A veces
oímos
ponentes
espíritas,
aunque
bien
intencionados
– pero,
discúlpenos
la
sinceridad
–, bien
mal
informados,
hablan
cosas
que son
dolorosas
de oír,
tal es
el
disparate.
Específicamente,
estamos
refiriéndonos
al tema
sobre la
evolución
de los
seres,
cuando
presenciamos
un
determinado
conferenciante,
hasta de
mucho
conocimiento,
decir
que, en
la
cuestión
de la
evolución
de las
especies,
Kardec
se
anticipó
a
Darwin.
Quedamos
boquiabiertos,
tamaña
nuestra
sorpresa
delante
de tal
información,
pues,
para
nosotros,
fue
Kardec
quién
utilizó
la
teoría
de
Darwin,
conforme
iremos a
demostrar.
Tenemos
en mano
el libro
Evolución:
del
átomo al
arcángel,
una
publicación
de la
Federación
de Rio
Grande
do Sul,
del cual
transcribimos:
La idea
de un
encadenamiento
evolucionado
sin
solución
de
continuidad
entre
los
otros
seres
creados
y el
hombre
sólo
tuvo
condiciones
de
afirmarse
a partir
de la
segunda
mitad
del
siglo
XIX,
con la
publicación
de dos
importantes
obras
contemporáneas:
El Libro
de los
Espíritus,
de Allan
Kardec,
en 1857,
presentando
la
evolución
como un
proceso
espiritual
continuo,
que
comprende
a todos
los
seres,
siendo
el
hombre
“sólo el
último
hilo de
la
cadena
de la
animalidad
en la
Tierra”
(La
Génesis,
capítulo
10, ítem
29),
y El
Origen
de las
Especies
de
Charles
Darwin,
en 1859,
que
busca
explicar
la
evolución
de las
especies
dentro
de una
escala
biológica,
incluyendo
en ella
al
hombre,
aún con
algunas
reservas,
pues
sabemos
que la
teoría
darwiniana
encontró,
y
encuentra
hasta
nuestros
días,
gran
resistencia
por
parte de
las
Iglesias
Cristianas.
(PAIM,
2013, p.
142,
negrita
nuestra.)
Primero,
nos
gustaría
hasta de
pedir
disculpas
a la
autora
Zoé Mary
Saraiva
Paim,
por
citar su
obra,
cuya
publicación
tiene el
sello de
la
Federación
Espírita
do Rio
Grande
do Sur,
pero
necesitábamos
de
alguna
evidencia
concreta
para
tratar
el
asunto.
Así, no
tenemos
la
mínima
intención
de
desmerecer
la obra
o a su
autora,
sino
apenas
de
ayudar
en el
esclarecimiento
de ese
asunto,
para que
podamos
tener
una idea
exacta
de los
acontecimientos.
Lo que
hemos
visto es
que no
se
presta
la
debida
atención
en un
punto
fundamental
entre la
obra de
Allan
Kardec y
la de
Charles
Darwin;
la
primera,
publicada
el 18 de
abril de
1857, la
segunda
el 22 de
noviembre
de 1859.
Sólo que
los
estudiosos
espíritas
no se
dan
cuenta
de que
las
actuales
1019
preguntas
de El
Libro de
los
Espíritus
son de
la
segunda
edición,
del 18
de marzo
de 1860,
y ahí
sí, él
trata de
la
cuestión
de la
evolución
espiritual,
lo que
no
ocurrió
en la
primera
edición
de 1857,
con 501
preguntas.
De
hecho,
en la
edición
de 1857
la
información
es
incluso
contraria
a la que
tenemos
con la
segunda
edición;
por lo
tanto,
hay una
diferencia
en lo
que se
habla
sobre el
asunto
entre la
1ª y la
2ª
edición
de El
Libro de
los
Espíritus.
Un poco
más
adelante,
la
autora
vuelve a
afirmar:
[…] Ya
tuvimos
ocasión
de
resaltar,
cuando
hablamos
sobre la
teoría
evolucionista,
la
correlación
que hay
entre el
lanzamiento
de El
Libro de
los
Espíritus,
en 1857,
y la
aparición
de la
obra de
Darwin,
El
Origen
de las
Especies,
dos años
después.
Ambas
son
complementadas.
La
primera
se
anticipa
a la
evolución
biológica
de
Darwin y
la
coloca
como
resultado
de la
evolución
espiritual.
Al final
de la
Introducción
de “El
Libro de
los
Espíritus”,
Kardec
escribió:
“Si se
observa
la serie
de los
seres,
se
descubre
que
ellos
forman
una
cadena
sin
solución
de
continuidad,
desde la
materia
bruta
hasta el
hombre
más
inteligente.
