Tenemos en el movimiento
espírita algunos libros,
y también artículos y
entrevistas, llevados de
forma impresa o digital,
cuyos autores afirman
haber sido el médium
Chico Xavier la
reencarnación de grandes
personajes de la
historia de la
humanidad. La mayor
parte de los autores
basan su convicción en
informaciones personales
que habrían sido
reveladas por el propio
médium. ¿Es posible?
Como más de un autor
confiesa, es cuestión de
creencia íntima. No
existe prueba
documental, ni
revelaciones
espirituales de varias
fuentes que confirmen
las reencarnaciones,
casi todas de personajes
famosos. No creemos que
haya mala fe en cuanto a
los relatos sobre las
revelaciones que habrían
sido dadas por el
inolvidable médium, pero
conversaciones íntimas
pueden ser interpretadas
equivocadamente. Sin
embargo, para nuestra
reflexión, tomemos las
revelaciones como
verdaderas. En ese caso,
tendríamos que admitir
que Chico Xavier,
anteriormente, fue
Platón, Juan
Evangelista,
Francisco de Asís y
Allan Kardec, entre
otros. Siendo así,
pasemos esas
informaciones por la
criba de la lógica, de
la razón y del buen
sentido, como nos
recomienda el
Espiritismo.
Los Espíritus Platón y
Juan Evangelista
comparecen en la
codificación espírita.
Pero ellos serían Allan
Kardec, ¿entonces quién
dictó los mensajes a
través de los médiums?
La primera hipótesis es
la de la emancipación
del alma, también
conocida como
desdoblamiento, fenómeno
anímico en que, en el
caso, Kardec, sentado a
la mesa en plena reunión
mediúmnica, él aún
habría dado las
comunicaciones. El hecho
es posible, pues
emancipados podemos
acceder con más
facilidad a los archivos
del inconsciente, donde
están registradas las
memorias de vidas
pasadas, y, parcialmente
desconectados del
cuerpo, nos comuniquemos
a través de un médium.
El fenómeno no se
discute, tenemos
incontables ejemplos de
su veracidad, pero,
preguntamos, ¿cuál es la
razón de eso? ¿Por qué
los Espíritus
Superiores, que dictaron
la doctrina, tendrían
necesidad de provocar
ese fenómeno? ¿No
sabemos que la
investigación sobre
vidas pasadas es lo que
menos importa? Y, en
este caso, ¿las
comunicaciones tendrían
el cuño de la falsedad?
Toda revelación debe
estar basada en pruebas
Aún aquí otra
observación importante:
Kardec, en sus escritos
en la Revista Espírita y
en Obras Póstumas,
informa que no tenía
facultad mediúmnica
ostensiva, siempre
sirviéndose de médiums
videntes, sonambúlicos,
psicografos,
psicofónicos y de
efectos físicos para
obtener las
informaciones sobre la
realidad espiritual. En
ese caso, ¿cómo explicar
que él hiciera la
emancipación del alma,
accediendo a archivos
conciénciales de vidas
pasadas, lo que es un
fenómeno raro, y no
tuviera conocimiento de
eso?
Otra explicación es que
Espíritus de la misma
elevación moral y
espiritual se habrían
presentado y firmado los
mensajes como si fueran
Platón y Juan
Evangelista,
respectivamente. Ese
fenómeno tampoco tenemos
necesidad de discutir.
En “El Libro de los
Médiums” eso es
estudiado y quedamos
sabiendo
que Espíritus de un
mismo orden pueden
sustituirse, cuando es
necesario. Ahora, si los
dos personajes estaban
reencarnados como Allan
Kardec, ¿cual es la
necesidad de eso? ¿Para
dar mayor veracidad al
Espiritismo? Pero el
propio codificador
afirma que los nombres
son de menor
importancia,
de hecho él prefirió
ocultar nombres de
médiums y comunicantes,
abreviándolos, por
ejemplo, de Sr. C.,
médium Srta. M. y así
por delante. Muchos
mensajes están firmados
por Un Espíritu
Protector, Un Espíritu
Amigo y nombres comunes
que nada significan para
nosotros.
Un documento es
presentado en prenda de
que Kardec fue el
filósofo griego Platón.
Una anotación del
codificador, de propio
puño, de que el espíritu
Zéfiro habría igualmente
revelado a él esa
encarnación. Recordemos
que Zéfiro reveló al
Prof. Denizard Rivail la
encarnación como
sacerdote druida con el
nombre
Allan Kardec. El
documento está guardado
en nuestro país, bajo
los cuidados de los
herederos del estudioso
e investigador Canuto
Abreu, que trajo harta
documentación histórica
de las tierras francesas
antes de la eclosión de
la segunda guerra
mundial. Ahora, toda
revelación debe
presentar pruebas, y eso
no existe, fue sólo una
información traída por
un único espíritu, que
Kardec anotó, y nada
más.
