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Lirios de
Esperanza
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Los libros
psicografiados
por Wanderley
Suenes de
Oliveira
demuestran tener
origen común con
los de Carlos
Antônio
Baccelli. En sus
obras, el
Espíritu que se
titula Ermance
Dufaux demuestra
convivir con
otros Espíritus
que, como él,
buscan, por
todos los
medios,
disminuir el
valor del
trabajador
espírita y del
Movimiento
Espírita,
principalmente
la Unificación.
En las páginas
de sus obras,
aparece el mismo
“Dr. Inácio”
irreverente,
burlón, rudo en
sus expresiones.
Hay un abuso del
nombre de María
Modesto Cravo,
tanto en esta
obra como
en aquella
titulada
“Merezca ser
Feliz”, cuyo
análisis está,
hace tiempo, a
la disposición
de quién la
quiera leer. En
esta obra, es
afirmado que el
director del
Hospital
Esperanza es
Eurípedes
Barsanulfo. En
sus obras, el
“Dr. Inácio”
dice que es él
mismo el
director, y
hasta se queja
de la
tarea:
“(...) gran
hospital, cuya
dirección, en el
Más Allá, estaba
bajo mi
responsabilidad
(¡yo no sé
cuando es que
voy a librarme
de ese carma!)”
(En la Próxima
Dimensión”, pág.
12.)
*
En la obra ahora
en examen –
Lirios de
Esperanza, del
médium Wanderley
S. de Oliveira y
autoría
espiritual
atribuida al
Espíritu de
Ermance Dufaux –
los tramos
citados fueron
copiados
ipsis verbis,
en negrita,
inclusive con
los muchos
fallos
gramaticales.
(1)
Doña Modesta,
después de una
sentida oración,
notificó a
todos, por su
mediumnidad, que
el Equipo Verdad
velaba por
nuestro
encuentro. (32)
¿Que Equipo
Verdad sería
ese? ¿Aquel que
dialogó con
Kardec en la
elaboración de
El Libro de los
Espíritus”?
¿Estarían esos
Espíritus
Superiores y
Eurípedes
actuando en el
mismo círculo
donde se
procesaban todos
los descalabros
verbalizados por
el “Dr. Inácio”?
¿Y esa “Doña
Modesta” sería
aquella que
atacó ruda y
burlonamente a
los espíritas en
la parte final
de la obra
“Merezca ser
Feliz”? Además
de eso, en un
ambiente donde
trabajara un
Espíritu burlón,
irreverente,
agresivo,
fanfarrón,
burlón cómo ese
que se presenta
como “Dr.
Ignacio
Ferreira”, sería
ese ambiente
digno de recibir
la visita de
María, madre de
Jesús, conforme
es relatado en
las págs. 40/41?
– Modesta, usted
sabe hace cuanto
tiempo espero
para llevar al
plano físico una
información
franca y
valiente sobre
la situación de
los espíritas en
esta casa.
Adoraría asustar
a un bocado de
gente...
(43)
¿Una afirmación
de esas sería
compatible con
la elevación y
la seriedad de
los Espíritus
arriba citados?
Es un esfuerzo
tremendo ese que
las Tinieblas
hacen, por la
boca de ese y de
otros Espíritus,
buscando
desvalorizar el
empeño de los
espíritas en el
sentido de
mejorarse.
Según él, la
mayoría de los
espíritas llega
allá, sufriendo
gran
perturbación.
Tengo seguridad,
Inácio, de que
su conexión con
el médium
uberabense será
el camino
correcto para
los recados más
“directos”. Esa
será la
vertiente a
seguir.
(46)
Por ahí se ve
que “Ermance
Dufaux”, “Dr.
Inácio Ferreira”
y María Modesto
Cravo” son los
nombres que ese
o esos Espíritus
fascinadores
usan, tanto a
través de Carlos
Antonio
Baccelli, como
de Wanderley
Soares de
Oliveira.
Sin embargo, mi
amigo tendrá
tiempo bastante
para descubrir
que el harto
material sobre
la vida inmortal
destinado a los
hombres, por
André Luiz,
representa
minúsculo grano
de arena en la
playa infinita
de las verdades
espirituales.
