Autor de varias
obras espíritas
y cofundador deConsolador-Comunidad
Espírita
Cristiana,
institución
situada en
Copacabana, Rio
de Janeiro-RJ,
en la cual
ejerce
actualmente el
cargo de
Director de
Actividades
Doctrinarias,
Sestini nos
habla en
esta entrevista
sobre su
convivencia con
Yvonne de Amaral
Pereira y Altivo
Pamphiro, dos
figuras
importantes del
movimiento
espírita
brasileño. |
Altivo Pamphiro
es un nombre
respetable en la
historia del
Espiritismo.
Desencarnado en
el 2006, dejó un
importante
legado
especialmente
por medio del
conocido Centro
Espírita León
Denis, en Rio de
Janeiro. Como
amigo personal
de Altivo,
háblenos sobre
esa notable
personalidad.
Altivo era una
persona
carismática de
voluntad firme y
determinada. Su
mediumnidad y su
dinamismo
contagioso
atraían y
motivaban a las
personas a
conocer y
practicar el
Espiritismo.
Soltero, fue una
persona dedicada
totalmente a su
misión.
En su opinión,
¿cuál es el
mayor ejemplo
que dejó Altivo?
La perseverancia
en el bien y la
dedicación al
prójimo. Ellas
incentivaban con
sus palabras y
acciones a todo
aquel que
estuviese
dispuesto a
vivenciar el
Evangelio
guiándose por
los
conocimientos y
la fidelidad a
la Doctrina
Espírita. Lo
destacado del
Centro Espírita
León Denis entre
las comunidades
espíritas de Rio
de Janeiro es la
editorial CELD
que demuestra su
incesante
actividad en
favor de una
humanidad mejor.
Trabajó con
denuedo hasta su
desencarnación.
¿Cuál es el
hecho más
importante que
usted destacaría
de la intensa
amistad entre
ustedes,
considerando las
actividades
espíritas de
ambos?
Conocí a Altivo
en una visita
que hice a
Yvonne Pereira.
Su figura me
impresionó,
aunque en esa
ocasión, nada
supiese de sus
actividades.
Tiempo después
tuvimos la
sorpresa de ser
“presentados” en
el C.E. León
Denis, fundado
por él, cuando
nos reconocimos
y nos volvimos
grandes amigos.
En 1972, en un
viaje a San José
de Rio Preto y
Votuporanga, de
paso por Matão,
lo llevé a
conocer los
locales y las
obras de Cairbar
Schutel, las
cuales lo
inspiraron para
sus actividades
relacionadas a
la divulgación
del Espiritismo.
Altivo nos ayudó
en la fundación
de nuestra casa
espírita en
Copacabana, con
orientaciones
mediúmnicas y
conferencias.
Y de la
convivencia
amiga con Yvonne
Pereira, ¿qué es
lo más destacado
y expresivo que
pueda transmitir
a los lectores?
Luego de
volvernos
amigos, Yvonne
fue una gran
inspiradora y
orientadora para
que fundemos
nuestra
comunidad, el
Consolador,
apoyándonos en
los difíciles
pasos para su
consolidación en
un barrio con
escaso espacio
físico. En la
despedida de su
vehículo físico,
como un gesto de
gratitud a su
amistad,
renovamos
nuestros votos
de fidelidad a
ella y a la
Doctrina
Espírita.
¿Cómo era Yvonne
en esa
convivencia
cotidiana?
La médium era
alegre,
espontánea,
generosa y
paciente con las
personas que la
buscaban. En
muchas ocasiones
me abrió su
corazón,
exponiéndome sus
ansias, sus
angustias y
esperanzas para
alcanzar la paz
interior que
tanto anhelaba
en su difícil
existencia,
alejada
físicamente de
sus seres
afines. Sin
embargo, era
franca, firme y
objetiva al
tratar temas
relacionados al
Espiritismo con
quien la
buscase. Su
humildad y
bondad nunca
dejaron que los
que la
consultaban se
alejasen sin
llevar consigo
un poco de la
luz con la que
los envolvía,
entusiasmándolos
y dándoles
coraje en sus
luchas.