En vida, Chico Xavier
negó ser Kardec
reencarnado
No se puede dar
credibilidad a todo lo
que un espíritu dice,
aún más cuando no es un
espíritu superior, como
era el caso de Zéfiro.
Su revelación sobre el
sacerdote druida puede
ser investigada,
generando el libro “El
Genio Céltico y el Mundo
Invisible”, de León
Denis, una obra que
todos deben conocer.
Ahora, ¿cómo
investigar y probar que
Kardec fue Platón? El
hecho del codificador
haber hecho la anotación
revela sólo su espíritu
de organización y
registro de las
comunicaciones, y nada
más.
Bien, pasemos ahora la
palabra a Chico Xavier.
En una entrevista
concedida el 28 de
agosto de 1988, al
periódico Diario de la
Mañana, de
Goiânia-Goiás,
respondiendo a la
pregunta si sería Kardec
reencarnado, él
respondió: “No, no
soy. (...) digo esto con
serenidad. No soy.
Consulto mi vida
psicológica, mis
tendencias. Todo aquello
que tengo dentro de mi
corazón soy yo. No tengo
ninguna semejanza con
aquel hombre valiente y
fuerte que, en doce
años, dejó dieciocho
libros maravillosos”.
Si sus palabras son
producto de su extrema
humildad, tenemos aquí
una contradicción de
personaje: ¿humilde y
mentiroso? No podemos
concebir tal
comportamiento en Chico
Xavier, que dio pruebas
suficientes de bondad y
fidelidad a los
principios espíritas,
siendo denominado
hombre-amor, tal su
dedicación al amparo del
prójimo, y llamado
igualmente de ser ínter
existente, viviendo a la
vez la realidad material
y la realidad espiritual
de la vida, como decía
J. Herculano Pires.
De lo que tenemos
certeza es que Chico
Xavier fue un espíritu
bondadoso, fiel
observador de la
doctrina espírita,
trabajador incansable de
la caridad, médium
extraordinario sirviendo
de puente para el más
allá, ejemplo de
cristiano y ciudadano.
En cuanto a su pasado
histórico, las
existencias que tuvo en
otras encarnaciones,
no pasan de
especulaciones sin
fundamento científico,
sin prueba, las cuales
sólo podemos clasificar
como creencia de foro
íntimo y sin respaldo
doctrinario.
¿Es importante saber
quién fue Chico Xavier
en el pasado?
Esas especulaciones
siempre existieron, pero
se abultaron después de
la desencarnación del
médium minero, que en
vida prefirió el
silencio, buscando no
alimentar tales ideas,
pero, como vimos en su
entrevista aquí
reproducida, negó
vehementemente ser la
reencarnación de Allan
Kardec, lo que coloca en
duda, por lo tanto, las
demás figuras históricas
que habría vivido.
Tenemos que tener mucho
cuidado con la
infiltración de ideas
extrañas en el seno del
movimiento espírita,
ideas esas traídas por
autores encarnados y
desencarnados, sin
respaldo en la lógica,
en el bueno sentido y en
la razón, basadas sólo
en una afirmación y
colocando palabras en la
boca de quien ya no
está más aquí para
confirmar o no la
veracidad de la
información. ¿Y qué
cambia saber si Chico
Xavier fue tal o cual
personalidad en el
pasado? Absolutamente
nada. ¿Y por qué tendría
siempre que haber sido
un personaje famoso de
la historia humana? Eso,
inclusive, contradice la
información espírita,
de que el Espíritu
necesita pasar por
diversas experiencias
hasta llegar a la
perfección, pero si él
nunca consiguió quedar
en el anonimato y
realizar otras tareas,
¿cómo adquirir esas
experiencias?
Dejemos a nuestro
querido Chico Xavier dar
continuidad a su
trabajo, ahora en el
mundo espiritual,
disminuyendo las
especulaciones y
tratando con más
seriedad supuestas
revelaciones
espirituales.
Dediquemosno a estudiar
la vasta obra literaria
producida por los
Espíritus por su
intermedio, así
creciendo en comprensión
y transformándonos
moralmente. Eso es lo
más importante. Quién yo
fui en el pasado, quien
fue Chico Xavier en
existencias anteriores,
no tienen importancia,
nada modifican en el
contexto actual, ni
disminuyen ni añaden a
lo que somos y lo que
tenemos que hacer.
Cuidemos de realizar la
caridad, de ser hombres
y mujeres de bien, de
estudiar el Espiritismo
para mejor vivirlo,
combatiendo esa
tendencia de siempre
querer endiosar a los
otros, de santificar
aquel que vino sólo para
trabajar y dar
testimonio de su fe a
beneficio de los
hombres.
Sintonicemos con
Jesucristo, guía y
modelo de la humanidad,
para ser cartas vivas
del Evangelio, dejando
que cada uno dé cuenta
de sí junto a Dios.
Marcus De Mario é
Educador, Consultor,
Escritor radicado no Rio
de Janeiro-RJ.
|