Pausa para
reflexionar...
Se habla, en muchas
situaciones, que el
bombardeo incesante de
informaciones
deprimentes que en nos
cogen diariamente no se
debe propiamente a un
aumento de hechos
funestos, pero al hecho
de que, hoy, estas
informaciones nos
alcanzan listamente, tan
luego acontezcan del
otro lado del mundo, y
con una presteza y
constancia inéditas
en la historia humana,
en el transcurso de los
atributos de la
globalización que, veía
satélite o internet, nos
colocan al corriente del
estallar de una estrella
de Hollywood tan luego
esto ocurra en plenas
Islas Fiji. Debemos
reconocer que, en lo que
concierne a la vida
fuera de la Tierra y a
los fenómenos
ufológicos, sin embargo,
los efectos de eso se
dan a la hostilidades.
Me explico.
¡Hay una cantidad
monumental –
verdaderamente
espantosa! – de
documentos, en películas
y fotografías, de
autenticidad debidamente
asegurada, en los
archivos de las webs de
las agencias espaciales,
disponibles para
cualquier que quiera
ver! Rizo este pormenor
porque es importante
resaltar que, en este
asunto, alcanzamos un
estadio en el cual las
revelaciones obtenidas
en las misiones
espaciales ya van mucho
más allá de los meros
¡“indícios de vida en
Marte”!
¡De hecho, hay
fotografías
estremecedoras de
actividad
extraterrestre, aún hoy,
en los planetas y en
otros sectores del
sistema solar! Pero sólo
accederemos a estas
informaciones por
nuestra propia
iniciativa e interés
franco en saber,
acompañando el trabajo y
esfuerzo inestimables de
ufólogos brasileños
serios como Ademar
Gevaerd, Marco Antonio
Petit
y, en el área de la
ufologia espírita, el
trabajo de Pedro de
Campos; leyendo lo que
tienen que decir como
resultado de sus
investigaciones;
oyéndolos en
conferencias; accdiendo
al material monumental
que disponen a nuestro
crivo de incontables
películas y fotografías
producidas a lo largo de
las décadas alrededor
del mundo entero, así
como en las misiones
espaciales, desde
las décadas 50 y 60 –
¡todo el de idoneidad
comprobada! Y entonces,
adquirir la convicción
de que la vida es
esfervecente en los
cielos por encima de
nosotros y en el espacio
profundo! Así como, a
partir de ahí, extraer
conclusiones que se
evidencian con facilidad,
en el sentido de que una
preparación homeopática,
en ancha escala, viene
siendo suministrada
paulatinamente
por estas mismas
agencias espaciales, a
fin de que la gran
verdad finalmente sea
incorporada a la
conciencia mundial,
reformulando la propia
base de nuestros
conceptos acerca de lo
que sea más exactamente
la ciudadanía planetária
y, a nivel más amplio,
de ámbito cósmico!
Vi en esos documentos
cosas que aún ahora me
dejan tomada de profunda
perplejidad.
Edificaciones
gigantescas en Marte –
hangares, edificios,
estructuras artificiales,
escuadrillas de ufos
aparentemente calcinados
por algún cataclismo; en
la luna, los famosos
fenómenos luminosos
transitórios, sugiriendo
actividad extraterrena
intensa en su superficie
como probablemente de
orden subterránea.
Bosques en Marte. ¡Veios
de agua, caudalosos!
Ufos de kilómetros de
diámetro estacionando,
majestuosos, en la
órbita de las lunas de
los planetas de nuestro
sistema solar. La imagen
intrigante, obtenida por
una de las misiones, en
toma externa de la
espacionave terrestre,
de un ufo circular
súbitamente
materializado, pasando
rápidamente, casi
alcanzando la estación
americana...
¡¿Son
documentos innumerables
que nos remiten la
graves reflexiones
acerca de lo que nos
aguarda el futuro, ya
que evocan cuestiones
inquietantes: por tal
razón tal material, que
hasta hace poco fuera
mantenida en el catálogo
sigiloso de esas mismas
agencias espaciales,
está ahora siendo así,
sutil y paulatinamente,
liberado al examen de
cualquier que se preste
a volver para él su
atención, como si
obedeciera la
señalización subrepticia,
pero inequívoca, de mal
gusto aún permanezca el
asunto en el territorio
casi que de lo fabuloso,
dependiendo del grado
mayor o más pequeño de
inconsciência de esas
realidades por parte de
aquellos que con ellas
se depare?!
¡¿Lo que llevó a un
representante del
Vaticano, hace poco, a
admitir la vida en el
Universo y demasiado
mundos como realidad
indiscutible?!
¿Por qué esos hechos, de
tiempos a esta parte,
aparentemente vienen
aumentando su incidência
en el mundo entero?
