la ley
de Dios, promulgada en el
monte Sinai, y la ley civil
o disciplinaria, decretada
por Moisés. Una – la ley de
Dios – es invariable. La
otra, apropiada a las
costumbres y al carácter del
pueblo, se modifica con el
tiempo.
3. ¿En qué términos están
escritos los Diez
Mandamientos?
Así la Biblia nos presenta
los Diez Mandamientos:
1º.
Yo soy el Señor tu Dios, que
te quité de la tierra de
Egipto, de la casa de la
servidumbre. No tendrás
dioses extranjeros delante
de mí. No harás para ti
imagen de escultura, ni
figura alguna de todo lo que
hay encima en el cielo, y de
lo que hay abajo en la
tierra, ni de cosa alguna
que haya en las aguas bajo
la tierra.
No las adorarás, ni les
darás culto: porque yo soy
el Señor tu Dios, el Dios
fuerte y celoso, que venga
la iniquidad de los padres
en los hijos hasta la
tercera y cuarta generación
de aquellos que me
aborrecen. Y que usa de
misericordia hasta mil
generaciones con aquellos
que me aman y que guardan
mis preceptos.
2º.
No tomarás el nombre del
Señor tu Dios vanamente,
porque el Señor no tendrá
por inocente aquel que
tomara vanamente el nombre
del Señor su Dios.
3º.
Acuérdate de santificar el
día del sábado. Trabajarás
seis días, y harás en ellos
todo lo que tienes para
hacer. El séptimo día sin
embargo es el sábado del
Señor tu Dios.
No harás ese día obra alguna.
4º.
Honrarás a tu padre y a tu
madre, para tener una
dilatada vida sobre la
tierra que el Señor tu Dios
te ha de dar.
5º.
No matarás.
6º.
No fornicarás.
7º.
No hurtarás.
8º.
No dirás falso testimonio
contra tú prójimo.
9º.
No desearás a la mujer de tú
prójimo.
10º.
No codiciarás la casa de tu
prójimo, ni su siervo, ni su
sierva, ni su buey, ni su
jumento, ni cosa alguna que
le pertenezca.
4. Según Césare Cantu, los
israelitas dividen sus
libros en tres grupos.
¿Cuáles son ellos?
Los israelitas dividen sus
libros en Torá, constituida
de los cinco primeros libros
de la Biblia; en Nebum, que
son los profetas, y en
Quetubim, o escritos en
general, o sea, cualquier
otro libro. El Talmud llama
di brê caballah, es
decir, palabras de la
tradición, todo lo que no es
Torá.
5. ¿Por qué Jesús optó por
el árbol de David para
llevar a efecto sus divinas
lecciones a la Humanidad?
La explicación, según
Emmanuel, es que, de todos
los pueblos de entonces,
aunque Israel fuera el más
creyente, “era también el
más necesitado, dada su
vanidad exclusivista y
pretensiosa”. “Mucho se
pedirá a quién mucho haya
recibido, y los israelitas
habían conquistado mucho, de
lo Alto, en cuestión de fe,
siendo justo que se les
exigiera un grado
correspondiente de
comprensión, en cuestión de
humildad y de amor.”
Bibliografia:
O Evangelho
segundo o Espiritismo,
de Allan
Kardec, capítulo I, item 2.
A Caminho da
Luz,
de Emmanuel,
psicografado por Francisco
Cândido Xavier, cap. VII,
pp. 65 a 72.
Emmanuel,
de Emmanuel,
psicografado por Francisco
Cândido Xavier, cap. II.
Evolução em
Dois Mundos,
de André
Luiz, psicografado por
Francisco Cândido Xavier e
Waldo Vieira, pp. 160 e 161.
História
Universal,
de Césare
Cantu, vol. 1, pp. 278, 279,
324 a 326.
O Novo
Dicionário da Bíblia,
de J. D.
Douglas, vol. II, pp. 1.067
e 1.068.
Êxodo,
cap. 20:1-17.