libros, siendo
uno de ellos del
área jurídica,
es conferencista
y coordinador de
grupos de
estudio. |
¿Por qué el
titulo Pedir
y Recibir?
Se trata de una
verdad
universal,
aunque la
tendencia de una
inicial por
causa de la
inmadurez, es
“entregar en las
manos de Dios”,
permaneciendo en
un dolce far
niente. Sin
embargo, la
sugerencia es
que cada uno
construya su
patrimonio
espiritual con
su propio
esfuerzo
supremo. Cuando
Jesús recomienda
(Mateo 7:7)
orar, pedir,
buscar, tocar la
puerta, no tiene
nadad que ver
con un dios
personal, sino
únicamente con
el hombre mismo,
pues en la
realidad, lo que
se está
proponiendo es
la técnica del
uso correcto de
las leyes de la
mente. Esta
invitación ha
sido recibida
equivocadamente
por parte de la
criatura; con
frecuencia es
vista como la
lámpara de
Aladino de cada
deseo humano, la
garantía de que,
si oramos, Dios
nos concederá.
Este es un
trabajo de
mentalización,
fruto del
ejercicio a
partir de que la
criatura se
disponga a
perseverar en la
búsqueda de sus
objetivos,
utilizando la
fuerza de su
pensamiento;
éste, cuando es
puesto en acción
construye el
propio destino.
Ya vimos en el
Viejo Testamento
en el Libro
Proverbios 23:7
“Porque como el
hombre imagina
en su alma, así
es”. Cuando
efectivamente
anhelamos la
realización de
un deseo no
sirve tan sólo
pedirlo
mentalmente, es
necesario
trabajar para la
conquista que se
anhela. No se
trata, por lo
tanto, de un
trabajo mental
mecánico, en el
que repetimos
innumerables
veces, sin
ninguna fuerza
emocional.
Atienda a la
alerta de Jesús:
“No utilicéis
repeticiones
vanas”.
¿Y cómo encuadra
eso en las Leyes
Divinas?
Vivimos bajo la
égida de las
Leyes del
Universo y, para
evolucionar,
tenemos que
adaptarnos a
ellas, en un
continuum
infinito, de tal
suerte que nada
va a ocurrir,
sin la voluntad
libre e
inteligente del
agente. Todos,
sin excepción,
tenemos a
disposición y en
igualdad de
condiciones un
poder infinito,
y nos guiamos
por esas mismas
leyes. Es la
llamada ley de
atracción. Todo
lo que ocurre en
la vida es fruto
de las imágenes
creadas en la
mente, por la
misma persona.
Estamos dotados
de poder atraer
aquello que
pensamos.
¿Hay una manera
de atraer, con
esfuerzo y
oración, las
realizaciones
que se
pretenden?
La palabra
oración puede
ser entendida
como orar +
acción. Son
mentalizaciones
(proyectos)
depositados en
la Mente, con la
intención de que
se materialicen.
Podríamos
comparar las
semillas que
reposan en lo
íntimo de cada
uno, cual
preciosa
provisión, bajo
custodia
exclusiva,
autorizando su
germinación… No
importa el tenor
del proyecto
depositado, pues
tenemos la
facultada de
crear lo que
quisiéramos, ya
sea bueno o
malo. En esta
línea de
razonamiento,
podemos imaginar
la fuerza del
pensamiento del
que somos
dotados en la
creación de
nuestros deseos.
Aquí entra el
sentido de la
fe, como
ejercicio del
“pensar
positivo”, sin
desviar el
objetivo del
deseo formulado.
Cabe señalar,
además, que si
usted piensa
negativamente,
la fe también
funciona.
Entendamos que
las Leyes
Naturales (Leyes
Divinas) no
“cambian” para
atender casos
particulares,
quien quiera que
sea. Entonces,
por lógica, lo
que oración (o
plegaria) puede
proporcionarnos,
son el consuelo
y la esperanza
de que si
insistimos en
nuestros
objetivos, con
el tiempo,
sucederá. En
este sentido, la
oración
pronunciada con
fe se
materializa,
porque tenemos
el poder de
crear aquello
que pensamos.
Cada criatura
solo recibirá
del Universo lo
que fue
formulado,
recibiendo de
acuerdo con su
“capacidad”,
aquí entendida
en el sentido de
“espacio”; de
“vacuidad”. Es
lo que enseña
Jesús,
sentenciando: “a
cada cual según
sus obras”. Esto
quiere decir que
sólo se recibe
de acuerdo con
lo que se
siembra.
¿Por qué el
mismo
razonamiento se
aplica tanto en
el bien como en
el mal?
Muchos se
preguntan por
qué Dios permite
las cosas malas
que existen en
el mundo. Ahora
bien, todo está
permitido porque
el ser humano
que tanto
siembra la
bienaventuranza,
también
desencadena las
guerras, y la
respuesta es que
Él (en sentido
figurado)
consiente que se
haga la voluntad
del hombre. No
olvidemos que la
Inteligencia
Suprema actúa
por medio de la
Ley. Si
descubrimos en
las Leyes de la
Naturaleza, el
fuego, con él
podemos cocinar
el alimento y
forjar el hierro
o incendiar una
floresta. Pero
con el despertar
de la
conciencia,
adquiriendo de
esa manera mayor
poder de libre
albedrío, la Ley
también colocó
sobre nuestros
hombros el peso
de la
responsabilidad.