Sin
embargo,
entre el
hombre y
Dios,
alfa y
omega de
todas
las
cosas,
que
inmensa
laguna.
¿Será
racional
pensar
que en
el
hombre
terminan
los
anales
de esa
cadena y
que él
transporta
sin
transición
la
distancia
que lo
separa
del
infinito?”
(p. 47).
Kardec
presentaba,
así, ya
en el
inicio
de su
trabajo,
el
carácter
evolucionista
de la
Doctrina
de los
Espíritus.
[…]. (PAIM,
2013, p.
3378-338,
negrita
nuestra.)
El
problema
aquí es
que la
falta de
atención
no
permitió
a la
autora
percibir
que ese
tramo de
la
Introducción
de El
Libro de
los
Espíritus,
que
cita,
sólo
aparece
en la
segunda
edición,
marzo de
1860;
por lo
tanto,
esa
observación
de
Kardec
sólo
apareció
después
de la
divulgación
de la
teoría
de la
evolución
de
Darwin,
al
contrario
de lo
que
muchos
propagan
– que
Kardec
se
anticipó
a la
“Teoría
Darwiniana”
– sin
atender
la
cronología
de las
ediciones.
Lo que
los
Espíritus
dijeron,
cuando
la
primera
edición,
deja eso
bastante
claro:
127 —
¿El alma
del
hombre,
no
habría
sido
ella
antes el
principio
de la
vida de
los
últimos
seres
vivos de
la
creación
para
llegar,
por
medio de
una ley
progresiva,
hasta el
hombre,
recorriendo
los
diversos
escalones
de la
escala
orgánica?
“¡No!
¡No!
Hombres
nosotros
somos
desde
nacidos”.
“Cada
cosa
progresa
en su
especie
y en su
esencia;
el
hombre
jamás
fue otra
cosa que
no un
hombre.”
(KARDEC,
2004, p.
65,
grifo
nuestro.)
Los
comentários
de
Kardec:
127 —
Cualquiera
que sea
la
diversidad
de las
existencias
por las
cuales
pasa
nuestro
espíritu
o
nuestra
alma,
ellas
pertenecen
todas a
la
Humanidad;
sería
un error
creer
que, por
una ley
progresiva,
el
hombre
pasó por
los
diferentes
escalones
de la
escala
orgánica
para
llegar a
su
estado
actual.
Así, su
alma no
puede
haber
sido
antes el
principio
de la
vida de
los
últimos
seres
animados
de la
creación
para
llegar
sucesivamente
al
escalón
superior:
al
hombre.
(KARDEC,
2004, p.
65,
negrita
nuestra.)
Es clara
la
posición
de los
Espíritus
y de
Kardec
que el
Espíritu
del ser
humano
jamás
pasó por
los
varios
reinos
de la
naturaleza
para
llegar
al
actual
estado:
el
hominal.
Lo que
se
admitía
en la
época de
la
primera
edición
era que
el
progreso
–
intelectual
y moral
–
ocurría
por el
escalafón
de la
reencarnación;
sin
embargo,
el
Espíritu
humano
siempre
encarnó
y
reencarnó
en
cuerpos
humanos,
por
decirlo
así.
En la
segunda
edición,
Kardec
pregunta
a los
Espíritus
acerca
de esa
información
que
constó
de la
primera
edición.
Veamos
las
respuestas
a
algunas
cuestiones
que se
conectan
al
asunto:
607.
Dijisteis
(190)
que el
estado
del alma
del
hombre,
en su
origen,
corresponde
al
estado
de la
infancia
en la
vida
corporal,
que su
inteligencia
sólo se
abre y
se
ensaya
para la
vida. ¿Dónde
pasa el
Espíritu
esa
primera
fase de
su
desarrollo?
“En una
serie de
existencias
que
preceden
al
período
al que
llamáis
Humanidad.”
607. a)
-
Parece
que,
así, se
puede
considerar
el alma
como
habiendo
sido el
principio
inteligente
de los
seres
inferiores
de la
creación,
¿no?
“¿Ya no
dijimos
que todo
en la
Naturaleza
se
encadena
y tiende
para la
unidad?
En esos
seres,
cuya
totalidad
estáis
lejos de
conocer,
es que
el
principio
inteligente
se
elabora,
se
individualiza
poco a
poco y
se
ensaya
para la
vida,
conforme
acabamos
de
decir.
Es, de
cierto
modo, un
trabajo
preparatorio,
como el
de la
germinación,
por
efecto
del cual
el
principio
inteligente
sufre
una
transformación
y se
hace
Espíritu.
