Formada en
Periodismo y
Relaciones
Públicas es
espírita desde
1986, ella nos
habla sobre el
libro al que nos
referimos y de
otros temas
diversos, en la
siguiente
entrevista. |
¿De dónde surgió
el libro
Comience por el
Comienzo?
De los cursos
que dicto desde
el inicio del
2000. Era común
en el público
presente el
sugerir la
elaboración de
un libro en el
que pudiese
profundizar los
puntos
presentados en
los encuentros.
Con el paso del
tiempo pensé que
sería una manera
de ampliar el
alcance del
mensaje,
llamando la
atención hacia
el trabajo de
Educación
Espírita
Infanto-Juvenill.
¿Cuáles son las
repercusiones de
la publicación?
Superaron
totalmente mis
expectativas, al
punto que la
obra está siendo
considerada como
una especie de
manual de
implementación
de la actividad
de Educación
Espírita del
niño y del
joven. Recibo
emails de
trabajadores que
dicen haber
encontrado en el
libro una
orientación para
el trabajo, así
como relatando
resultados
positivos
obtenidos con la
aplicación de
los consejos
contenidos en
él. Tengo
noticias de
muchas casas
Espíritas que
adoptaron la
obra para el
estudio en su
casa, por los
educadores y
hasta por otros
sectores. Es
mucho más de lo
que podría
imaginar o
querer, al
final, mi único
objetivo al
escribir
Comience por el
comienzo fue
compartir la
experiencia que
adquirí en los
años de trabajo
en esa área,
colaborando con
los trabajadores
del sector.
Usted también
tiene una
columna en la
Revista
Internacional de
Espiritismo.
Coméntenos ese
hecho.
Esa fue otra
gran sorpresa en
virtud de la
buena
repercusión
generada.
Intento usar ese
espacio para
colocar temas
relacionados con
la tarea de
llevar la
doctrina
espírita a más
jóvenes,
intentando
auxiliar a los
que militan en
esa área. A los
lectores les ha
gustado la
columna y es
común el recibir
contactos de
personas
pidiendo permiso
para usar los
textos en
conferencias y
estudios en las
instituciones
espíritas
(citando la
fuente, claro).
Creo que es
fantástico que
eso ocurra
porque es una
señal de que
estamos
consiguiendo
atender las
expectativas del
público.
¿Qué la
sensibiliza más
en el trabajo
con el niño?
¿Por qué?
Son muchos los
aspectos. Entre
ellos:
-
La
capacidad de
entendimiento de
la base
doctrinaria por
parte de los más
jóvenes (muchos,
erróneamente,
piensan que los
niños solo
entiende la
parte moral del
Espiritismo) y
la manera como
llevan a la
práctica lo que
es discutido en
las reuniones de
estudio.
-
La
sinceridad en la
evaluación de la
manera como el
trabajo está
siendo
conducido, lo
que facilita el
perfeccionamiento
por parte del
equipo de
Educadores.
-
Los lazos
de afecto que
son creados
cuando, de
hecho, existe
amor entre ambas
partes. Es
común, por
ejemplo, recibir
dibujos con
“declaraciones
de amor”
(verdaderos
tesoros que
guardo con
cariño) o que
los Educandos me
presenten a su
enamorada(o). Es
decir, es una
manera de decir
que soy parte de
la vida de
ellos. En fin,
no faltan
emociones y
lindas historias
de amor.
En estos años de
trabajo, ¿qué
hecho resaltante
le gustaría
transmitir a los
lectores?
Son tantos que
es difícil
seleccionar solo
uno. Pero
relataré uno
reciente, cuando
un educando de 5
años, con
nostalgia del
abuelo
recientemente
desencarnado,
llegó al Centro
y dijo que
quería quedarse
conmigo y hacer
un dibujo para
el abuelo. Me
quedé en un
espacio
reservado con
él, porque
percibí que
necesitaba de
eso, y me quedé
extremadamente
emocionada
cuando él me
entregó la hoja
que mostraba el
cuerpo del
abuelo sepultado
y al Espíritu
libre, flotando
sobre el cajón.
Y, además de
eso, como el
mensaje espírita
es un poderoso
auxilio en la
caminata
terrestre – y
cuanto antes lo
conozcamos,
mejor.