¡¿Y hasta que punto
determinados hechos
insólitos, como el
referido arriba, y
repetidos en otros
casos, en los cuales
naves súbitamente se
materializam de la nada,
no confirman que estas
civilizaciones ultra
avanzadas
tecnológicamente dominan
con maestria aún
inimaginable a la
ciencia terrena el
universo de las energías
– donde nos ocurre la
inquietante
y probable hipótesis de
que podamos estar bajo
visita y observación
intensa, sin percibir, y
aún más masiva de la
parte de estos
visitantes de regiones
lejanas del Cosmos, de
lo que nos atrevemos aún
a mostrar?!
Los datos confirman:
¡la vida extraterrena es
un hecho!
Como dije antes,
eventualmente me viene
el desánimo, el
cuestionamiento de hasta
que punto se justifica
el gasto de tiempo y
energía en el esfuerzo
de divulgar estas
revelaciones
sorprendentes. Sin
embargo, recurrentemente
también me llegan
advertencias vía
inspiración espiritual o
a través de estudiosos
lúcidos: tenemos
responsabilidad para con
estas
informaciones. Hay algo
más ahí, que pasa lejos
de mero entretenimiento,
curiosidad, o del
espanto egoísta delante
de lo inusitado de tales
descubrimientos: es el
deber de la difusión,
del reparto de esos
datos – ¡buscando
planear la hora del
contacto final para el
cual, obviamente, de
hace mucho nuestros
visitantes los vienen
preparando!
Los datos de la
casuística hablan por sí
y confirman: ¡vida
extraterrena es um
hecho! Se basa en
testimonios, hechos y
lógica, aliados a los
avances de las
investigaciones
científicas y a la
conquistas sucesivas de
las misiones espaciales
europeas y americanas,
cuyos resultados ya
vacían para los
interesados sinceros, no
como especulación o
teorías – sino como
vídeo, fotos e informes
contundentes y
preciosos.
De hecho, la ufologia
hoy no se basa en la
mera especulación o
polémica, pues cuenta
con las declaraciones
espantosas de un sin
número de autoridades de
renombre en la
investigación espacial
mundial, dispuestos a
confirmar sus
revelaciones ante sus
Congresos y dirigentes
nacionales, de entre
controladores de vuelo,
astronautas,
representantes eminentes
de la ufología mundial y
miembros de altas
patentes militares de
vários países...
Ufologia, pues, no más
puede ser encarada a
cuenta de historia de la
brujería o de
superstición derivada de
devaneos ilusorios o de
ignorancia; nada tiene
que ver con aquellas
noticias más fieles,
antes a un deservicio
informativo, acerca de
meros ¡“indicios de vida
en Marte”! La casuística
ufológica mundial- nada
no obstante la cantidad
inconvenientes
de fraudes en vídeos y
en montajes fotográficos
producidos por
desocupados interesados
en ridicularizar y
enredar el estudio serio
del fenómeno – se
consolida en hechos,
datos, testimonios
idóneos contados a
miles, y analizados por
científicos de punta de
un sin número de países,
empeñados
prioritariamente en la
revelación de la
verdad pura y simple,
así como en desvelar a
quién a ella tiene el
derecho de acceso – y no
en fraudes o iniciativas
de bases obscuras
existentes en
inversiones de outro
interés dominados a los
juegos mundiales de
poder.
De hecho, aunque el
mundo, en orden
creciente, si vea
bombardeado por eventos
simultáneos de
visualizaciones,
contactos de varios
grados, películas y
fotos confiables de
orígenes variados,
procedentes desde el
investigador de campo
común, de habitantes de
todos los países
alrededor del planeta,
como actualmente de
fuentes fidedignas de
las agencias
espaciales, en igual
proporción crece también
el ardor de los que
quieren desacreditar y
perjudicar el
descubrimiento final de
lo obvio: ¡el Universo,
densamente poblado, no
fue hecho sólo para
nosotros! ¡Está lleno de
vida en todos los
niveles y cuadrantes y
en dimensiones varias!
Tal constatación final
por parte de la
humanidad como un todo,
sin embargo, contraría a
muchos. ¿A quien,
posiblemente? Fácil
deducir que a los que se
ven amenazados en su
situación de poder
temporal y secular, en
el mando de países,
economías y en el
dominio de conciencias a
partir de los lugares
religiosos
institucionalizados como
los
detentores de la verdad
última sobre las cosas
del cielo y de la Tierra.
¡¿Cómo quedaría la vieja
y carcomida historia de
la tal costelación de
Adán a partir de la cual
fuera creada Eva?! ¿Y la
de el hombre hecho a la
imagen y semejanza de
Dios si, en un momento
dado, fuera confirmada
el origen de la raza
humana a partir de
experiencias genéticas
implantadas en este
mundo por civilizaciones
más avanzadas?!
El mal que hacemos
vuelve fatalmente sobre
nosotros
¡El Vaticano
posiblemente ruiria, o
se vería obligado a
dramáticas
reformulaciones
estructurales en tiempo
récord! Sin embargo,
recordemos que
recientemente fue de un
propio representante del
Vaticano la declaración
bombástica, vehiculada
en todos los
informativos, de que -
¡sí! - ¡sería
contracditorio a la
propia grandiosidad
Divina no admitir otras
civilizaciones en el
Cosmos!
