Continuamos con el
Estudio Metódico del
Pentateuco
Kardeciano, que
focalizará las cinco
principales obras de
la Doctrina
Espírita, en el
orden en que fueron
inicialmente
publicadas por Allan
Kardec, el
Codificador del
Espiritismo.
Las
respuestas a las
preguntas
presentadas,
fundamentadas en la
76ª edición
publicada por la
FEB, basadas en la
traducción de
Guillon Ribeiro, se
encuentran al final
del texto.
Preguntas para
debatir
A.
¿Era el hombre más
feliz cuando la vida
era menos
atribulada?
B.
¿Cuál de los dos se
da primero: el
progreso moral o el
progreso intelectual
de la Humanidad?
C.
¿Cuál es el mayor
obstáculo del
progreso?
D. La
Historia nos muestra
que muchos pueblos,
después de alcanzar
determinada etapa
evolutiva, recaen en
la barbarie. ¿No es
esto un retroceso?
En ese caso, ¿cuál
es la explicación
espírita?
E. Al
ser el progreso el
objetivo final de
todos los pueblos de
la Tierra, ¿llegará
el día en que éstos
se reúnan, formando
una sola nación?
Texto para la
lectura
446.
No podemos confundir
el estado natural
con la ley natural.
El estado natural es
el estado primitivo,
la infancia de la
Humanidad. La
civilización es
incompatible con ese
estado, mientras que
la ley natural
contribuye al
progreso de la
Humanidad. (L.E.,
776 y 777)
447.
El hombre no puede
retroceder al estado
natural; el hombre
debe progresar
constantemente y no
puede volver al
estado de infancia
de la Humanidad.
Dios así lo quiere.
(L.E., 778)
448.
El hombre progresa
por sí mismo,
naturalmente; pero
no todos progresan
al mismo tiempo y de
igual manera.
Entonces, sucede que
los más adelantados
ayudan al progreso
de los otros por
medio del contacto
social. (L.E., 779)
449.
El hombre no tiene
el poder de
paralizar la marcha
del progreso, pero
puede a veces
obstaculizarla. Los
que intenten detener
la marcha del
progreso serán
arrastrados por el
torrente que tratan
de detener. (L.E.,
781 y 782)
450.
Existen razas
rebeldes al
progreso, que se van
aniquilando
corporalmente todos
los días. Como
todas, las almas que
animan esas razas
llegarán a la
perfección pasando
por otras
existencias. Dios no
deshereda a nadie.
(L.E., 787 y 787-a)
451.
Los hombres más
civilizados fueron
un día salvajes y
antropófagos. (L.E., 787-b)
452.
La Humanidad
progresa por medio
de los individuos
que poco a poco
mejoran y se
instruyen. Cuando
éstos son mayores en
número, toman la
delantera y
arrastran a los
demás. De tiempo en
tiempo, surgen en su
seno hombres de
genio que le dan un
impulso; vienen
después, como
instrumentos de
Dios, los que tienen
autoridad y en pocos
años la hacen
adelantar muchos
siglos. (L.E., 789,
comentario de
Kardec)
453.
Según la Doctrina de
los Espíritus, los
progresos ulteriores
benefician
igualmente a las
generaciones
pasadas, que vuelven
para vivir en
mejores condiciones
y pueden así
perfeccionarse en el
seno de la
civilización. (L.E.,
789, comentario de
Kardec)
454.
La civilización
constituye un
progreso aún
incompleto. El
hombre no pasa
súbitamente de la
infancia a la
madurez. Algún día,
cuando lo moral esté
tan desarrollado
como la
inteligencia, la
civilización quedará
libre de los males
que haya producido.
El fruto no puede
aparecer antes de la
flor. (L.E., 790 y
791)
455.
La civilización no
produce
inmediatamente todo
el bien que podría
producir porque, en
primer lugar, los
hombres no están
todavía aptos ni
dispuestos a ello;
en segundo lugar,
porque todas las
facultades del
Espíritu no
progresan
simultáneamente. Es
necesario un tiempo
para todo. De una
civilización
incompleta no se
pueden esperar
frutos perfectos.
(L.E., 792 y 792-a)
Respuestas a las
preguntas propuestas
A.
¿Era el hombre más
feliz cuando la vida
era menos
atribulada?
