Adoración a Dios
Presentamos en esta edición
el tema
nº
138
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿Dónde podemos encontrar,
según el Espiritismo, la
prueba de la existencia de
Dios?
2. El pensamiento que
formulamos acerca de Dios es
aun muy primario.
¿Llegaremos un día a
comprender a Dios y anular
todas las deudas que esa
pregunta aun nos presenta?
3. ¿Por qué razón dice el
Espiritismo que el hombre de
nuestra época no puede
comprender la naturaleza
íntima de Dios?
4. ¿En qué consiste la
adoración a Dios y cuáles
sus consecuencias para los
hombres?
5. ¿Qué forma de adoración
es más agradable al
Creador?
Texto para la
lectura
Solamente con la evolución
es que veremos a Dios de
forma diferente
1. Tema de apertura de la
principal obra del
Espiritismo, Dios es
definido de forma bastante
clara por los inmortales
como siendo la inteligencia
suprema y la causa primera
de todas las cosas. La
prueba de su existencia,
explican los Espíritus
superiores, puede
encontrarse en un axioma que
utilizamos en nuestras
ciencias: “No hay efecto sin
causa”. “Buscad la causa de
todo lo que no es obra del
hombre, y vuestra razón os
responderá.”
(El Libro de los
Espíritus, cuestiones 1 y 4.)
2.
La cuestión de Dios es, con
efecto, el más grave de
todos los problemas
suspendidos sobre nuestras
cabezas y cuya solución se
conecta, de manera estricta
e imperiosa, al problema del
ser humano y de su destino.
El conocimiento de la verdad
sobre Dios, sobre el mundo y
sobre la vida es – en el
decir de León Denis – lo que
hay de más esencial, de más
necesario, porque es Él que
nos sostiene, nos inspira y
nos dirige, a pesar de
nuestra rebeldía.
3. Nos dice Pietro Ubaldi
que sólo gradualmente
conseguiremos entender la
esencia de las
manifestaciones del Creador,
cuando por el desarrollo de
nuestras capacidades
perceptivas y conceptuales
fuésemos aprendiendo a
penetrar en la profundidad
de las cosas. Es, por eso,
realmente maravilloso que
Espíritus aún en una tímida
condición evolutiva, como la
nuestra, hayamos concebido
desde siempre la certeza de
la existencia de un Ser
Superior que todo gobierna.
4. A principio, esa idea –
innata en el hombre – es
vaga y bastante abstracta.
Con la evolución, a través
de múltiples experiencias
reencarnatorias, pasamos a
ver a Dios de manera
diferente.
La sabia naturaleza limitó
nuestras percepciones y
nuestras sensaciones y es de
escalón a escalón,
lentamente, que ella nos
conduce en el camino del
saber, al conocimiento del
Universo, sea el visible,
sea el oculto.
Falta al hombre un sentido
que le permita comprender a
Dios
5. Ese pensamiento puede ser
cogido en las respuestas
dadas por los inmortales a
la cuestiones 10 y 11 de “El
Libro de los Espíritus”:
Cuestión 10 –
¿Puede el hombre comprender
la naturaleza íntima de
Dios? – “No, porque le falta
para eso un sentido.”
Cuestión 11 – ¿Un día será
dado al hombre comprender el
misterio de la Divinidad? –
“Cuando su Espíritu no
esté más obscurecido por la
materia y, por su
perfección, esté próximo a
él, entonces el lo verá y lo
comprenderá.”
6. Para bien entender el
significado de la cuestión
n. 10 – que afirma que falta
al hombre un sentido que le
permita la comprensión de la
Divinidad – nos basta
recordar que un invidente de
nacimiento no tiene
condiciones de definir la
luz o distinguir los
colores, algo que los
niñitos pueden hacer,
justamente porque falta al
invidente el sentido de la
visión. Si además de
invidente, fuera el sordo,
también le sería imposible
distinguir los sonidos.
Recordemos también que
existen en el reino animal
seres que sólo poseen el
sentido del tacto y, sin
embargo, consiguen vivir y
sobrevivir en el medio en
que se encuentran.
7. Llegaremos así un día,
partiendo de una idea
primitiva de Dios, a una
comprensión más dilatada y
superior, pero desde ya
podemos comprender que Dios,
tal cuál lo concebimos,
no es el dios del panteísmo
oriental ni el dios
antropomorfo, monarca del
cielo, exterior al mundo, de
que nos hablan las
religiones del Occidente, ya
que Dios, aunque haya creado
el Universo, con él no se
confunde.
Adorar a Dios es elevar el
pensamiento hasta Él, es
aproximarse de él
8. Ese gran Ser, absoluto,
eterno, soberanamente justo
y bueno, que conoce nuestras
necesidades, que es sensible
a nuestros dolores, es cual
el inmenso foco en que todos
los seres, por la comunión
del
pensamiento y del
sentimiento, vienen a
absorber fuerzas, el
socorro, la inspiración
necesaria para guiarnos en
la senda del destino, para
sosternerlos en sus luchas,
consolar en sus miserias,
levantar en sus
desfallecimientos y caídas.
