Continuamos con el
estudio metódico de
“El Libro de los
Médiums”, de Allan
Kardec, la segunda
de las obras que
componen el
Pentateuco
Kardeciano, cuya
primera edición fue
publicada en 1861.
Las respuestas a las
preguntas sugeridas
para debatir se
encuentran al final
del texto.
Preguntas para
debatir
A.
¿Cómo se obtiene el
agua magnetizada?
B.
Los objetos usados
por los Espíritus en
sus apariciones ¿son
reales?
C.
Los vestidos usados
por los Espíritus,
¿son copias de las
terrestres?
D.
¿Saben todos los
Espíritus cómo
producen los objetos
que usan?
Texto para la
lectura
141.
Las comunicaciones
instructivas son,
por definición,
verdaderas, porque
lo que no es
verdadero no puede
ser instructivo.
(Ítem 137)
142.
Los medios de
comunicación son muy
variados. Al obrar
sobre nuestros
órganos y sobre
nuestros sentidos,
los Espíritus pueden
manifestarse a
nuestra vista por
medio de las
apariciones; a
nuestro tacto
mediante impresiones
tangibles, visibles
u ocultas; al oído
por los ruidos; al
olfato por medio de
olores sin causa
conocida. (Ítem 138)
143.
En el campo de la
tiptología, se
debe mencionar el
aparato utilizado
por la Sra.
Girardin, en las
numerosas
comunicaciones que
obtuvo como médium.
La llamada Mesa
Girardin consiste en
un tablero móvil de
mesa, de treinta a
cuarenta centímetros
de diámetro, que
gira libre y con
facilidad sobre un
eje, como una
ruleta. Sobre su
superficie, en la
circunferencia, se
encuentran trazadas
las letras del
alfabeto, los
números y las
palabras sí
y no.
En el centro hay una
aguja fija.
Colocando el médium
los dedos al borde
del disco móvil,
éste gira y se
detiene, cuando la
letra deseada o el
número está bajo la
aguja. (Ítem 144)
144.
Cabe señalar que el
disco no se desliza
bajo los dedos del
médium: sus dedos,
apoyados en el
disco, acompañan el
movimiento. Si un
médium poderoso
pudiese obtener un
movimiento del disco
independiente, sería
una experiencia
infinitamente más
concluyente, porque
eliminaría así toda
posibilidad de
fraude. (Ítem 144)
145.
Un error bastante
común es confundir
con la categoría de
Espíritus
golpeadores a
todos los Espíritus
que se comunican por
medio de golpes.
Ahora bien, la
tiptología
constituye un medio
de comunicación como
cualquier otro, y no
es más indigna de
los Espíritus
elevados que la
escritura o la
palabra. Lo que
caracteriza a los
Espíritus superiores
es la elevación de
las ideas y no el
instrumento que
utilicen para
expresarlas. (Ítem
145)
146.
La pneumatografía,
o escritura directa,
es la escritura
producida
directamente por el
Espíritu, sin ningún
intermediario.
Difiere de la
psicografía, por
ser ésta la
transmisión del
pensamiento del
Espíritu mediante la
escritura hecha por
la mano del médium.
El fenómeno de la
escritura directa es
uno de los más
extraordinarios del
Espiritismo. (Ítem
146)
147.
Según parece, el
primero en hacer
conocida la
escritura directa
fue el Barón de
Guldenstubbé, que
publicó una obra muy
interesante sobre el
tema. (Ítem 147)
148.
La escritura directa
se obtiene como, en
general, la mayor
parte de las
manifestaciones
espíritas, por medio
de la concentración,
la oración y la
evocación. El local
no ejerce ninguna
influencia, más allá
de permitir un mayor
recogimiento
espiritual y mayor
concentración de los
pensamientos. (Ítem
148)
149.
Los sonidos
espíritas o
pneumatofónicos,
se producen de dos
maneras diferentes:
a veces, son una voz
íntima que repercute
en nuestro fuero
interior, pero las
palabras no tienen
nada de material;
otras veces, éstas
son exteriores y
nítidamente
articuladas, como si
proviniese de una
persona que
estuviera a nuestro
lado. (Ítem 151)
150.