Muchas personas
piensan que sí.
Realmente, al tener
el hombre menos
necesidades en el
estado natural, se
encuentra exento de
las tribulaciones
que se crea él mismo
en un estado de
mayor adelanto. Por
eso, muchos
consideran a aquel
estado como el de la
más perfecta
felicidad en la
Tierra. Pero se
trata de la
felicidad de los
brutos. Hay quien no
comprende otra. Es
ser feliz a la
manera de los
animales. Los niños
también son más
felices que los
hombres adultos.
(El
Libro de los
Espíritus, preguntas
776 y 777).
B.
¿Cuál de los dos se
da primero: el
progreso moral o el
progreso intelectual
de la Humanidad?
El
progreso moral
acompaña al progreso
intelectual y deriva
de éste, aunque no
siempre lo sigue
inmediatamente.
Según el Espiritismo
el objetivo es el
progreso completo
que los pueblos, así
como las personas,
alcanzan sólo paso a
paso. Mientras no se
haya desarrollado en
ellos el sentido
moral, puede suceder
que utilicen la
inteligencia para
hacer el mal. La
moral y la
inteligencia son dos
fuerzas que sólo con
el tiempo llegan a
equilibrarse.
(Obra citada,
preguntas 780 y
783.)
C.
¿Cuál es el mayor
obstáculo del
progreso?
El
orgullo y el
egoísmo, he ahí los
grandes obstáculos
del progreso moral.
En cuanto al
progreso
intelectual, éste se
realiza siempre y, a
primera vista,
parece que aumenta
la actividad del
orgullo y del
egoísmo,
desarrollando la
ambición y el gusto
por las riquezas.
(Obra citada,
preguntas
783 a 785.)
D. La
Historia nos muestra
que muchos pueblos,
después de alcanzar
determinada etapa
evolutiva, recaen en
la barbarie. ¿No es
esto un retroceso?
En ese caso, ¿cuál
es la explicación
espírita?
Cuando una casa
amenaza con caerse,
mandamos a demolerla
y construimos otra
más sólida y más
cómoda. Pero hasta
que no esté
terminada, hay
perturbación y
confusión en nuestra
morada. Los
Espíritus encarnan
en diferentes
lugares. Aquellos
que encarnaron en el
pueblo ahora
degenerado no son
los mismos que lo
constituyeron en el
tiempo de su
esplendor. Éstos
viven en otros
países, mientras que
los Espíritus menos
adelantados tomaron
el lugar que quedó
vacante y que
también, en su
momento, tendrán que
dejar un día. Los
pueblos son
individualidades
colectivas que, como
los individuos,
pasan por la
infancia, por la
edad de la madurez y
por la decrepitud.
Los que sólo viven
la vida del cuerpo,
aquellos cuya
grandeza únicamente
se basa en la fuerza
y la extensión
territorial, nacen,
crecen y mueren,
porque la fuerza de
un pueblo se agota
como la de un
hombre. Aquellos
cuyas leyes egoístas
impiden el progreso
de las luces y de la
caridad, mueren,
porque la luz mata
las tinieblas y la
caridad mata el
egoísmo. Pero para
los pueblos, como
para los individuos,
existe la vida del
alma. Aquellos cuyas
leyes armonizan con
las leyes eternas
del Creador, vivirán
y servirán de faro a
los demás pueblos.
(Obra
citada, preguntas
786 y 788.)
E. Al
ser el progreso el
objetivo final de
todos los pueblos de
la Tierra, ¿llegará
el día en que éstos
se reúnan, formando
una sola nación?
Una
nación única, no;
sería imposible
puesto que de la
diversidad de los
climas se originan
costumbres y
necesidades
diferentes, que
constituyen las
nacionalidades,
volviendo siempre
indispensables leyes
apropiadas a tales
costumbres y
necesidades. Pero la
caridad no conoce
latitudes y no
distingue el color
de los hombres.
Cuando en todas
partes la ley de
Dios sirva de base a
la ley humana, los
pueblos practicarán
entre sí la ley de
la caridad, como los
individuos.
Entonces, vivirán
felices y en paz,
porque nadie tratará
de causar daño a su
vecino, ni de vivir
a sus expensas.
(Obra
citada, pregunta
789). |