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¿Chico Xavier
psicografió libros
de
verdad?
(Parte 1)
La mayor ignorancia es
la que no sabe y cree
saber,
pues da origen a
todos los errores que
cometemos con nuestra
inteligencia.(SÓCRATES)
Tan sorprendente como la
naturalidad de las
personas en emitir
juicio sobre algo que
poco saben, es su
desinterés en mejor
informarse. (LOEFFLER)
Basta un único cuervo
blanco para probar que
no todos son negros.
(LOEFLLER)
|
Introducción
En esta era de la
informática en que
actualmente vivimos, con
los ordenadores
proliferándose por
doquier uniendo a las
personas, trajo, vía de
consecuencia, entre los
internautas, incontables
debate
bajo los más variados
asuntos. Así, podemos
constatar una enorme
cantidad de webs donde
existen los Forums,
local de esos debates.
Aunque loable la idea,
extrañamos ver que
algunos de esos Forums
están en la verdad
sirviendo para que
determinadas personas
tengan la oportunidad de
quedar tirando piedra en
el tejado del vecino.
Muchos participantes
están más preocupados en
hacer a los otros ver
las cosas bajo su óptica
de que realmente hacer
un debate serio, donde
debería,
primordialmente,
prevalecer la cortesía y
el respeto al
pensamiento ajeno. Han
aparecido muchos dueños
de la verdad, que
quieren que los otros
piensen exactamente como
ellos, quedan hasta
irritados cuando no
consiguen eso, resbalan
para las agresiones,
ocurrencia común a los
que no poseen argumentos
convincentes. Es una
paradoja, no ofrecen
base lógica y racional
en apoyo a su punto de
vista, pero mismo así
encuentran que los otros
deben aceptarlo.
Por otro lado, en esos
Forums, individuos se
han presentado sin el
mínimo conocimiento de
aquello que se proponen
a debatir, demostrando
categóricamente que no
tengan las
imprescindibles
condiciones para el
debate, ya que no
conocen el asunto en sí.
Están ellos, en los
casos de asuntos
religiosos, haciéndose
puerta abierta a los
fanáticos, estos
invidentes que no
soportan que las
personas piensen
diferente de ellos, de
ahí quedan vociferando
contra la opción
religiosa de las otras
personas, lo que a
nuestro ver es una falta
de respeto al derecho
sagrado de cada
individuo en seguir lo
que hallar mejor para
sí. Derecho ese tan
importante que está
consagrado en la
Constitución Brasileña,
y algo que tampoco pasó
desapercibido por Jesús
que dice: "Todo lo
que vosotros desean que
los otros hagan a
vosotros, hagan vosotros
también a ellos” (Mt
7,12), en una clara
alusión a que el derecho
de cada uno va hasta
donde comienza el del
otro.
Veamos, entonces, lo que
fue puesto en uno de
esos Forums, en
Internet.
La pregunta propuesta
Pusieron lo siguiente:
Autor: Thiago el
01/08/2003, 14:29:25
(e-mail no disponible)
Si los Espíritus de luz
pueden psicografiar
libros, como Allan
Kardec psicografió un
montón, ¿por qué los
Espíritus de luz como la
Virgen María, los
Apóstoles, el propio
Jesús nunca
psicografiaron un libro,
¿por qué? ¿Dónde está en
la Biblia algo sobre
libros psicografiados?
De entrada identificamos
en esas palabras que el
autor realmente nada
conoce de Espiritismo,
pues si conociera sabría
que Kardec no
psicografió un sólo
libro siquiera. Los
libros que publicó,
además de respuestas
dadas por los Espíritus
por medio de varios
médiuns, provenientes de
varios lugares,
contienen también su
opinión personal, fruto
de la observación y de
la experimentación.
Kardec siempre separó lo
que provenía de él mismo
de aquello que vino, por
vía mediúmnica, a través
de los médiuns que
utilizó para obtener las
respuestas a sus
cuestionamientos. Como
pedagogo, discípulo de
Pestalozzi, imprimió en
esa obra su carácter de
profesor y hombre de
ciencia que era.
La pregunta “por qué los
Espíritus de luz como la
Virgen María, los
Apóstolos, el propio
Jesús nunca
psicografiaron un libro,
¿por qué?”, debemos
esclarecer, si
entendemos bien el
cuestionamiento, que, en
verdad, los Espíritus no
psicografiaron, ellos
sólo transmiten su
pensamiento al médium,
ese sí es quién
psicografía. Pero es
bueno que se diga que la
mediumnidad no se
restringe sólo al
fenómeno de la
psicografía, así,
podemos afirmar, con
base en la Biblia, que
los fenómenos
mediúmnicos están allá
para quién tenga ojos
para ver. Lo que no
ocurre con los
fanáticos, está claro.
Por otro lado, si María,
Jesús y los apóstoles no
escribieron la Biblia y
ni tenemos pruebas que
sabían escribir, ¿como
se cree en ella sin
contestar? De los doce
apóstoles, solamente
Mateo, por ser
publicano, debería ser
alfabetizado, el resto
del grupo era de gente
simple y pescadores,
fatalmente eran
iletrados. Citamos como
ejemplo Pedro y Juan que
era personas “simples y
sin instrucción”,
conforme es mencionado
en Actos de los
Apóstoles (4,13).
Si entre los que se
encuentran vivos existe
la telepatía, ¿por qué
no podría haber entre
los Espíritus y
nosotros? ¿O será que
después de nuestra
muerte dejamos de
pensar? ¿Pero no fue
Jesús quién afirmó ser
el Padre “Dios de
vivos”? (Mt 22,32). Si
así fuera, tendremos que
conservar nuestra
individualidad como ser
pensante después de
pasar para el otro lado.
