habitada por
muchos
estudiantes,
posee tres
universidades.
Muchas de sus
construcciones y
ruinas fueron
destacadas por
la UNESCO como
patrimonio
histórico de la
humanidad, entre
ellas su famosa
catedral,
considerada su
tarjeta de
visita. |
Dueña de una
sensibilidad
cautivante, Ana
Claudia –quien
es natural de
Quirinópolis
(GO) – nos habla
en esta
entrevista como
fue su camino
espírita hasta
aquí y resalta
la importancia
de intercambiar
experiencias
entre personas
de diferentes
culturas
“Tenemos mucho
que ofrecer,
pero también
mucho que
aprender”, dice
ella.
¿Habiendo nacido
en Brasil,
cuándo y por qué
se mudó a
Inglaterra?
Nos mudamos a
Inglaterra en el
2001, junto a mi
esposo y mis dos
hijos pequeños,
en búsqueda de
trabajo, para
que así podamos
proporcionarles
un futuro mejor.
Vivimos en
Londres por casi
8 años y
regresamos a
Brasil, donde
nos quedamos por
dos años. Debido
a algunos
acontecimientos
de orden
personal,
decidimos
regresar a
Inglaterra,
escogiendo
Canterbury por
el hecho de ser
un lugar más
tranquilo, en
donde los chicos
se sentían más
libres, sin
hablar del costo
de vida y de
vivienda, que
aquí salen más a
cuenta
¿Cuál es su
formación
escolar?
Graduada de
secundaria
¿Cuál es
actualmente, su
actividad en el
medio espírita?
Actualmente, yo
y mi gran amigo
Alvaro
Zanlorenze
asumimos la
coordinación de
The Guiding
Light Spiritist
Society en
Canterbury-Kent.
También trabajo
como médium de
incorporación en
el mismo grupo.
¿Cuándo tuvo su
primer contacto
con el
Espiritismo?
Hace más o menos
15 años cuando
residía en
Brasil, por
medio de mi
hermano quien me
regaló “El
Libro de los
Espíritus”
¿Ocurrió algún
hecho o alguna
circunstancia
especial que
haya propiciado
ese contacto?
Sí, algunos
acontecimientos
como
presentimientos
que yo tenía y
no sabía de
dónde venían,
sueños que eran
muy reales,
muchas veces que
me sentía fuera
del cuerpo
físico cuando
dormía, pero al
mismo tiempo
podía ver a mi
cuerpo dormido…
En fin, en el
fondo yo siempre
supe que tenía
algo más,
siempre fui muy
sensitiva, desde
niña. Fueron
varios factores
que me llevaron
a indagar lo que
estaba
ocurriendo
conmigo.
Entonces,
gracias a mi
hermano, pude
entrar en
contacto con
este mundo
maravilloso de
la Doctrina
Espírita que me
trajo de regreso
al camino que yo
necesitaba
transitar para
encontrarme
nuevamente con
mi verdadera
esencia.
¿Cuál fue la
reacción de su
familia?
Mi hermano ya
era asistente
frecuente de un
centro espirita
y estudiante
asiduo del
Espiritismo.
Nuestro padre
siempre fue de
buen ánimo, pues
es un Espíritu
muy evolucionado
y siempre decía
que teníamos que
seguir nuestros
corazones y lo
que fuese mejor
para nosotros;
por eso, aceptó
de buena gana.
Nuestra madre,
que era y aún es
muy católica,
tuvo mucha
resistencia en
aceptar el nuevo
cambio,
principalmente
el mio, puesto
que yo siempre
participada con
ella en la
Iglesia
Católica. E
incluso enfrenté
tambien la
resistencia de
mi esposo,
puesto que él no
aceptaba mi
participación.
Fueron, en fin,
varios
obstáculos y
acontecimientos
que me lo
impedían, pero
yo fui
persistente y
hoy estamos yo y
mi esposo
trabajando como
médiums – yo
como médium de
incorporación y
él como
adoctrinador,
gracias a
nuestro buen
Padre y a los
benefactores
espirituales.
¿De los tres
aspectos del
Espiritismo,
ciencia,
filosofía y
religión, cuál
es el más le
atrae?
Filosofía.
¿Cuáles son las
actividades del
grupo espirita
en que usted
participa?
Participo de la
Atención
Fraterna, de los
estudios de “El
Libro de los
Espíritus”
en inglés y
portugués, el
estudio para la
preparación de
médiums, del
trabajo
mediúmnico y de
los pases.
¿Las reuniones
de su grupo son
frecuentadas
solamente por
brasileños?
Las reuniones
son mixtas:
tenemos la
participación
asidua de tres
ingleses, una
portuguesa y el
resto son
brasileños.
En su opinión,
los no
brasileños están
abiertos a los
principios
espíritas?
