El postrer
libro de Kardec
Llevado a la
prensa en 1890,
21 años después
del
fallecimiento de
Allan Kardec,
hace 120 años
que apareció, en
París, Obras
Póstumas, el
último libro del
codificador del
Espiritismo, una
selección de
textos y de
notas íntimas
que Kardec no
había aún
reunido en
libro.
A pesar del
largo tiempo
transcurrido
desde su
aparecimiento,
ni por eso la
obra perdió la
actualidad. Nos
parece hasta, en
muchos puntos,
que Kardec la
escribió ahora,
en razón de la
evolución
política que el
mundo
experimentó,
principalmente
en los últimos
25 años.
En ella, Kardec
sostiene que la
base del
edificio social
no es la
libertad,
tampoco la
igualdad, pero
sí la
fraternidad,
refiriéndose de
esa manera al
lema de la
Revolución
Francesa, que se
dio cien años
antes de la
publicación de
la obra bajo
examen, en la
cual el
codificador
examina con
mucha atención
los llamados
temas sociales o
políticos.
La fraternidad,
escribió Kardec,
está en primera
línea: es la
base, y sin esa
base no pueden
existir la
igualdad ni la
libertad simple.
La igualdad, por
su vez,
transcurre de la
fraternidad, y
la libertad es
una consecuencia
de las otras
dos.
Lo que Kardec
escribió
significa, en
pocas palabras,
que una
civilización de
verdad exigirá
que en ella
reine, primero,
el sentimiento
de fraternidad.
Siendo todos
fraternos unos
con los otros,
la igualdad se
dará de manera
natural y habrá,
por
consecuencia, la
libertad real,
integral y no
sólo legal,
porque nadie
tendrá motivos
para temer la
acción del
prójimo,
situación bien
distinta de lo
que ocurre hoy
en que las casas
parecen
verdaderas
fortalezas
cercadas de
rejas y muros
electrificados.
Uno de sus
capítulos,”Las
aristocracias”,
constituye un
interesante
estudio sobre la
evolución de las
estructuras del
poder, cuyo
ápice se dará,
de acuerdo con
el pensamiento
del codificador,
con el
advenimiento en
el mundo de la
llamada
aristocracia
intelecto-moral,
que será durable
porque tendrá a
incentivarla
sentimientos de
justicia y de
caridad, aliados
a la sabiduría.
En la segunda
parte de la
obra, Kardec
relata su
iniciación en el
Espiritismo y
las providencias
más relevantes
que envuelven la
obra de la
codificación
espirita. Es en
esa parte del
libro que está
inserido el
Proyecto 1868,
importante
documento
elaborado por
el codificador
con intención de
la propagación
de la doctrina
espirita y al
establecimiento
de su unidad,
que él siempre
consideró
fundamental para
el futuro de la
doctrina.
En seguida al
proyecto, el
libro presenta
un largo texto
acerca de la
Constitución del
Espiritismo y,
por último, bajo
el sencillo
título “Credo
espirita”,
presenta
consideraciones
valiosas sobre
la influencia de
la ideas
espiritas y la
cuestión social,
en que es
expuesto de
manera clara el
pensamiento del
codificador
acerca de ese
tema.
“Por mejor que
sea una
institución
social”,
escribió Kardec,
“siendo los
hombres malos,
ellos la
falsearán y le
desfigurarán el
espíritus, para
la exploraren en
provecho propio.
Cuando los
hombres se
quedaren buenos,
organizarán
buenas
instituciones,
que serán
durables, porque
todos tendrán
interés en
conservarlas."
Se sabe que
Allan Kardec
escribió varias
obras, de las
cuales por lo
menos ocho son
de lectura
obligatoria por
todos los que
desean
instruirse
acerca del
Espiritismo.
Obras Póstumas
es una de
ellas. Léela,
estúdiala,
medítala harán,
por supuesto, un
inmenso bien a
todos que a eso
se dispusieren.
Nadie dude de
eso.
El Grupo de
Estudio
Espiritas “Abel
Gomes”, del
Centro Espirita
Nuestro Hogar,
de Londrina-PR,
inició en el día
9 de este mes el
estudio metódico
de la obra
referida, con
reuniones los
Martes (18h30) y
los Jueves
(14h30).
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