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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 7 352 – 2 de Marzo de 2014

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 



El Cielo y el Infierno

Allan Kardec

(Parte 21)
 

Continuamos el estudio metódico del libro “El Cielo y el Infierno, o la Justicia Divina según el Espiritismo”, de Allan Kardec, cuya primera edición fue publicada el 1º de agosto de 1865. La obra integra el llamado Pentateuco Kardeciano. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al  final del texto.

Preguntas para debatir

A. ¿Orar sobre la tumba puede ayudar al desprendimiento del Espíritu?

B. ¿Qué tipo de arrepentimiento es más fructífero y útil?

C. ¿Cuál es el efecto del orgullo en las personas?

D. El Espíritu, aún en turbación, ¿entiende cómo sucede el fenómeno de la manifestación mediúmnica?

Texto para la lectura 

184. Fallecido como consecuencia de una caída del carruaje en el que paseaba, Auguste Michel – quien fuera rico, bohemio y gozara ampliamente la vida material – estaba aún perturbado días después de su muerte. “Me preocupa esta incertidumbre cruel de mi futuro”, dijo en su primera comunicación. “El doloroso sufrimiento corporal que he experimentado no es nada, comparándolo con esta turbación. Orad para que Dios me perdone”, le pidió al médium. (Segunda Parte, cap. IV, Auguste Michel.)

185. Diez días después, Auguste Michel decía que aún estaba unido a su cuerpo: “Sólo con dificultad puedo ver donde me encuentro; mi cuerpo está allá, ¿y por qué también permanezco allá? Venid a orar sobre él para que pueda liberarme de esta prisión cruel…” (Segunda Parte, cap. IV, Auguste Michel.)

186. Casi un mes después de la primera manifestación, Auguste Michel imploró de nuevo al médium que vaya a orar junto a su tumba, porque su turbación persistía. “Id a ese lugar –   es necesario – y dirigid una oración al Señor para que me perdone”, suplicó el Espíritu. “Siento que podré estar más tranquilo, pero vuelvo sin cesar al lugar en el que se ha depositado lo que me pertenecía.” Los pedidos del Espíritu recién fueron satisfechos dos meses después del primer mensaje, y sólo entonces se sintió libre de la aflicción en que vivía. (Segunda Parte, cap. IV, Auguste Michel.)

187. Un exbohemio desencarnado escribió: “Las pasiones humanas son grilletes apretados que se enroscan en la carne; siendo así, no les deis abrigo. ¡Vosotros no sabéis lo que esto cuesta cuando regresamos a la patria!” Y agregó: “¡Ah! Cubríos de buenas obras que os ayuden a franquear el Espacio entre vosotros y la eternidad. Manto brillante, ellas esconden vuestras torpezas humanas. Envolveos en la caridad y en el amor – vestidos divinos que duran eternamente”. (Segunda Parte, cap. IV, Lamentaciones de un bohemio.)

188. Respecto al mensaje del exbohemio, el Guía del médium se refirió a las vicisitudes que enfrentan en la vida espiritual los hombres de vida sensual que no dieron al Espíritu otra actividad más allá de la búsqueda de nuevos placeres: “La influencia de la materia les sigue más allá de la tumba, sin que la muerte ponga término a los apetitos que a su vista, tan limitada como cuando estaban en la Tierra, buscan en vano los medios de satisfacerlos. Como nunca han buscado el alimento espiritual, vagan en el vacío, sin norte, sin esperanza, presos a esa ansiedad de quien no tienen ante de sí más que un desierto sin límites”. “La inexistencia de elucubraciones espirituales trae naturalmente la nulidad del trabajo espiritual después de la muerte; y porque no les quedan medios para satisfacer el cuerpo, no les quedará nada para satisfacer al Espíritu.” (Segunda Parte, cap. IV, Lamentaciones de un bohemio.)

189. El ejemplo de Lisbeth – rica, bella y noble -, cuyo orgullo fue su perdición, suscitó en el Guía del médium el siguiente consejo: “Purificad vuestros corazones, sed humildes, amaos y ayudaos sin olvidar jamás la fuente de todas las gracias, fuente inagotable en la cual todos pueden saciarse a gusto, fuente de agua viva que apaga la sed y nutre a la vez, fuente de vida y dicha eternas”. (Segunda Parte, cap. IV, Lisbeth.)

