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Américo Domingos Nunes Filho
|
Cuidar del
cuerpo y del
espíritu |
La Doctrina
Espírita asevera
que la
encarnación
humana es una
necesidad,
enseñando que
“la unión del
espíritu y de la
materia es
necesaria” (“El
Libro de los
Espíritus”,
pregunta 25) y
que los
“espíritus
tienen que
sufrir todas las
vicisitudes de
la existencia
corporal” (Q.
132 de “OLE”),
como igualmente
“creados simples
e ignorantes se
instruyen en las
luchas y
tribulaciones de
la vida
corporal” (Q.
133 de “OLE”).
Los buenos
Espíritus, según
el Espiritismo,
son los que
consiguieron
“predominancia
sobre la
materia” (Q. 107
de “OLE”). Bien
clara, también,
es la afirmación
doctrinaria de
que “los
Espíritus puros
recorrieron
todos los grados
de la escala y
se despojaron de
todas las
impurezas de la
materia” (Q. 113
DE “OLE”) y que
“para ganar
experiencia es
preciso que el
ser espiritual
conozca el bien
y el mal. He ahí
por qué se une
al cuerpo” (Q.
634 de “OLE”).
Por lo tanto, es
en la vibración
más densa que el
Espíritu, simple
e ignorante,
escoge su
camino: “Si no
existieran
montañas, no
comprendería el
hombre que se
puede subir y
descender; si no
existieran
rocas, no
comprendería que
hay cuerpos
duros” (“OLE”,
Q. 634).
El Espíritu,
centella divina
perfeccionada e
individualizada,
necesita de la
arena física,
con su
resistencia
propia, para
despertar y
exteriorizar sus
potencialidades
(“El Reino de
Dios dentro de
sí”).
En la
introducción de
“El Libro de los
Espíritus”,
Allan Kardec
revela que el
Espíritu
encarnado está
bajo la
influencia de la
materia y el
hombre que
supera esa
influencia, por
la elevación y
purificación de
su alma, se
aproxima a los
buenos
Espíritus, con
los cuales
estará un día.
El cuerpo físico
es el
instrumento
pasivo del alma
En la obra ”El
Evangelio según
el Espiritismo”,
cap. XVII, ítem
11, el excelso
codificador de
la Doctrina
Espírita publica
el mensaje del
Espíritu
Protector Jorge,
enfatizando la
necesidad de
cuidar del
cuerpo que,
según las
alternativas de
salud y
enfermedades,
influye de
manera muy
importante sobre
el alma, que
cumple se
considere
cautiva de la
carne. Habla aún
para que esa
prisionera viva,
se expanda y
llegue aún a
concebir las
ilusiones de la
libertad, tiene
el cuerpo de
estar sano,
dispuesto,
fuerte. La
entidad
espiritual
relata que el
Espiritismo
demuestra las
relaciones que
existen entre el
cuerpo y el alma
y dice que, por
hallarse en
dependencia
mutua, importa
cuidar de ambos.
Después afirma,
con mucha
propiedad:
“Amad, pues,
vuestra alma,
sin embargo,
cuidad
igualmente de
vuestro cuerpo,
instrumento de
aquella.
Desatender las
necesidades que
la propia
Naturaleza
indica es
desatender la
ley de Dios”.
La enseñanza
espírita es rica
en enseñanzas
acerca de la
importancia del
ser encarnado
tratar bien de
su organismo
físico, vehículo
importante del
gran viaje que
el Espíritu
realiza
interiormente,
descubriendo
paulatinamente
la divinidad
dentro de sí. El
cuerpo físico es
el instrumento
pasivo del alma.
La
exteriorización
de las
facultades del
Espíritu depende
de un cuerpo
sano (“Mens sana
in corpore
sano”).
En relación a
los hábitos
saludables, se
debe evitar el
tabaco y las
drogas en
general, así
como el
sedentarismo y
la mala
alimentación,
donde predominam
alimentos ricos
en carboidratos,
el uso de
frituras, el
consumo de
grasas
perjudiciales,
como las
saturadas y las
trans, la
ingestión de
bebidas
alcohólicas,
refrescos y
dulces.
Es importante
comer, en
general, muchas
frutas
Es importante
reducir de
verdad el
consumo de
azúcares y
grasas, como
también
practicar
ejercicios
físicos
aeróbicos
(caminar,
natación,
carrera, andar
con la
bicicleta, por
lo menos 30
minutos por día)
y anaeróbicos,
por lo menos 3
veces por
semana, a través
de la
musculación, la
cual, además de
modular el
cuerpo, aumenta
la masa
muscular,
exigiendo mayor
quema espontánea
de calorías.
