Cosas que no se
dicen
a los
niños
Toda vez que se
discute el tema
de la educación
del niño, luego
nos viene a la
mente el papel
de los padres,
que son, sin
duda alguna, los
más interesados
en que sus hijos
se tornen
personas dignas,
de buen carácter
y conducta sin
defecto.
Es necesario
entender, no
obstante, que
son también
ellos – los
padres – los
grandes
responsables
para que eso
ocurra. Al fin y
al cabo, la
tarea que les
fue otorgada no
puede jamás ser
descuidada o
ignorada, una
vez que no se
trata apenas de
una tarea, pero
de verdadera
misión.
Atentemos para
lo que nos es
enseñado en la
cuestión n. 582
d’ El Libro
de los
Espíritus,
de Allan Kardec:
582.
¿Se puede
considerar como
misión la
paternidad?
“Es, sin
contestación
posible, una
verdadera
misión. Es al
mismo tiempo
grandísimo deber
y que envuelve,
más de lo que
piensa el
hombre, su
responsabilidad
cuanto al
futuro. Dios
colocó el hijo
bajo la tutela
de los padres, a
fin de que ellos
lo dirijan por
la senda del
bien, y les
facilitó la
tarea dando a
aquél una
organización
débil y
delicada, que lo
torna propicio a
todas las
impresiones.
Muchos hay, no
obstante, que
más cuidan de
enderezar los
árboles de su
jardín y de
hacerlos dar
buenos frutos en
abundancia, que
formar el
carácter de su
hijo. Si éste
viene a sucumbir
por culpa de
ellos,
soportarán los
disgustos
resultantes de
esa caída y
compartirán de
los sufrimientos
del hijo en la
vida futura, por
no haber hecho
lo que estaba a
su alcance para
que él consiga
avanzar en la
carretera del
bien.”
Días atrás nos
llegó a la mano
un texto
interesante,
titulado 10
cosas que no
debemos decir
para los niños.
Enviado por
alguien
conectado a la
Biblioteca
Virtual de la
Antroposofía, de
Florianópolis-SC,
la única
información al
respecto de su
autoría dice
apenas que se
trata de textos
judaicos. Si eso
fuese verdad, no
existiría en
ellos influencia
de las ideas
cristianas y,
obviamente, de
las ideas
espíritas, hecho
que no les
retira la
importancia y la
actualidad,
motivo por lo
cual deseamos
compartirlos con
el lector:
1 – No rotule su
hijo de
travieso,
pesado, lento u
otro adjetivo
agresivo, mismo
que sea en
broma. Eso puede
hacer con que él
se torne
realmente eso.
2 – No diga sólo
sí. Los no y los
porqués son
esenciales para
el desarrollo
del niño.
3 - No pregunte
al niño si él
quiere hacer una
actividad
obligatoria o ir
a un evento
indispensable.
Diga apenas que
ahora es la hora
de hacerlo.
4 – No mande el
niño parar de
llorar. Si fuese
el caso,
pregunte el
motivo del lloro
o apenas pida
que mantenga la
calma.
5 – No diga que
la inyección no
va a doler,
porque tú sabes
que va a doler.
A menos que sea
gotita, diga que
será rápido o
sólo un
pinchazo, pero
no lo engañe.
6 – No diga
palabrotas. Su
hijo va a
repetir las
palabras
malsonantes que
oír.
7 – No te rías
del error del
niño. Hacer
chiste con su
mal
comportamiento o
errores en el cambio de letras
puede inhibir el
desarrollo
saludable.
8 – No diga
mentiras. Todos
los
comportamientos
de los padres
son aprendidos
por los hijos y
sirven de
espejo.
9 – No diga que
fue apenas una
pesadilla y lo
mande volver a
la cama. Los
niños tienen
dificultad de
separar el mundo
real del
imaginario.
Cuando ocurrir
un sueño malo,
cálmelo y
llévelo para la
cama, haciéndole
compañía hasta
dormir.
10 – Nunca diga
que va a
marcharse caso
no sea
obedecido.
Amenazas y
chantajes nunca
son saludables.
Hablando sobre
la finalidad de
la infancia,
enseña el
Espiritismo (El
Libro de los
Espíritus,
cuestión 385)
que es en esa
etapa de la vida
que se puede
reformar el
carácter y
reprimir las
malas
predisposiciones
de un niño. Y es
precisamente ése
el deber que
Dios impuso a
los padres,
misión sagrada
de que tendrán
que dar cuentas.
Los consejos que
arriba
reproducimos no
agotan el
asunto, pero
pueden
perfectamente
ayudarnos en esa
misión, cuya
eficacia
dependerá
directamente del
esfuerzo y de la
dedicación con
que la
realizamos.
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