Entiendo que esa
apertura depende
mucho de la base
familiar que
ellos tuvieran y
también de la
manera como el
tema es tratado.
En algunos
casos, las
personas vienen
en búsqueda de
ayuda, pues
están
enfrentando
situaciones y
acontecimientos
que no pueden
explicar, y la
mayoría de las
veces hasta
piensan que hay
algo más allá de
la materia, pero
muchos aun no
admiten la idea
de la
reencarnación.
Aquí en nuestro
grupo, por
ejemplo, tenemos
una hermana que
vino en búsqueda
de respuestas
para algunas
manifestaciones
mediúmnicas que
estaba viviendo,
pero ella
rechaza el creer
en la
reencarnación,
pues, según
ella, el hecho
de haber sido
criada en un
hogar cristiano
le impide
aceptar la idea
de que somos
solo un alma que
habita varios
cuerpos. Con
todo, al mismo
tiempo, ella
tiene la
apertura para
tratar de
entender mejor
el tema y dice
sentirse muy
bien
participando del
estudio de “El
Libro de los
Espíritus”.
En el caso de la
iglesia en donde
hacemos nuestras
reuniones, que
es una iglesia
espiritualista,
pero con
principios
diferentes,
ellos trabajan
en las
curaciones, en
los mensajes
mediúmnicos,
pero no admiten
el trabajo de
desobsesión,
puesto que no
creen que exista
obsesión. Eso es
muy complejo
para ellos aún,
pero con mucha
paciencia y amor
vamos
adentrándonos en
el mundo de
ellos, tratando
de insertar la
idea con
bastante
cautela. El
hecho de que el
presidente de la
iglesia nos haya
cedido un
espacio dentro
de la misma
iglesia para que
hagamos nuestro
trabajo
mediúmnico, ya
es un gran
comienzo. Nada
es por el acaso,
todo tiene su
propósito.
Siempre lento y
constante…
Se comenta mucho
que en Europa en
general, o fuera
del Brasil, la
parte religiosa
del Espiritismo
queda “más
escondida” por
el hecho de que
las personas son
más escépticas.
¿Cuál es su
visión sobre
este tema?
En mi opinión yo
pienso que sí,
ellos realmente
son muy
escépticos y muy
lógicos también,
entonces depende
de nosotros los
trabajadores de
esa siembra de
Cristo el tener
mucha cautela,
buen sentido y
respeto al
intentar
introducir
nuestras ideas
para ellos,
siempre
recordando que
aunque estamos
todos
conectados, cada
uno está en un
nivel propio de
evolución y
aprendizaje y
que cada uno
tiene su hora, y
esa hora llegará
a todos. Todo
tiene su tiempo,
todos está
dentro de los
planos del
Creador. Pienso
que nosotros,
como espíritas
trabajando aquí
en este país,
tenemos un gran
propósito que
cumplir, pero
también pienso
que todo es un
intercambio,
pues al final de
cuentas somos
todos Espíritus
encarnados con
propósitos
diferentes.
Entonces depende
de nosotros el
ser humildes y
aceptar las
diferencias.
“Somos todos
iguales en
nuestras
diferencias” y
eso que es lo
bonito de toda
esta interacción
con ellos y con
esta cultura tan
diferente de la
nuestra. Tenemos
mucho que
ofrecer, pero
también mucho
que aprender.
Se sabe que la
época de
Regeneración ya
comenzó. Para
usted, ¿Qué tan
lejos estamos de
alcanzar esa
fase?
Pienso que todo
depende mucho de
cómo analizamos
todo lo que está
ocurriendo en el
momento actual,
puesto que de
cierta manera
estamos siendo
impulsados a
acompañar la Ley
de cambio que
está ocurriendo,
no solo
exteriormente,
sino de manera
mucho más
intensa
interiormente.
Cada uno de
nosotros está
enfrentado una
batalla
interior, y en
esa batalla
estamos teniendo
la oportunidad
de rehacer todo
aquello que
dejamos de hacer
en el pasado;
estamos todos en
una búsqueda
constante para
entendernos a
nosotros mismos,
el mundo vive un
momento de
división entre
las personas,
pero al mismo
tiempo existe
algo que las
une, que es
justamente esa
búsqueda para
entender lo que
somos, qué
vinimos a hacer
aquí, para dónde
vamos.
¿Cuál debería
ser la conducta
ideal de los
dirigentes y
trabajadores
espíritas para
auxiliar con más
énfasis esta
fase
transitoria?
Una vez más
sería trabajar
en sí mismo en
primer lugar,
pues el
dirigente de un
grupo no fue
colocado en él
solamente para
coordinar, sino
principalmente
para aprender,
pues el
propósito de un
dirigente
espírita es
acoger, amar y
respetar, ser
paciente para
con el tiempo
del otro. Y que
para que todo
eso sea posible,
la principal
herramienta es
siempre la
humildad y la
capacidad de
entender el
dolor ajeno,
tratando de
colocarse en el
lugar del otro.
