de “Embajador de
la Paz Mundial”
en Ginebra y más
de 600 homenajes
en diversos
países. |
Divaldo estuvo
en Praga el 8 de
junio del 2012
participando en
el III Seminario
Espiritualidad y
Salud, en el que
brindó una
conferencia
sobre la salud
como resultado
de la fuerza de
voluntad y de la
reforma
interior.
En esa
oportunidad, nos
concedió la
siguiente
entrevista:
(1)
Hace 22 años que
usted ofrece,
con frecuencia,
conferencias en
la Republica
Checa. ¿Por qué
esta atención
especial con
nuestro país?
Nosotros, los
espíritas,
creemos que
Allan Kardec, el
eminente
pedagogo nacido
en Lyon,
Francia, el 3 de
octubre de 1804,
que codificó el
Espiritismo, fue
en una
rencarnación
anterior el
inolvidable Jan
Huss, quemado
vivo por la
intolerancia
religiosa en
Constanza, el 6
de julio de
1415. En
consecuencia,
tenemos mucho
cariño a la
República Checa,
y no sólo por
eso, sino
también por ser
un país de
nobles
pensadores,
artistas,
científicos y
personas
trabajadoras,
estoicas...
Recordamos que
en el pasado,
antes de la
Segunda Guerra
Mundial, había
un gran
movimiento
espírita en el
país, cuando
fueron
publicados
periódicos por
mucho tiempo,
abordando al
Espiritismo como
ciencia,
filosofía y
religión.
Además, el amigo
Josef Jackulak,
quien nos
hospeda y nos
recibe en Viena,
es ciudadano
checo, y me
conduce siempre
a la patria que
le es muy
querida, lo que
constituye para
mí un gran
motivo de
júbilo.
En los tiempos
actuales, las
terapias
alternativas
para la salud se
multiplican y se
diversifican.
¿Cómo explica
usted este
desarrollo?
La evolución del
conocimiento
científico sobre
el ser humano,
especialmente en
las áreas de las
ciencias
psicológicas y
médicas,
constató que
todos somos
energía
condensada en
aquello que
denominamos
cuerpo somático,
y que la mayoría
de los
conflictos y
enfermedades son
consecuencia de
la desarmonía
entre mente y
emoción, mas
allá de la
herencia que
ejerce un papel
muy
significativo en
la construcción
de la salud.
Oportunamente,
la Organización
Mundial de la
Salud estableció
que no existen
enfermedades,
sino enfermos,
esto es,
personas
predispuestas a
las
enfermedades.
Como espíritas,
al creer en la
rencarnación,
sabemos que
somos herederos
de los hábitos
pasados y de las
construcciones
mentales y
morales del
pasado, que se
transforman en
salud o
enfermedad en la
nueva
experiencia
carnal. De ese
modo, las
terapéuticas
modernas
alcanzan al ser
interior, no
quedándose
solamente en los
efectos de los
disturbios, sino
yendo hacia las
causas. Esto ha
contribuido a
ayudar al
individuo a
alcanzar un
estado de salud
integral y, no
solamente,
proporcionando
la cura de una u
otra enfermedad,
sino dejando el
campo abierto a
nuevas
enfermedades.
¿Cuáles son los
caminos para
encontrar la
salud plena,
física y mental?
Inicialmente,
recodemos la
enseñanza
latina: mens
san in corpore
sano (mente
sana en cuerpo
sano). Esto
significa que el
equilibrio
emocional
durante la vida
es consecuencia
de las herencias
psíquicas de
otras
existencias y
que, para
conquistar la
salud plena, se
vuelve
indispensable la
armonía entre el
pensar, el
sentir y el
actuar.
Carl Gustave
Jung, el
psiquiatra y
neurólogo suizo,
demostró que
somos aquello
que pensamos,
que cultivamos,
como por cierto,
casi la
totalidad de los
psicoterapeutas,
psicólogos y
psiquiatras. El
hábito, por lo
tanto, de
cultivar los
pensamientos
edificantes, el
respeto a sí
mismo, la
meditación, las
lecturas
saludables, la
práctica del
bien, del perdón
y de la
compasión, en
forma de caridad
y de amor, aun
sin la
connotación
religiosa,
constituyen
excelentes
caminos para la
adquisición de
la salud
integral.