A los estudiosos de la
Biblia es fácil citar el
episodio en que el rey
Saúl va a Endor y pide a
una pitonisa para evocar
el Espíritu de Samuel,
que aparece y le dice de
su eminente derrota
frente a los filisteos,
inclusive que en esa
batalla el rey y sus
hijos perecerían, lo que
de hecho ocurrió (1Sm
28). Y a los que puedan
argumentar que fue el
demonio que se
manifestó, pedimos que
nos prueben eso. Sin
embargo, en la propia
Biblia encontramos la
confirmación del hecho,
es sólo leer en
Eclesiástico la
afirmación que Samuel
aún tras muerto
profetizó (Eclo 46, 20),
abstrayéndose de que en
la narración anterior
eso ya está confirmado.
Y tal vez el pasaje más
importante, normalmente
nunca mencionada por los
fanáticos, es aquella
sobre la transfiguración
de Jesús en el monte
Tabor, donde, en la
compañía de Pedro,
Santiago y Juan,
conversaron con los
Espíritus Moisés y Elías
(Mt 17,1-9). ¿Y cómo en
cierta oportunidad Jesús
dijo que podríamos hacer
lo que él hizo y hasta
más, entonces, de que
lado reside la
incoherencia?
Podremos, también, para
confirmar la
comunicación con los
Espíritus, afirmar que,
si Dios prohibió la
evocación de los
muertos, como siempre
alegan, de ese hecho
podemos concluir que
existe la posibilidad,
de lo contrario,
estaremos afirmando que
Dios está prohibiendo
algo que no puede
ocurrir, ¿un absurdo, no
es?
Ahora, si la Virgen
María, los Apóstoles y
Jesús no quieren
utilizar un médium para
comunicarse con nosotros
a través de la
psicografía, con certeza
deben tener allá sus
motivos. El primero de
ellos, creemos, sería
que no les darían
créditos. Unos hablarían
que los muertos no se
comunican, otros que
sólo puede ser obra de
Satanás, finalmente,
además de los espíritas,
casi nadie más creería.
Pero, si no hubiera
prejuicio y ni
fanatismo, se podría ver
que eso ya ocurrió; es
sólo estudiar los libros
de la codificación
Espírita, que se
encontrarán mensajes
firmados por alguno de
ellos.
La pregunta siguiente
“¿Donde está en la
Biblia algo sobre libros
psicografiados?” es
típica de fanático
religioso que piensa que
lo que no está en la
Biblia no existe. Si
siguiéramos esa misma
línea de razonamiento,
podemos decir que la
clonación no existe, que
una sonda espacial no se
posó en Marte, que
internet es ilusión
demoníaca, que sólo un
loco cree que una
persona pueda hablar con
otra a millares de
kilómetros de distancia
etc. (y muchos más,
etc.)
A pesar de eso,
afirmamos que existe sí.
En la Biblia podemos
citar libro
psicografiado, sin
embargo sólo lo
percibirá quién tenga
conocimiento suficiente
de los fenómenos
mediúmnicos para poder
identificarlo.
Como no todos pueden
hacer eso, nos
permitimos presentarlo.
Se trata del libro
Apocalipsis, escrito por
Juan. Reportemos a
LOEFFLER para justificar
los fenómenos: “Basta un
único cuervo blanco para
probar que no todos son
negros”. Leamos:
“Yo, Juan, hermano y
compañero de vosotros
este tiempo de
tribulación, en la
realeza y en la
perseverancia en Jesús,
yo estaba exiliado en la
isla de Patmos, a causa
de la Palabra de Dios y
del testimonio de Jesús.
El día del Señor, el
Espíritu tomó cuenta de
mí. Y atrás de mí oí una
voz fuerte como
trompeta, que decía:
‘Escribe en un libro
todo lo que usted está
viendo. Después
mande para las siete
iglesias: Éfeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira,
Sardes, Filadélfia y
Laodiceia’” (Ap 1,9
– 11)
Más adelante, vamos a
encontrar a Juan
afirmando: “Después
de escribir las cartas
a las
iglesias, yo, Juan, tuve
una visión…” (Ap 4, 1).
Preguntamos ¿cómo una
persona “simple y sin
instrucción”, como está
dicho de Juan (At 4,13),
puede escribir alguna
cosa? ¿Obra del Espíritu
Santo? Bueno:
incontestablemente un
fenómeno mediúmnico, sea
allá el que fuera. Pero
la narración bíblica nos
habla que fue el propio
Jesús, obviamente en
Espíritu, quien estaba
haciendo las
revelaciones a Juan.
“El Espíritu tomó cuenta
de mí”, en otras
palabras, el Espíritu
sintonizó o, como se
dice popularmente,
incorporó en mí. “Escribe
en un libro”, quiere
decir, psicografie un
libro.
Sin embargo, alguien
podrá decir: pero en mi
Bíblia no está de esa
manera. Es un hecho.
Sólo que hallamos muy
curioso que “la palabra”
de Dios haya tantas
versiones diferentes, ya
que las Biblias
presentan narraciones
divergentes para el
versículo 10. S.
Jerônimo, el autor de la
Vulgata, según el
escritor José Reis
Chaves, declaró: “La
verdad no puede existir
en cosas que divergen”,
dejándonos en una
situación difícil para
saber donde esta de
hecho la narración
verdadera.
(Este artículo será
concluido en la próxima
edición de esta
revista.)
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