(60)
Se ve ahí, en un
habla atribuida
a Cícero
Pereira, un
intento de
disminuir el
valor de la obra
de André Luiz,
insinuando que
ellos serían los
complementarios.
He ahí la razón
de rasgarse el
velo y
presentar, a
nuestros
compañeros de
causa, el mundo
espiritual
desnudado de
falsedades
alimentadas por
la obsesión de
la ignorancia y
del prejuicio
que aún cargan.
Urge llevarles
el mensaje de
que las
esferas de la
vida inmediatas
a la muerte no
son tan diversas
como se imagina,
en la cual los
efectos de
nuestras
acciones se
prolongan
natural y
claramente en
régimen de
continuidad.
(62)
Lo dicho arriba
fue dirigido a
un dirigente
espírita
desencarnado,
que hubo
dedicado más de
cuarenta años al
trabajo espírita
en la Tierra, en
un intento de
mostrarle que
aquello que hubo
aprendido hasta
entonces sobre
el mundo
espiritual
estaba lleno de
mentiras. ¿Quién
nos reveló el
Mundo Espiritual
con detalles? Se
ve, de nuevo, un
intento de
minimizar la
obra de André
Luiz.
Creí que la
muerte me
libraría de ese
mal humor de
algunos
espíritas de
copete. Llego a
pensar si no fue
una gran ilusión
ser espírita.
(65)
Un mensaje más
de descrédito al
Espiritismo.
Amigo, voy a
decirle una
verdad sobre la
Verdad: los
espíritas están
enfermos de
soberbia al
imaginar que
saben todo sobre
la vida
espiritual.
(85)
“Dr.
Inácio” no dijo
de donde retiró
ese “cierto”,
pero queda el
mensaje
desmerecedor...
Infelizmente, el
movimiento
espírita está
tomado por una
crisis epidémica.
(108)
Más una frase de
desprecio al
Movimiento
Espírita.
Sólo hoy visité,
por tres veces,
la Tierra. No
protesto de
nada, pero si
tuviera mi
cigarrillo de
vuelta, creo que
trabajaría
quince horas más
sin mal humor...
(128)
¿Será que esa es
la postura de un
Espíritu que
dice trabajar
con Eurípedes
Barsanulfo? ¿En
que círculo
espiritual
trabaja un
Espíritu que
habla, sin
ninguna reserva,
de su antiguo
hábito de fumar?
¿De su mal
humor? ¿Será que
todo eso es
compatible con
la postura que
debe tener un
director de una
clínica
espiritual?
– Hubo otro, uno
de esos
“enciclopedistas
espíritas” que
leyeron todo
sobre la
doctrina, que
aún se mofó de
mí un día de
esos. Pasaba por
un pasillo ya
cansado, con mal
humor peor que
el habitual,
tras casi veinte
horas de
trabajo, ¿y sabe
lo que él me
dijo?
– ¿El qué?
– Doctor Inácio,
¿qué cara es
esta? ¡¿Hasta
parece que el
señor está
cansado?! ¡Un
Espíritu
superior no se
cansa, ¿oyó?!
¡Aprenda a usar
su mente!
- Y usted...
– Yo le di el
intercambio
merecido. Le
dije a él que no
estaba cansado,
estaba
arrepentido de
haber muerto.
Debía haber
quedado en la
Tierra unos mil
años para no
encontrarme más
con religiosos.
En el sanatorio
espírita de
Uberaba, por lo
menos, esa
seguridad tenía
yo. ¡No era
obligado a
luchar con los
enredos e
insignificancias
del movimiento
doctrinario!
- ¿Y él?...
- Él aún me
preguntó si algo
me había
incomodado.
- Y usted,
naturalmente...
- lanzó Doña
Modesta.
- ¡Naturalmente,
yo me callé,
porque si
hablase en
aquella hora,
sería un
desastre!
(128/129)
A medida que se
va leyendo el
libro, se va
constatando que
ese es el mismo
“Dr. Inácio” que
se presenta por
el médium
Baccelli. Los
despropósitos,
los desaciertos
y las groserías
son iguales. Es
sólo comparar.
Hasta “Doña
Modesta”
comparece con su
burla...