¿Cómo
desarrollar
nuestra fuerza
de voluntad en
la lucha contra
nuestros males?
La mejor manera
de desarrollar
nuestra fuerza
de voluntad para
la lucha contra
los males que
nos afligen es
perseverar en
las buenas
intenciones, y
aun cuando
repitamos el
error,
recomenzar
cuantas veces
sean necesarias.
El ejercicio de
la paciencia en
la conquista y
la edificación
interior produce
la energía que
nos da la
resistencia para
los
enfrentamientos
internos contra
los males que
nos amenazan.
¿Cómo el
ejercicio de la
mediumnidad
puede contribuir
al bien común?
El acto de
ejercer la
mediumnidad abre
un espacio para
la comprobación
de la
inmortalidad del
Espíritu ante la
disyunción
cadavérica, lo
que abre una
valiosa
contribución
para los
conflictos que
aturden a los
seres humanos,
liberándonos del
miedo a la
muerte, del
sufrimiento, de
la amargura.
Esto es porque
los fenómenos
mediúmnicos
ofrecen los
paisajes del
bienestar, de la
salud y de la
alegría de
vivir, en razón
del gran júbilo
interior que
caracteriza a
los médiums al
ayudar al
prójimo,
aplicando
inclusive, la
bioenergía que
tiene efectos
curativos.
¿Usted realiza
curaciones?
Infelizmente, no
realizo
curaciones pero
proporciono los
esclarecimientos
propios para la
liberación de
los sufrimientos
que trastornan a
los individuos.
¿Cómo es la
convivencia
cotidiana,
viendo, oyendo y
sintiendo la
presencia de los
Espíritus?
Al principio,
cuando surge la
mediumnidad, es
algo perturbador
por lo inusitado
del suceso.
Posteriormente,
en la medida que
hay educación de
las facultades
mediúmnicas, el
sensitivo pasa a
controlar los
sucesos,
consiguiendo el
equilibrio para
una vida
saludable y
perfectamente
compatible con
los niveles de
lo que
denominamos como
normalidad
emocional,
mental y de
conducta.
¿Como se
promueve la
salud de los
niños y jóvenes
que se
benefician de su
proyecto social
“Mansión del
Camino”?
Utilizamos todos
los recursos y
contribuciones
de la ciencia
médica, tomando
los cuidados
propios en la
alimentación,
higiene y
hábitos
saludables,
acompañados por
los ejercicios
mentales de la
meditación, de
la oración, de
las lecturas
edificantes y de
los diálogos
pedagógicos para
una existencia
feliz.
¿Qué mensaje
daría a nuestros
lectores?
Mi mensaje está
hecho de paz,
rico de amor y
de ternura. El
ser humano sufre
porque no se
permite el
autoamor, y al
no amarse, no
ama a los demás,
lo que genera
innumerables
conflictos que
le dan
infelicidad.
Aun sin esperar
retribución,
vale la pena
amar. El amor ya
no es más una
propuesta de la
libido o de la
teología, sino
un proceso
psicoterapéutico
que favorece la
armonía interior
en el ser
humano,
proporcionándole
bienestar y paz,
con efectos
positivos en la
salud.
De ese modo, no
debemos
preocuparnos
cuando tenemos
enemigos, pero
debemos estar
vigilantes a fin
de no volvernos
enemigos de
nadie, porque
todo aquel que
guarda odio,
resentimiento y
deseo de
venganza,
produce basura
mental y eso
envenena las
neuronas,
volviendo
infeliz a aquél
que sufre tal
imposición.
(1)
Esta entrevista
fue elaborada,
conjuntamente
por los Grupos
de Estudios
Allan Kardec de
Praga y de Viena
y traducida del
idioma checo al
portugués por el
cofrade Josef
Jackulak, para
su publicación
en la revista de
salud
alternativa
“Medunka”, de la
que Vera Keilová
es jefe de
redacción. El
site de la
revista es:
http://www.mojemedunka.cz/default.aspx
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