Es así como se
entiende que los
Espíritus
Auxiliares del
codificador
transfieren la
responsabilidad
del
perfeccionamiento
espiritual a la
propia criatura,
afirmando en
relación a las
Leyes Naturales,
que “el hombre
sólo es infeliz,
cuando de ellas
se aleja”.
Pero, entonces,
¿cómo educar la
dirección del
pensamiento?
Tratándose de
evolución, nada
nos es donado.
Todo es
conquista –
fruto del
ejercicio
continuo y
persistente.
Como estamos
conscientes de
que creamos
mediante el
pensamiento, y
de que la
materialización
de los deseos
está vinculada
la voluntad, el
ser viaja en
búsqueda de su
perfección,
construyendo
todo con la
propia
experiencia,
según el “molde
mental” que
produce,
sometiéndose
continuamente a
la justicia de
los principios
de la Ley de
Acción y
Reacción.
Procuremos
ejercitar, como
regla de vida,
la creación de
pensamientos
saludables, lo
que estará
promoviendo
salud y la
propia
felicidad. El
Universo trabaja
para concretar
todo lo que
pensamos, ya sea
la creación de
“cuadros
mentales” de
carencia, de
negación, de
frustración, de
enfermedad, o
bien la creación
de aquellos que
inspiren
prosperidad,
abundancia,
realización y
salud.
Hay en el libro
un capítulo
titulado
“Efectos de la
Religión sobre
la salud”.
Coméntenos
resumidamente
sobre ese ítem.
Estudios
científicos han
probado que la
fe religiosa, de
un modo general,
constituye un
factor de
curación,
pues hace que
las criaturas,
casi siempre,
actúen con más
serenidad y
confianza,
ayudando a la
Medicina en el
proceso del
tratamiento de
las eventuales
enfermedades que
padecen. “La
mayoría de los
médicos (más del
90%) reconoce
que factores
espirituales son
un componente
importante de
salud, y un gran
parte (70 a 82%)
dice que eso
puede
influenciar en
la salud del
paciente. Además
de eso, el 85%
de los médicos
dicen que
deberían estar
conscientes de
las creencias
religiosas/espirituales
de los
pacientes”
(lección 15 del
libro Pedir y
Recibir).
En otro capítulo
se dice que
pensar positivo
funciona
también. Comente
esto por favor.
Cuando el texto
bíblico expresa:
Porque de la
manera cómo
piensa en su
corazón, así
será él…, quiere
decir que
aquello que la
mente cultiva
será la
expresión de la
vida. La mente
es la base de
toda la vida, y
es ella la que
alimenta
nuestros
pensamientos
para concretar
aquello que
depositamos en
ella. Con esta
reflexión
escrita en
nuestro libro La
Oración puede
cambiar su vida,
resaltamos la
importancia del
cultivo del
pensar
positivamente
para la
construcción de
una vida cada
vez más
saludable y
feliz. Como
hemos enfatizado
la Ley del
Universo
materializa
situaciones que
coinciden
exactamente con
los
pensamientos, es
decir, ella
manifiesta
precisamente lo
que es nuestra
actitud mental.
En otras
palabras, el
Universo puede
conspirar a su
favor o en
contra de usted.
¡La elección es
suya! Si la
creación mental
fuera de paz,
amor y armonía,
el Universo va a
traer
exactamente esto
de retorno para
nosotros. Es
importante
insistir que las
Leyes del
Universo están
en estado
potencial en
nuestra
conciencia. Lo
fundamental para
armonizarnos con
las Leyes del
Universo es
entrenar en
pensar
“positivamente”,
siempre. No se
trata de mera
promesa de la
“boca para
afuera”, del
entusiasmo del
momento. Es una
nueva actitud de
vida, que
trasforma
hábitos mentales
saludables.
¿Algo resaltante
de los casos que
constan en la
obra?
El punto
neurálgico de
nuestras
reflexiones en
esta obra es
destacar la
fuerza del
pensamiento en
nuestras vidas,
demostrando que
la verdadera
oración es
aquella que
expresan
nuestras
creaciones
mentales, dado
que “el hombre
vive dentro de
las creaciones
mentales a las
que da origen”.
Entonces,
nuestra
propuesta es que
cada uno elabore
su propia
oración, sin
prenderse de
manera absoluta
de las oraciones
modeladas.
Estamos de
acuerdo con la
afirmación de
Kardec de que
“la forma nada
vale, el
pensamiento lo
es todo”. Y
siendo así, no
siempre las
oraciones
proferidas por
una persona,
reflejan sus
necesidades.
Pueden hasta ser
similares pero
no son iguales,
porque cada una
de ellas tiene
una historia
propia, “muy
personal”. Como
nos dice
Emmanuel
“Nuestro
pensamiento crea
la vida que
buscamos, a
través del
reflejo de
nosotros
mismos”.
Sus palabras
finales.
Esperamos que
esta obra, PEDIR
Y RECIBIR – El
Universo
conspira a su
favor – pueda
traerles
profundas
reflexiones,
colocando en la
práctica la
sugerencia de
Jesús: Y todo lo
que pidiereis en
oración,
creyendo, lo
recibiréis
(Mateo 21:22).
Lea la obra y
saque sus
conclusiones por
sí mismo sobre
esta verdad
universal.
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