Kardec y la
ambigüedad
del
termo espirita
Aunque tenga
sido creado por
Kardec, el
vocablo
espirita –
neologismo que
surgió
juntamente con
los vocablos
Espiritismo y
perispírito,
también creados
por el
Codificador de
la doctrina
espirita – en
poco tiempo se
reveló ambiguo.
El adjetivo
ambiguo
significa lo que
se puede tomar
en más de un
sentido,
indeterminado,
impreciso,
incierto.
Quien lo dijo
fue el propio
Codificador, de
acuerdo con el
texto que
podemos leer en
la parte final
del libro
Obras Póstumas.
Según Kardec, el
título de
espirita – y
mismo de
espirita
convicto – no
indica, de
ningún modo, la
medida de la
creencia. Una
asamblea en la
cual se
convocasen
todos aquellos
que se dicen
espiritas
presentaría un
amalgama de
opiniones
divergentes que
no sabrían
asimilarse y no
desembocarían en
nada en serio.
Esa falta de
precisión,
inevitable en el
inicio y durante
el periodo de
elaboración,
frecuentemente
causó equívocos
lamentables, en
aquello que hizo
atribuir a la
Doctrina lo que
no era sino el
abuso o el
desvío. Y fue en
consecuencia de
esa falsa
aplicación, que
es diariamente
hecha de la
cualidad de
espirita, que la
crítica pudo
encontrar
materia para la
burla.
Las palabras que
leemos fueron
escritas por
Kardec y, sin
embargo, más de
un siglo
después, podemos
decir que la
ambigüedad del
termo
espirita
persiste y hasta
se amplió en el
caso brasileño,
como se vio
recientemente en
la polémica
acerca del Censo
2010, teniendo
en nuestro medio
quien sugiera el
uso del vocablo
Kardecista
para evitar tal
ambigüedad,
aunque todos
sepamos que el
propio
Codificador
rechazó la
expresión
“doctrina de
Allan Kardec”,
como podemos
conferir de
acuerdo con el
siguiente trecho
constante del
libro Lo que
es el
Espiritismo:
“Hay entre el
Espiritismo y
otros sistemas
filosóficos esta
diferencia
capital; que
estos son todos
obras de
hombres, más o
menos
esclarecidos, al
paso que, en
aquel que me
atribuís, yo no
tengo el mérito
de la invención
de un solo
principio. Se
dice: la
filosofía de
Platón, de
Descartes, de
Leibnitz; nunca
se podrá decir:
la doctrina de
Allan Kardec; y
esto,
felizmente,
¿pues que valor
puede tener un
nombre en asunto
de tamaña
gravedad? El
Espiritismo
tiene auxiliares
de mayor
preponderancia,
al lado de los
cuales somos
sencillos
átomos”. (Lo
que es el
Espiritismo,
Elementos de
convicción,
pág.120.)
Fue esa
ambigüedad –
aliada
ciertamente a la
falta de
conocimiento de
los principios
espiritas – que
produjo más de
uno de esos
episodios en que
un periódico de
renombre
atribuyó al
Espiritismo
hecho que es
completamente
raro a lo que
aprendemos en
las obras de la
doctrina
espirita.
Vea lo que
nuestro estimado
colaborador
Gerson Simões
Monteiro,
columnista del
periódico
Extra desde
Abril de 1998 y
ex presidente de
la Unión de las
Sociedades
Espiritas de la
Provincia de Rio
de Janeiro,
actual CEERJ
(Consejo
Espirita de la
Provincia de Rio
de Janeiro),
escribió al
periodista
Joaquim Ferreira
dos Santos,
editor de la
sección Gente
Buena del
periódico El
Globo:
Estimado
Periodista
Joaquim Ferreira
dos Santos,
En la nota “Ley
Seca
Espiritual”,
publicada en su
columna en la
edición de
domingo
(21/08/2011) del
periódico El
Globo, fue
divulgado que
“El Centro
Espirita Bezerra
de Menezes, en
Estácio, está
prohibiendo a
sus adeptos de
tomar
aguardiente
durante el
proceso ritual
de elevarse
hasta los santos
en aquel sitio
terrero. La
medida sirve
también para los
fieles. Se busca
con eso evitar
que, en la
salida del
trance, los
espiritas tengan
problemas con
los terráqueos
de la Ley Seca”.
Se revela en la
nota una total
incoherencia,
una vez que los
términos
utilizados dicen
respecto a
Umbanda, no
habiendo motivo
para que sean
confundidos con
el Espiritismo,
doctrina
codificada por
Allan kardec.
Creo que eso ya
es consecuencia
del Periodista
no necesitar
frecuentar los
pupitres de la
Facultad para
ejercer la
venerable
profesión, pues
en los errores
cometidos en la
corta nota se ve
total
desconocimiento
de la asignatura
de Antropología,
ministrada en
los Ciclos
Básicos de los
cursos de
Periodismo, en
la cual es
enseñado que
históricamente
la Umbanda tuvo
inicio en
nuestro país en
el siglo XVI,
con la llegada
de nuestros
hermanos
africanos a
través de la
esclavitud del
negro en Brasil,
los cuales
incorporaron
impositivamente
rituales del
catolicismo a
sus creencias de
origen.
Ya el
Espiritismo tuvo
inicio en
Francia, a
partir de 18 de
Abril de 1857,
con la
publicación de
“El Libro de los
Espíritus”, que
llegó al Brasil
alrededor de
1860. Por lo
tanto, la
Doctrina
Espirita no
tiene vínculo
alguno con los
cultos de origen
africana, sectas
o rituales de
magia, pues no
resulta de
cualquier modo
de sincretismo
religioso y
mucho menos
vinculado se
encuentra con
otras prácticas
asemejadas, como
es el caso de la
Umbanda, que
está más cerca
del Catolicismo
que de cualquier
otro culto
religioso
adoptado en
Brasil.
Además, en el
Espiritismo no
hay función
sacerdotal. Por
esa razón él no
adopta nunca
algunas
denominaciones
como
padre-de-santo,
cambono y otras
del género.
Así siendo, vale
la pena frisar
que el espirita
(neologismo
creado por Allan
Kardec) es el
seguidor del
Espiritismo,
doctrina por él
codificada que
no adopta
rituales de
especie alguna,
no hace uso de
bebidas
alcohólicas, ni
tampoco usa
imágenes de
santos o de
entidades de
cultos africanos
en los Centros
Espiritas.
Otro hecho
todavía que no
puede ser
dejado de lado
es lo que el
IBGE, de acuerdo
con las
determinaciones
establecidas por
el Ministerio de
Justicia delante
de la realidad
brasileña, hace
la distinción en
sus
cuestionarios
con la finalidad
de recoger
datos, incluso
de los Censos de
2000 y 2010,
separando
Católicos,
Evangélicos,
Umbandistas y
Candombecistas.
Cierto de estar
colaborando para
que esta
renombrada
columna y el
periódico
informen con
precisión los
hechos para sus
lectores,
agradezco la
atención
dispensada y me
coloco a su
entera
disposición,
para cualquier
esclarecimiento
posterior.
(Firmado: Gerson
Simões Monteiro.)
*
La actitud del
cofrade Gerson
Simões Monteiro
merece nuestro
aplauso y
nuestro apoyo,
porque sólo
actuando así es
que podemos
prestar al gran
público la
información
correcta,
concurriendo
para que se
reduzca el
prejuicio, que
es aún muy
grande, con
relación a los
asuntos que
dicen respecto a
la doctrina
codificada por
Allan Kardec.
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