Diga algo al
lector sobre
Yvonne que cree
intensa
motivación al
conocimiento de
sus obras,
especialmente a
aquellos que
nada conocen
sobre la notable
médium.
Oyendo a la
médium narrar y
analizar
fragmentos de
sus obras, entre
ellas las
magníficas
novelas
centrados en
hechos reales,
el visitante era
fatalmente
llevado a
interesarse en
conocerlas.
Recientemente
vimos en un
libro didáctico
de Historia un
fragmento de su
libro “En los
remolinos del
pecado”
transpuesto para
traer la
atención de los
estudiantes de
enseñanza media.
El texto trataba
sobre la
fatídica “noche
de San
Bartolomé”,
sobre la matanza
de los
hugonotes,
ocurrida en
1572. Cuando le
decía a Yvonne
que sus libros
atravesarían los
siglos, que
necesitaban ser
traducidos a
otras lenguas,
tímidamente ella
sonreía. En la
bienal del Libro
de Rio en el
2003, el libro
espírita más
vendido fue
“Memorias de un
Suicida”, de su
autoría, y los
compradores
eran, en su
mayoría,
jóvenes.
¿Y sobre sus
propios libros?
¿Cuántos el
amigo ya ha
publicado y
cuáles son los
títulos?
Son cuatro
libros en total.
De mi autoría:
“La Conductora
de Sueños” e
“Yvonne – La
Médium
Iluminada”,
ambos publicados
por la CELD. En
coautoría:
“Carmelo Grisi,
él mismo”, de
Francisco
Cándido Xavier y
Gerson Sestini;
e “Inolvidable
Chico”, de Romeu
Grisi y Gerson
Sestini. Tengo
en imprenta en
este momento,
una obra
homenajeando a
Cairbar Schutel.
Además, colaboro
con el periódico
trimestral
“Consolador”,
editado por
nuestra
comunidad.
¿Qué es lo que
más le llama la
atención sobre
el conocimiento
espírita?
El conocimiento
espírita trae
una nueva visión
del universo y
ubica al ser
dentro de él
mostrando su
origen y su
destino como una
individualidad
inmortal. El
espírita
convencido no
teme al futuro,
incluso ante
obstáculos
aparentemente
imposibles de
ser superados,
pues sabe que
alcanzará el
triunfo y la
felicidad en su
camino
evolutivo.
¿Cómo analiza la
fase actual del
movimiento
espírita?
En posesión del
conocimiento y
de la evolución
moral alcanzados
por la
humanidad, no
podemos esperar
que el
movimiento
espírita crezca
en una espiral
logarítmica,
puesto que cada
uno de sus
componentes está
dotado de la
facultad de la
libre elección
de los caminos
que las leyes
divinas les
señalan. A pesar
de los escollos,
de la falta de
estudio de sus
asistentes, del
personalismo y
la vanidad de
los médiums,
escritores y
expositores,
personalmente
considero que,
ante la
masificación por
la que pasa, el
movimiento
espírita va
relativamente
bien en nuestro
país. En el
exterior nos
muestra aún poca
penetración por
el número de
mentes dedicadas
al hedonismo
materialista.
¿Algo más que
desee agregar?
Agradezco a la
revista “O
Consolador” la
oportunidad de
esta entrevista,
ubicándome como
humilde y
desinteresado
colaborador en
el movimiento
espírita, con la
inmensa
responsabilidad
de haber tratado
con misioneros
como Chico
Xavier, Yvonne
A. Pereira,
Vinícius, Roque
Jacintho,
Heigorina Cunha,
Altivo C.
Pamphiro, y
tantas otras
luminarias a los
cuales, un día
tendré que
presentar los
resultados de la
tarea que me
señalaron para
esta existencia.
|