El ejercicio
mediúmnico
atraviesa un
grave proceso
deflagrado hace
algunas décadas,
que condujo a la
rotura con la
espontaneidad. A
título de
incluirse
cuidados que se
hicieron
necesarios –
hecho que nadie
puede contestar
– se crearon
normas y
patrones muy
rígidos. El
ejercicio
mediúmnico
necesita ser
recodificado.
(149)
¿Qué significa
ese proceso
deflagrado hace
algunas décadas?
¿Por quién?
¿Será que él
critica los
patrones rígidos
fundamentados en
“El Libro de los
Médiums”, en
André Luiz y en
otros autores
serios? Sería
ahora
recodificado
(sic) por el
“Dr. Inácio” y
“Doña Modesta”,
- Los pacientes
aquí alojados en
este sector...
– Son líderes de
la unificación.
Con raras
excepciones, los
amigos de la
unificación que
aquí aportan
llegan cansados
por el peso de
las amarguras.
Sus historias, a
ejemplo de la
mía propia, casi
siempre, son
agravadas por la
angustia, cuando
descubren no ser
tan esenciales
como imaginaban
a los oficios de
Jesús.
(228)
Ahora ataca, no
sólo a los
espíritas en
general, sino
particularmente
a aquellos que
trabajan por la
unificación del
Espiritismo.
– ¿De dónde
vinimos? ¿Para
dónde vamos?
¿Qué hacemos en
la Tierra?
Célebres
preguntas que
necesitan ser
reconsideradas
en sus aspectos.
¡¿Que saben los
propios
espíritas
reencarnados
sobre ellas,
sino algunas
informaciones
periféricas?!
¿Cuál compañero
de luchas estará
suficientemente
instruido sobre
las raíces
espirituales de
su retorno a la
carne? ¿De dónde
partieron? ¿Con
qué programa?
¿Cuál era su
real condición
moral y mental
antes del
retorno? Que
causas
anteriores los
llevaron a pasar
por ese o aquel
estado en la
erraticidad?
(170)
Esas palabras,
atribuidas a
Cícero Pereira,
inducen
claramente al
lector a
investigar su
pasado, lo que
se contrapone
frontalmente a
lo que Kardec
enseña en “El
Evangelio según
el Espiritismo”,
cap. V, ítem 11:
“Habiendo Dios
entendido lanzar
un velo sobre el
pasado, es que
en eso hay
ventaja.”
¿Qué informes
poseen los
amigos
matriculados en
las hileras
doctrinarias
sobre el futuro
que los aguarda
en la
inmortalidad?
¿Qué
imaginaciones o
probabilidades
pueden levantar
sobre su llegada
a la vida
inmortal? ¿Qué
vínculos guardan
con el mundo de
los espíritus?
¿Quién son sus
guías, sus
espíritus
familiares, sus
afinidades y sus
adversarios?
(170)
Preguntas
capciosas,
tendentes a
confundir al
lector, pues
quién estudia y
sigue las
enseñanzas
espíritas sabe
perfectamente lo
que le aguarda
en la
inmortalidad.
Sabe los
vínculos que
mantiene con el
mundo de los
espíritus. No
necesita saber
la identidad de
Espíritus
protectores.
Tiene la
seguridad de
que, si
estuviera en el
camino del Bien,
nada debe temer,
pues la
Espiritualidad
lo protegerá.
Se nota ahí,
claramente, la
dirección para
el desvío de las
actividades
mediúmnicas –
que es
principalmente
el de
evangelización
de desencarnados
– para un
programa de
consultas al
pasado y
previsiones del
futuro, tan a
gusto de
Espíritus
livianos y
agitadores, a
través de
médiums sin
compromiso con
la Verdad. El
resto del
capítulo es la
misma cantinela
de combate a los
dirigentes y a
los médiums
serios.
– Yo aún, cuando
desencarné formé
parte de un
grupo similar en
la erraticidad.
¡Añoranza del
ambiente de
unificación!
¡Del movimiento
espírita con
todas sus
querellas!
(229)
– ¡Parece que
tenemos una
ilusión
colectiva en la
siembra en
relación a los
personajes del
Espiritismo! No
le (sic) suponía
en esa
condición.