Importante es
comer, en
general, muchas
frutas (bajo
tenor de
carboidratos,
alto de fibras y
pectina, ricas
en vitaminas y
minerales);
legumbres crudas
(ídem); granos y
cáscaras de
cereales, ricas
en fibras
(auxilian la
digestión, con
muchas vitaminas
y minerales). Es
necesario
consumir
bastante germen
de trigo, harina
de avena, linaza
y amaranto, los
cuales
dificultan la
absorción de
grasas y del
colesterol malo
(LDL);
fundamental
insertar en el
menú las hojas
(gran cantidad
de fibras,
vitaminas y
minerales) y, en
relación a las
proteínas, lo
mejor es el
pescado,
preferentemente
oriundo de aguas
frías (rico en
omega-3) o
pechuga de pollo
sin piel.
Omega 3 es una
grasa importante
que no es
producida
naturalmente por
el organismo,
siendo así
necesario ser
consumida a
través de una
buena
alimentación,
rica en aceite
extra-virgen,
semilla de
linaza, nueces,
castañas,
tronco,
espinacas y
pescado como
salmón, atún y
bacalao. En este
caso, es
importante que
los pescados
sean consumidos
cocidos, ya que
por la fritura
el omega 3 es
destruido.
Las fibras
contribuyen para
el
funcionamiento
intestinal
Los más
conocidos
beneficios del
omega 3 son la
disminución de
los niveles de
colesterol malo
(LDL) y de
triglicéridos,
como también
baja la presión
arterial. Ayuda
a reducir el
riesgo de
desarrollar la
enfermedad de
Alzheimer,
demencia,
cansancio
mental,
diabetes,
derrame
cerebral, asma y
hasta algunos
tipos de cáncer.
Las fibras
proporcionan la
saciedad
(satisfacción
plena del
apetito) y
contribuyen para
el
funcionamiento
intestinal. A
través de la
fermentación por
las bacterias de
la flora
intestinal son
generadas
substancias
anti-inflamatórias.
Amaranto es un
grano, símbolo
de la culinaria
de los incas,
rico en fibras,
minerales y de
proteínas de
alto valor
biológico,
conteniendo
todos los
aminoácidos
esenciales que
el organismo no
consigue
producir.
Inhibe, en el
hígado, una
enzima,
responsable por
la síntesis del
colesterol malo
(HDL). Diferente
de otros
vegetales,
contiene calcio
biodisponible
(mejor absorción
en el
organismo).
Muy importante,
igualmente,
considerar los
antioxidantes y
los prebióticos,
los primeros
eliminan los
radicales libres
(formados
naturalmente en
el cuerpo,
damnificando las
células,
acelerando el
envejecimiento y
las enfermedades
cardiovasculares).
Las principales
fuentes de los
antioxidantes
son el palmito,
el resveratrol
(encontrado en
la uva) y la
acerola. Los
prebióticos son
bacterias que
pueblan y sanean
la flora
intestinal,
reforzando el
sistema
inmunológico,
reduciendo el
riesgo de
tumores
intestinales,
diabetes y
obesidad.
Fuentes: Leches
fermentados y
yogures.
Las grasas trans
causan elevación
del colesterol
En cuanto a los
dulces, se debe
dar preferencia
para los
caseros, hechos
con frutas y
gelatinas. Nunca
los que
contienen leche
condensada
integral, crema
de leche y
chocolate.
Recomendaciones
importantes,
dignas de
destacar y
enumerar, son: 1
- Evitar comprar
alimentos
industrializados
(mucha sal y
grasa); 2 -
Salga de la mesa
inmediatamente
que esté
satisfecho; 3 -
Cuidado con los
eventos
sociales:
consumo de
salsas fritas,
refrescos,
bebidas
alcohólicas y
dulces. Ideal
hacer una
merienda leve
antes de salir
de casa; 4 - No
alimentarse con
grasa vegetal
hidrolizada
(trans), gran
enemiga de la
salud,
encontrada en
los alimentos
industrializados
(comida lista,
helados, panes,
patatas fritas,
salados de
paquete y
fritos,
pasteles,
tartas,
galletas,
hojaldre
bizcochos
simples y
rellenos
palomitas de
microondas,
chocolates,
margarinas,
comida de
fad-food, etc.
Ese temible
grupo no es
absorbido por el
organismo,
depositándose en
los vasos
arteriales y
acumulándose en
el abdomen y
vísceras. Son un
tipo específico
de grasa,
formada por un
proceso de
hidrogenación
natural
(ocurrido en la
cavidad de
animales) o
industrial
(proceso de
hidrogenación
que transforma
aceites
vegetales
líquidos en
grasa sólida).
