conferencista
espírita.
Estudioso del
Evangelio y de
Jesús, Marcio
nos concedió la
presente
entrevista, en
la que nos habla
sobre los 150
años de El
Evangelio según
el Espiritismo. |
¿De dónde le
vino el gusto
por el estudio
de las
enseñanzas de
Jesús?
Desde mi
infancia, cuando
tuve la
oportunidad de
estudiar en un
colegio en el
que había clases
de religión y
las profesoras
leían pasajes
del Evangelio y
pedían que los
alumnos hicieran
resúmenes e
interpretaciones
de lo que se
había leído. En
mi pre
adolescencia,
después que
desencarnó mi
abuela materna,
un tío, que es
espírita, nos
regaló un
ejemplar de “El
Evangelio según
el Espiritismo”
y una
suscripción a la
revista
“Reformador” de
la FEB. Eso me
dio una gran
motivación, por
la posibilidad
del
entendimiento
que facilitó el
Espiritismo.
¿Qué es lo que
más le llama la
atención en los
Evangelios?
La profunda
coherencia entre
las enseñanzas y
los actos de
Jesús. No hay
otro ser humano
que haya
mantenido tan
grande
consistencia
entre el
discurso y la
práctica.
Considerando los
150 años de El
Evangelio según
el Espiritismo,
¿cómo estudiarlo
de una manera
más provechosa?
Entiendo que la
forma más
provechosa es
con una profunda
concentración y
con el corazón
abierto.
Recordando la
Parábola del
Sembrador,
debemos dejar
que el corazón
sea tierra
fértil para la
germinación de
las semillas
lanzadas por
Jesús. Y,
además, recordar
que él es no
sólo el
sembrador, sino
el gran
cultivador de
nuestros
corazones.
Pensando en las
parábolas y en
las enseñanzas
de Jesús, que
Kardec utilizó
para componer
la obra, como
estudioso del
Evangelio, ¿qué
destacaría al
lector como
auténtica guía
de vida ante los
desafíos de lo
cotidiano?
El Sermón de la
Montaña, que
constituye la
gran síntesis
del
Cristianismo. El
constituyó una
buena parte de
aquello que
Kardec escogió
para estudiar en
su obra. Mahatma
Gandhi, Espíritu
iluminado,
conforme
registró
Emmanuel en el
libro “A camino
de Luz”, cierta
vez dijo que si
la Humanidad
perdiese todos
los libros
religiosos, pero
preservase el
Sermón de la
Montaña, tendría
todo lo que se
necesita.
¿Qué consejos le
daría a quien
desea
profundizarse en
los textos de la
obra, de manera
que ellos – en
sus 28 capítulos
– se transformen
efectivamente en
luz que ilumine
los caminos
humanos ante los
graduales y
crecientes
desafíos del
progreso?
Estudiar y
experimentar en
el día a día los
beneficios de su
aplicación. En
el proceso de
estudio, es muy
productivo el
uso de las obras
complementarias
de
interpretación
como, por
ejemplo, los
libros de
Emmanuel. De ese
querido autor,
merecen ser
destacados
libros como los
de la serie
Fuente Viva,
que abren
nuestro
entendimiento y
apuntan hacia
las aplicaciones
prácticas.
Pensando en las
tres obras
clásicas de
Cairbal Schutel
– “Parábolas y
Enseñanzas de
Jesús”, “Vida y
Hechos de los
Apóstoles” y “El
Espíritu del
Cristianismo” –
¿qué motivación
podemos llevar
al lector para
que conozca esas
notable sobras,
dada su relación
directa con las
enseñanzas de
Jesús?
Son libros
memorables,
indispensables
para el
estudioso del
Evangelio. Las
interpretaciones
traídas por
Cairbar son
verdaderas
perlas. Cito
aquí alguna de
ellas, sólo para
despertar la
voluntad del
lector: “… la
Parábola del
Buen Samaritano
se refiere
verdaderamente a
Jesús; el
viajero herido
es la Humanidad
saqueada de sus
bienes
espirituales y
de su libertad,
por los
poderosos del
mundo…”
¿De qué manera
acercar más el
Evangelio de
Jesús al corazón
angustiado del
ser humano de la
actualidad?
Demostrando que
el Evangelio es
una guía segura
para reducir la
distancia que
nos separa de la
felicidad. En el
capítulo VI de
“El Evangelio
según el
Espiritismo”, El
Espíritu de
Verdad nos
aconseja: “…
Espíritas!
Amaos, éste es
el primer
mandamiento;
instruíos, éste
es el segundo”.
El estudio del
Evangelio nos
favorece la
práctica del
amor, que a su
vez nos
incentiva a
estudiar más las
enseñanzas de
Jesús. Es un
círculo
virtuoso, cuyos
beneficios son
rápidamente
observados por
el estudioso
atento.
¿Algo más que le
gustaría agregar
de su vivencia
personal como
espírita y
estudioso del
Evangelio?
Mi sincera
gratitud a Jesús
por su obra de
amor y su
inmensa caridad
por el envío del
Consolador, que
ya estaba
prometido hace
dos mil años.
Sus palabras
finales
Me gustaría
finalizar
recordando a
Emmanuel: “Jesús
y Kardec están
perfectamente
conjugados por
la Sabiduría
Divina. Jesús es
la puerta.
Kardec es la
llave.”
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