Los cambios climáticos y
sus consecuencias
En base de los desastres
naturales que han
acometido a nuestro
planeta, recordemos que
en las manos de Jesús
reposan
los destinos de
la Tierra
Investigaciones indican
que el "cambio climático
ha matado cerca de 315
mil personas por año, de
hambre, de enfermedades
o de desastres
naturales, y el número
debe subir para 500 mil,
hasta 2030”. (1) El
estudio estima que el
problema del clima
afecta a 325 millones de
personas, anualmente, y
que, en dos décadas, ese
número irá a doblarse,
alcanzando el
equivalente al 10% de la
población mundial de la
actualidad. Para
minimizar el impacto,
"sería preciso
multiplicar por cien los
esfuerzos de adaptación
a la alteración del
clima en los países en
desarrollo". (2) El
Panel Intergunabernal
sobre Cambios Climáticos
(IPCC, en la
sigla en inglés), en su
vasta evaluación sobre
la cuestión, hecha en el
2008, concluyó que,
desde que las
temperaturas comenzaron
a aumentar rápidamente,
en los años 70, los
gases de efecto
invernadero, producidos
por el hombre, tuvieron
un peso 13 veces mayor
en el calentamiento
global que la variación
de la actividad solar.
Casi 25% de la población
mundial están amenazados
por las inundaciones, a
consecuencia del
deshielo del Ártico,
según un estudio
publicado, en agosto de
2009, por el Fondo
Mundial para la
Naturaleza (WWF). A
medida que la extensión
del hielo disminuye, y
que la superficie de los
océanos aumenta,
la cantidad de energía
solar absorbida,
también, aumenta.
Recientemente, un
iceberg se derritió y
Suiza ganó 150 metros de
territorio,
originalmente, italiano.
La línea divisoria, que
determinaba la frontera,
desde 1942, se movió.
Hubo derretimiento de
campos, permanentemente
cubiertos de nieve, en
los Alpes, como
reflejo del
calentamiento global
que, aún, puede destruir
el 85% del Amazona. El
calentamiento climático
libera grandes
cantidades de metano
[gas de efecto
invernadero], en la
región polar. Hasta
ahora, esos gases
estaban "aprisionados en
el hielo". Ese efecto
contribuye, a su vez,
para la aceleración del
deshielo en las regiones
polares.
En base de ese cambio
del clima, un puente de
hielo [un bloque del
tamaño de Jamaica], que
conecta dos islas de la
Antártica, se rompió -
informaron los
investigadores. La
rotura puede indicar que
el bloque Wilkins, (3)
cómo es conocido el
territorio, flotará
libremente, lo que será
uno de los efectos de
los cambios provocados
por el calentamiento
global.
La sociedad debe
formatear nuevos modelos
de convivencia, basados
en la fraternidad y en
el amor
En rigor, muchas de las
capas de hielo
disminuyeron esos
últimos años, en la
Antartida, y seis de
ellas se rompieron por
completo, a ejemplo de
los icebergs de Prince
Gustav, Larsen Inlet,
Larsen A, Larsen B,
Wordie, Muller y Jones.
Los análisis demuestran
que, cuando los bloques
se rompen, los icebergs
y las masas de hielo
comienzan a moverse en
dirección al
Océano. En 1985, los
científicos
identificaron un agujero
en la capa de ozono,
sobre la Antartida, que
continúa expandiéndose
aterradoramente. La
reducción del ozono
contribuye para el
"fenómeno invernadero".
Las consecuencias de ese
síndrome son
catastróficas, como el
calentamiento y la
alteración del clima,
precipitando los hechos
de huracanes,
tempestades severas y,
hasta, terremotos. Los
efectos del "El Niño y
de La Niña", también,
son aterradores, pues
aceleran el deshielo de
los cascotes polares,
aumentando,
consecuentemente, el
nivel del mar e
inundando regiones
litorales. Prueba de eso
son los registros de
disminución de los
iceberg en el Himalaya,
en los Andes, en el
Monte Kilimanjaro, y la
única estación de esquí
de Bolivia, Chacaltaya,
puso fin a su actividad,
por la escasez de nieve
en aquella región.
Urge que se cree una
mentalidad crítica, que
permita establecer
nuevos comportamientos
con un foco en la
sustentación de la vida
humana. La sociedad debe
formatear nuevos modelos
de convivencia,
basados en la
fraternidad y en el
amor. La falta de
percepción, de la
interdependencia y
complementariedad entre
los individuos, genera,
cada vez más
intensamente, el
desequilibrio de la
naturaleza.
El científico Stephen
Hawking, en su libro "El
Universo en una Cáscara
de Nuez", expone, de
forma curiosa, que: "Una
mariposa batiendo las
alas en Tokio puede
causar lluvia en el
Central Park de Nueva
York". (4) Hawking
explica que "no es el
batir de las alas, pura
y simplemente, que
generará la lluvia, sino
la influencia de este
pequeño movimiento sobre
otros eventos en otros
lugares es que puede
llevar, por fin, a
influenciar el clima".
(5)
En los Estados Unidos,
55 millones de
americanos piensan que
falta poco para que el
mundo se acabe
Debido a esos estertores
de agudo dolor de la
naturaleza, surgen, en
varias partes del mundo,
grupos de personas
fanáticas, que crean
sectas y cultos
extraños; abandonan
empleo, familia, a la
espera del "juicio
final". Sólo en Francia,
conforme la Revista
ESTOES, del 4 de agosto
de 1999,
hay cerca de 200 de
ellas, con 300 mil
adeptos. En Japón,
varios “gurús” prevén el
“final del mundo”. En
Estados Unidos, 55
millones de americanos
creen que falta poco
para acabarse el mundo.