– No tenga dudas
de eso,
Marcondes. Para
su reflexión voy
a pasarle lo que
aprendí a ese
respeto. Los
personajes del
Espiritismo
cuyos servicios
merecieron
biografías
honrosas no
siempre estaban
al servicio de
Cristo.
(...)
Usted
constatará,
inclusive, que
por aquí algunos
baluartes
inolvidables de
la siembra,
acreedores de
los homenajes y
biografías
labradas por el
movimiento
doctrinario en
la Tierra, se
encuentran en
padecimientos
atroces en las
más conturbadas
cavernas de
dolor...
(230/231)
A lo largo de la
obra, siempre el
discurso
repetitivo,
atacando al
Movimiento
Espírita, la
Unificación y a
los propios
espíritas.
Ninguna palabra
de aprecio, de
incentivo...
– Kardec hizo el
Espiritismo
posible a su
tiempo. Sin
retirarle la
condición de
misionero de la
Nueva Era, el
codificador fue
un hombre de su
tiempo, sujeto a
la cultura de su
nación. Vea que
los propios
libros de la
codificación
contienen larga
influencia de la
corriente
positivista y
aún de la
iglesia. Si bien
haya sido un
investigador
incomparable,
estuvo sumiso,
como no podría
ser diferente,
al “caldo
cultural” de su
época. Viniendo
para Brasil, la
doctrina
asimiló, a su
vez, los trazos
religiosos y
sociales de
nuestro país.
- ¿Qué quiere
decir la señora
con eso?
– Que el
Espiritismo
llamado puro es
una creación de
la cabeza
humana, tomada
por el
prejuicio, y que
los espíritas de
hoy son un
“novelo cultural
católico”, un
fenómeno social
e histórico. Las
prácticas y
conceptos
doctrinarios
fueron tallados
por el armazón
milenario del
hombre
religioso.
(262)
Esa tentativa de
minimizar la
figura del
Codificador no
es exclusiva de
“Doña Modesta”,
pues se
encuentra
también en la
obra “Chico
Xavier
Responde”,
psicografiada
por Carlos
Antônio
Baccelli. Queda
patente, para
quien analiza
las dos obras,
que la fuente de
la fascinación
es la misma.
Es tamaña la
liviandad con
que ese o esos
Espíritus se
refieren al
Codificador y a
la Doctrina, que
serían
necesarias
muchas páginas
para analizar
sus
afirmaciones.
Preferimos dejar
al lector la
tarea de retirar
sus propias
conclusiones.
El núcleo
espiritista debe
salir del lugar
de templo de
creencias y
asumir su forma
de escuela capaz
de virtudes y
formación del
hombre de bien,
independientemente
de hacer o no
con que sus
transeúntes se
hagan espíritas
y asuman
designación
religiosa
formal.
(299)
En la conclusión
del libro, hay
una repetición,
por tercera vez,
del tramo
arriba, que
consta de un
pretendido
Programa de
Bezerra de
Menezes, ahora
ampliado y
colocado en la
boca de Cícero
Pereira, que
merece ser
observado, por
constituirse en
un ataque más a
los centros
espíritas, pues
no es verdad que
las casas
espíritas sean
consideradas
templos de
creencias y,
mucho menos, que
en ellas se
busque hacer
prosélitos.
Hay, en el
momento, un
justo deseo de
homenajear a
Chico Xavier.
Pero, ¿cual será
la mejor forma
de demostrarle
nuestro aprecio
por su trabajo,
si no por el
estudio de sus
obras? Leerlas,
estudiarlas será
la mejor forma
de homenajearlo,
al tiempo en que
adquirimos
conocimientos
capaces también
de permitirnos
análisis justo y
lúcido del que
se produce en el
campo mediúmnico
de la
actualidad, a
fin de que
estemos
capacitados a
rechazar esas
agresiones al
buen sentido del
lector y a la
dignidad de la
Doctrina
Espírita,
presentes en
esta obra.
(1)
Lea también
sobre la obra
Lirios de
Esperanza el
análisis
publicado por el
Equipo de la
Federación
Espírita de Mato
Grosso, bajo la
coordinación de
Saulo Gouveira
Carvalho, que el
lector puede
acceder clicando
en este link -
http://www.orientacaoespirita.org/critica_16.htm
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