Varios dispositivos
fueron ideados para
la obtención de la
psicografía
indirecta, esto
es, producida con el
uso de cestas,
tablitas, etc. El
más cómodo es la
llamada cesta de
pico, que
consiste en adaptar
a una cesta una vara
inclinada, de
madera, dentro de la
cual se pasa un
lápiz largo, de
manera que su punta
toque el papel.
Poniendo el médium
los dedos al borde
de la cesta, el
aparato se agita y
el lápiz escribe.
(Ítem 154)
Respuestas a las
preguntas propuestas
A.
¿Cómo se obtiene el
agua magnetizada?
El
Espíritu puede
operar sobre la
materia elemental,
por su voluntad,
dándole propiedades
determinadas. Es así
que una sustancia
saludable puede
convertirse en
venenosa por una
simple modificación;
la química nos
ofrece numerosos
ejemplos de eso.
Todo el mundo sabe
que dos proporciones
pueden dar por
resultado una que
sea deletérea. Una
parte de oxígeno y
dos de hidrógeno,
las dos inofensivas,
forman agua; añadan
un átomo de oxígeno
y tendrán un líquido
corrosivo. Sin
cambiar las
proporciones, basta
a veces un simple
cambio en la manera
de la agregación
molecular para
modificar las
propiedades; es así
que un cuerpo opaco
puede volverse
transparente y
viceversa. Como el
Espíritu tiene, por
su sola voluntad,
una acción tan
poderosa sobre la
materia elemental,
que da origen a
todos los cuerpos,
se concibe que ésta
pueda no sólo formar
sustancias, sino
también alterar sus
propiedades,
haciendo allí el
efecto de un
reactivo.
En la
magnetización del
agua, el Espíritu
que actúa es el del
magnetizador, la
mayoría de las veces
asistido por un
Espíritu extraño. Él
opera sobre el agua
una transmutación
con la ayuda del
fluido magnético
que, como ya
sabemos, es la
sustancia que más se
aproxima a la
materia cósmica o
elemento universal.
Si puede operar una
modificación en las
propiedades del
agua, puede
igualmente producir
un fenómeno análogo
sobre los fluidos
del organismo, y de
ahí el efecto
curativo de la
acción magnética
convenientemente
dirigida. (Ítems 129
a 131)
B.
Los objetos usados
por los Espíritus en
sus apariciones ¿son
reales?
Sí.
El Espíritu tiene
sobre los elementos
materiales
esparcidos por todo
el espacio un poder
que el hombre está
lejos de sospechar.
Él puede, según su
voluntad, concentrar
esos elementos y
darles la forma
aparente adecuada a
sus objetivos,
imitando así los
objetos terrestres
necesarios para su
identificación ante
los que lo ven.
(Ítem 128, párrafos
2 a 4)
C.
Los vestidos usados
por los Espíritus,
¿son copias de las
terrestres?
No es
esto lo que sucede.
Los vestidos y los
objetos usados por
el Espíritu son
producidos por él
mismo, pudiendo
tener o no la
apariencia de las
piezas usadas en su
última encarnación
en la Tierra. El
Espíritu puede
imprimir a la
materia etérea
transformaciones
según su voluntad y,
así, producir los
vestidos, las joyas
y cualquier adorno
que necesite en un
momento dado,
subordinado tal
poder a su grado
evolutivo. (Ítem
128, párrafos 4 a 6)
D.
¿Saben todos los
Espíritus cómo
producen los objetos
que usan?
No. A menudo
colaboran en la
formación de un
objeto por un acto
instintivo que ellos
mismos no
comprenden, si no
estuvieran bien
esclarecidos para
esto. Aunque los
Espíritus inferiores
puedan tener ese
poder, cuanto más
elevado es el
Espíritu, más
fácilmente lo hace.
(Ítem 128, párrafos
14 a 16).
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