Para esos, los huracanes
que han destruido la
región central del país
son ángeles enviados
para castigar a los
hombres, anunciando el
"gran final del mundo”.
(6) No es confortador,
de forma alguna, la
aparición de personas
con esas bizarras
creencias, que
se multiplican por todo
el mundo, oscurecidas
en la razón por la
expectativa de una
"nueva era".
¡Lamentablemente, hasta
en las huestes espíritas,
han surgido algunos
libros con ideas que
inducen a los incautos
al pánico o a la
hipnosis catastrofista
de cuánto peor mejor...!
En los días de hoy,
conforme la Ley de Causa
y Efecto, no necesitamos
poseer el talento de la
profecía para antever el
futuro próximo al
panorama terrestre. Los
terremotos, los
huracanes, las
inundaciones, las
erupciones volcánicas y
otras catástrofes
naturales son y serán
parte inevitable de la
dinámica de la
naturaleza.
Eso no significa decir
que no podamos hacer
alguna cosa para
hacernos menos
vulnerables. "Aprender
con las catástrofes de
hoy para hacer frente a
las amenazas futuras".
(7) Somos esclarecidos
por el genial lionés,
Allan Kardec, que los
grandes fenómenos de la
Naturaleza, aquellos que
son considerados una
perturbación de los
elementos, no son de
causas imprevistas, pues
"todo tiene una razón de
ser y nada ocurre sin el
permiso de Dios". (8) Y
los cataclismos "algunas
veces tienen una razón
de ser directa para el
hombre. Sin embargo, en
la mayoría de los casos,
tienen por objetivo el
restablecimiento del
equilibrio y de la
armonía de las fuerzas
físicas de la
naturaleza” (9)
La preocupación sana es
aquella que resulta de
las conquistas
edificantes para el bien
de todos
Mientras las doloridas
transformaciones de esos
momentos de debacle
moral se anuncian, al
tintineo sinistro de las
monedas, resonando en
las bolsas de valores,
las fuerzas espirituales
se reúnen para la gran
reconstrucción del
mañana. Se aproxima el
instante en que todos
los valores morales
humanos serán revisados,
para que, con nuevas
energías creadoras, un
nuevo
modelo de mundo triunfe
sobre la carga
destructiva de las
conciencias insanas que,
hoy, habitan el colegio
de la vida. En ese
fenómeno, la enseñanza
de Jesús no pasó y no
pasará jamás. En la
lucha sufrida de las
civilizaciones, Él es la
antorcha del principio,
y en sus sacrosantas
manos reposan los
destinos de la Tierra.
Los pesimistas insisten,
siempre, en considerar
que la manera negativa y
sombría de percibir las
cosas del mundo sea una
manera realista de
vivir. En verdad, si
miráramos la vida con
mucha emoción (distantes
del razonamiento) vamos
a encontrar motivos de
sobra que nos abaten el
ánimo,
en cualquier lugar y en
cualquier situación,
como, por ejemplo:
enfrentándonos,
diariamente, con niños
necesitados; hambre
universal; guerras;
violencia urbana;
secuestros; carestía;
inseguridad social;
corrupción; accidentes
catastróficos etc.
Sin embargo, es un
deber, para con nuestro
bienestar, que estemos
adaptados a la vida, con
todo lo que ella tiene
de bueno y de malo, sin,
necesariamente,
acomodarnos con las
situaciones.
Estar preocupado, sólo,
y permanecer pasivo
delante de las señales
de alerta que la
naturaleza nos da, es
modelar un futuro
caótico para las
próximas generaciones.
La preocupación sana es
aquella que resulta de
conquistas edificantes
para el propio bien y
para el bien de todos,
fundamentalmente, para
los próximos hermanos
que vendrán a
reencarnar. Ese es el
legítimo cristiano. Por
más difíciles que sean
los desafíos a
enfrentar, por cuenta de
la propia incuria
humana, dinamicemos la
voluntad de armonizarnos
con la madre naturaleza.
No podemos olvidar que
Jesús
es el Camino que nos
induce a los iluminados
conceptos de la Verdad,
donde recibimos las
gloriosas semillas de la
sabiduría, que dominarán
los siglos venideros,
preparando nuestra vida
terrena para los auges
del amor universal en el
más profundo respeto a
la naturaleza.
Referências:
(1)
Conforme Relatório Fórum
Humanitário Global (FHG),
instituição com sede em
Genebra.
(2)
Disponível no site
http://g1.globo.com/Noticias/Ciencia,
disponível no site
http://g1.globo.com/Noticias/Ciencia,
acessado em 27 de agosto
de 2009.
(3)
Detalhe: O bloco Wilkins,
na Península Antártica,
está diminuindo de
tamanho desde a década
de 1990.
(4)
Hawking, Stephen. O
Universo Numa Casca de
Noz, São Paulo: Ed.
Mandarim, 2a Edição,
(2002).
(5) idem.
(6)
Publicado na Revista
ISTOÉ, edição de 4 de
agosto de 1999.
(7)
Mensagem do
ex-Secretário-Geral da
ONU, Kofi Annan, por
ocasião do Dia
Internacional Para a
Redução das Catástrofes
Naturais, de 11 de
Outubro de 2006,
conforme veiculada pelo
Centro Regional de
Informação da ONU em
Bruxelas – RUNIC.
(8)
Kardec, Allan. O
Livro dos Espíritos,
RJ: Ed. FEB, 2001,
pergunta 536.
(9) idem.
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