190. Comentando el mensaje del príncipe Ouran, que también se perdió por el orgullo, Kardec dice que los Espíritus que fracasan generalmente alegan que tenían un compromiso superior a sus propias fuerzas, lo cual es un error. Dios no da a nadie más de lo que puede soportar; lo que les falta es la voluntad y ésta depende exclusivamente de ellos. “Con  fuerza de voluntad – afirma Kardec – no hay inclinaciones viciosas que no se puedan superar; pero cuando un vicio nos place, es natural que no hagamos esfuerzos para dominarlo. Por lo tanto, sólo debemos atribuir a nosotros mismos las respectivas consecuencias.” (Segunda Parte, cap. IV, El Príncipe Ouran.)

191. El Guía del médium que recibió el mensaje del príncipe Ouran dijo que Dios es muy justo en su sabiduría y toma en cuenta los esfuerzos del individuo para dominar sus malos instintos. “Cada victoria sobre vosotros mismos – dijo la Entidad – es un peldaño ascendido en esa escalera que tiene un extremo en la Tierra y otro a los pies del Juez Supremo.” (Segunda Parte, cap. IV, El Príncipe Ouran.)

192. El Espíritu de Pascal Lavic, quien falleció ahogado en el mar a los 49 años de edad, dijo haber vagado mucho tiempo, unido al cuerpo, sobre las olas del mar: “La separación de mi Espíritu del cuerpo sólo sucedió después que reconocí mis faltas; y después de eso, aún sin apartarme totalmente, lo acompañé en el océano que lo había tragado”. Lavic informó que fueron las oraciones de sus amigos de la Tierra las que lo sacaron del estado de turbación e incertidumbre en que se encontraba. (Segunda Parte, cap. IV, Pascal Lavic.) 

Respuestas a las preguntas propuestas 

A. ¿Orar sobre la tumba puede ayudar al desprendimiento del Espíritu?

Sí. El hecho fue comprobado en el caso de Auguste Michel, que insistió para que determinado médium orase sobre su tumba. Hecho esto, se sintió liberado. La insistencia del Espíritu tenía su razón de ser si tomamos en cuenta la tenacidad de los lazos que lo retenían al cuerpo y la dificultad de su desprendimiento como consecuencia de la materialidad de su existencia. Se comprende que, al acercarse, la oración podía ejercer una especia de acción magnética más poderosa para ayudar al desprendimiento. La costumbre casi general de orar junto a los cadáveres, ¿no provendrá de la intuición inconsciente que se tiene de tal efecto? (El Cielo y el Infierno, Segunda Parte, cap. IV, Auguste Michel.)

B. ¿Qué tipo de arrepentimiento es más fructífero y útil?

El arrepentimiento es inútil cuando sólo es producido por el sufrimiento. El arrepentimiento fructífero tiene como base el dolor de haber ofendido a Dios, y produce el deseo ardiente de una reparación. Esa es la razón por la cual el arrepentimiento no siempre lleva a la liberación inmediata del Espíritu. No obstante,  lo predispone a ella – y eso es todo. Pero es necesario además, probar la sinceridad y firmeza de la resolución por medio de nuevas pruebas reparadoras del mal realizado. (Obra citada, Segunda Parte, cap. IV, Lisbeth.)

C. ¿Cuál es el efecto del orgullo en las personas?

El orgullo, padre de todos los defectos morales, genera la soberbia, la tiranía, el egoísmo y es, en sí mismo, la fuente de todos los sufrimientos que agobian al individuo, como consecuencia de la ley de causa y efecto, que rige el destino de los hombres. (Obra citada, Segunda Parte, cap. IV, El Príncipe Ouran.)

D. El Espíritu, aún en turbación, ¿entiende cómo sucede el fenómeno de la manifestación mediúmnica?

No. El Espíritu en turbación no tiene libertad de elección y es conducido de manera instintiva y por atracción hacia el médium que demuestre una aptitud especial para las comunicaciones de ese género. (Obra citada, Segunda Parte, cap. IV, F. Bertin, 2º mensaje.)

 

 

 


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