Sin embargo, fácilmente
este impás se resolvería
apelándose para el bueno
sentido, al considerarse
que, si el hombre, en su
contexto evolutivo
biológico, encuentra sus
orígenes en inseminación
genética extraterrena,
en nada sería
desacreditado si
reconociéramos, ya con
retraso, su identidad
verdadera no en el
cuerpo biológico – ¡sino
en su yo real,
como Espíritu eterno en
proceso evolutivo, no
solo en la Tierra, sino
también en estados
anteriores, mayores o
menores, en varios
mundos del Universo!
¿Por qué, pues, el
mantenimiento de la
visión tacaña, a esta
altura, acerca de la
magnitud de los
objetivos de la
Creación, también en
nosotros mismos, cuando
los avances
concienciales terrenos,
y aún los científicos,
ya nos permiten entrever
y confirmar que nuestro
origen real, nuestra
existencia auténtica, no
empieza ni termina por
aquí, donde cumplimos no
más que una etapa en el
infinito transcurrir de
perfeccionamiento em el
ámbito maravilloso de la
eternidad?
Sin embargo, tales
descubrimientos
avanzados aún no son
incautados en toda su
extensión magnífica por
los intereses mezquinos
de la hora que pasa, ni
por las representaciones
sombrías del poder que
intenta mantener bajo
frenos una civilización
sumisa – tal vez
evolucionada
tecnológicamente – pero
aún en estadio moral
tacaño e incipiente en
la comprensión de los
horizontes más vastos
del Espíritu.
Hay, para estos, todo el
interés en mantenerse el
mundo bajo control para
mejor maniobrar las
masas adormecidas por
los caminos tortuosos de
la ignorancia calculada
y del derivado
sufrimiento, impuestos
al precio módico de la
doctrina del consumo
desenfrenado de molde a
favorecer corporaciones
económicas específicas,
las grandes fortunas y
las
ambiciones ciegas de
poderío a partir de
gobiernos ocultos y ni
un poco interesados en
libertad, felicidad y
coexistencia pacífica,
no sólo entre los
pueblos de la Tierra,
sino también entre
nosotros y las
civilizaciones más
avanzadas esparcidas en
el espacio infinito!
Hay que mantenerse,
hasta donde se pueda,
las poblaciones
mundiales bajo cuerda
corta. ¡Hay que
ocultárseles que los
pueblos más avanzados de
los otros mundos se
aproximan intentando
alertarnos para la
urgencia del fin del
belicismo salvaje que
hay de cavarnos la
propia sepultura como
raza planetária, y para
el valor supremo de la
Vida
omnipresente en toda la
enormidad del Universo!
Y para la verdad final
de que el mal que
hacemos al otro – sea
allá quién sea ese otro,
mujer, hombre, niño,
animal o vegetal –
¡está, de hecho, siendo
descerrado contra esta
Vida que se orienta en
función de pura
sintonia, de dentro del
funcionamiento
indefectível de la Ley
de Causa y Efecto!...
Razón por la cual el mal
que hoy la humanidad
comete, en guerras
infinitas y en las
expresiones brutales del
odio, volcada fatal y
frontalmente contra ella
misma, en la misma
proporción y medida – ¡desencadenando,
en plazo insospechados,
el rosario doloroso,
para cada cuál, de los
rescates cármicos!
¡Es este, pues, el talón
de Aquiles de la gran
era de revelaciones
espantosas en la cual
vivimos, revelaciones
esas ferozmente
combatidas y cubiertas
por quienes se aferra a
la ambiciones
desmesuradas del
materialismo ciego y a
las expresiones ya
obsoletas de
religiosidad, cabalmente
ineficazes en promover
la concórdia y la suma
felicidad para los
pueblos de la humanidad!
¡Pero contra hechos no
existirán más recursos,
con el pasar del tiempo.
Contra el avance
inexorable de la ciencia
y los datos comprobados
de casuística:
películas, fotos,
testimonios... inútiles
se harán los esfuerzos
de los que se verán
arrastrados por la
fuerza de los
acontecimientos que, en
un futuro imprevisible,
pero que claramente
viene siendo trabajado y
preparado
por humanos de
vanguardia en asosiación
con nuestros visitantes
extra planetários o
multidimensionales,
habrán de situarnos en
la grata posición de
ciudadanos del Universo,
en convivencia armoniosa
en la Tierra, como
también para con los
incontables pueblos
evolucionados esparcidos
por la inmensidad
brillante del espacio!
¡Y es este nuestro
destino glorioso!
(1) Hombres de Negro –
agentes gubernamentales
tenidos como inibidores
de investigaciones y
testimonios ufológicos,
a servicio del
acobertamento del asunto
de iniciativa de los
gobiernos mundiales.
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