Son utilizadas
para mejorar la
consistencia de
los alimentos y
aumentar la
validez de
algunos
productos. La
carne y la leche
poseen
naturalmente
pequeñas
cantidades de
esas grasas. Las
grasas trans
causan elevación
del colesterol
total, del
LDL-colesterol
malo y reducción
de los niveles
de colesterol
bueno -HDL
El ajo disminuye
el colesterol
total y el malo
Es fundamental
consumir
alimentos que
estimulen el
aumento del HDL:
frutas ricas en
vitamina C
(evita la
oxidación del
colesterol y
consecuente
deposición en
las paredes de
las arterias) y
ricas en pectina
(fibra soluble
concentrada en
los zumos), como
la manzana,
tangerina,
naranja,
guayaba,
reduciendo la
absorción de
grasas durante
la digestión.
Esencial tomar
té verde, muy
rico en
polifenóis,
responsables por
el
fortalecimiento
de la pared
arterial y
auxiliando en la
reducción del
colesterol, como
también uso de
aceite, grasa
benéfica con
gran
concentración de
vitamina Y,
polifenóles y
fitoesteroides,
protegiendo el
corazón. No se
debe olvidar el
aceite, por
cuanto sufre
modificaciones,
transformándose
en grasa
saturada.
El ajo es
importante, pues
disminuye el
colesterol total
y el colesterol
malo. El vino
tinto inhibe la
acción de los
radicales libres
y mejora la
dilatación de
los vasos
sanguíneos,
tomando una copa
por día. La
proteína de soja
reduce la tasa
de colesterol
malo. Es
significante
comer
oleaginosas
(confitura,
castaña de caju,
nueces, castaña
del Pará,
avellanas),
fuentes de omega
3, vitamina y
(antioxidante,
preserva la
salud
cardiovascular)
y arginina
(óptimo
vasodilatador,
dificultando el
acumulo de
colesterol en
las arterias,
protegiendo el
corazón).
Existe un método
simple y
ampliamente
difundido de
medirse la grasa
corporal. Es el
IMC (Índice de
Masa Corporal),
que es calculado
dividiendo el
peso del
individuo en
kilos por el
cuadrado de su
altura en
metros. Lo
normal es 18.5 a
24.9. Sobrepeso:
25.0 a 29.9.
Obesidad grado I
(moderada): 30.0
a 34.9. Obesidad
grado II
(severa): 35.0 a
39.9. Obesidad
grado III
(mórbida) ≥
40.0.
Los
triglicéridos,
cuando son en
exceso, son
peligrosos
Se puede también
emplear el
método de la
Circunferencia
de la
Cintura
(barriga): grasa
depositada en la
pared abdominal
indica
acometimiento de
las vísceras,
incluyendo el
hígado. Esa
grasa, con
facilidad, se
deposita en las
arterias. Es el
principal
indicador de
obesidad y está
más asociado a
las dolencias
cardiovasculares,
diabetes
e
hipertensión
arterial. La
medida normal,
en el área del
ombligo: <94cm
en los hombres y
<80cm en las
mujeres. La
circunferencia
muy preocupante
(<102cm en los
hombres y <88cm
en las mujeres).
En medicina se
conoce, como
síndrome
metabólico, la
asociación de
hipertensión
arterial,
barriga abultada
y colesterol
alto. La
obesidad
abdominal tiene
relación con la
resistencia a la
insulina: la
acción de la
hormona no es
ideal, no tiene
su actividad
plena,
perjudicando el
aprovechamiento
de la glucosa
por las células.
La obesidad
abdominal está
enrollada con el
depósito
acentuado de
triglicérides o
triglicéridos,
grasa con mayor
fuente de
energía. En
exceso, se
deposita en los
vasos arteriales
(aumento en el
riesgo de
enfermedades
cardio-cerebrovasculares).
Los
triglicérides o
triglicéridos
son resultantes
de la
alimentación
(80%) e
igualmente
producidos en el
hígado (20%). En
exceso, son tan
peligrosos como
los altos
niveles de
colesterol.
Alimentos dulces
y farináceos
ayudan en su
absorción.
El hombre tiene
el deber de
velar por la
salud del cuerpo
Por lo tanto, el
hombre tiene el
deber de velar
por la
conservación de
su cuerpo. El
apóstol Juan, en
una carta
dirigida al
amigo Gayo, le
dijo: "Amado,
por encima de
todo hago votos
por tu
prosperidad y
salud, así como
es próspera tu
alma" (Tercera
Epístola,
Capítulo uno,
Versículo dos).
Pablo, también,
enfatizó la
importancia del
organismo físico
que sea bien
cuidado,
revelando que
“el cuerpo es el
templo del
Espíritu Santo”
(Primera
Epístola a los
Corintios, Cap.
tres, Versículo
dieciséis).
Siendo, el
armazón somático
debería recibir
todos los
cuidados
necesarios de
higiene,
instrucción y
salud para ser
productiva la
reencarnación
del ser
espiritual.
Américo Domingos
Nunes Filho, del
Rio de
Janeiro-RJ, es
médico.
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