Y lo más
importante de
todo es que un
líder de verdad
busque trabajar
en equipo con
aquellos con
quienes viven el
mismo ideal. El
verdadero
trabajador
espírita no debe
nunca juzgar, ni
tampoco tener
preconceptos,
púes estamos
aquí para tocar
almas, almas que
ansían amor,
cariño y
compasión.
Y en la actual
circunstancia,
aquellos que nos
buscan no vienen
en búsqueda de
respuestas
externas y sí
por lo que
ocurre en su
interior, pues
el dolor
interior es
inmenso y para
entenderlo es
necesario que no
nos quedemos
solo en la
teoría, es
necesario partir
a la
experiencia, y
para
experimentar es
necesario
trabajar. Otro
punto
fundamental es
la unión entre
dirigentes y
trabajadores.
¿Cómo seremos
capaces de
acoger a
aquellos que
vienen hasta
nosotros, si no
tenemos armonía
entre nosotros
mismos? Para mi
es fundamental
que esa reforma
íntima comience
dentro del
grupo, siendo
instrumentos
unos de otros,
siempre con el
objetivo de
aprender, pues
lo aprendido
comienza en el
grupo y de allí
comienza a
expandirse a
aquellos que
vienen en
búsqueda de
consuelo. Sólo
seremos capaces
de amar,
comprender y
aceptar al
prójimo cuando
comencemos a
amarnos, a
comprendernos y
aceptarnos. Para
mi, cada grupo
espírita que es
formado no es
nada más que el
reencuentro de
almas amigas y
afines y también
de almas de
algunos deudas a
ser canceladas,
en que cada una
de esas almas
pidió, antes de
reencarnar, que
en el momento
exacto ese
encuentro
ocurriese, y
así tener la
gran oportunidad
de cumplir con
la misión
encomendada y
también aprender
a trabajar
sentimientos mal
resueltos
anteriormente
Aquellos que
vienen a nuestro
encuentro no
vienen
gratuitamente;
todo tiene un
propósito… Con
esos
reencuentros se
fortalece el
amor, la fuerza,
la felicidad, la
confianza y la
voluntad de
vivir.
Generalmente
somos atraídos
para unirnos con
aquellos con
quienes, en la
mayoría de las
veces, tenemos
deudas pasadas,
o con aquellos
con quienes ya
tuvimos alguna
unión
energética. Esa
energía es la
fuerza que nos
une en este
inmenso universo
que va más allá
de nuestra
percepción
física. Cuando
esa fuerza del
amor habla más
alto dentro de
nosotros, es más
fácil romper con
los desafíos de
la vida. El amor
es algo
inagotable, es
energía intensa
que, cuando es
irradiada, se
expande y eleva
más allá del
horizonte, en
donde se
transforma en
luz que entra en
sintonía con
otras luces….
¿Qué es lo que
el Espiritismo
representa para
usted? ¿Cuál es
la importancia
que tiene en su
vida?
El Espiritismo
es para mí
realmente el
Consolador
prometido, que
vino para
enseñarnos que
el verdadero
sentido de la
vida está en
conocerse a si
mismo. En mi
vida el impacto
fue grande, pues
como dije antes,
fue a través del
conocimiento de
esa doctrina que
encontré las
respuestas para
aquello que me
ocurría, pero
los más
importante de
todo fue ese
bucear dentro
de mí misma, esa
intensidad con
que esa energía
maravillosa nos
toca y nos lleva
a ese viaje, en
que el camino
muchas veces es
arduo, en donde
nos depara
conflictos que
nosotros mismos
creamos, en
donde los
desafíos son
inmensos, en
donde el
vencerse a si
mismo se vuelve
uno de los
trabajos más
difíciles, pero
lo más bonito de
todo es
comprender que
en cada desafío
vencido, una
nueva
oportunidad
surge para que
así podamos
continuar firmes
y fuertes,
siempre con la
certeza de que
somos Espíritus
inmortales y
eternos, y que
nuestra
evolución es
inevitable y que
no es posible
posponerla. Ese
reencuentro con
nosotros es
doloroso, pero
en contraparte
el retorno que
toda esa
experiencia nos
trae no tiene
precio. Lo que
está invisible a
los ojos está
latente en la
esencia, que es
el punto de
partida para
algo más allá de
la materia, en
donde lo que
importa es lo
que está dentro
y no lo que está
afuera. Lo
externo es el
reflejo de lo
interno… La
mitad de aquello
que somos es la
exigencia de lo
exterior, la
otra mitad queda
escondida, y
solo accedemos a
ella cuando la
fuerza del
espíritu habla
más alto…
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