En los viajes a
conferencias y
lanzamientos de
la obra con
autógrafos,
¿qué usted ha
sentido de las
instituciones
en cuanto al
trabajo con el
niño en el país?
¿Cuáles son sus
impresiones?
Pienso que se
comienza a
realizar algo en
ese sentido,
principalmente,
en lo que se
relaciona a los
cuidados con el
medio ambiente –
lo que es un
buen comienzo -,
pero que aún hay
mucho por hacer.
A través del
estudio de la
Ley de progreso
y de la Ley de
Sociedad, por
ejemplo, los
Educandos pueden
ser invitados a
opinar sobre las
maneras de que
ellos actuarían
de manera
positiva en la
sociedad que los
rodea. Y, es
importante: que
sean estimulados
a practicar las
acciones
pensadas. Y
ellas pueden ser
sencillas, como
por ejemplo,
promover le
contacto entre
las
generaciones, en
donde los más
viejos de la
Casa Espírita
pueden contar
sus historias a
los más nuevos y
estos, a su vez,
puede auxiliar a
los más ancianos
con pequeños
cuidados (a
descender de las
escaleras, a
llevar agua,
etc.)
¿Con el
desarrollo
actual de la
sociedad,
incluso de los
niños claro, los
métodos usados
por las
instituciones en
las llamadas
clases de
Evangelización
Infantil están
atendiendo la
demanda y las
expectativas de
esa faja de
edad?
De manera
general, no. A
pesar del gran
empeño y el
amor, gran parte
de las
instituciones
mantienen
métodos arcaicos
que no captan la
atención de los
niños de hoy en
día. Ese fue uno
de los motivos
que me hicieron
buscar
alternativas y
me llevó a la
metodología
presentada en el
libro
Comience por el
comienzo. El
cambio empezó
por la propia
nomenclatura: de
Evangelización
(enseñanza
restringida al
evangelio o a la
parte moral)
para Educación
Espírita que
envuelve toda la
base doctrinaria
(según Allan
Kardec) y
establece lazos
más profundos,
con una mirada
especial sobre
cada uno de los
Educandos que,
al final son
nuestros
compañeros de
aprendizaje y
tienen en
nosotros,
Educadores,
modelos a ser
seguidos. En ese
sentido, pienso
que es necesaria
una
actualización de
herramientas,
discursos, en
fin, una
adecuación a los
Espíritus de
hoy, en la
condición de
niños, recibimos
en las Casas
Espíritas.
¿Y qué decir los
desafíos
enfrentados por
los padres
actualmente?
Son muchos, de
hecho. Pero
pienso que la
base doctrinaria
es una gran
herramienta para
auxiliar en la
difícil tarea de
educar a
nuestros niños.
En ese sentido,
las Casas
Espiritas, a mi
ver, deben usar
sus espacios
para
conferencias y
debates sobre
temas relevante
para los padres.
Buscar
profesionales
del área de la
educación,
salud,
psicología, en
fin, personas
capacitadas para
resolver dudas,
promover debates
saludables, en
fin, ofrecer
informaciones a
los padres. Los
Educadores
Espíritas, a su
vez, deben hacer
un trabajo
planificado y
dejar claro a
los padres (y
las demás
personas de la
Casa Espirita)
que ofrecen un
trabajo
responsable y de
calidad que
puede servir de
apoyo a los
padres en el
proceso
educativo. De
esa manera,
habrá una mayor
valoración de la
actividad y un
trabajo a dos
manos, con
padres y
Educadores
unidos para
ofrecer lo que
fuera mejor a
los niños y
jóvenes.
¿De la
institución
espírita a la
que se vincula,
cual experiencia
le gustaría
transmitir a los
lectores?
Destaco la
creación de la
Galería Espírita
Vasículo Gomes
cuando, en un
espacio pequeño,
reunimos obras,
cuadros, móviles
y libros (entre
otros ítems) que
cuentan la
historia del
Espiritismo y
del propio CE
Gabriel
Ferreira,
ofreciendo al
público un local
de convivencia
(antes y después
de las
reuniones) y
perpetuando la
historia. Es
algo sencillo y
que, a mi ver,
es de esencial
importancia para
la sociedad y
para el
movimiento
espírita.
¿Algo más que le
gustaría
comentar?
Solo agradecer
el cariño y la
posibilidad de
hablar un poco
de mi trabajo
que, en verdad,
es desarrollado
en equipo.
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