9. Si, como vimos
anteriormente, la idea de
Dios es innata en el ser
humano, no es posible no
creer en la afirmación
contenida en la cuestión 651
de “El Libro de los
Espíritus” según la cual
nunca hubo pueblos ateos,
porque siempre los hombres
comprendieron que por encima
de todo hay un Ente Supremo
en el Universo.
10. Es evidente que,
individualmente
considerados, existen
hombres que niegan a Dios,
pero esos, en número ínfimo,
nada más son individuos
transitoriamente envueltos
por el manto de la
ignorancia. Nos propone
Pietro Ubaldi que digamos a
alguien que piense así:
“Despierta y sentirás que
Dios está a tu lado, está
dentro de ti, es tu vida, la
vida de todo”, porque la
concepción de la paternidad
divina trae beneficios
enormes al Espíritu y es de
esa paternidad que
transcurre la necesidad de
la fraternidad humana.
11. En el transcurso de todo
lo que vimos no es difícil
entender y justificar la
adoración que los hombres
deben tener para con el
Creador, entendiéndose por
adoración la elevación del
pensamiento a Dios, un tema
que Kardec examinó en “El
Libro de los Espíritus”,
cuestiones 649 y siguientes,
seguidamente resumidas:
a. Adoración consiste en la
elevación del pensamiento a
Dios. Por la adoración el
alma se aproxima al Creador.
b. La adoración es un
resultado de un sentimiento
innato como el de la
Divinidad. La conciencia de
su debilidad lleva al hombre
a curvarse delante de aquel
que lo puede proteger.
c. La adoración tiene su
origen en la ley natural.
Por eso, ella se encuentra
en todos los pueblos, aunque
bajo formas diferentes.
d. La verdadera adoración
está en el corazón.
Imaginemos siempre que en
todas nuestras acciones un
señor nos observa.
e. La adoración es útil
cuando no pasa de una vana
simulación.
f. Dios prefiere a los que
lo adoran desde el fondo del
corazón, con sinceridad,
haciendo el bien y evitando
el mal, y no los que creen
honrarlo por medio de
ceremonias que nos vuelven
mejores para sus semejantes.
g. Aquel que no tiene sino
la piedad exterior es un
hipócrita. Los cánticos no
llegan a Dios sino por la
puerta del corazón.
h. Los hombres reunidos por
una comunión de pensamientos
y de sentimientos tiene más
fuerza para llamar para sí a
los buenos Espíritus. Se da
lo mismo cuando se reúnen
para adorar a Dios. No
creemos, sin embargo, que la
adoración particular sea
menos buena, porque cada uno
puede adorar a Dios pensando
en él.
i. La oración es un acto de
adoración. Orar a Dios es
pensar en él, aproximarse a
él y colocarse en comunión
con él.
Respuestas a las cuestiones propuestas
1. ¿Dónde podemos encontrar,
según el Espiritismo, la
prueba de la existencia de
Dios?
La prueba de la existencia
de Dios puede ser encontrada
en un axioma que utilizamos
en nuestras ciencias: “No
hay efecto sin causa”. Nos
dijeron los inmortales:
“Buscad la causa de todo lo
que no es obra del hombre, y
vuestra razón os
responderá”.
2. El pensamiento que
formulamos acerca de Dios es
aun muy primario.
¿Llegaremos un día a
comprender a Dios y anular
todas las dudas que esa
cuestión aun nos presenta?
Sí. Llegaremos un día a un
entendimiento más dilatado y
superior al respecto del
Creador.
3. ¿Por qué razón dice el
Espiritismo que el hombre de
nuestra época no puede
comprender la naturaleza
íntima de Dios?
El motivo de eso es que
falta al hombre de nuestra
época un sentido que le
permita la comprensión de la
Divinidad. Somos aún, en
relación al Creador, como un
invidente de nacimiento en
base de la luz o de los
colores, que él no tiene
condiciones de definir o
distinguir justamente por
faltarle un sentido: el
sentido de la visión.
4. ¿En qué consiste la
adoración a Dios y cuáles
sus consecuencias para los
hombres?
La adoración consiste en la
elevación del pensamiento a
Dios. Por la adoración el
alma se aproxima al Creador,
pero ella solamente es útil
cuando no pasa de una vana
simulación.
5. ¿Qué forma de adoración
es más agradable al Creador?
La verdadera adoración está
en el corazón. Dios prefiere
a los que lo adoran del
fondo del corazón, con
sinceridad, haciendo el bien
y evitando el mal, y no los
que creen honrarlo por medio
de ceremonias que no los
hacen mejores para sus
semejantes.
Bibliografia:
O Livro dos
Espíritos, de Allan Kardec,
questões 1 a 16, 649 a 657.
As Leis
Morais, de Rodolfo
Calligaris, p. 46.
O Grande
Enigma, de Léon Denis, pp.
25 a 70.
Deus na
Natureza, de Camille
Flammarion, p. 392.
Deus e
Universo, de Pietro Ubaldi,
pp. 292 a 317.
A Grande
Síntese, de Pietro Ubaldi,
p. 201.