Entra
entonces
en el
periodo
de la
humanización,
comenzando
a tener
conciencia
de su
futuro,
capacidad
de
distinguir
el bien
del mal
y la
responsabilidad
de sus
actos.
Así, a
la fase
de la
infancia
le sigue
la de la
adolescencia,
viniendo
después
la de la
juventud
y la de
la
madurez.
En ese
origen,
ninguna
cosa hay
de
humillante
para el
hombre.
¿Se
sentirán
humillados
los
grandes
genios
por
haber
sido
fetos
informes
en las
entrañas
que los
generaron?
Si
alguna
cosa hay
que le
sea
humillante,
es su
inferioridad
ante
Dios y
su
impotencia
para
sondearle
la
profundidad
de los
designios
y para
apreciar
la
sabiduría
de las
leyes
que
rigen la
armonía
del
Universo.
Reconocer
la
grandeza
de Dios
en esa
admirable
armonía,
mediante
la cual
todo es
solidario
en la
Naturaleza.
Creer
que Dios
haya
hecho,
sea lo
que sea,
sin un
fin, y
creado
seres
inteligentes
sin
futuro,
sería
blasfemar
de su
bondad,
que se
extiende
por
sobre
todas
sus
criaturas.”
607. b)
¿Ese
período
de
humanización
comienza
en la
Tierra?
“La
Tierra
no es el
punto de
partida
de la
primera
encarnación
humana.
El
periodo
de la
humanización
comienza,
generalmente,
en
mundos
aún
inferiores
a la
Tierra.
Esto,
sin
embargo,
no
constituye
una
regla
absoluta,
pues
puede
suceder
que un
Espíritu,
desde su
inicio
humano,
esté
apto
para
vivir en
la
Tierra.
No es
frecuente
el caso;
constituye
antes
una
excepción.”
(KARDEC,
2007a,
336-337,
negrita
nuestro.)
No resta
duda que
el
principio
inteligente
que hoy
se
encuentra
en el
reino
hominal,
vino,
vía
progreso
evolutivo,
teniendo
experiencias
en los
reinos
inferiores,
en la
situación
mencionada
en la
pregunta
arriba,
en el
reino
animal.
Recomendamos
al
lector
que
también
vea las
preguntas
y
respectivas
respuestas
del
número
608 a
611, que
completan
la que
aquí
presentamos.
La
conclusión
a que
llegamos
es
exactamente
lo
contrario
de lo
que
dicen.
Para
nosotros,
fue
Kardec
que se
aprovechó
de la
teoría
de la
evolución
de las
especies
de
Darwin
para
volver
con el
asunto
y, como
ya había
soporte
científico,
los
Espíritus
fueron
más
explícitos
en la
cuestión,
reformulando
lo que
dijeron
anteriormente,
para
afirmar
sobre la
evolución
del
espíritu
a través
del
reino
animal.
Recordando
lo que
había
dicho
Jesús en
Juan,
16:12: “Tengo
aún
mucho
que
deciros,
pero no
podéis
ahora
entenderlo”.
Comprendemos
que,
para que
pudiéramos
entender,
había la
necesidad
de tener
un
soporte
científico
para que
la
información
tuviera
condiciones
de ser
asimilada
por
nosotros.
Por otro
lado,
Kardec
también
dejó
bien
claro
que:
“[...]
Caminando
a la par
con el
progreso,
el
Espiritismo
jamás
será
desfasado,
porque,
si
nuevos
descubrimientos
le
demuestran
estar en
error
acerca
de un
punto
cualquiera,
él se
modificará
en ese
punto.
Si una
verdad
nueva se
revelase,
el la
aceptará”.
(KARDEC,
2007y,
p. 54).
Lo que
demuestra
que el
Espiritismo
deberá
aliarse
a las
nuevas
verdades
científicas;
evidentemente,
obedeciendo
a los
principios
morales
y éticos
cristianos.
Referência
bibliográfica:
KARDEC,
A. A
Gênese.
Rio de
Janeiro:
FEB,
2007e.
KARDEC,
A. O
Livro
dos
Espíritos
–
primeira
Edição
de 1857.
São
Paulo:
IPECE,
2004.
KARDEC,
A. O
Livro
dos
Espíritos.
Rio de
Janeiro:
FEB,
2007a.
PAIM, Z.
M. S.
Evolução:
do átomo
ao
arcanjo.
Porto
Alegre:
Francisco
Spinelli,
2013.
imagem:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c4/Charles_Robert_Darwin_by_John_Collier-crop.jpg,
acesso
em
29/08/2013,
às
16h44.
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